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3500 Millones

No falta gente en el camino: migrar no es delito

Por: | 30 de junio de 2016

Eneko Calle, de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi

Migrar no es delito

Fotograma del video 'Migrar no es delito', de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi.

Migrar no es delito. Delito son, o deberían ser, muchas de las causas que provocan la migración. Delito es saquear los países del Sur, expoliarles sus riquezas, allanar el camino a las multinacionales para que acaben con sus recursos y luego cerrar nuestras fronteras. Delito es construir muros y mirar para otro lado como si el motivo por el que miles de personas huyen de sus países no tuviera nada que ver con nuestro sistema capitalista y patriarcal. Delito es bombardear Siria y establecer cupos de personas que pueden venir a Europa huyendo de la guerra.

Ante la peor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial, el vídeo Migrar no es delito analiza las distintas migraciones y desplazamientos en el mundo, así como sus causas y las alternativas. No es difícil darse cuenta de que hay muchas y distintas  formas y razones para viajar, o que las personas no son recibidas del mismo modo según su origen y destino o motivo del desplazamiento.

Migrar no es delito from Coordinadora de ONGD de Euskadi on Vimeo.

 Pensemos en los movimientos desde los países enriquecidos a los más pobres, asociados casi siempre al ocio o al turismo. En estos viajes no hay fronteras, se pueden atravesar con visados y con divisas. Ningún problema.

Hay muchas diferencias entre estos viajes turísticos y los desplazamientos de un Sur empobrecido a los países del Norte, motivados por razones como el hambre, la guerra, la persecución o la necesidad de vivir con dignidad. Para estos viajes sí hay fronteras y todo tipo de obstáculos: permisos, papeles, vallas, concertinas, muros, pateras o policías disparando. La violación de derechos de las mujeres en tránsito es otra de las penosas consecuencias del sistema.

Mucha menos atención pública en nuestro entorno tienen los movimientos entre los países empobrecidos: personas que huyen de las mismas causas. Son las regiones en desarrollo las que acogen al 86% de las personas refugiadas, fundamentalmente Turquía, Pakistán, Líbano, Irak, Etiopía y Jordania. Según datos de ACNUR, a finales de 2014 en todo el mundo había casi 60 millones de personas en situación de desplazamiento forzoso, y en las últimas cifras han aumentado a 65 millones: un nivel sin precedentes.

También tenemos cerca los movimientos de personas del Sur de Europa sin recursos, con formación pero sin trabajo, que viajan hacia el Norte del mismo continente. Es un fenómeno más reciente, con su origen en la crisis sistémica que asola Europa.

Necesitamos políticas coherentes que sitúen la vida en el centro y que obliguen a que en toda situación se respeten los derechos de las personas migrantes. Apostemos por una vida digna para todas las personas. Por un mundo más justo donde no haya fronteras infranqueables para unas personas y alfombras rojas para otras.

El vídeo Migrar no es delito es la cuarta entrega de la campaña de sensibilización y comunicación ¿Quién es quién?, que busca explicar a la ciudadanía las principales consecuencias en distintos ámbitos de nuestro actual modelo de desarrollo. Debatimos sobre las causas de la pobreza y la desigualdad en #IniciativaQuienEsQuien.

Más información: www.iniciativaquienesquien.org

Deuda externa, empresas transnacionales, relaciones comerciales injustas y sobre consumo.

Guerras y conflictos, gasto militar y privatización de derechos humanos.

Inequidad de género, patriarcado y machismo.

Crisis ecológica, calentamiento global, destrucción del medio ambiente y desigual acceso a alimentos.

Desinformación por sobreinformación e información mercadeada.

Niños: ¡prohibido soñar!

Por: | 29 de junio de 2016

Por Sandra Astete, especialista en Políticas de Infancia de UNICEF Comité Español. UNICEF presentó ayer su informe anual Estado Mundial de la Infancia, una oportunidad justa para cada niño.

UN016303Jhuma Akhter, una niña bangladeshí de 14 años, trabaja por las noches aprovechando la luz exterior de su calle. Retornó a la escuela tras haber comenzado a trabajar como sirvienta a los 8 años. Foto: UNICEF/Ashley Gilbertson.

En pleno siglo XXI debemos hacer frente a una verdad incómoda pero innegable: la desigualdad pone en peligro las vidas de millones de niños y amenaza el futuro de todas las sociedades. También de la nuestra. La inequidad no entiende de fronteras.

Si seguimos actuando de la misma manera y no revertimos la dinámica actual, cuando lleguemos a 2030 habrán muerto 69 millones de niños menores de cinco años. La mayoría por causas evitables. 167 millones de niños aún estarán viviendo en condiciones de pobreza extrema, y 750 millones de mujeres se habrán casado siendo niñas, perpetuando los ciclos de discriminación y pobreza. ¿Vamos a permitir esta situación ética, política y económicamente?

