Ángeles Espinosa

Mujeres arriba, hombres abajo

Por: | 14 de marzo de 2014

No se alarmen, no intento hacerle la competencia a mis colegas del blog Eros. El asunto de la posición al que voy a referirme es el resultado de una moral conservadora que tendría mal encaje entre sus lúdicas entradas. El mundo está mal repartido, ya lo sabemos. Así que mientras ellas prueban juguetes, posturas y variedades, a mí me ha tocado venir a la Feria del Libro de Riad. No me quejo. El evento es muy interesante y este año ha tenido a España como invitado de honor, con una exposición de reproducciones de manuscritos árabes curada por Nuria Torres.

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Pabellón de España en la Feria del Libro de Riad./ Á.E.

Algún mal pensado se preguntará si los saudíes leen o tienen algún interés por la cultura. Tal es la mala fama que este país se ha ganado por el mundo. No les he seguido hasta sus casas para ver qué hacen con los libros, pero por lo que he visto, esos tochos de páginas entre dos cartulinas, les interesan bastante. Los asistentes incluso alquilaban carritos para trasladar sus compras. Y eran muchos. Los organizadores estiman que cuando la feria cierre hoy se habrán superado los 2,5 millones de visitantes del año pasado.

¿Qué textos compran los saudíes? Pues, ahí está la clave. Los que pueden. Nadie niega que la censura filtra contenidos. Para que quedara claro, tres días después de la inauguración, el 4 de marzo, los barbudos del Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, los temidos mutawas, clausuraron un stand que vendía libros políticos, o más precisamente, sobre el islam político (un asunto que trae de cabeza a las autoridades). Que el puesto del Arab Network for Research and Publishing, con delegaciones en Beirut y El Cairo, desapareciera durante la noche como si no hubiera existido, lo dice todo de la mordaza intelectual contra la que tienen que luchar quienes en este país se interesan por el saber.

“La censura en los tiempos que corren es ridícula”, opina una saudí activista de los derechos humanos . “Los libros políticos que no quieren que leamos se pueden descargar fácilmente en Internet, además aunque no se muestren en los escaparates, si conoces al librero, te los vende sin problema”, añade.

“Tampoco hay textos sobre sufismo, ni de sexo obviamente”, confía el arabista granadino José Miguel Puerta Vílchez que ha participado en el ciclo de conferencias organizado por España. Pero a este profesor le ha sorprendido, sin embargo, la amplia oferta literaria, “incluso de autores laicos árabes, y de mujeres escritoras”. Raja Alem, Fawziya Abu Khaled, Tahani al Duwaihem, Sara al Tuwaimi, Ghada al Zahra, o Enas Farah, entre otras.

La imagen de una cola de hombres esperando para que alguna de ellas les firmara su libro resulta tan significativa de los cambios sociales que se están produciendo en este país, como las poco disimuladas tácticas de las saudíes para intercambiar un par de frases con el primer hombre extranjero con el que se cruzan. Desde hace unos años, la feria ya no segrega por sexos, como es lo habitual en este país, lo que la convierte en una oportunidad de interactuar con el sexo opuesto.

La muestra, sin duda el esfuerzo de una minoría ilustrada, supone para muchos de los asistentes una ventana al mundo. Pero los mutawas se aseguran de que no se les olvide. Tanto es así que hasta tienen una caseta dentro del recinto, con folletos sobre su actividad, bolígrafos e incluso caramelos para quienes se acercan a visitarles. A pesar de la sonrisa del encargado, no parecían tener mucho éxito de público. Y es que, en contra de la línea oficial, su comportamiento no parece reflejar el sentir popular sino limitarlo.

El pasado lunes, cuando la profesora Torres iba a pronunciar su conferencia sobre La herencia andalusí en las bibliotecas españolas, el tema de la exposición del pabellón español, los mutawas decidieron que no podía sentarse en el estrado junto al moderador y otro participante (ambos varones). Para preservar la virtud de los asistentes, hombres al parecer débiles, fue conminada a hablar por un micrófono desde una sala situada un piso más arriba, a la que también se envió a las mujeres interesadas en el tema. A punto estuvo de no intervenir, pero pesó más la consideración hacia los asistentes.

Lo dicho, mujeres arriba y hombres abajo. Imagino sus sonrisas burlonas, pero tal es el futuro de este país (y otros cuantos de la zona) como sus chicos no se dejen de tonterías de segregación de sexos, se espabilen y se pongan a trabajar por una sociedad más igualitaria. Las chicas ya les llevan la delantera en las universidades, y sólo es cuestión de tiempo antes de que se cansen de aceptar su trato de ciudadanas de tercera.

