Ángeles Espinosa

Descanso obligatorio para los 'esclavos'

Por: | 15 de junio de 2012

Justo cuando en España empezamos a soñar con las jornadas intensivas, la prensa de Emiratos anuncia que desde hoy y hasta el 15 de septiembre, todos los trabajadores al aire libre deberán descansar por ley entre las 12.30 y las 15.00 horas, salvo reparaciones de emergencia. Hay que haber experimentado la inclemencia de este clima para comprender lo que significa. La norma, que EAU aplica desde 2004, es sin duda un avance respecto a la época en que visité por primera vez la península Arábiga hace 25 años. Entonces, algunos occidentales bromeaban con que los termómetros nunca llegaban a los 50º C.

Qatar_migrantworkers_05_preview
HRW

“¿Sabes por qué?”, preguntaban a la despistada recién llegada. “Porque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prohíbe que se trabaje en exteriores por encima de esa temperatura”. Era su forma, un tanto cínica, de señalar los abusos que se cometían con esos ejércitos de trabajadores extranjeros, principalmente procedentes del subcontinente indio, sobre cuyos hombros se han levantado las espectaculares ciudades que han transformado las petromonarquías del desierto.

Aunque hay diferencias entre los seis estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (además de EAU, Arabia Saudí, Kuwait, Bahréin, Qatar y Omán), todos comparten una desproporcionada dependencia de la mano de obra extranjera para su desarrollo y la ausencia de protección para estos trabajadores. Ninguno de los ricos países petroleros reconoce el derecho de huelga o a formar sindicatos. De forma más o menos estricta, todos tienen en pie un sistema de contratación que convierte a los trabajadores en rehenes de su sponsor o patrocinador, un nacional que cobra por facilitar su entrada en el país y que con frecuencia confisca su pasaporte.

Al hilo del Mundial de fútbol de 2022 que va a celebrarse en Qatar, Human Rights Watch (HRW) ha aprovechado para llamar la atención sobre las condiciones de explotación y abuso que cientos de miles de obreros de la construcción afrontan en ese país que tiene una de las rentas per cápita más altas del mundo. Los inmigrantes constituyen el 94% de la fuerza laboral de Qatar, 1,2 millones de sus 1,7 millones de habitantes. Y podría reclutar hasta otro millón más para construir los estadios y el resto de las infraestructuras necesarias para ese evento deportivo.

En Construir una mejor Copa Mundial: Protección de los trabajadores migrantes en Qatar de cara a la FIFA 2022, HRW denuncia “un sistema de reclutamiento y empleo que atrapa a los trabajadores en condiciones de trabajo forzoso”. Esa organización de defensa de los derechos humanos ha documentado desde las tasas desorbitadas que los inmigrantes tienen que pagar para obtener un contrato, hasta el control abusivo que otorga a los empleadores el sistema de patrocinio, pasando por las deplorables condiciones de alojamiento.

Qatar_migrantworkers_02_preview
HRW

“Qatar tiene una de las leyes de patrocinio más restrictivas de la región”, según HRW, “ya que los trabajadores no pueden cambiar de empleo sin el permiso de sus patronos, independientemente de que hayan trabajado durante dos o veinte años, y todos necesitan que el empresario que los patrocina firme un permiso de salida antes de que puedan abandonar el país”.

Además de Qatar, sólo Arabia Saudí mantiene el problemático sistema de permisos de salida y la prohibición de cambiar de trabajo. Otros países permiten a los trabajadores variar de empleo después de cumplir su contrato, o después de un período de dos a tres años con su primer empleador. La situación se agrava con los obstáculos para presentar quejas o buscar resarcimiento, lo que hace que los abusos pasen desapercibidos para las autoridades que niegan su existencia.

“No nos quejamos, porque si lo hacemos, la empresa nos castigará”, confío Himal K., un obrero de la construcción de 18 años procedente de Nepal. La mayoría de los entrevistados por HRW, habían hipotecado sus casas o vendido propiedades familiares para obtener sus empleos, y se enfrentaban por lo tanto a tremendas presiones para permanecer en sus puestos de trabajo, al margen de las condiciones. Todos dijeron que sus patronos les habían confiscado el pasaporte, y en algunos casos se negaron a devolvérselos cuando se los pidieron.

La OIT señala que la confiscación de pasaportes es un indicador fundamental del trabajo forzoso, en especial cuando se combina con la amenaza o la posibilidad de sanciones penales, la denuncia de los trabajadores a la policía, el despido o las trabas para obtener otro empleo, temores todos ellos que comparten los trabajadores en Qatar.

De ahí que HRW haya pedido tanto al Gobierno de Doha como a la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) que cumplan “su compromiso de respetar los derechos de los trabajadores con vistas al Mundial de 2022”. También ha hecho un llamamiento a las empresas de construcción para que acaten las normas internacionales de trabajo.

Si no se garantizan esos derechos básicos de los trabajadores, será difícil disfrutar de los partidos para esa Copa sabiendo cómo se ha llegado hasta allí.

Hay 1 Comentarios

Esos países ricos del golfo son lo peor que puede haber sobre la tierra en lo que concierne el trato reservado a los trabajadores inmigrantes. Los tratan literalmente como ESCLAVOS. Allí es donde hay que luchar por los derechos humanos, en esos países ricos que esclavizan a sus hermanos en la humanidad. Como musulmán reniego de ellos y reniego de sus actos. El profeta Muhammad ya lo dejo dicho en un hadith sobre los tiempos finales. En un pasaje dice que cuando los pastores de camellos se dediquen a competir entre ellos a ver quien levanta el edificio más alto, eso será una señal de la inminente llegada del Apocalipsis. ¡Gracias por hablar de este tema! Espero que las instituciones de defensa de derechos humanos metan mano en el asunto, y espero que los lectores se den cuenta que los países Occidentales, esos gobiernos que los pueblos han elegido dizque democráticamente, tienen como aliados a estos medievales e impresentables gobiernos y nunca los critican ni dejan que se les critique. A veces permiten que se publique algo, pero solo para que no se diga que no han dicho, y luego todo es relegado al olvido.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

Sobre la autora

lleva dos décadas informando sobre Oriente Próximo. Al principio desde Beirut y El Cairo, más tarde desde Bagdad y ahora, tras seis años en la orilla persa del Golfo, desde Dubái, el emirato que ha osado desafiar todos los clichés habituales del mundo árabe diversificando su economía y abriendo sus puertas a ciudadanos de todo el mundo con sueños de mejorar (aunque también hay casos de pesadilla). Ha escrito El Reino del Desierto (Aguilar, 2006) sobre Arabia Saudí, y Días de Guerra (Siglo XXI, 2003) sobre la invasión estadounidense de Irak.

Eskup

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal