Esta entrada ha sido escrita por Iolanda Fresnillo (@ifresnillo) y Tom Kucharz (@TomKucharz), miembros de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda ¡No Debemos! ¡No Pagamos! (@AuditCiudadana). Es parte de la serie que @3500M está haciendo sobre los Presupuestos Generales para 2014.
Los
ajustes estructurales que se vienen aplicando desde 2010 en nuestro país violan
los derechos humanos. No lo denuncian solo los movimientos y organizaciones sociales.
Lo ratifica el Centro por los
Derechos Económicos Sociales y Culturales en su informe de 2012 para
Naciones Unidas: “La crisis económica y las respuestas del gobierno han puesto
en peligro la capacidad de una gran parte de la población para ejercer sus
derechos, especialmente el derecho al trabajo y a unas condiciones laborales
decentes, el derecho a un nivel de vida adecuado y el derecho a una vivienda
asequible”. Lo corrobora también el comisario para los Derechos Humanos del
Consejo de Europa, Nils Muiznieks: “En
España, la austeridad tiene impacto negativo en los derechos humanos”.
Los recortes en sanidad, educación, dependencia, vivienda, atención a las víctimas de la violencia machista y otros derechos sociales se producen con la excusa del déficit y en el marco de un proceso de creciente deuda pública. El pago de los intereses previstos para 2014 es de 36.590 millones de euros, el 11% del presupuesto, la segunda partida después de las pensiones. De 2008 a 2012 llevamos gastados 113.156 millones de euros tan solo en intereses. Al mismo tiempo, los recortes en política sociales superan los 120.000 millones, si contamos desde 2010 a 2013. La otra cara de la moneda es el incremento de la pobreza y las desigualdades. La población en riesgo de pobreza ha aumentado del 19,6% en 2007 al 21,1% en 2011 (cinco millones de personas).
La reforma de la Constitución pactada por el PP y PSOE en agosto de 2011 entra en plena contradicción cuando contrastamos el nuevo artículo 135.3 (que garantiza que el pago de la deuda y sus intereses gozarán de “prioridad absoluta”) con los artículos de su Título Primero (De los derechos y deberes fundamentales), en el que se recogen el derecho a la educación, a la salud, a una vivienda y, en definitiva, a una vida digna, entre muchos otros. El artículo 135.3 también establece que la deuda no podrá “ser objeto de enmienda o modificación”.
Se blinda así el pago de la deuda presentando los recortes en políticas sociales como un mal necesario para “tranquilizar” a los mercados y a la comunidad internacional (léase, la Troika) y “cumplir” con la constitución. Y de esta forma se perpetúa la violación de los derechos humanos, incumpliendo con la obligatoriedad de todo Estado de protegerlos y garantizarlos. La deuda se vuelve entonces ilegítima y da incluso argumentos jurídicos para no pagarla si hubiese voluntad política para hacerlo.
Esta situación no es exclusiva del Estado español. El relator especial de Naciones Unidas sobre la deuda externa y los derechos humanos afirmó en su informe de mayo de 2013 que las condiciones de los rescates de la Troika a Grecia estaban violando los derechos humanos. Y el Consejo de Derechos Humanos adoptaba hace poco más de un año una “resolución” en la que afirmaba que “la deuda de los países en desarrollo ha mermado su capacidad para crear las condiciones que se requieren para el ejercicio de los derechos humanos, en particular los derechos económicos, sociales y culturales”.
La conclusión es clara. Cinco años después del estallido de la crisis financiera, el Gobierno español –junto al G20, la UE o el FMI- sigue promoviendo políticas neoliberales injustas que ponen en peligro la garantía de los derechos humanos. Para encontrar soluciones a la deuda que garanticen la justicia social necesitamos un cambio de sistema. Respuestas a la crisis que pongan en el centro el rescate a las personas y no a los bancos y a la industria financiera. Una regulación estricta del sector financiero con pleno control democrático, de manera que esté al servicio de la sociedad. Mecanismos que nos sirvan aquí y al resto de pueblos del mundo que siguen viviendo bajo el yugo de deudas ilegítimas que perpetúan diferentes formas de violencia y miseria para la mayoría de la población mundial. Mecanismos que pasen por no pagar las deudas ilegítimas.
