Ángeles Espinosa

Mientras Siria arde (2)

Por: | 03 de agosto de 2012

Omán.

Las protestas que mayor sorpresa causaron el año pasado a los diplomáticos y periodistas que trabajamos en esta parte del mundo, fueron las que acontecieron en Omán. El apacible sultanato era el último lugar del mundo donde alguien podía detectar algún malestar con el estado de cosas. La autocracia benevolente de Qabús había logrado un desarrollo a escala humana y un reparto del bienestar que no mostraba aristas. Hasta que estalló Sohar.

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Manifestación el año pasado en Sohar./Wordpress

Entonces salió a la luz que una cuarta parte de los omaníes en edad de trabajar estaba en paro (a pesar de que un tercio de los 3,2 millones de habitantes del sultanato son mano de obra extranjera) y que el generoso estado de bienestar no alcanzaba a todos por igual. La rapidez con que el sultán Qabús cesó a un tercio de su Gobierno, implantó un subsidio de desempleo y anunció la creación de miles de puestos de trabajo, logró calmar el descontento. Pero sólo hasta cierto punto.

El malestar ha seguido cociéndose a fuego lento. En mayo y junio, cientos de empleados de empresas del sector petrolero bloquearon el acceso de los obreros a las instalaciones de la compañía nacional para pedir un aumento de sueldo.

A mediados de julio, dos centenares de jóvenes omaníes volvieron a manifestarse en Sohar con pancartas en las que pedían empleo, mejores condiciones de vida y que se acabe con la corrupción. La mayoría eran recién licenciados que no se han visto beneficiados por los 50.000 trabajos las autoridades aseguran haber creado en el último año. Residentes en esa ciudad portuaria aseguran que la mayoría de los puestos en la industria local se los lleva la gente de la capital, Mascate, y piden que se reserve una cuota para los jóvenes de la zona.

Las autoridades han tratado de restar importancia a estas protestas. Portavoces citados por medios locales aseguran que se trata de “incidentes aislados” o las atribuyen a “gente que abandona el trabajo porque quiere sueldos poco realistas, perezosos o meros agitadores.

Sin embargo, su nerviosismo parece evidente en la oleada de detenciones que siguió a las huelgas. Al menos nueve blogueros y escritores fueron encarcelados el 31 de mayo por criticar el fracaso del Gobierno en llevar a cabo las reformas prometidas el año pasado tras las protestas. Diez días después, una veintena de manifestantes que protestaban por esa medida, también acabaron en el calabozo. Tanto Human Rights Watch como Reporteros Sin Fronteras han denunciado las penas de cárcel que se les han impuesto por ejercer su derecho a la libre expresión, y piden su inmediata puesta en libertad. Las sentencias, que se han ido conociendo a lo largo de julio, serán revisadas por un tribunal de apelaciones el próximo septiembre.

 En el próximo post trataré las detenciones de islamistas en EAU

Hay 6 Comentarios

Ángeles ¿Dónde figuran sus apellidos? Tómese un Alapryl 50mg., de los de toda la vida y métase en lo suyo yo comento el blog, y soy libre de opinar lo que desee. Si la autora o el redactor lo deseasen, eliminarían mis comentarios, cosa que deberían hacer con el suyo, ya que usted ni aumenta ni disminuye el diálogo; sólo se mete con Ahmed y conmigo ¿Por que tenemos nombres árabes, auténticos? Le informo de que la discriminación racial en España es un delito tipificado en el código penal reforma del año 2000....

