Antón Costas, retratado por Xurxo Lobato para 'El País'.
Esta crisis, tanto en España como en otros países, ha demostrado que el euro le sirvió a muchos para tomar dinero prestado a tipos de interés bajos que, una vez mal invertido –o simplemente gastado, que no invertido-, dio pie a gigantescas burbujas que redujeron a la nada –o a muy poca cosa- lo que parecía de oro. Es la historia, por ejemplo, de muchas promociones inmobiliarias o de casi todas las cajas de ahorros españolas. En la cadena intervinieron empresarios, financieros, reguladores, gobiernos… y grandes prestamistas internacionales.
De momento, las crisis –empezando por la española- se están saldando con severos ajustes presupuestarios, acompañadas de devaluaciones internas que traen consigo menos sueldos y más impuestos, con menos servicios públicos. Salvo en Grecia, nadie, sin embargo, ha querido corresponsabilizar de la crisis a los prestamistas; es decir, a los bancos y fondos de inversión que financiaron burbujas como la española. Por eso apenas se habla de quitas con los de fuera. De momento, las quitas solo se hacen en casa. Entre nosotros.
En América Latina ya vivieron situaciones así en los años 80 y 90, que saldaron con quitas y pagos aplazados, bajo amenaza de no pagar. A regañadientes, Europa terminó aceptándole quitas a Grecia, que probablemente no serán suficientes. Pero no a España ni a otros países periféricos con graves problemas de deuda privada. En el mundo de la política apenas se habla de estas cosas pero en las esferas académicas sí. ¿Hay temor a hablar de una quita o realmente no es necesaria?
El catedrático de economía de la Universidad de Barcelona Antón Costas está convencido de que por muchas peleas que veamos en Europa, todavía no hemos visto la pelea final: la de las quitas. Otro catedrático, en su caso de la Universidad de Princeton y premio Nobel de 2008, Paul Krugman, complementa ese análisis cuando constata que las grandes empresas y los ricos siguen utilizando libremente paraísos fiscales como Chipre para evitar pagar impuestos como la gente de a pie. Según dijo Antón Costas al presentar en Barcelona el libro ‘Cómo salir de esta‘, “una quita y una espera (por la devolución de la deuda)”, sería la solución de España, cuyo problema comparó con el de México cuando el ex presidente Salinas había dicho una frase histórica: “Si no crezco no pago”. @J_L _Gomez