Ángeles Espinosa

Sobre la autora

lleva dos décadas informando sobre Oriente Próximo. Al principio desde Beirut y El Cairo, más tarde desde Bagdad y ahora, tras seis años en la orilla persa del Golfo, desde Dubái, el emirato que ha osado desafiar todos los clichés habituales del mundo árabe diversificando su economía y abriendo sus puertas a ciudadanos de todo el mundo con sueños de mejorar (aunque también hay casos de pesadilla). Ha escrito El Reino del Desierto (Aguilar, 2006) sobre Arabia Saudí, y Días de Guerra (Siglo XXI, 2003) sobre la invasión estadounidense de Irak.

Eskup

Cita en Teherán

Por: | 27 de noviembre de 2015

Desde que firmó el acuerdo nuclear el pasado verano, a Irán no paran de salirle pretendientes. Las posibilidades económicas que se abren ante el inminente levantamiento de las sanciones internacionales han convertido a este país en Eldorado para inversores y empresas de todo tipo. Pero es en el sector de los hidrocarburos donde los proyectos se calculan en miles de millones. Así que no es de extrañar que la convocatoria este fin de semana de una Conferencia Internacional en la que las autoridades iraníes van a anunciar su nuevo modelo de contrato petrolero, haya atraído a Teherán a las principales multinacionales del ramo.

Tehransummit-300x216

Cartel anunciador de la Conferencia Internacional de Petróleo en Teherán.

Hacía años que no veía el aeropuerto internacional Imam Jomeini (IKIA) tan concurrido. Las colas ante las dos ventanillas para el control de pasaportes a extranjeros llegaban el viernes por la tarde hasta el pasillo en el que desembocan los pasajeros tras salir del avión. Afortunadamente, el agente responsable de la enorme máquina de rayos X que a la salida de la terminal examina los equipajes (para que no se entren bebidas alcohólicas, pues se supone que las armas y los explosivos ya los han evitado en el aeropuerto de origen) ha optado por relajar el control y despedía a la mayoría sin obligarles a pasar las maletas por el escáner.

Quien haya intentado reservar alojamiento en Teherán para estos días, se habrá encontrado pidiendo hospitalidad a algún amigo o retrasando el viaje, ya que los principales hoteles de la capital iraní han bloqueado sus habitaciones para los asistentes a la conferencia.

El lleno hotelero, al igual que lo concurrido del aeropuerto, muestra tanto el éxito de la cita como las carencias que afronta esta metrópolis de 16 millones de habitantes, que a pesar de su bullicioso desarrollo, se ha quedado muy atrasada en cuanto a infraestructuras. Aunque se inauguró en 2004, el edificio terminal del IKIA resulta muy pequeño para atender con comodidad el previsible incremento de pasajeros. Ahora mismo, el control de pasaportes se colapsa en cuanto llegan tres vuelos seguidos. De hecho, ya hay un proyecto en marcha para ampliarlo.

Lo mismo puede decirse de los hoteles. Además de escasos, carecen de estándares internacionales. Las habitaciones del Esteghlal (antiguo Hilton), donde se alojan los asistentes a la conferencia, siguen teniendo los mismos muebles que cuando se retiraron sus gestores americanos hace 35 años. Y las mismas ventanas, que no logran amortiguar el enorme ruido del tráfico. Cierto que hace unos años inauguró una nueva torre, pero la original necesita una remodelación en profundidad. (Sugerencia: retiren también las ubicuas chancletas de plástico antes de que se conviertan en la imagen de marca del país; en los baños de los hoteles hay bañeras con cortinas y por lo tanto no tiene por qué inundarse el suelo como a menudo sucede en los espartanos aseos de las casas iraníes.)

20151127_220338 r

Las ubicuas chanclas de plástico que reciben al viajero en todos los baños de los hoteles iraníes. / Á. E.

De hecho, el departamento de turismo ha anunciado planes para la construcción de 50 nuevos hoteles en la capital, 5 ó 6 de los cuales serán de cinco estrellas. Algunas empresas internacionales ya se han dado cuenta de la oportunidad. La cadena francesa Accor ha sido la primera en firmar un acuerdo de gestión que le ha permitido poner los carteles de dos de sus marcas, Ibis y Novotel, a sendos establecimientos del aeropuerto. Otras, como Rotana, están en negociaciones. Las que no parece que vayan a regresar tan pronto son las grandes estadounidenses que lideraron el sector hasta la revolución de 1979.

¿Por qué el terrorista Abaaoud llevaba un gorro afgano?

