A vueltas con España

Sobre el blog

Este blog tiene por objeto el análisis económico y político, combinado con la aportación de claves informativas de la realidad española. Su autor es un convencido de esa máxima que dice que periodismo es todo aquello que los poderosos no quieren que se sepa y que lo demás es propaganda. En este oficio de contar las cosas, el modo de hacer periodismo puede cambiar pero su esencia siempre es la misma.

Sobre el autor

José Luis Gómez

, gallego de Brión (A Coruña), es columnista de El País y OTR/Europa Press, así como colaborador de TVG, Radio Galega y La Región. Es editor de Mundiario. Fue director de La Voz de Galicia, Capital y Xornal de Galicia, cuya versión digital fundó en 1999. También fue director editorial del Grupo Zeta. Es autor y coordinador de varios libros de economía, entre ellos 'Cómo salir de esta'.

Eskup

¿Hay temor a hablar de una quita o realmente no es necesaria?

Por: | 28 de marzo de 2013

Antón Costas

Antón Costas, retratado por Xurxo Lobato para 'El País'.

Esta crisis, tanto en España como en otros países, ha demostrado que el euro le sirvió a muchos para tomar dinero prestado a tipos de interés bajos que, una vez mal invertido –o simplemente gastado, que no invertido-, dio pie a gigantescas burbujas que redujeron a la nada –o a muy poca cosa- lo que parecía de oro. Es la historia, por ejemplo, de muchas promociones inmobiliarias o de casi todas las cajas de ahorros españolas. En la cadena intervinieron empresarios, financieros, reguladores, gobiernos… y grandes prestamistas internacionales.

De momento, las crisis –empezando por la española- se están saldando con severos ajustes presupuestarios, acompañadas de devaluaciones internas que traen consigo menos sueldos y más impuestos, con menos servicios públicos. Salvo en Grecia, nadie, sin embargo, ha querido corresponsabilizar de la crisis a los prestamistas; es decir, a los bancos y fondos de inversión que financiaron burbujas como la española. Por eso apenas se habla de quitas con los de fuera. De momento, las quitas solo se hacen en casa. Entre nosotros.

En América Latina ya vivieron situaciones así en los años 80 y 90, que saldaron con quitas y pagos aplazados, bajo amenaza de no pagar. A regañadientes, Europa terminó aceptándole quitas a Grecia, que probablemente no serán suficientes. Pero no a España ni a otros países periféricos con graves problemas de deuda privada. En el mundo de la política apenas se habla de estas cosas pero en las esferas académicas sí. ¿Hay temor a hablar de una quita o realmente no es necesaria?

El catedrático de economía de la Universidad de Barcelona Antón Costas está convencido de que por muchas peleas que veamos en Europa, todavía no hemos visto la pelea final: la de las quitas. Otro catedrático, en su caso de la Universidad de Princeton y premio Nobel de 2008, Paul Krugman, complementa ese análisis cuando constata que las grandes empresas y los ricos siguen utilizando libremente paraísos fiscales como Chipre para evitar pagar impuestos como la gente de a pie. Según dijo Antón Costas al presentar en Barcelona el libro ‘Cómo salir de esta‘, “una quita y una espera (por la devolución de la deuda)”, sería la solución de España, cuyo problema comparó con el de México cuando el ex presidente Salinas había dicho una frase histórica: “Si no crezco no pago”. @J_L _Gomez


Preferentes: Como poco, una chapuza y un escándalo

Por: | 25 de marzo de 2013

Luis de Guindos
Luis de Guindos,  ministro de Economía / Cristóbal Manuel.

Detrás de las preferentes hay tantos responsables que se difumina su rostro. La cadena de acontecimientos hace que a día de hoy el caso esté asociado a financieros y políticos de Galicia, Madrid y Bruselas, sin que al final quede muy claro ante quien hay que protestar; al menos para salvar los muebles.