 

ACTUALIZACIÓN: Luz Gómez me apunta que también han prohibido por "blasfemos" varios libros del poeta palestino Mahmoud Darwish, tal como se cuenta aquí.

Hay 15 Comentarios

el mundo esta lleno de personas asustadas en con miedo

@ Higuera Estoy totalmente de acuerdo. En mis crónicas, tanto desde Irán como desde Afganistán, Pakistán, o los distintos países árabes que he recorrido, he hablado mucho del patriarcalismo. No obstante, esto es un blog donde cuento sobre todo anécdotas que observo o me ocurren durante la búsqueda de la información. Tiendo a utilizar la ironía, pero no debe confundirse con falta de respeto. Me encanta esta región del mundo y sobre todo sus poblaciones, generosas como pocas. Ellas son quienes sufren las dictaduras políticas y sociales que critico en mis textos.

@Montse Muchas gracias.

Con respecto a la foto, debo decir que me ha sorprendido gratamente. Siquiera porque las mentes más obtusas puedan darse cuenta de que España, cuando le interesa, también acepta a los musulmanes. ¿O acaso vendrá alguien a discernir que éstos, por llevar kufiyya, no son tan sospechosos de ser terroristas y analfabetos? Como siempre, la clave de la discriminación, por mucho que queramos engañarnos, es exclusivamente económica.

Nuevamente un escrito plagado de demagogia barata que muestra que usted atraviesa los países y las culturas pero que éstas no pasan a través suyo. Sin embargo, debo felicitarle por llevar veinte años dando vueltas por Oriente y no haber aprendido nada. Se ha debido emplear a fondo para ello. Me pregunto si algún día El País nos sorprenderá con un periodista más cosmopolita que usted para abrirnos una ventana al mundo que haga que en este país avancemos hacia la multiculturalidad mental en lugar de cerrarnos en banda en busca de una "pureza" de raza y una superioridad cultural que a todas luces es más que obsoleta.

Estamos aún a años luz de que los hombres y las mujeres estemos en un mismo nivel, siento que la culpa la tenemos nosotras mismas por permitirlo y por seguir la crianza de nuestros hijos con ese mismo paradigma. Llegó la hora del cambio. Les comparto algunos de mis escritos dirigidos a la misma lucha http://nataliabayuelo.blogspot.com/2014/01/lenguaje-incluyente-necesario-o.html http://nataliabayuelo.blogspot.com/2014/03/feliz-dia-de-la-mujer-y-la-violencia-de.html http://nataliabayuelo.blogspot.com/2013/11/mujer-no-es-sinonimo-de-pobreza.html

A buen seguro que de haber sido la cita en España, ellas no hubiesen subido, negandose a intervenir... Aquí son capaces de protestar hasta squedarse como las femen si hace falta ... Pero como estaban lejos ...se sometieron al criterio del varón y musulman (es lo que vemos en la foto, todos tapados, ellos los primeros, no disimulan)...Seguramente si la periodista Angeles Espinosa no nos lo cuenta....ellas nunca lo hubiesen relatado a su vuelta ....¡un éxito!....Hay que ser valiente y coherente donde toca ser valiente y coherente....

Hace años que sigo con gran interés el trabajo de Ángeles Espinosa, desde la época de su corresponsalía en Irán. Me he deleitado con sus vastos conocimientos geopolíticos sobre la antigua Persia, y gran parte del mundo árabe, así como con su capacidad para transmitirlos a los lectores.


Pero, al mismo tiempo, siempre he notado un tinte de desprecio hacia las costumbres sociales de los países sobre los que habla, especialmente cuando, a su entender, están vinculadas con el Islam. Y este texto -y la fotografía que lo ilustra- es un ejemplo claro de ello...


No se trata de hacer una defensa de aquellos aspectos que nos parecen indefendibles de otras culturas, ni caer en una suerte de relativismo, al acercarse a ellas; pero sí, de intentar entender los comportamientos que se describen, más allá de lo que aparentan. Y siempre, dejando a un lado el habitual sentimiento de superioridad ética y moral etnocentrista "occidental": lo "nuestro" es lo único válido, como sistema de valores, y todas las otras realidades las percibimos a través de nuestro prisma, y así las juzgamos.


Sobre la tan manida discriminación de la mujer en el Islam, podríamos debatir días y días, mas no ha lugar. Sólo dejo algunas reflexiones: es innegable que en la inmensa mayoría de sociedades donde se practica esta religión -que no es monolítica, sino rica y variada-, los derechos de las féminas van muy por detrás de los varones. Pero ello, si se escarba lo suficiente, es debido sobre todo a una cultura de patriarcado que ha impregnado -y contaminado-, durante siglos, al Islam, a tal punto de que semeja que el machismo es propio de aquel, cuando no es una característica inherente en absoluto.


El problema ha venido por la posición preponderante del hombre en la interpretación de los textos religiosos -análoga a su lugar en la mayoría de las sociedades "tradicionales", patriarcales-, que se ha mantenido como cierta y correcta; amén de la asunción de prácticas tribales ajenas al mismo Islam -y anteriores a él, las más de las veces-.


Resulta, en síntesis, necesario que los pueblos musulmanes se desprendan de esa subordinación histórica de las mujeres a los hombres, ciertamente. Pero ese cambio ha de venir desde dentro, no impuesto desde fuera; y no es en absoluto incompatible con la práctica del Islam, sino con las diferentes interpretaciones, de esta religión y de las tradiciones locales propias, como he dicho previamente, que han establecido el Dogma, definido lo que es aceptable y lo que no -desde una perspectiva patriarcal-.


Para concluír, lo mismo podría decirse de otras religiones monoteístas tales como el Cristianismo o el Judaísmo: sí, siempre podremos encontrar en sus Textos referencias que nos parezcan abominables, e incluso desde el punto de vista de la mujer. Pero han de entenderse en su contexto socio-histórico original, por parte de sus practicantes y no practicantes; y, en consecuencia, las tres religiones habrán de interpretar las enseñanzas de sus doctrinas para actualizarlas al presente donde, parece obvio, entre otros aspectos relativos a derechos humanos, los de la mujer y el hombre deberían, éticamente, ser equilibrados.

Es como si lo único que busca es criticar a los saudíes. Me parece excesivo e impertinente el comentario final.

Pues a mi me parece mucho más interesante tu trabajo que estar todo el día metiéndose cosas en el chichi http://marbcn2510.blogspot.com

Estimada Ángeles, Junto con saludar a usted, me complace decir a usted que si bien su artículo describe una situación en sí, eso no es argumento para escribir con un tono burlesco y sarcástico. A menudo se habla de la diversidad cultural, y que cada cultura es representación de su sociedad y de su entorno y hay que aceptarla o por lo menos respetarla dentro de su propio contexto. A la luz de ello, creo que se debe respetar la cultura islámica y su gente. Usted tiene el pleno derecho de transmitir lo e ha visto y ha vivido. Yo también tengo el derecho de decir a usted que no estoy del todo de acuerdo con sus apreciaciones sobre todo al finalizar su artículo. Reciba usted mis más sinceros saludos Dr. Sami El Mushtawi

Estimada Ángeles, Junto con saludar a usted, me complace decir a usted que si bien su artículo describe una situación en sí, eso no es argumento para escribir con un tono burlesco y sarcástico. A menudo se habla de la diversidad cultural, y que cada cultura es representación de su sociedad y de su entorno y hay que aceptarla o por lo menos respetarla dentro de su propio contexto. A la luz de ello, creo que se debe respetar la cultura islámica y su gente. Usted tiene el pleno derecho de transmitir lo e ha visto y ha vivido. Yo también tengo el derecho de decir a usted que no estoy del todo de acuerdo con sus apreciaciones sobre todo al finalizar su artículo. Reciba usted mis más sinceros saludos Dr. Sami El Mushtawi

Si existe verdadera interés por dar cabida al otro sexo, la cosa empezara a cambiar.
http://goo.gl/6D1q7H

ánimo chicas!...

!Gracias Ángeles! Muy buena foto también

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Sobre la autora

lleva dos décadas informando sobre Oriente Próximo. Al principio desde Beirut y El Cairo, más tarde desde Bagdad y ahora, tras seis años en la orilla persa del Golfo, desde Dubái, el emirato que ha osado desafiar todos los clichés habituales del mundo árabe diversificando su economía y abriendo sus puertas a ciudadanos de todo el mundo con sueños de mejorar (aunque también hay casos de pesadilla). Ha escrito El Reino del Desierto (Aguilar, 2006) sobre Arabia Saudí, y Días de Guerra (Siglo XXI, 2003) sobre la invasión estadounidense de Irak.

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