Por: | 23 de noviembre de 2015

Una de las fotos más difundidas de Abdelhamid Abaaoud, el presunto cerebro de los atentados de París, le muestra sonriente al volante. La imagen está sacada de un vídeo en el que el terrorista, al que ahora se da por muerto en la redada de Saint Denis, conduce una furgoneta que arrastra varios cuerpos en algún lugar de Siria. ¿Por qué entonces lleva un gorro afgano?

Abdelhamid Abaaoud AP

Abdelhamid Abaaoud. / AP

El uso entre los yihadistas del pakol, ese símbolo de Afganistán que popularizó en Occidente el asesinado Ahmad Shah Masud, es un recordatorio del origen del gravísimo problema que afrontamos. Abaaoud, belga de origen marroquí, apenas era un bebé cuando en medio de la rivalidad de la guerra fría Estados Unidos y sus aliados recurrieron a los islamistas para frenar el avance soviético en aquel país asiático durante los años ochenta del siglo pasado.

No fue la única experiencia. Ya en Egipto Sadat estaba usando la misma técnica para parar a los izquierdistas y más tarde Israel cometería el mismo error con Hamas frente a la OLP. Pero fue la guerra de Afganistán la que sembró las semillas de un islamismo violento, ahora llamado yihadista. Es decir, Bin Laden, los árabes-afganos y Al Qaeda. Con todo, las semillas no crecen sin condiciones adecuadas.

Oigo a menudo en los países en los que trabajo, y también en las redes sociales, la simplificación de que “Estados Unidos (o Arabia Saudí) ha creado el ISIS”. Sin duda, esos países (y otros) han cometido errores gravísimos que han contribuido a su florecimiento. Pero como ha explicado el politólogo libanés Ziad Majed, el ISIS “tiene muchos padres”.

Además de los evidentes, invasión estadounidense de Irak en 2003 y extensión de las redes salafistas de la mano del dinero saudí, Majed destaca las décadas de despotismo en Irak y Siria, la intromisión regional de Irán, la creencia en que unas ideas religiosas del siglo VII pueden resolver los problemas modernos y un entorno de violencia. Apuntar el dedo en una u otra dirección no resuelve nada. Reconocer la compleja paternidad del monstruo tal vez ayude a entender que no es ni con más guerras, ni apoyando a déspotas, como puede terminarse con él.

París eclipsa el dolor de Bagdad

Por: | 20 de noviembre de 2015

¿Imaginan que atentados como los que sufrió París el viernes se repitieran con asiduidad? La primera reacción es que no habría ciudad que lo aguantara. Bagdad, la capital de Irak, lleva 12 largos años sufriendo una semana sí y otra también, a veces incluso varias veces en un mismo día, el mismo tipo de violencia indiscriminada. En el mes de octubre, el último del que hay cifras, la ONU contó 298 civiles muertos y 852 heridos sólo en el gran Bagdad (la cifra se duplica para todo Irak).

CUPstUMWcAAwcKq

Mapa de los coches bomba que han explotado en Bagdad desde 2003.

Durante las 24 horas que precedieron al ataque terrorista de París, el autodenominado Estado Islámico (ISIS en las siglas en inglés) también asesinó a 43 personas (más 250 heridas) en un doble atentado en Beirut y a 19 (más 40 heridas) que asistían a un funeral en Bagdad. Pero sólo las atrocidades de la capital francesa han ocupado los titulares de los medios internacionales y movilizado a los líderes del mundo.

02
El lugar del atentado del día 13 en Bagdad, en una imagen difundida por Internet.

En Oriente Próximo se ha destacado el distinto tratamiento informativo de Beirut y París. Bagdad apenas si se menciona de pasada en las redes sociales. A pesar de estar en la línea de frente de la lucha contra el ISIS, o quizá por eso, el sufrimiento de sus habitantes parece asumirse como ¿inevitable? ¿menos valioso?

“¿Por qué los atentados de Bagdad y Beirut no fueron un ataque a la humanidad?”, preguntaban algunos tuiteros a @POTUS, el identificativo del presidente de EE UU. Barack Obama había empleado esa expresión al reaccionar a los ataques de París que dejaron 129 muertos.  

La diferencia se explica sólo en parte por la conocida ley del interés informativo: mayor cuanto más raro y cuanto más cerca. “Son los primeros ataques de esta envergadura en Francia”, escribió Issa Goaraieb en el periódico libanés L’Orient Le Jour. También es un hecho que marcan un cambio cualitativo en la amenaza que el grupo representa para Occidente. Pero más allá de esa constatación, son numerosos quienes sienten que, como declaraba la periodista angloindia Sarakhshi Rai a la BBC, “Occidente se indigna de forma selectiva”.