Las pérdidas masivas que lastrarán las vidas de miles de inversores en las preferentes de cajas nacionalizadas estaban escritas en Bruselas y Madrid desde hace meses. La única novedad es que ahora se hace pública la rebaja media y con escasa concreción, de modo que las pérdidas ya conocidas aun podrán aumentar cuando se haga efectivo el canje por títulos cuyo valor se desconoce. Un proceso chapucero que terminará en chapuza. Tanto es así que el canje de las acciones en que se convertirán las preferentes no tiene precio pero tampoco fecha.

En las inversiones financieras mucha gente ha perdido mucho dinero con la crisis, pero aquí no solo está en juego eso, sino que prevalece la sombra del engaño masivo, de ahí que se hable de escándalo.

¿Desde cuándo se sabe todo esto? Antes de la recapitalización de la banca, Bruselas y Madrid ya acordaron que los accionistas, titulares de preferentes, deuda subordinada y otros instrumentos del llamado capital híbrido de las cajas rescatadas contribuyesen a su reestructuración, asumiendo unas pérdidas totales de 12.000 millones de euros. Se trata de todo un revés para miles de pequeños ahorradores, muchos de los cuales habían sido objeto de un engaño masivo, producto de que adquirieron títulos híbridos –burlados o no- creyendo que eran depósitos a plazo de alta remuneración.

¿Algún consuelo? Además de la presión social y política, la vía judicial seguirá abierta, del mismo modo que la del arbitraje. De hecho, esta última ya la utilizaron unos 14.000 titulares de preferentes en Galicia que recuperaron casi 300 millones de euros. En el hipotético caso de que Novagalicia Banco no pueda afrontar todas las devoluciones derivadas de los arbitrajes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, comprometió fondos del Estado para que ningún ahorrador se quede sin la devolución, aunque la palabra de Guindos siempre hay que tomarla con cautela.

¿Y qué pasará con el proceso ordinario, sin arbitrajes ni jueces de por medio? De entrada, las quitas a las preferentes ni siquiera suponen la recuperación del resto del dinero invertido, cuya cuantía definitiva la decidirá el Fondo de Garantía de Depósitos, y no precisamente al alza. Solo en Galicia están en juego las haciendas de unas 65.000 personas que tienen en el aire cerca de 2.000 millones de euros. Todo un corralito.

En la banca española hay drama financiero para miles de ahorradores y también drama social, ya que unas 10.000 personas de los bancos nacionalizados se irán a la calle al final de un proceso de reducción de oficinas del 50 %. Un triste final, porque las condiciones impuestas por Bruselas son realmente draconianas. Es el precio de la llamada ayuda financiera de Europa, cifrada en 39.500 millones de euros, de los cuales BFA-Bankia recibió 17.960 millones; Catalunya Caixa, 9.080 millones; Novagalicia Banco, 5.425 millones, y Banco de Valencia, 4.500 millones. Los 2.500 millones restantes se destinaron a Sareb, la sociedad de gestión a la que los bancos transmiten sus activos inmobiliarios, el llamado banco malo. Para todo eso sí hubo dinero público. @J_L_Gomez

El rescate de Chipre, un aviso a navegantes

Por: | 21 de marzo de 2013

El ministro de Finanzas de Chipre, Michael Sarris, responde a los periodistas tras reunirse con su homólogo ruso, Antón Siluáno

El ministro de Finanzas de Chipre, Michael Sarris, responde a los periodistas tras reunirse con su homólogo ruso, Antón Siluáno / Sergei Chirikov (Efe).

Quinto programa de rescate en la eurozona desde el estallido de la crisis, tras los casos de Grecia, Portugal e Irlanda y la banca española: Chipre, un país inviable, necesitaba dinero y la Unión Europea solo acepta prestárselo a cambio de un impuesto extraordinario sobre los depósitos bancarios. En pocas palabras: quieren obligar a los ahorradores a pagar la mitad del rescate. Bruselas le entregaría 10.000 millones de euros –un punto del PIB español- si hay una quita de casi el 10% de los depósitos, incluso de aquellos de menos de 100.000 euros, que hasta ahora se suponían protegidos por la popia UE. En definitiva, Bruselas ha abierto un melón complicado: el rescate de Chipre, asociado a un minicorralito, el primero que se da en la eurozona en esta interminable crisis financiera. Todo un aviso a navegantes, mientras las oficinas de los bancos seguirán cerradas y no volverán a abrir al menos hasta el martes, día 26. La alternativa, si la hay, se negocia en Moscú, donde Chipre pide socorro a Rusia como alternativa al rescate europeo.

