Ángeles Espinosa

¿Son putas? ¿Cuánto les habéis pagado?

Por: | 16 de marzo de 2014

Era una reunión de amigos. Jóvenes profesionales expatriados que los fines de semana suelen juntarse para hacer alguna excursión, cenar o simplemente pasar juntos un rato que haga más llevadera la nostalgia del hogar. Aquel día habían ido al desierto y al regreso, dos de las chicas invitaron al grupo a su casa, en una de esas urbanizaciones típicas de Riad, la capital saudí, donde los extranjeros mantienen su vida social al abrigo de miradas indiscretas en un país que carece de bares, cines, discotecas, o cualquier lugar de encuentro entre mujeres y hombres.

De repente, les sobresaltó un estruendo y se percataron que un grupo de hombres con la cara tapada estaban echando abajo la puerta de entrada. A la sorpresa, se añadió el desasosiego. Como los intrusos no se identificaron, los ocupantes de la vivienda no sabían si estaban siendo víctimas de un asalto o de un secuestro. Aunque Arabia Saudí es un país que se precia de un alto nivel de seguridad ciudadana, hace ya meses que la gente se queja de robos en domicilios y recientemente ha habido un amago de secuestro de occidentales.

Cuando poco a poco los integrantes del grupo, entre los que había una chica y dos chicos españoles, un británico, un estadounidense, dos chicas somalíes y una sudanesa, se percataron de que sus atacantes eran miembros del Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, la ominosa mutawa, debieron de respirar aliviados. No sabían lo que les esperaba.

“Estaban jugando a las cartas”, explica una joven a la que uno de los detenidos confió más tarde la pesadilla. “Ni siquiera tenían bebidas alcohólicas”, añade otro allegado en referencia a uno de los comportamientos que más irritan a la policía moral en un país en el que impera la ley seca. Al parecer, la norma que habían violado era la prohibición de estar juntos hombres y mujeres sin relación familiar. Algunas embajadas occidentales se apresuraron a enviar un correo electrónico a sus nacionales recordando las leyes del Reino del Desierto.

“O. me contó que los mutawa utilizaban un matamoscas de plástico para conminar a las chicas a que se cubrieran la cabeza sin tocarlas ni mirarlas directamente”, relata la joven citada, mientras imita el gesto de esos puritanos que cohíben a la sociedad saudí. “A los chicos les pusieron las esposas y les metieron en la parte de atrás de un coche; señalando a las chicas les preguntaban ‘¿Son putas? ¿Cuánto les habéis pagado?”.

La sola idea de que mujeres y hombres sin parentesco entre sí puedan pasar un buen rato juntos resulta pecaminosa para esos retrógrados a cuya intransigencia la prensa saudí ha atribuido la reciente muerte de una estudiante porque negaron el acceso del personal médico (masculino) a la facultad (femenina) donde sufrió una crisis cardiaca. En 2002, los mutawa impidieron el acceso de los bomberos a una escuela de niñas en llamas porque las crías no tenían puesto el velo. Murieron 15 de ellas y el escándalo motivo una reforma del Comité.

Fotosaudi
Incendio de un colegio femenino en Yeddah. / SaudiGazette.com

Los jóvenes detenidos hace unas semanas acabaron en comisaría. Pero mientras los occidentales contaron con la ayuda de sus embajadas y en uno o dos días volvieron a casa. Las dos etíopes y la sudanesa han pasado casi un mes encerradas. Ahora, lo más posible es que sean deportadas.

Hay 10 Comentarios

para cuando un articulo sobre las putas de la palabra, ....y los putos....

Hector: no creo que se pueda poner al mismo nivel las opiniones de ciertos españoles que comentas con el allanamiento y encarcelamiento que se cuenta en este blog. En occidente los prejuicios no salen de paseo para encarcelar al otro.

lo que me resulta curioso pensar es si estos imbéciles inhumanos hacen el amor a sus mujeres o las violan porque son diabólicas. deberían matarlos a todos.

Todos los dias me pregunto el porque, como mourinho, asqueado de escuchar por las calles de españa, la actual no la de franco, que los extranjeros vienen a quitarnos el trabajo (jajajajaja) y a molestar con sus costumbres,los negros con sus falcificaciones, los sudakas con sus musicas, los moros con sus costumbres de desangrar animales en las escaleras, los chinos con sus dudosas comidas, los del este con sus mujerones en las carreteras, etc etc etc, pero nos llenamos la boca cuando estas cosas ocurren en SUS PAISES, señores, que hace cumplir SU LEY, en SU PAIS, habria que aplicar la clasica frase que escucho tanto por la calle "si no te gusta, te piras, que nadie pidio que te quedaras", es tan dificil de entender?, o es que nuestro nivel de progresia hipocrita no lo permite?

Ernesta, deberias leer al antropologo Marvin Harris, puedes empezar por el libro Cerdos, vacas, guerras y brujas. Se lee muy bien y no es demasiado gordo como otros suyos. "Nuestra especie" tambien esta muy bien, pero mejor es el otro para empezar.

A mi lo que me extraña es que los jóvenes saudíes tienen acceso a internet, saben cómo se vive fuera de su país y no inicien una revuelta naranja, verde o del color que les apetezca.........

Esos podridos mentales piensan que los machos son divinos y las hembras demoníacas. Lo curioso es que olvidan que fueron paridos por hembras y no por machos. No me extraña que sus "creencias" tengan su origen en la droga ideológica, con alucinaciones divinas de machos angelicales.

Vídeo-convocatoria acto público #28M "una respuesta colectiva a la represión": http://libertadesdemocraticas.org/2014/03/video-convocatoria-acto-publico-28m-una-respuesta-colectiva-a-la-represion/

Qué barbaridad. Hay pueblos cuyos gobernantes aún no han llegado al siglo XXI

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Sobre la autora

lleva dos décadas informando sobre Oriente Próximo. Al principio desde Beirut y El Cairo, más tarde desde Bagdad y ahora, tras seis años en la orilla persa del Golfo, desde Dubái, el emirato que ha osado desafiar todos los clichés habituales del mundo árabe diversificando su economía y abriendo sus puertas a ciudadanos de todo el mundo con sueños de mejorar (aunque también hay casos de pesadilla). Ha escrito El Reino del Desierto (Aguilar, 2006) sobre Arabia Saudí, y Días de Guerra (Siglo XXI, 2003) sobre la invasión estadounidense de Irak.

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