En lo que va de año, decenas de atentados han sacudido Irak, Afganistán, Siria, Turquía, Afganistán, Pakistán, Egipto, Yemen, Nigeria, Kenia, Camerún, Somalia, pero sólo tras París Obama dijo que era “un ataque contra la humanidad”; los monumentos de medio mundo se iluminaron con los colores de la bandera francesa, Facebook activó su botón de chequeo de seguridad y Twitter se llenó de #noussommesfrançais.

Los datos también respaldan esa percepción. Según el último Índice de Terrorismo Global (referido a 2014), el 78% de todas las muertes y el 57% de todos los atentados ocurrieron en tan sólo cinco países: Afganistán, Irak, Nigeria, Pakistán y Siria. Ninguno es europeo. Irak continúa siendo el más afectado, con 9.929 muertes por ataques terroristas, el nivel más alto jamás alcanzado en un solo país.

¿Tienes lo que hay que tener?

Por: | 19 de noviembre de 2015

Reconozco que me quedé perpleja ante la pregunta. No se trataba de mi jefe antes de enviarme otra vez a la guerra. Tampoco era el reto de una amiga para pincharme a llegar más lejos en una aventura. El desafío provenía de la propia pantalla de mi ordenador. Dentro de una pequeña ventana con la silueta de un candado sobre un PC se leía: “Do you have what it takes to defend, protect, build? Apply Now” (¿Tienes lo que hay que tener para defender, proteger, construir? Inscríbete Ya).

20151118_213712 r

Captura de la pantalla con el anuncio de la NESA.

Al principio dudé. Soy muy desconfiada para todo lo que sean invitaciones de desconocidos. Y más cuando se trata de Internet con el riesgo de virus, robo de datos y todo tipo de trampas online. Sólo abro correos de remitentes contrastados y nunca pincho en los anuncios que aseguran que he ganado un montón de millones a la lotería. Ese mismo día, incluso dejé sin abrir un sitio que se citaba en el reportaje sobre Anonymous en este mismo periódico cuando me pidió que diera mi conformidad a no sé qué advertencias y condiciones.

Pero me pudo la curiosidad. Al fin y al cabo, la ventana en cuestión había aparecido al abrir una página del diario The National de Emiratos Árabes Unidos (EAU). Este país tiene un acceso a Internet muy… controlado, así que pensé que no se trataría de una estafa cibernética, sino más bien de algún ingenioso anuncio. 

Las dos cosas. Ingenioso y anuncio. También algo más. Después de haberlo pensado dos veces y media, di al botón. Me llevó directamente a la página de LinkedIn de NESA, la National Electronic Security Authority, o Autoridad Nacional de Seguridad Electrónica de EAU, que al parecer está reclutando personal. Allí se describe a esa organización como el departamento responsable de “desarrollar la ciberseguridad del país, expandir la educación cibernética y crear una cultura colaborativa basada en la innovación y la tecnología de la información”.

Algo muy interesante, y que a la vista de las declaraciones del embajador Alberto Fernández, exdirector del Centro Estratégico de Contraterrorismo de EE UU, que ha recogido mi colega José María Irujo, me hace pensar que tiene más profundidad que un mero anuncio laboral. Indica que las autoridades de Abu Dhabi, muy sensibles a los asuntos de seguridad, han comprendido dónde se prepara la guerra del futuro (en el ciberespacio) y están trabajando ya para que no les pille desprevenidos.

“NESA está comprometida con la protección de las infraestructuras de nuestro país frente a las amenazas cibernéticas, mediante el uso de las últimas innovaciones tecnológicas y el establecimiento de estrategias y políticas de seguridad”, explica el texto que anima a los potenciales interesados a solicitar empleo. La página de LinkedIn dice esta agencia gubernamental, fundada en 2012, tiene “entre 1.001 y 5.000 empleados”. Todos serán pocos si los temores de Fernández llegaran a hacerse realidad. 

 

 

 

Taxi Teherán

Por: | 05 de noviembre de 2015

No sé cómo resuelve Jafar Panahi el problema del tráfico en Teherán. Aunque estoy al tanto del estreno de su película Taxi en España y otros países europeos, aquí en Irán está descartado que se exhiba. Claramente, a las autoridades iraníes no les ha agradado el Oso de Oro con que se le ha premiado este año en Berlín. Sobre el cineasta pesan “20 de inhabilitación para hacer cine, viajar al extranjero o conceder entrevistas”. Así que ni he podido ver la cinta, ni preguntarle al director.

De lo que puedo dar testimonio es que el tráfico infernal de la capital iraní no es otro estereotipo más sobre esta ciudad ruidosa y contaminada. El lunes tuve que cancelar por ese motivo una cita con un joven empresario con el que iba a tomarme un café y a hablar de cómo evolucionan los negocios ante la inminencia del levantamiento de las sanciones.

20151104_142854

Uno de los característicos taxis amarillos, en la calle Jordan de Teherán. / Á.E.

Había subido al taxi a las seis de la tarde para estar segura de estar a las siete al lugar convenido. En condiciones normales, se llega en media hora, pero 45 minutos después apenas habíamos recorrido una cuarta parte del camino y el conductor me dijo que aún tardábamos dos horas más. Alarmada, llamé a M., quien a su vez acababa de bajarse de un taxi después de una hora y media de avanzar a paso de pulga, y caminaba hacia el café aun sabiendo que llegaría tarde. Decidimos dejarlo para otro día.

Lo peor es que no se trata de algo inusual. La víspera fue un diplomático iraní quien me llamó  para cancelar después de un par de horas encerrado en su coche y sin haber logrado acercarse al lugar donde íbamos a encontrarnos. “Somos capaces de alcanzar un pacto nuclear e incluso tal vez de resolver el conflicto sirio, pero no logramos arreglar el tráfico”, ironizó dando prueba de su buen talante.

“Quizá debiéramos haberlo incluido en las condiciones para el levantamiento de las sanciones”, bromea  a su vez un diplomático europeo.

No es ningún chiste. En mi caso, las entrevistas pueden esperar o al menos no se trata de cuestiones en las que se juegue un importante contrato o un puesto de trabajo. Para los residentes en la capital supone, sin embargo, una pérdida de tiempo y un desgaste de nervios que termina teniendo un impacto en su productividad y, por descontado, en su humor.

Aviso a quien quiera hacer negocios en Teherán: Vengan armados de paciencia y eviten las citas entre las cinco y las ocho de la tarde. A no ser que vayan a tener de taxista a un Panahi, que les garantice un par de horas de lo más entretenido.

 

¿Fin del luto en Irán?

Por: | 01 de noviembre de 2015

Nada más entrar en el restaurante me sorprende la música disco y el ambiente festivo. Aunque es primero de noviembre no me espero que en Teherán celebren el día de los muertos, pero estamos en el mes de Moharram del calendario islámico, un período de luto entre los chiíes, con un espíritu similar al de la Semana Santa católica. En respeto a los usos y costumbres locales, no he incluido en la maleta ninguna prenda de colores vivos ni el pañuelo rojo con el que intento vencer mi aversión a tener que cubrirme la cabeza.

20151030_214106 R

Aspecto de un restaurante de Teherán, el pasado viernes por la noche. / Á.E.

Debo de ser más papista que el Papa. Las iraníes lucen sin complejos todos los colores del arco iris. Por no hablar de sus brillantes cabelleras negras escapando rebeldes por debajo del fular. La banda sonora prosigue con canciones occidentales de corte romántico e incluso, anatema, alguna de ellas cantada por una voz femenina que no acierto a distinguir entre el jaleo del garito.  

“El Moharram ya no es lo que era”, me dice la amiga que me acompaña, con un gesto entre incrédulo y satisfecho.

Tradicionalmente este mes y el siguiente de Safar estaban consagrados al duelo por la muerte del imam Husein, nieto de Mahoma y figura clave del islam chií. Nada de bodas, ni de celebraciones; solo rezos y recogimiento. En las oficinas gubernamentales, los hombres visten camisas negras y las mujeres acentúan más si cabe el austero uniforme islámico que constituye la forma aceptable de presentarse en público. Lo que era una costumbre de los más piadosos se convirtió en política oficial con el advenimiento de la República Islámica tras la revolución de 1979.

El sentimiento luctuoso que transmiten las procesiones de Ashura, los primeros diez días de Muharram, se extendía a toda la sociedad. Como si divertirse y ser feliz fuera pecaminoso. Ya no más. Muchos iraníes atribuyen el actual relajo social al reciente acuerdo nuclear con las grandes potencias. Pero hace tiempo que el cambio generacional (el 60% de la población ha nacido después de la revolución y un 65% es urbana) parece estar dejando atrás ese énfasis en el sufrimiento.

La música no está prohibida. Es sólo una tradición. Como el que no se celebren bodas durante estos meses. No hay una ley que lo impida”, me explica un iraní conservador que ve con cierta aprensión los cambios.

En el imaginario popular, hay quien considera que da mala suerte casarse o celebrar algo en estos meses de luto. Tal vez por ello a los más inmovilistas no les importe que quienes quieren abrir Irán al mundo festejen por adelantado un éxito que aún tiene que materializarse.

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal