Mientras el negociador nuclear iraní Said Yalilí y la alta representante europea Catherine Ashton trataban de convencerse (y convencernos) de que su reunión en Estambul no era una nueva pérdida de tiempo, el presidente Ahmadineyad hacía otra de las suyas. En una visita sin precedentes, ni en su mandato ni en las tres décadas de régimen islámico, el político populista viajó la semana pasada a Abu Musa, una isla en aguas del golfo Pérsico cuya soberanía reivindica Sharjah, uno de los siete miembros de la federación de Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Como era previsible, el gesto ha irritado sobremanera a los gobernantes emiratíes que, como el resto de las monarquías de la península Arábiga, recelan de las ambiciones (no sólo nucleares) de su vecino persa. EAU ha retirado a su embajador en Teherán y logrado el respaldo moral y diplomático de sus socios del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). Los ministros de Exteriores de ese foro al que la Primavera Árabe ha sacado del letargo se reunieron el martes por la noche en Doha para condenar la “provocativa” visita, apoyar la reivindicación de EAU sobre las tres islas ocupadas por Irán y respaldar los llamamientos de esa federación a una solución negociada de la disputa en un tribunal internacional.
La cuestión es qué pretendía Ahmadineyad. ¿Qué gana Irán con la actitud jactanciosa de su presidente? Habrá quién interprete la visita en clave interna, tratando de justificarla como una forma de azuzar el exacerbado nacionalismo iraní en un momento en que la mínima flexibilidad en las conversaciones nucleares puede leerse como un paso atrás. Pero la realidad es que en Estambul no ha habido ningún avance tangible más allá de que los iraníes no han dado un portazo, las grandes potencias han aceptado que la próxima reunión sea en Bagdad (como pedía Teherán) y ambas partes han evitado las (habituales) recriminaciones mutuas ante la innegable presión de la amenaza de un ataque israelí. Tampoco está claro que los trucos populistas del presidente iraní surtan efecto más allá de su club de fans. Sus compatriotas, que le sufren desde hace siete años, no se chupan el dedo.
Al contrario, la chulería de presentarse en Abu Musa parece destinada a aumentar la antipatía que despierta el régimen entre sus vecinos. Añadiendo leña al fuego, la agencia de noticias estatal, Irna, ha anunciado que un tour operador va a organizar excursiones a ese islote (algo que los analistas ponen en duda porque el lugar está totalmente militarizado). Da la impresión de que Ahmadineyad quisiera hacer buena la tesis de un entorno hostil, el único en el que da la impresión de sentirse cómodo a pesar de sus sermones moralizantes sobre las buenas relaciones con todos los países del mundo. Como le han recordado los dirigentes emiratíes, su visita “contradice las políticas de buena vecindad” de las que tanto le gusta jactarse.
Es sobre todo una provocación gratuita. Los portavoces iraníes mencionan a menudo que su país no tiene ambiciones territoriales, que no ha invadido ningún territorio desde hace tres siglos. Recuerdan que la guerra con el vecino Irak (1980-1988) fue una guerra defensiva, una “guerra impuesta”, como la denomina la propaganda oficial. Las tres islas que reivindica EAU (Abu Musa, Tonb Mayor y Tonb Menor) fueron anexionadas por el shah de Persia cuando los británicos se retiraron de los Estados de la Tregua, como se conocía entonces al rosario de emiratos que bordean la costa occidental del Pérsico. Aunque Saddam mencionó esa ocupación al principio de su agresión a Irán, EAU por razones obvias de tamaño y de poderío militar nunca ha intentado recuperarlas por la fuerza.
El jeque Zayed, fundador de la federación, levantó la ciudad de Al Mirfa para alojar a los habitantes de Abu Musa que prefirieron trasladarse a tierra firme antes que quedar bajo administración iraní. Y EAU mantuvo una escuela, una clínica y una central eléctrica hasta que a principios de los noventa Irán expulsó a los empleados extranjeros que trabajaban en ellas. Desde el principio, Abu Dhabi ha recurrido a la ONU y propuesto un arbitrio internacional para solucionar el asunto, algo a lo que Irán se niega amparándose en su soberanía histórica sobre las islas, una soberanía que los sectores más nacionalistas extienden al reino de Bahréin. Pero no nos engañemos, además de lazos históricos lo que esos islotes, situados muy cerca del estrecho de Ormuz, representan es aguas territoriales y, por tanto, un lugar estratégico tanto para la extracción de hidrocarburos como para el tráfico marítimo.
Hace cuatro años, también en un momento de tensión, el Gobierno de Teherán abrió dos centros administrativos en Abu Musa. Ahora, un presidente debilitado (por las dudas que suscitó su reelección, por sus diferencias con el líder supremo y por su mala gestión económica) trata de mostrarse como un estadista que defiende la soberanía nacional. Es un gesto muy peligroso en un período especialmente delicado de las relaciones regionales e internacionales de Irán. Los intereses de ese país estarían mejor servidos con un dirigente que buscara aliados en vez de enemigos entre sus vecinos, y en el mundo en general.
Hay 10 Comentarios
RAMON, no te das cuenta de que la periodista Angeles Espinosa comenta los acontecimientos del Medio Oriente, no los del Caribe?, ..pero....cual es tu pretension?