Un pequeño país, irrelevante en términos de Producto Interior Bruto, será rescatado a la brava, lo cual solivianta a sus ciudadanos –especialmente si son ahorradores- pero también intranquiliza al resto de los europeos, especialmente a los de países con problemas, como Grecia, Italia, España, Portugal e Irlanda.

La noticia abrió The Wall Street Journal, ocupó una posición destacada en The New York Times y fue dominante en toda la prensa europea, señal de que no es un asunto menor, ni menos aún solo un problema financiero de un pequeño del Mediterráneo, cuya compensación por la quita supondrá que los depositantes recibirán acciones en los bancos rescatados por el valor de la parte confiscada. Pobre consuelo.

La pregunta está ahora en el ambiente: ¿el temor a que los depósitos no estén asegurados en los países con riesgo de ser rescatados, como España, puede provocar una fuga de capitales hacia bancos de economías más seguras? Cualquiera sabe, pero la cosa no pinta nada bien. De hecho, en Luxemburgo, otro pequeño país, pero seguro –tiene triple AAA-, saben mucho de esto, ya que es destino de capitales españoles que huyeron de la mera hipótesis de un rescate.

Estabilidad, eurobonos y política económica común

Mientras el euro no se dote de una política fiscal común, su solvencia seguirá en el aire, al menos en aquellos países más vulnerables, entre los que está España. Chipre e Irlanda ponen de relieve que su fiscalidad está a años luz de la media de la eurozona, donde solo habrá estabilidad el día que tenga eurobonos, producto de una verdadera política económica común. Lo demás solo son parches.

Tras los compromisos asumidos por el Banco Central Europeo (BCE) y los países de la eurozona con los préstamos de los Fondos de Rescate, la crisis del euro solo podría solucionarse, definitivamente, con una mayor unión política de los países miembros. Y un proceso así podría exigir al menos dos cosas: una, el traspaso de todas las competencias de política monetaria al BCE, y dos, la cesión de la política presupuestaria a la Comisión Europea, como órgano permanente de las cumbres de presidentes y Jefes de Estado, del Parlamento y de los propios Estados miembros de la UE.

¿Y España? ¿Merece la pena atajar el sobrecoste de la deuda con un rescate, a cambio de llevar el país a mediados del siglo XX, socialmente hablando? Solo hay que ver lo que ha sucedido en Grecia y Portugal. España no ha recibido más rescate que el de la banca por ahora, pero las condiciones ya han sido similares a las impuestas a Portugal. De entrada, parece suficiente. @J_L_Gomez

El 'caso Bárcenas' y la salida de la crisis en España

Por: | 16 de marzo de 2013

Luis Bárcenas
Luis Bárcenas, ex tesorero del PP.

En el ‘caso Bárcenas’ o tiene razón el diario El País o tiene razón el PP, pero El País y el PP no pueden tener la razón simultáneamente. Más tarde o más temprano, vamos a saberlo. De momento, ya sabemos que Mariano Rajoy niega que haya sufrido algún tipo de chantaje por parte del extesorero del Partido Popular Luis Bárcenas. El presidente del Gobierno, tras abandonar la primera jornada de reuniones con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas, evitó hacer más comentaros sobre el caso. ”Con absoluta franqueza, no”, dijo Rajoy, preguntado sobre los presuntos sobornos de Bárcenas por la supuesta contabilidad B del PP por la que está siendo investigado el extesorero.

