Esta es la segunda entrada de una serie realizada por Mary Triny Zea C., periodista del diario La Prensa, Panamá.
Fotografia Gabriel Rodríguez - Diario La Prensa (Panamá)-
Resulta contradictorio que la comarca indígena Ngäbe Buglé, en Panamá, dónde hace un mes dos niños murieron por beber agua contaminada, es la tierra que resguarda uno de los yacimientos cupríferos más valiosos y grandes del mundo sin explotar: cerro Colorado.
Este cerro contiene mil 400 millones de toneladas de roca mineralizada, y las intenciones de explotarlo acompañado con la promesa de que las etnias ngäbes y buglés saldrían de la miseria causaron el repudio indígena en 2011 que culminó con dos muertos y centenares de heridos en protestas que obligaron al gobierno, del ex presidente Ricardo Martinelli, a desistir.
La rebelión generó un controversial debate sobre las alternativas para que el mayor grupo indígena panameño habitante en esa comarca salga de la marginación. La creación de esta área fue una lucha generacional que tuvo su punto de inflexión en 1996 cuando los aborígenes caminaron durante 15 días más de 400 kilómetros desde el oriente del país hasta la capital y se sometieron a huelgas de hambre para exigir la demarcación de su territorio.