Publicado por: Moises Persyko | 20/04/2012 1:57:07
SERÍA INTERESANTE QUE LA PERIODISTA ÁNGELES ESPINOSA DEDICARA UN ARTÍCULO SOBRE LAS BASE AMERICANA DE GUANTANAMO,UN TERRITORIO CUBANO OCUPADO MILITARMENTE POR ESTADOS UNIDOS DESDE 1902 Y QUE SE NIEGAN A DEVOLVER A SU LEGÍTIMO DUEÑO, EL PUEBLO CUBANO.
Publicado por: RAMON | 20/04/2012 0:21:52
Da la impresión de ridículo espantoso. Pero al ser espantosa la situación de la ciudadanía, entonces deja de ser ridículo. Una pena que se utilicen tanto los eufemismos. Me parece atroz denominar a la guerra civil primavera árabe
Publicado por: Belén Mtnez. Oliete | 19/04/2012 22:25:39
AHMED: PONTE DOBLE CALZONCILLO Y EXPLOTA YA DE UNA VEZ! ASÍ LLEGARÁS 'ENTERO' AL PARAISO Y A LAS LAS 72 VIRGENES DE OJOS NEGROS!! QUE LAS DISFRUTES!! BYE, BYE!!
Publicado por: Alá | 19/04/2012 20:38:42
Yo diría que Almadineyad juega al mismo juego que los demás, es decir, a lo que juega la secretaria de estado Norteamericana Hillary Clinton, cuando visita Myanmar, o a lo que juega su ejército haciendo maniobras en el Mar de China. Es el mismo juego, también, del Reino Unido cuando manda a Guillermo a las Malvinas. Este es un juego muy practicado por todos nosotros, y en el que nos sentimos muy cómodos hasta que los demás lo juegan. El juego es el de la intimidación, y la provocación, en el que somos maestros y los demás principiantes. También sirve, el juego, para enjuagar problemas domésticos como hacen los demás políticos mundiales, que se lo cuenten a Bush o a Sarkozy, que se lo cuenten a Obama o Cameron. En ocasiones no se quedan en los gestos, y las simples amenazas sino que emprenden acciones militares de ocupación e intimidación en puntos estratégicos vitales. Esto solo pueden hacerlo jugadores con muchas cartas, para advertir a sus enemigos que no se replegarán de sus posiciones mientas les sea posible. Abu Musa no está muy lejos de Irán, a penas unos pocos kilómetros, un Perejil en disputa. El Golfo Pérsico está a más de 9.000 kilómetros de las costas Norteamericanas, y no consideramos por ello que sea una provocación tener en sus proximidades una cantidad extraordinaria de efectivos y buques de guerra, que digo yo no estarán ahí para proteger a los países de esos que llamamos libres y democráticos, amenazados por las terribles dictaduras, pues en aquel horizonte no se ve ninguno. Estar ahí, lejos de nuestras fronteras, lo percibimos como algo lógico ya que estamos para, por decirlo suavemente, proteger nuestros intereses, auque solemos decir que es para proteger a la población civil de sus crueles dirigentes (sic). Nuestros intereses tienen la mala costumbre de estar muy lejos de nuestros territorios soberanos, y ni siquiera contemplamos la posibilidad de que otros se muevan un metro de sus fronteras para reivindicaciones nacionalistas, económicas, políticas o militares, esto lo consideramos una falta de respeto y una provocación, ¡por dios! que un dirigente persa se vaya a una islita del Golfo Pérsico, ¡provocación! Entonces escribimos un encendido articulito sobre Almadineyad, un tratado de chulería, lo que sin duda para nosotros es una ruptura de las reglas de buena vecindad, que se escriben en el cielo, los vecinos son otros, claro está, nosotros estamos allí con nuestros barquitos de la paz, para garantizar las normas del juego que nosotros mismos hemos impuesto. A esta actividad tan lúdica dedicamos mucho dinero y esfuerzo. Esta severidad periodística y moral, que aplicamos a Irán, somos incapaces de aplicarla a nosotros mismos, que a fin de cuentas somos, los inventores del juego.
Publicado por: orin | 19/04/2012 19:34:00
Vease Lage pelicula de director Iran Ali S ahad
La ola verde.
A partir de ahi, erste sr. Es muy peligroso
Publicado por: carmen martinez-cava | 19/04/2012 18:53:51
Pues, lo que más destaca de la personalidad pública del presidente iraní, además de su corta estatura y de su muy mal rasurada perilla, es su actitud amenazadora y de confrontación.
Publicado por: Tucho | 19/04/2012 15:56:24
Pues, lo que más destaca de la personalidad publica del presidente iraní, además de su corta estatura y de su muy mal rasurada perilla, es su actitud amenazadora y de confrontación.
Publicado por: Tucho | 19/04/2012 15:54:37
No sé si con la crisis internacional estará alguno de los bandos dispuestos a gastar pasta en bombas, lo dudo mucho. Son bravuconerías y lucimiento de plumas por no estar callados.
Publicado por: en crisis | 19/04/2012 15:25:20
Ahmadinejad les está dando palos a todos los imperialistas y está ganando la batalla. ¿a ti no te gusta ganar batallas?
Publicado por: Ahmed | 19/04/2012 14:57:29