La esperanza de quienes apuestan por las tablas a corto plazo, para ganar tiempo, está en judicializar el caso, lo cual parece indispensable pero no suficiente, ya que podrían pasar años hasta que se resolviera de manera definitiva, perdiéndose por completo su dimensión política, para reducirse a un caso personal, que aun siendo grave sería lo menos relevante.

Entre otras cosas, lo que está en juego es si Mariano Rajoy cobró o no cobró dinero en B durante 11 años. Según los papeles de El País, desde 1997, el nombre del ahora presidente aparece ligado a pagos semestrales de 2.100.000 pesetas o trimestrales de 1.050.000 pesetas, y desde 2002, de 12.600 euros semestrales o 6.300 euros trimestrales. Nunca varía la cantidad anual de 25.200 euros y los pagos se extienden hasta 2008.

Tiene su lógica que el PP se defienda y que proteja a su presidente, denunciando al diario El País, del mismo modo que es comprensible que quienes conocen personalmente a Mariano no den crédito a semejante lío. Pero, ¿qué opina, de verdad, Rajoy de todo esto? El País, al menos a la hora de explicarse, va por delante y argumenta que solo publicó los papeles de Bárcenas “cuando dispuso de ellos y pudo comprobar la veracidad de lo que en ellos se reseñaba”.

Es evidente que la estrategia de la Moncloa y de Génova pasa por aislar al presidente del escándalo ahora que los supuestos papeles de Bárcenas llegan al juzgado. Los tiempos de la justicia favorecen su objetivo, y máxime si acallan el ruido mediático; al menos en lo que más les afecta, que es Mariano Rajoy. Pero al final volveremos al principio: ¿tiene razón Rajoy o tiene razón El País? ¿Habrá que esperar para saberlo a que la Audiencia Nacional termine de investigar la contabilidad secreta del extesorero del PP? ¿O nos aguardan nuevas sorpresas? ¿Puede España salir de la crisis con casos como éste abiertos de manera indefinida? @J_L_Gomez


¿Hacia una prima de riesgo de 200 puntos?

Por: | 11 de marzo de 2013

Mariano-Rajoy-presidente-del-Gobierno
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno.

Vista desde las arcas públicas, la crisis derivó en una brutal rebaja de los ingresos del Estado, sobre todo debido al Impuesto de Sociedades, que cayó en picado en los últimos cinco años. Por eso mismo, las sucesivas cifras de déficit público que se fueron conociendo en España a partir de 2010 subieron como la espuma, y solo se contuvieron a base de verdaderos hachazos al Estado del bienestar. Pero la salida no es la austeridad, sino crecer, para que se recuperen los ingresos de todos, empezando por los del propio Estado.

La deuda pública y, sobre todo, la privada trajeron consigo riesgos de extrema gravedad para España, que quienes nos prestan resolvieron subiendo los tipos de interés de mercado. Esta semana, la rentabilidad exigida al bono español a 10 años alcanzó su nivel más bajo desde noviembre de 2010, con una prima de riesgo (sobrecoste que paga España para financiarse respecto a Alemania) reducida a 323 puntos básicos, camino de converger con la italiana. No es una mala noticia, pero con eso no se resuelve la crisis española; a lo sumo se atenúa.

Las pymes españolas siguen pagando intereses altísimos

Basta un dato para justificar esta cautela: a la hora de la verdad, las pymesespañolas siguen pagando intereses altísimos para financiarse, mientras las alemanas apenas abonan intereses. Como ha calculado el propio Gobierno de Rajoy, solo una prima de riesgo de 200 puntos básicos detendría la sangría financiera en España, un país que hace enormes sacrificios para ‘tirar’ miles de millones de euros por las alcantarillas de los intereses que perciben los especuladores. Por tanto, tiene su valor que se suavice la prima de riesgo –de entrada, aparta el fantasma del rescate total- pero el país sigue lejos del objetivo, algo que solo se conseguirá recuperando la confianza en la economía y mejorando la financiación de los bancos.

