¡Me los quitan de las manos! Foto: EFE.
"La amplia extensión del Sahel y la fragilidad de sus Estados están convirtiendo la región en terreno propicio para conflictos interétnicos, la proliferación de redes delictivas y grupos terroristas yihadistas. La actuación en Malí, en la que se conjuga el apoyo material a sus fuerzas armadas en la lucha contra el terrorismo, la cooperación para reforzar sus fuerzas de seguridad y la ayuda para fortalecer las estructuras del Estado y las capacidades de la sociedad civil, muestra las amplias posibilidades de cooperación con estos países, para reforzar su seguridad y la nuestra."
El párrafo anterior no está tomado de alguna declaración bienpensante de las ONG o de un think tank flowerpower, sino de la Estrategia de Seguridad Nacional aprobada por el Gobierno hace unos días (y que sustituye a la que en 2011 elaboró Javier Solana con recomendaciones parecidas en este campo). Por alguna razón misteriosa, los expertos en defensa, contra-terrorismo y seguridad que han elaborado este texto parecen tener muy claro lo que el Gobierno ignora con sus hechos: que la tranquilidad de España se basa en parte en contribuir a garantizar entornos más prósperos y seguros, lo cual casa mal con retirar la ayuda al desarrollo e incrementar la venta de armas.