Segunda de 5 crónicas de una cooperante desde el terreno. Por Yolanda Román (@stricto_sensu)
Un verano en Dakar
Escribo desde Dakar, llevo aquí cuatro semanas y aquí estaré todo el verano trabajando con Save the Children en la emergencia de Sahel, donde 18 millones de personas viven al borde del abismo del hambre.
El generador
Lo que peor llevo de la vida en Dakar son los constantes cortes de electricidad. En medio de la cena o justo cuando estás a punto de enviar un documento importantísimo, plaf, se va la luz. Sin previo aviso, sin conmiseración. La primera vez, el apagón me pilló desprevenida y, cómo decirlo, "desprotegida", en mitad de una ducha. El primer y más natural impulso humano en tales circunstancias es soltar un taco, en el idioma que sea, y el segundo buscar a los vecinos, esto tras recordar donde está la toalla y mientras rezas para no pisar esa cucaracha muerta que no has querido recoger antes y ahora te arrepientes. Después de conseguir vestirme a oscuras, salí al portal, punto de reunión por defecto de toda comunidad, y fue entonces cuando lo oí por primera vez: el generador.