este blog intenta descalificar INJUSTAMENTE al Islam, y siendo el Islam mi identidad por excelencia, pues normal que reaccione continuamente contra la mentira, la desinformación, la desviación de la atención, la manipulación, la tergiversación, la falta de moral, etc. Llevo meses argumentando contra estos artículos islamofóbicos, no me venga ahora con que no argumento. Si no pongo mi apellido es para no facilitarle la labor a la MOssad y a las demás raleas sionistas, que echaron a Lars Von Trier del festival de Cannes y borraron del mapa cultural el muy esperado Centenario de Celine... Según me consta, los que ponen sus apellidos son los vendidos al dinero sionista o los que no saben de que pie cojea este Sistema occidental y por consiguiente, lo refuerzan con sus fláccidos comentarios. Entiendo perfectamente a Farah, y si le quiere usted contestar, contéstele a sus argumentos que vienen apareciendo en este blog desde hace tiempo también, y no aproveche usted sus comentarios cortos para pedirle que argumente. Eso no le valdrá de nada a Usted salvo si usted toma por victoria el tener a los demás lectores a su favor, aunque engañándolos con esta táctica tan suya de acusarnos de no argumentar, dejando a entender que usted si lo hace. Yo creo que la verdad es verdad aunque no la proclame nadie, y la falsedad es falsedad aunque la respalde toda la humanidad.
Por otro lado, mis más acertadas argumentaciones, esas que hacen daño porque explican al lector, la verdad del SISTEMA OCCIDENTAL, enemigo de los pueblos occidentales y de la humanidad entera, pues esas argumentaciones han sido censuradas y borradas después de haber sido publicadas. Prueba de ello: mi ultima argumentación que ha sido esa metáfora tan reveladora que dediqué al lector Susurro.

este blog intenta descalificar INJUSTAMENTE al Islam, y siendo el Islam mi identidad por excelencia, pues normal que reaccione continuamente contra la mentira, la desinformación, la desviación de la atención, la manipulación, la tergiversación, la falta de moral, etc. Llevo meses argumentando contra estos artículos islamofóbicos, no me venga ahora con que no argumento. Si no pongo mi apellido es para no facilitarle la labor a la MOssad y a las demás raleas sionistas, que echaron a Lars Von Trier del festival de Cannes y borraron del mapa cultural el muy esperado Centenario de Celine... Según me consta, los que ponen sus apellidos son los vendidos al dinero sionista o los que no saben de que pie cojea este Sistema occidental y por consiguiente, lo refuerzan con sus fláccidos comentarios. Entiendo perfectamente a Farah, y si le quiere usted contestar, contéstele a sus argumentos que vienen apareciendo en este blog desde hace tiempo también, y no aproveche usted sus comentarios cortos para pedirle que argumente. Eso no le valdrá de nada a Usted salvo si usted toma por victoria el tener a los demás lectores a su favor, aunque engañándolos con esta táctica tan suya de acusarnos de no argumentar, dejando a entender que usted si lo hace. Yo creo que la verdad es verdad aunque no la proclame nadie, y la falsedad es falsedad aunque la respalde toda la humanidad.
Por otro lado, mis más acertadas argumentaciones, esas que hacen daño porque explican al lector, la verdad del SISTEMA OCCIDENTAL, enemigo de los pueblos occidentales y de la humanidad entera, pues esas argumentaciones han sido censuradas y borradas después de haber sido publicadas. Prueba de ello: mi ultima argumentación que ha sido esa metáfora tan reveladora que dediqué al lector Susurro.

@Ahmed & Farah y los Clones ¿Por qué en lugar de descalificar no apoyan sus críticas con argumentos documentados? También ayudaría que en vez de esconderse tras un nombre sin apellido y un alias semicómico se identificaran como hacemos los comentaristas de este diario. Quizá así pudiéramos tomarles en serio. Y si tanto les desagrada este blog, no lo lean o escriban otro ustedes mismos. Salvo que... les paguen para descalificar.

Arma letal 2, sería un mejor titulo para su panfleto pro_Cia, de dónde debe usted estar sacando estas Falácias (Argumentación viciosa) buscar definición en el Diccionario María Moliner, interesante palabra que define el Estado de la Cosa Contemporánea

Cuando los motivos son oscuros y nada limpios, informar es desinformar.

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Sobre la autora

lleva dos décadas informando sobre Oriente Próximo. Al principio desde Beirut y El Cairo, más tarde desde Bagdad y ahora, tras seis años en la orilla persa del Golfo, desde Dubái, el emirato que ha osado desafiar todos los clichés habituales del mundo árabe diversificando su economía y abriendo sus puertas a ciudadanos de todo el mundo con sueños de mejorar (aunque también hay casos de pesadilla). Ha escrito El Reino del Desierto (Aguilar, 2006) sobre Arabia Saudí, y Días de Guerra (Siglo XXI, 2003) sobre la invasión estadounidense de Irak.

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