¡No podemos seguir con los brazos cruzados!

Para un niño que no puede ir a la escuela porque tienen que trabajar, incluso soñar está fuera de su alcance. Muhammad Modu tiene 15 años y es de Nigeria. Vive desplazado, no va al colegio y remueve basuras en un vertedero buscando algo que vender. Aunque la enseñanza es gratuita, no tiene el dinero necesario para pagarse la comida, el uniforme o el transporte escolar.

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Captura de pantalla 2016-06-23 a las 22.33.48Frontera entre Hungría y Serbia. Fotografía de Attila Husejnow para Amnistía Internacional.

Hoy nos desayunamos con una noticia que nos rompe más que cualquier otra. Así que, recién confirmado el Brexit, esta semana nuestro storify conjunto con porCausa está dedicado de manera exclusiva a una de las razones que más han pesado en el ánimo de los votantes británicos: la crisis de refugiados a la que hace frente Europa. O, más bien, a la crisis de solidaridad que hacen frente los refugiados que llegan a nuestras costas, que se confirma hoy del modo más inapelable. Las noticias, recogidas por nuestro compañero Dani Martínez, ofrecen una diversidad de enfoques sobre un asunto que no pierde relevancia y del que conocemos perspectivas cada vez más originales.

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#MoreInCommon: las lecciones de Jo Cox para el 26J

Por: | 23 de junio de 2016

Jo

Ayer fue 22 de junio y Jo Cox –la diputada laborista asesinada brutalmente en el Reino Unido hace ahora una semana- hubiese cumplido 42 años. Su marido, decenas de amigos y una muchedumbre anónima le rindieron tributo en Londres, mientras equipos de Oxfam en medio mundo nos congregaban a trabajadores antiguos y actuales para hacer lo propio. En el caso de Madrid, el encuentro no solo fue enormemente emotivo, sino que adquirió una relevancia particular por la presencia de representantes de los cuatro partidos principales que concurren a estas elecciones y cuyos miembros firmaron por decenas un cariñoso texto de recuerdo a Jo y apoyo a su familia.

Este crimen puede haber influido de manera definitiva el resultado del referéndum británico sobre la pertenencia a la UE, pero adquiere también una relevancia especial para nuestro propio proceso electoral.

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El poder de los comedores escolares

Por: | 22 de junio de 2016

Por Andrés Muñoz Rico, responsable de del Campo al ColeLaura Villadiego, cofundadora del proyecto Carro de Combate. Del Campo al Cole, Carro de Combate, junto a la productora La Nave Nodriza, han iniciado una campaña de financiación en Goteo para poder investigar el sector de los comedores escolares en España. Puedes apoyarles aquí.

Comedor_escolarUn terreno de juego para la solidaridad y la sostenibilidad. Foto: Noticias para municipios.

Cada acto de consumo que ejercemos como individuos tiene impactos sociales y medioambientales concretos que podemos analizar y cuantificar para estimar qué alternativas son más sostenibles y justas con el planeta en el que vivimos.

Esto sucede también con el consumo que viene sustentado por las administraciones públicas y que se financia con los impuestos que pagamos todos. La compra pública de bienes y servicios es un enorme motor de la economía que define en qué se destinan los recursos y qué sectores sociales se quiere priorizar. Los comedores escolares son un buen ejemplo de ello.

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Por Mónica Vargas, del Transnational Institute.

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Pongan fin a la barra libre. Foto: Edie.net.


La autorregulación nunca funcionó. Necesitamos normas vinculantes. Ya”. Tal fue el mensaje de Alfred de Zayas, Relator especial de las Naciones Unidas (ONU) para la Promoción de un Orden Internacional Democrático y Equitativo, el 3 de junio en el Parlament de Cataluña, en la Jornada sobre “Empresas transnacionales y Derechos Humanos: el camino hacia las normas vinculantes”. Se refería a la obligación que tienen las transnacionales de respetar los derechos humanos allí donde operen. Por sorprendente que parezca, a pesar del reconocimiento de la universalidad de los derechos humanos, existe un vacío en la protección real a nivel internacional.

La asimetría es dramática. Por un lado, más de 3.400 Acuerdos y Tratados protegen las inversiones a nivel global, estableciendo marcos jurídicos vinculantes. Y esto es lo que ofrecerían, si lograran implantarse, el Tratado de Libre Comercio e Inversiones entre los Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP), o bien el Tratado de Libre Comercio con Canadá (CETA). Pero por otro lado, no existen mecanismos del mismo rango que obliguen a las transnacionales a respetar los derechos humanos. Pareciera que parte de la “ventaja comparativa” de un país se ubicara en el hecho de que no es muy exigente en el respeto de los derechos humanos, los derechos laborales o el medio ambiente. La única “protección” con la que se cuenta son los códigos voluntarios que radican en los informes de Responsabilidad Social Corporativa de las empresas, y en los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de la ONU. En otras palabras: se espera que las empresas se autorregulen.

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En el día de las personas que huyen

Por: | 20 de junio de 2016

Por Paula San Pedro, @psanpedro78, portavoz de Oxfam Intermón.

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Llegada de personas en busca de refugio a la isla de Lesbos (Grecia). Imagen de Pablo Tosco/Oxfam Intermón.

Hoy es el Día del Refugiado. Hay muy poco que celebrar. ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, hoy publicará sus cifras y lamentablemente todo indica que no habrá buenas noticias. Los conflictos de Siria, de Sudán del Sur, de Chad, de Afganistán, de República Centroafricana, de Somalia, son algunos de los ejemplos que auguran pocas esperanzas. Una de cada 122 personas en el mundo es refugiada, desplazada o solicitante de asilo. Muy probablemente la proporción caerá ante la intensidad de las crisis.

Esta realidad lejos de dejarnos inmunes debe movilizarnos, impulsarnos a actuar, exigir, responsabilizar. Y con ese espíritu hoy 14 organizaciones de la sociedad civil española que trabajamos con personas desplazadas nos hemos unido para mandar un mensaje claro y contundente al nuevo Gobierno que esperamos salga de las urnas el próximo domingo. Este nuevo gobierno, junto a un Parlamento renovado, debe asumir con responsabilidad el papel que tiene que representar España en la política exterior e interior. Debe empezar por ordenar bien su casa y eso pasa por impulsar y aprobar varias medidas. Entre ellas debe aprobar el reglamento de asilo y trasponer las Directivas europeas, ofreciendo un marco legal lo más garantista posible.

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Javier Bauluz-GreciaFoto: Javier Bauluz para Univision Noticias. Forma parte del reportaje Buscando refugio para mis hijos.

[Las noticias que nos rompen es el resultado de una colaboración de @3500M con la Fundación porCausa. Yuly Jara ha recopilado la información. Pueden encontrar aquí las historias anteriores.]

Nuestro storify de esta semana (ver abajo) comienza inevitablemente donde abrirán los medios de toda Europa: el asesinato miserable ayer de la diputada laborista Jo Cox. Tuve la suerte de trabajar con ella durante años en las campañas de Oxfam y guardo un recuerdo entrañable e inspirador. Menuda, impulsiva, siempre bien informada pero con el punto de radicalidad que inspira el activismo más eficaz, Jo transitó de las ONG a la política sin perder nunca de vista para quién estaba trabajando. En la pieza que hoy se publica en eldiario y que abre la lista de recomendaciones encontrarán las razones por las que todos la echaremos tanto de menos.

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Almendros, coraje y mujeres de Gaza

Por: | 16 de junio de 2016

 Por Enrique Mestre, Comité Internacional de Cruz Roja.

Segunda entrega de las historias e imágenes de mujeres recogidas por la fotógrafa palestina Samar Abu Elouf. ¿Qué significa ser mujer en Gaza hoy? En algunas de las imágenes, las mujeres llevan una guirnalda de ramas de almendro sobre la cabeza: un símbolo del coraje, de la primavera que llega tras el invierno. 

Salwa Srour Fadel (4)

 

 

Salwa Srour Fadel. Propietaria de un jardín de infancia, conductora de un autobús escolar.

Empecé a conducir el autobús hace cuatro años, porque los padres de los niños se quejaban de los chóferes que contrataba. Así que compré un autobús y comencé a recoger a los niños yo misma. Al principio era difícil, porque la gente se sorprendía. Me miraban fijamente o levantaban las cejas, pero yo no hacía caso y seguía conduciendo mi autobús. Los hombres palestinos a veces parecen tercos y aparentan no comprender, pero la verdad es que siempre me ayudan y muestran su apoyo. Como yo era la única mujer que conducía un autobús en Gaza, me dejaban saltarme la cola para comprar gasóleo, por respeto, porque soy mujer.

Refqa Abu Nahel (5)

Refqa Abu Nahel, 61 años. Abuela. Su marido falleció nueve meses después de que se casaran. Ella tenía 19 años. Su hijo, 14 días.

Solicité mi certificado de estudios de secundaria al mismo tiempo que el de mi hijo, 28 años después de haber terminado la escuela. Yo obtuve el mío, pero él no… Él tuvo que solicitarlo de nuevo al año siguiente. Cuando tuve mi certificado de estudios pude acceder a un trabajo como asistente del director de un colegio.

