Esta entrada ha sido escrita por Daniel Jimenez, redactor de Noticias Positivas.
"Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”
Esta frase de Gandhi bien podría resumir la filosofía de un nuevo proyecto internacional de economía solidaria que, tras arrancar en el Reino Unido, acaba de llegar a España. Su nombre es tgl, siglas en inglés de teaching, giving, learning; o lo que es lo mismo, enseñar, dar, y aprender, precisamente porque estos son los tres pilares sobre los que se asienta un novedoso sistema bancario y de comercio cimentado sobre una red social.
tgl es una herramienta online que cuenta con su propia moneda complementaria, la L, cuyo valor es de un euro igual a una L.
Pero, ¿una comunidad de personas puede contar con su propia moneda? Así es. Actualmente se calcula que hay unas 5.000 monedas complementarias, sociales o alternativas, que de todas estas maneras se las llama, en el mundo. El punto en común de todas estas iniciativas es que siempre se trata de monedas pensadas para dinamizar la economía real; nunca para acumular dinero con fines especulativos. Son monedas sin tipos de interés que no están controladas por los bancos, sino por el grupo de personas que decide emitirlas. Estas monedas, al circular entre los particulares y los comercios que las aceptan (y solo entre quienes las aceptan), estimulan el intercambio de bienes y servicios dentro de la comunidad. Es decir, se trata de dinero puesto al servicio del intercambio, recuperando así el papel que tenía el dinero al principio de los tiempos.
Y se podrá preguntar: ¿esto funciona o se trata tan solo de una utopía más? Pues bien, en el pueblo austriaco de Wörgl, en 1932, en medio de la profunda depresión mundial tras el crak del 29, un sistema de estas características logró el pleno empleo en esta localidad en tan solo un año. Más recientemente, durante la época del corralito en Argentina, fue fundamental la labor de los clubes de trueque para aliviar la situación de quienes no disponían de fondos. Precisamente, muchos de estos clubes contaban con sus propias monedas para facilitar los intercambios de productos y servicios.
En el caso de la L, la moneda de tgl, se crea solo cuando los miembros de la comunidad deciden colaborar a través de la enseñanza, el aprendizaje, el voluntariado o el emprendimiento social en cursos y proyectos de interés comunitario. Iniciativas que pueden ser propuestas por cualquier socio de tgl, que tiene así la oportunidad de convertir sus habilidades y conocimientos en oportunidades para la realización personal, al mismo tiempo que obtiene un rendimiento económico por ello.
Por ejemplo, imaginemos que algún miembro de una comunidad tgl es experto en agricultura ecológica y quiere organizar un curso sobre esta materia. A través de tgl, puede proponer dicho curso. Si los miembros de tgl aceptan la propuesta, el banco ciudadano de tgl, el L-Banco, le crea una cuenta de profesor con un número determinado de L. Una vez creadas estas L, no hay que devolverlas; no es un préstamo del L-Banco, sino dinero social sin intereses puesto en circulación para estimular esta actividad. Las L serán utilizadas por el profesor para pagar a los alumnos que decidan apuntarse al curso de agricultura ecológica. De esta manera, no solo se estimula la enseñanza, sino también el aprendizaje. Por su parte, el profesor se "autopaga" el mismo número de L por hora que da a sus alumnos. Y además, el alumnado paga al docente la cantidad adicional en euros que hayan acordado, sí así lo deciden.
Al margen de estas actividades de enseñanza, aprendizaje, voluntariado o emprendimiento social, tgl dispone de su propio "Barrio Comercial", en el que pueden figurar los autónomos, profesionales y pequeñas y medianas empresas que quieran ofrecer sus productos y servicios, o incluso crear una tienda online. Cada uno de estos negocios decide el porcentaje de euros y de L que aceptan como pago en cada transacción.
Un de los más claros beneficios para los negocios que decidan estar en tgl es que los clientes que quieran utilizar en ellos las L, ahorrándose así algunos euros, solo podrán hacerlo en dichos lugares, ya que en tgl no pueden participar las multinacionales o grandes cadenas comerciales. Esto significa que no solo las L se quedan en los pequeños comercios, sino también los euros. Es decir, el dinero se mueve siempre dentro de la comunidad, en lugar de acabar en lejanos paraísos fiscales, como puede suceder cuando compramos algo en los grandes centros comerciales.
El objetivo de tgl España es apoyar la creación de nodos locales que desarrollen este proyecto en diferentes barrios y municipios. Para ello, su grupo impulsor está abierto a organizar reuniones con las personas interesadas en crear una comunidad tgl en su entorno. Los que quieran conocer más a fondo tgl pueden escribir al correo [email protected] . Otras vías de contacto son su Facebook y su Twitter
Hay 0 Comentarios