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3500 Millones

14448430_1592725537699229_4725690384791896064_n(1)Foto: Savvas Karmaniolas.

Terminamos la semana donde la empezamos, con una visión desasosegada del esfuerzo de la comunidad internacional para hacer frente a la crisis de refugiados y a la reforma del modelo migratorio. Nuestra primera pieza del storify (elaborado por Yuly Jara, de porCausa), es una reflexión simple pero cierta sobre el resultado de las reuniones que han tenido lugar en Nueva York estos pasados días: un monumental ejercicio de impostura (Hufftington Post). Tendremos oportunidad de hablar más sobre ello en este blog.

Mientras tanto, en tu vecindario, "una de cada tres familias numerosas se ha visto obligada a echar mano de ahorros o a contraer alguna deuda para llegar a fin de mes", nos cuenta 20 Minutos. No están mucho mejor en Italia, donde una medida del gobierno para facilitar el gasto cultural de los jóvenes ha sido recibida como "un regalo caído del cielo".

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¿Protegemos demasiado a los refugiados?

Por: | 22 de septiembre de 2016

Esta entrada ha sido escrita por Virginia Rodríguez (@VRBartolome), coordinadora de investigaciones de la Fundación porCausa. Esta entrada es parte de la serie especial publicada por @3500M y @porCausaorg con motivo de la Cumbre de la ONU sobre Refugiados y Migrantes.

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Foto: ACNUR.

La paradoja de nuestro sistema migratorio es que no hay modo de cumplir las normas de protección de fronteras sin vulnerar las normas de protección de personas. Y, como ha demostrado esta semana de debates en Nueva York, existe el serio riesgo de que en los próximos años perdamos un terreno ya ganado: en lugar de adaptar las obligaciones internacionales de protección a un contexto diferente y complejo, se está planteando una reinterpretación de estos derechos para proteger las fronteras frente a la llegada de terceros y a las amenazas a la seguridad. La crisis de los refugiados a la que hace frente Europa es un ejemplo ilustrativo de este dilema.

 

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 Esta entrada ha sido escrita por Helen Dempster (@helen_dempster), del equipo de comunicación del Overseas Development Institute de Londres.

OIM

Imagen de IOM / Francesco Malavolta

Para quienes se movilizan a favor de los refugiados y migrantes, esta semana es un punto de inflexión. Los líderes de todo el mundo se reúnen en Nueva York para hablar de la ‘crisis de refugiados’, el mayor flujo de refugiados y emigrantes del mundo desde la II Guerra Mundial. La Declaración de Nueva York, adoptada el lunes, traza la ruta para un nuevo pacto global para refugiados y migrantes hasta 2019.

Todavía está por ver la forma que tomará realmente esta iniciativa. Los estudios recientes del Overseas Development Institute (ODI) muestran que la única forma de gestionar efectivamente la migración y el desplazamiento es aumentar las vías legales para refugiados y migrantes. Esto ayudará a los gobiernos a predecir los flujos y tomar decisiones pragmáticas sobre cómo abordar mejor el reto migratorio. Se necesita un enfoque nuevo, global y coordinado. Los países no pueden afrontar, ni gestionar con eficacia, las migraciones por sí solos.

Nuestro informe muestra que los gobiernos europeos han gastado en dos años 17.000 millones de euros: al menos 1.700 millones en controles de frontera más estrictos y 15.300 millones en acuerdos bilaterales como el de Unión Europea-Turquía. Estas inversiones han sido eficaces para reducir el flujo de migrantes y refugiados en ciertas rutas (por ejemplo, de Turquía a Grecia). Solo 330.000 personas cruzarán el Mediterráneo este año, mientras en 2015 fueron 1.100.000.

Tomando como referencia estos números, se podría sacar la conclusión de que la política de la ‘Europa fortaleza’ está funcionando. Sin embargo, el informe ‘Refugiados y migrantes en Europa: flujos escondidos, fronteras reforzadas y costes que se disparan’ sugiere que aunque se reduzca el número de personas que llegarán este año a través de rutas abiertas y conocidas, incluida la ruta a través del Mediterráneo, casi 900.000 personas pedirán asilo en Europa este año. En la práctica esto significa que habrá más de 500.000 personas de cuyos viajes hacia Europa sabremos poco.

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Mapa para navegar la Cumbre de la ONU sobre Refugiados y Migrantes

Por: | 20 de septiembre de 2016

ONUFuente: ACNUR.

Transcurrido el primero de los días de esta semana neoyorquina de fastos sobre refugiados y migraciones, los avezados reporteros de porCausa han preparado para @3500M un primer storify de las noticias y reacciones que ha ido generando la cumbre. La serie se abre con una pedagógica explicación de Michael Clemens (Center for Global Development) acerca de lo que podemos y lo que no podemos esperar de estos tres días. Un análisis que el responsable de la ONU para los Derechos Humanos resume de forma simple: "Esta cumbre ha sido convocada, en gran medida, porque estamos fallando a millones de migrantes (...)".