Hay 4 Comentarios
Fantástico artículo. Gracias por el aporte.
Publicado por: juan | 12/02/2014 20:09:15
Sr. Don Nadie, se equivoca de principio a final, si los responsables políticos estafan al pueblo y SOBERANIZAN RESCATES BANCARIOS, a través de organismos como CESCE, y van a financiarse al mercado más caro por no acudir al FLA, lo siento, pero paga UD. mi parte, si este mecanismo permite que esto funcione así, la culpa no la tenemos nosotros, ni nuestros hijos, porque UD. nos condena a todos, pero soberanizar deudas atenta contra la lógica económica, sabía UD. que el año pasado se soberanizó solo por la Seguridad Social 70.000 millones de euros. La deuda pública se paga, y esa no llegaba al 47% el resto es privada y que la pague otro, o UD. que es tan responsable, y si quieren que la pagemos nosotros por lo menos que NOS PREGUNTEN COÑO!!! Que estoy harta de personas como ud. que defienden a este sistema y a esta cuadrilla, esto es UNA ESTAFA Y PUNTO.
Publicado por: Marisa | 30/10/2013 20:17:20
Apoyo el concepto de deuda ilegítima para los países que salen de dictaduras y regímenes no democráticos que han dedicado su gasto a la camarilla gobernante. Que se jodan los bancos que han dejado dinero a los Bokasa, Idi Amin, Pinochet o similar.
Sin embargo, los países democráticos que han elegido libremente sus gobiernos y han optado por incrementar su gasto público sin tener en cuenta los ingresos que realmente tenían, deben pagar sus deudas. Se llama responsabilidad y existe tanto a nivel personal como a nivel comunitario. Una sociedad que equivoca sus actuaciones públicas debe hacerse responsable de ellas y si decide pedir créditos porque quiere construir AVEs, tener sus edificios públicos firmados por los mejores arquitectos del mundo mundial, dar subvenciones por cada niño nacido o poner un Guggenheim en cada pueblo deberá pagar las deudas que ello supone. Y si no estamos contentos, votamos otra cosa, la democracia tiene 2 caras: libertad para elegir y responsabilidad por lo que se elige.
Mientras no cambiemos nuestra estructura de gastos e ingresos públicos España necesita todos los años nuevos préstamos, el gasto público que tenemos y al que estamos acostumbrados no se puede pagar con los ingresos que tenemos. Si este año no pagamos la deuda ¿qué banco nos dejará dinero los años siguientes? ¿en vez de hacer recortes decididos por un gobierno elegido democráticamente preferimos el colapso económico que supondría encontrarnos con que no tenemos dinero para pagar nuestras actuaciones públicas? Porque si el año que viene nadie nos prestase dinero no es que se paralizasen las obras del AVE o no se pagasen subvenciones, es que el Estado, las CCAA y los ayuntamientos colapsarían y dejarían de pagar nada, a continuación quebrarían los bancos y la gran mayoría de empresas, el paro se multiplicaría aún mucho más, etc, habríamos encontrado el camino más corto entre un país avanzado y un estado fallido.
Publicado por: nadie | 30/10/2013 19:05:54
Ayer escuché una frase increíble en Los Simpson. "Nos hiciste perder el trabajo y lo necesitamos para trabajar", decía uno de los personajes. ¡Qué bien calza eso con nuestra realidad! Porque de forma inocente, sin venir a cuento, sin participar en su concepción, muchos han perdido el trabajo, quizá para siempre, y además deberán soportar unas cargas impositivas derivadas de salvar bancos, multinacionales, grandes almacenes... en fin. Cuanto más miro a esta sociedad, más miedo me da lo que esconde.
http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Publicado por: Robertti Gamarra | 30/10/2013 8:59:25