Uno de los abogados detenidos a mediados de julio
Emiratos Árabes Unidos (EAU)
Desde el pasado 16 de julio, EAU ha detenido a 36 activistas de la sociedad civil y defensores de los derechos humanos. Entre ellos se encuentran dos destacados abogados contra los que no se ha presentado ninguna acusación según ha informado la organización Human Rights Watch (HRW). La última oleada de detenciones se produjo los pasados lunes y martes, con lo que se eleva a medio centenar los encarcelados desde el pasado marzo. HRW y otros grupos de derechos humanos denuncian que se desconoce el paradero de 38 de ellos.
En la anterior ocasión, a mediados de julio, los 18 detenidos fueron acusados de “oponerse a la Constitución” y “estar vinculados a organizaciones con agendas extranjeras”, según el fiscal general, Salem Said Kubaish. Esa acusación se refiere sin mencionarlo al Islah (Reforma), un grupo islamista local que las autoridades identifican con los Hermanos Musulmanes cuyo acceso al poder tras las revueltas en Túnez y Egipto ha creado una enorme preocupación entre las monarquías de la península Arábiga.
Entre los encarcelados había abogados, activistas de los derechos humanos y blogueros.
“Las autoridades equiparan de forma deliberada cualquier signo de crítica del sistema a un peligro para la seguridad nacional con el objetivo de silenciar la disensión”, denuncia Reporteros Sin Fronteras (RSF) que pide la inmediata liberación de los detenidos. La mayoría de ellos firmaron el año pasado una petición para que el Consejo Nacional Federal, un proto parlamento, sea dotado de poderes legislativos y de control sobre el Ejecutivo.
Aquella petición estuvo promovida desde el foro de debate democrático Al Hewar, que administraba Ahmed Mansur. Este activista liberal laico y otros cuatro participantes en el foro fueron encarcelados en abril de 2011 y condenados a finales de noviembre a penas de entre dos y tres años de cárcel por “insulto a los dirigentes emiratíes” y “llamamiento a manifestarse contra el régimen”. El presidente de EAU, el jeque Jalifa, les perdonó al día siguiente de conocerse la sentencia.
A diferencia de aquel caso, la mayoría de los detenidos este año son islamistas, incluido un primo del emir de Sharjah, uno de los siete emiratos. Aunque los miembros de Islah admiten que comparten objetivos con los Hermanos Musulmanes, niegan que tengan vínculo alguno con grupos extranjeros. Pero el temor de las autoridades, parece reflejado en las declaraciones del jefe de la policía de Dubái, Dhahi al Tamim, que ha acusado a la cofradía de querer desestabilizar la región. EAU no permite ni los partidos políticos ni las manifestaciones.
Significativamente, también a mediados de julio se ha expulsado del país a Ahmed Abdulkhaleq, uno de los cinco detenidos por participar en el foro de Al Hewar. Abdulkhaleq, deportado a Tailandia, hacía campaña por los derechos de los apátridas. Conocidos como bidún, por la palabra sin en árabe, son miembros de familias originarias de otras zonas de la península Arábiga o de Irán que no lograron obtener la nacionalidad cuando se creó EAU en 1971. Los entre 10.000 y 100.000 los afectados, según las fuentes, están al margen del generoso estado de bienestar emiratí y se quejan de discriminación a la hora de obtener empleo.
Otro siete detenidos el año pasado, esperan que un tribunal de apelaciones revise los dos decretos presidenciales que el año pasado les retiraron la nacionalidad por constituir “una amenaza a la seguridad nacional”. La vista ha sido retrasada para el próximo octubre. Hasta ahora, a EAU no ha llegado la agitación política y social que desde el año pasado sacude buena parte del mundo árabe. Al contrario, si acaso se ha beneficiado indirectamente de la inestabilidad en su entorno inmediato. Gran parte del turismo regional que hasta ahora se dirigía a Bahréin, Egipto o Líbano se ha reorientado hacia Dubái, la principal ciudad-Estado de esa unión. Pero, sobre todo, muchos capitales han buscado refugio en la seguridad de su sistema financiero o en su sector inmobiliario, dando un impulso a la recuperación económica tras la crisis de 2009.
¿El secreto? Los analistas han apuntado a la legitimidad del sistema de gobierno, principados hereditarios de raíz tribal; a la prosperidad económica (Abu Dhabi, el único emirato rico en petróleo, redistribuye entre los demás, y Dubái ha logrado otras fuentes de ingresos), y a la escasa población nacional (apenas un 10% de los 8 millones de habitantes de EAU). Las autoridades también han tomado algunas medidas preventivas como la ampliación del número de grandes electores que eligen el Consejo Nacional, el aumento de los sueldos de los empleados públicos (donde se concentran los trabajadores nacionales) y la concesión de la nacionalidad a hijos de mujeres emiratíes casadas con extranjeros. Sin embargo, y aunque la mayoría de los emiratíes parecen satisfechos, las recientes detenciones revelan que existe un debate sobre la libertad de expresión y la necesidad de una mayor participación política.