Cuando cumplió catorce años, Lee Morgan recibió de regalo una trompeta. Se la habían comprado su hermana Ernestine y su madre. Su padre era pianista de góspel, así que la afición estaba firmemente arraigada en casa. Vivían en Philadelphia, y el muchacho no tardó en participar en diferentes jam sessions con tipos de la localidad, como John Coltrane y Benny Golson. Las primeras sesiones de grabación las hizo con Horace Silver y Hank Mobley. En 1956, cuando tenía dieciocho años, entró en la big band de Dizzy Gillespie. Luego formó parte de los Jazz Messengers de Art Blakey entre 1958 y 1961. Fue ese año cuando regresó a casa, a Philadelphia, enganchado a la heroína. En 1963 entró en los estudios de Blue Note para grabar The Sidewinder. Al poco tiempo el tema batía todos los récords de ventas en el mundo del disco del jazz. Su elegancia permanece intacta.