De la ristra de discursos y declaraciones oficiales rescatamos las dos caras de la moneda: mientras Theresa May, Primera Ministra británica, adopta lo que The Guardian considera una "posición darwinista" en materia de protección internacional (esto es, diluir el derecho de asilo hasta hacerlo irreconocible), el canadiense Justin Trudeau exhibe los resultados del enfoque canadiense, considerablemente más humano e inteligente que el de Europa, EEUU o Australia. También recogemos los siete puntos propuestos por el mexicano Peña Nieto, que, si bien no hace una aportación revolucionaria, dejan el discurso de nuestro rey en el nivel de una redacción de primaria.

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No todas las personas que huyen vienen a Europa

Por: | 20 de septiembre de 2016

En la entrada de hoy para nuestro especial sobre la Cumbre de Refugiados y Migrantes de la ONU, la Directora de Acción Humanitaria de Oxfam Intermón, Bárbara Mineo, ofrece una perspectiva poco habitual en el contexto de este debate público: la de los refugiados y desplazados que no se dirigen a Europa. 

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Desplazados realizan tareas de limpieza en el campo de Grand Séminaire, a las afueras de Bangui. Imagen de María José Agejas / Oxfam Intermón

Viajo sentada cómodamente en el tren mientras leo los documentos de la Cumbre de Naciones Unidas de Refugiados y Migrantes de New York. No puedo evitar que mi pensamiento vaya  hacia una mujer de la República Centroafricana que encontré hace tiempo durante una de mis visitas a Bangui.

Lo que más me impresionó de ella fue su mirada perdida en la nada, porque todo lo había perdido. Tuvo que huir de su casa, en un pueblo del interior, y recorrer un largo y duro camino en búsqueda de un lugar más seguro dentro de su propio país. No hace falta decir que desplazarse de un lugar a otro en ciertos países y continentes no es tan fácil como aquí. Su ruta fue una auténtica pesadilla.

Últimamente la atención está puesta, cuando la hay, sobre el problema de los refugiados y de los migrantes que logran acercarse a las puertas de Europa. Pero esta es solo la punta del iceberg, una pequeña parte de una realidad mucho más grande, dura y compleja que está fuera de Europa. La mayoría de las personas que cada día viven entre la vida y la muerte, que ven violados sistemáticamente sus derechos, que sufren abusos y violencia indiscriminada, son, por ejemplo, aquellas personas que se desplazan de un lugar a otro dentro de su mismo país, porque es lo más lejos que logran llegar

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Captura de pantalla 2016-09-18 a las 19.54.42Refugiados huyendo de Siria. No son los únicos que no tienen ni idea de dónde acabarán. Foto: ACNUR (Anadolu Agency/A.I. Oztury). 

De tanto interpretar a la baja las leyes de asilo y refugio para evitar una reacción de rechazo en las poblaciones europeas, sus gobiernos y las instituciones de la UE han hecho precisamente lo que los xenófobos siempre han querido: provocar primero la histeria colectiva y anteponer después la supuesta "seguridad" a cualquier otra consideración, incluyendo el cumplimiento de las obligaciones internacionales. El discurso del Presidente de la Comisión, Juan Claude Juncker, durante el debate sobre el estado de la Unión esta semana fue un reflejo fiel de esta derrota: "Tengo la convicción que una solidaridad mayor sería necesaria pero también que la solidaridad es un acto voluntario. Debe salir del corazón. La solidaridad no se puede imponer".

La solidaridad tal vez no, pero las leyes que regulan la responsabilidad internacional de protección sí que pueden y deben ser impuestas, un asunto que la UE ha dejado en entredicho con su actuación y que determinará la cumbre que tendrá lugar mañana en la Asamblea General de la ONU para tratar la situación global de refugiados y migrantes. En una declaración sin precedentes, los jefes de estado y líderes de 193 países establecerán un compromiso basado en cuatro puntos: la protección de los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes; una campaña global contra la xenofobia; desarrollar antes del fin de 2018 un pacto global para una regulación segura, ordenada y regular de las migraciones; y asegurar un reparto equitativo de las responsabilidades de acogida e integración de todos los refugiados.

Por decirlo de forma simple, si el rasero de estos compromisos es el que ha establecido la UE durante estos cuatro años, yo no iría descorchando el champán.

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Migrantes deportados en un vuelo de Air Europa. Foto tomada del Diario Diagonal/Juan Luis Sánchez.

Esta semana Las noticias que nos rompen que elaboramos junto con la Fundación porCausa hablan de héroes y de villanos. El contexto -como ya es tristemente habitual en las historias que destacamos- es la dramática situación de los centenares de miles de refugiados que han llegado hasta Europa en los últimos años buscando la protección que les garantizan las leyes internacionales. La crisis no cede y la respuesta de la UE no varía. Nuestras historias nos acercan a tres rincones del continente en donde gobiernos de muy diferente pelaje demuestran que Europa es perfectamente capaz de dejar a un lado sus diferencias ideológicas cuando las prioridades están claras. Francia y el Reino Unido (socialistas salmón pálido y conservadores de corte hooligan) se preparan para levantar en Calais un nuevo muro de la vergüenza que evite las escapadas del gueto inmundo en el que se ha convertido el campamento de refugiados e inmigrantes. Eso sí: como aclara el redactor de The Guardian, el lado del muro que mira a la población francesa contará con "plantas y flores para reducir su impacto visual en el pueblo". Para que luego digan.

En el caso de Grecia (comunistas de nuevo cuño), la amenaza proviene de los menores extranjeros no acompañados (Human Rights Watch). Estirando la interpretación de la ley hasta un punto que habrá hecho palidecer de envidia al mismísimo ministro Fernández Díaz, las autoridades de este país no solo detienen a menores de forma sistemática y durante períodos prolongados, sino que las condiciones de su internamiento son a menudo deplorables. Cómo coger un cuarto de siglo de Convención de Derechos del Niño y limpiar con ello los restos de musaca. 

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Rescatando el contrato social (y 2)

Por: | 15 de septiembre de 2016

Desigualdad-el-roto

El Roto.

La semana pasada hablábamos en este blog de la crisis de la desigualdad en España, que no es sino una réplica a escala del fenómeno global que conocemos demasiado bien: mientras una minoría próspera y segura se beneficia de las capacidades y recursos para desenvolverse en el entorno económico y sufragar su propio “Estado del bienestar”, una masa amplia de clase media precaria vive marcada por la vulnerabilidad y una fracción queda condenada a vivir en la pobreza como consecuencia de un ascensor social roto. Como ha demostrado el caso estadounidense, esta realidad es perfectamente compatible con la creación de empleo y ciertos niveles de crecimiento económico, porque sus claves residen en el reparto de las rentas del trabajo y el capital. Dicho de otro modo, los discursos de PP y Podemos pueden ser simultáneamente ciertos, porque hablan de cosas diferentes.

La reducción de la brecha de desigualdad es, junto con el dilema entre nacionalismo y cosmopolitismo, uno de los dos grandes debates de nuestro tiempo. Les ofrezco tres claves que me ayudan a navegar este asunto:

· Un debate objetivo e informado: El tono general de esta conversación es alarmantemente superficial. Las universidades y los (muy escasos) think tanks que estudian este asunto en nuestro país rara vez consiguen hacerse hueco en una conversación pública acelerada, sesgada e híperopinativa que admite poco más que lugares comunes y titulares gruesos. Algunas iniciativas periodísticas y académicas se han esforzado en los últimos años por cubrir este hueco y merecen ser consultadas con regularidad: Agenda Pública, Ctxt, Piedras de papel, Politikon, Economistas frente a la crisis, The conversation o porCausa son solo algunas de ellas.

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Repensar la malnutrición infantil

Por: | 14 de septiembre de 2016

Por Rubén Villanueva, desde Bangkok

Malnutrición infantil

No es tan sencillo: la nutrición infantil no depende solamente del ingreso familiar. Imagen: Unicef.

Algunos problemas saltan a la palestra pública durante la crisis, y pierden la atención cuando amaina el temporal. Es lo que ha pasado con malnutrición infantil. En España lo sabemos bien, y otros países conviven con la misma paradoja.

En contra de lo que pueda parecer, la idea de que tener ingresos equivale a tener una buena nutrición no es necesariamente cierta. Los datos indican que en muchos de los países con mayores cifras de casos de niños que sufren retraso en el crecimiento -como Pakistán, Indonesia o Bangladesh- la tasa de malnutrición infantil entre el estrato más rico de la población aun excede sobradamente el 20 por ciento considerado como aceptable por la Organización Mundial de la Salud. Es decir, que la malnutrición infantil no es tan sólo un problema exclusivo de los más pobres, sino a menudo un problema social enquistado.

Hasta hace muy poco, la lucha global contra la malnutrición infantil ha estado compuesta por programas nutricionales de carácter específico. Más recientemente ―a raíz de la publicación en 2013 de una serie de investigaciones sobre nutrición materno-infantil en la revista científica especializada The Lancet―, se ha empezado a aceptar de una forma más generalizada que la mayoría de las formas de malnutrición infantil están relacionadas no sólo con factores como la salud materno-infantil o la disponibilidad de comida especializada y nutrientes, sino también con el acceso a agua y saneamiento, prácticas culturales, factores políticos y sociales.