Fue difícil criar a un niño sin un padre, pero me fue bien y estoy orgullosa de haber educado a un buen hijo. El momento más feliz para mí fue cuando mi hijo tuvo a su propio niño. Como hijo único, él estuvo solo. Espero que mi nieto tenga un hermano o una hermana.

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No se puede ser Che Guevara y madre a la vez

Por: | 15 de junio de 2016

Por Almudena Díaz Pagés, @Almudipa, politóloga, especialista en Relaciones Internacionales y editora de Género de United Explanations.

A syrian love story

Fotograma del documental 'A Syrian Love Story'. 

“No se puede ser Che Guevara y madre a la vez”. Esta frase fue la que me cautivó para querer saber más sobre A Syrian Love Story, un documental íntimo sobre el alto coste humano que implica para millones de familias sirias pedir asilo en Europa. Un testimonio conmovedor y real que, si en cualquier momento sería esencial, hoy por hoy resulta ineludible.

A Syrian Love Story ha sido seleccionado en el festival del #DocsBarcelona, es una obra filmada durante más de 5 años a manos del director Sean McAllister, que nos ofrece una visión íntima y real sobre la vida de una familia siria atrapada en conflictos políticos y personales, desde antes de la primavera árabe hasta nuestros días.

Raghda y Amer se conocen en la cárcel. Tras meses de encarcelamiento, ambos se enamoran y al salir, deciden formar juntos una familia. Años más tarde, ella elabora una novela sobre su experiencia en la cárcel que la lleva de nuevo a prisión dejando atrás a su marido y sus hijos. Amer, responde movilizando protestas en las calles contra Al-Assad para conseguir la liberación de prisioneros políticos, y entre ellos, su esposa. Gracias a ello conoce a MacAllister, el autor del documental, quien absorbido por su relato, decide darle voz a través de su cámara.

El aumento de la tensión en las calles y la presión internacional fuerzan al Gobierno sirio a decretar una amnistía que libera de forma inesperada a cientos de prisioneros activistas, y Raghda vuelve a casa. Aunque no por mucho tiempo. El estallido de la primavera árabe en Siria intensifica la represión del régimen y McAllister es también detenido por las fuerzas de seguridad y encarcelado durante días. Raghda y Amer deciden huir con sus hijos al Líbano.

Las difíciles condiciones a las que se enfrenta la familia en el Líbano y las terribles noticias que llegan desde Siria erosionan la relación de la pareja. Raghda, atormentada por la frustración de no poder ayudar a su pueblo, decide volver a Siria y unirse a la oposición. Amer, hundido por la añoranza de su país y de su mujer, trata de sacar adelante a sus hijos en el Líbano en un contexto de grandes dificultades: sin dinero, sin trabajo, sin familia, sin derechos“Había días en los que Amer ni siquiera podía dar de comer a sus hijos”, nos cuenta el director.

Afortunadamente, Raghda consigue el estatus de refugiada política lo cual permite la reunificación de la familia en Francia. Pero ya no hay vuelta atrás. Amer es incapaz de superar el abandono de su mujer y Raghda, abrumada por tener que elegir entre su familia o luchar por la revolución, atraviesa momentos terribles de depresión en el país galo. "No se puede ser Che Guevara y madre a la vez”, reniega entristecido Amer.

Raghda, que en ningún momento olvida su deber como madre, se traslada a la frontera turca para trabajar como asesora política y cultural de la oposición. No se disculpa por su compromiso con la revolución pues defiende: “que para que algún día sus hijos puedan volver a su país, tiene que seguir luchando por una Siria libre”.

Amer, ya asentado con sus hijos en Francia, celebra que éstos puedan tener un futuro después del calvario atravesado siendo tan sólo unos niños: “un futuro que de ninguna manera habrían tenido en Siria”, enfatiza.

Es precisamente gracias a este hilo argumental, tan íntimo, que McAllister consigue un doble objetivo. Por un lado, acabar con los estereotipos creados alrededor de los refugiados que, si pudieran vivir con seguridad en su país de origen, sin duda lo harían. Y por otro, humanizar el drama de millones de sirios anónimos que pagan un alto costo humano buscando asilo en una Europa que les responde poniéndoles cifras y números, en vez de caras y nombres.

Sobre los autores

3.500 Millones es un blog coral dirigido por Gonzalo Fanjul. Este espacio es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que los protagonistas de la lucha contra la pobreza comparten su experiencia y sus propuestas.

Autor

  • Gonzalo FanjulGonzalo Fanjul lleva más de veinte años dedicado al activismo contra la pobreza, impulsa la iniciativa porCausa y colabora como investigador con diferentes think tanks, universidades y ONG

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