Esta entrada ha sido escrita por Valeria Méndez de Vigo @vmendezdevigo, responsable departamento Estudios e Incidencia de @entreculturas
“¿A dónde vamos a ir? ¿Qué refugio nos queda? Las escuelas de la ONU eran los únicos lugares donde nos creíamos seguros”, sollozaba, desolada, Rania Oud, madre de siete hijos, en el hospital de la zona de Beit Hanún, una localidad al norte de Gaza, después de que hace algunas semanas varias explosiones mataran a 17 personas e hirieran a más de 200 que se encontraban refugiadas en las instalaciones de la escuela primaria. El 30 de julio un nuevo bombardeo a una escuela mató a 20 personas e hirió a 60. Las fotos del dolor, miedo y desesperación de niños, niñas y mujeres, que han dado la vuelta al mundo, son absolutamente estremecedoras. Los colegios bombardeados son algunos de los 84 que la ONU habilitó como refugio para las 150.000 personas desplazadas por la operación militar israelí en Gaza.
Lamentablemente, no son los únicos casos. Tal y como viene denunciando UNESCO, en su informe Conflictos armados y educación, en los últimos años, ha habido un considerable aumento de los ataques a la educación en países en conflicto. La Coalición Global para proteger la educación de ataques ha publicado recientemente un estudio, señalando que durante 2009-2013, se han producido ataques armados a la educación en 70 países del mundo, entre otros, en los Territorios Palestinos ocupados, Siria, República Democrática del Congo, Nigeria o Afganistán.