The Lancet estimó que replicar a grande escala diez programas nutricionales de carácter específico y de efectividad probada llevaría a una reducción de la tasa global de retraso en el crecimiento de tan sólo un 20 por ciento. Mientras que innegablemente ello supondría una mejora considerable de la salud y el desarrollo infantiles, aun nos quedaríamos cortos y demasiado lejos de solucionar el problema. La Asamblea Mundial de la Salud se ha marcado como meta una reducción de la tasa global del 40 por ciento para 2025.

Por esa razón, la comunidad internacional ve necesario un nuevo tipo de intervenciones adicionales “sensibles” a la malnutrición para combatirla de una forma más efectiva. Pero, de qué tratan realmente estos nuevos programas y cuál es la diferencia en relación a las tradicionales formas de lucha contra la malnutrición, se preguntarán algunos. Hasta ahora, la mayoría de programas han tratado las causas inmediatas de la malnutrición infantil, esto es, los factores relacionados directamente con el consumo infantil de alimentos y el estado de salud de los propios niños.

Por el contrario, esta nueva ola de programas pretende abordar sus causas subyacentes: aquellas que afectan al niño de una forma indirecta, tales como el nivel de renta familiar, el acceso a una dieta suficiente, nutritiva y equilibrada, la disponibilidad y calidad de los servicios de salud o los recursos disponibles  para una buena alimentación y cuidado. La principal novedad sin embargo radica en que mientras que la lucha contra la malnutrición infantil no estaba entre los objetivos principales de este tipo de programas, ésta ha sido añadida con posterioridad.

Esto significa que deberán asumir la medición del impacto de sus acciones sobre estos nuevos indicadores, cosa que no ocurría antes. Además, incluye nuevos sectores más allá del ámbito puramente materno-infantil como el sector agrícola, el de la protección infantil, el de agua y saneamiento, el de educación y el de la protección social.

Este último destaca de entre los varios sectores como uno de los que más activamente están contribuyendo a repensar la lucha contra la malnutrición infantil por la forma en que interrelaciona pobreza y malnutrición. Históricamente, en los países de renta media y baja los programas de protección social se han centrado casi exclusivamente en la reducción de los niveles de pobreza.

Durante estos últimos años ya se habla de programas de protección social sensibles a la nutrición. Sin embargo, en un momento en que los sistemas de protección social más desarrollados del Norte industrializado aún se están recuperando de la sacudida de la última crisis económica y social y nuevos sistemas se encuentran aún en fase de consolidación y expansión, el potencial de este tipo de programas para atajar la malnutrición infantil aún está por ver.

La parte más difícil ya ha sido superada. El cambio de paradigma ya es un hecho.

Rescatando el contrato social (1)

Por: | 09 de septiembre de 2016

Rato1"Cheers!". Fuente: Hufftington Post.

El 20% más próspero de los españoles acumula una riqueza que multiplica por siete la del 20% más pobre. Cuatro de cada diez jóvenes menores de 30 años está desempleado y uno de cada cinco de los que tienen empleo sigue atrapado en la exclusión social. Los hijos se han convertido en un factor de riesgo para las familias más vulnerables y los indicadores de desigualdad de ingreso, educación y satisfacción vital en la infancia han empeorado de forma alarmante a lo largo de la crisis. Los mecanismos de lo que se conoce como ‘transmisión intergeneracional de la pobreza’ condenarán a los hijos de muchos de los que ahora han quedado atrás, consolidando en España un modelo de 'ascensor social roto'.

Son datos de la OCDE, Eurostat, UNICEF y Caritas, no del círculo de Podemos de Lavapiés. Los economistas más críticos y los organismos internacionales más ortodoxos llevan años advirtiéndonos sobre el doble riesgo de la excesiva inequidad: el golpe para los directamente afectados y las costosas consecuencias para el conjunto de la sociedad, como la pérdida de productividad, la desafección democrática o la caída de la natalidad. De acuerdo con una encuesta realizada por Metroscopia a principios de este verano, la fractura de la desigualdad social es un hecho cierto para nueve de cada diez españoles, la gran mayoría de los cuáles se teme que tenemos problema para largo.

Si todo el mundo parece haberse dado cuenta, ¿por qué ignoran esta situación quienes tienen la responsabilidad de corregirla?

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Sobre los autores

3.500 Millones es un blog coral dirigido por Gonzalo Fanjul. Este espacio es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que los protagonistas de la lucha contra la pobreza comparten su experiencia y sus propuestas.

Autor

  • Gonzalo FanjulGonzalo Fanjul lleva más de veinte años dedicado al activismo contra la pobreza, impulsa la iniciativa porCausa y colabora como investigador con diferentes think tanks, universidades y ONG

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