Desde Europa, solo Alemania puede echar una mano, pero antes de sus elecciones de septiembre parece difícil que lo haga, de ahí las cautelas del Banco Central Europeo (BCE), cuya estrategia de fondo depende de lo que diga Berlín. ¿Hay margen? En materia de tipos, por supuesto, ya que si bien continúan en el mínimo histórico (0,75%), están por encima de los que aplican EE UU y Japón. Incluso el Reino Unido –dentro de la UE, pero fuera de la eurozona- tiene los tipos más bajos. Y no olvidemos una lección básica de la política monetaria europea: Alemania salió de la crisis con bajos tipos de interés, que el BCE le sirvió en bandeja para ayudar a sus empresas a invertir. Cuando menos, España necesita lo mismo.

Al hilo de lo que pasó en Alemania, recapitulemos un poco para ganar en perspectiva. El gran error de España con esos tipos bajos desde el año 2000 fue concentrar gran parte de su inversión en el ladrillo, en lugar de apostar por un sector industrial y de servicios más desarrollado e innovador. Ahora lo estamos pagando, sin que –por desgracia- haya otro remedio que aumentar la competitividad a través de la rebaja de los costes salariales y la subida de impuestos. Por eso cuanto más rápido se realice ese duro proceso de ajuste, antes España saldrá de la grave recesión en que se halla sumida. Se le pueden dar muchas vueltas a la economía europea, pero al final la salida nunca será la austeridad, sino crecer, para poder crear empleo. Y para crecer, España necesita hacer muchos deberes pero también precisa ayuda europea con tipos de interés más bajos. @J_L_Gomez

Derivadas del encaje de Cataluña en España

Por: | 04 de marzo de 2013

Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña.
Artur Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña.

La situación económica de España sigue estando complicada y difícilmente dejará de estarlo si antes no rebaja sus problemas de financiación, léase los altos tipos de interés que paga en los mercados. En ello influyen muchos factores, es evidente, desde movimientos especulativos a datos fundamentales de la economía española, pero también incide la confianza y la estabilidad política. Por esa razón, y sin que ello suponga que con eso basta para resolver todos los problemas del país, estaríamos ante una condición necesaria pero no suficiente. Pero necesaria y tal vez premisa básica.

Este país no puede salir adelante sin despejar el escandaloso ‘caso Bárcenas’, sin encajar Cataluña en España o sin poner coto a tanta corrupción y tanta economía sumergida. Ningún país democrático serio y solvente funciona con tantos palos en la rueda.

¿Es la solución el PP de Rajoy? ¿Está más bien en el PSOE de Rubalcaba? ¿Puede España salir adelante sin CiU? Vayamos por partes, el PSOE tiene un importante frente abierto en Cataluña, una vez que su partido hermano, el PSC, ha roto la disciplina de voto en el Congreso de los Diputados, al hilo de un eventual referéndum sobre el futuro de Cataluña en su relación con España. En ese sentido, conviene tener en cuenta que el PSC es un partido federado, pero independiente del PSOE. No es, por tanto, como el PSE-PSOE en Euskadi o el PSdeG-PSOE en Galicia, aunque a este paso cualquiera sabe, ya que el líder de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, desafía a la ejecutiva federal con la elección directa por las bases del secretario general, algo sin precedentes en la familia socialista.

El problema de Cataluña afecta a ambas partes, obviamente, pero sobre todo al PSOE, ya que si rompe con el PSC se quedará sin ninguna opción de gobernar en España, dado el vacío que se le generaría en el que históricamente es su segundo gran feudo electoral, tras Andalucía. El Partido Socialista podría recomponer su posición, aflorando la marca PSOE en Cataluña, como abanderan los socialistas más jacobinos, pero a día de hoy eso no es tan fácil, ya que ese espacio ‘progre-españolista’ lo ocupa con éxito creciente Ciutadans, cuyo líder es Albert Rivera.

¿Solución? Un nuevo pacto, que, a escala partidaria, podría ser similar al que seguramente termine gestándose entre Cataluña y España. Los socialistas son hoy el problema pero pueden terminar siendo la solución, para ellos y para el encaje de Cataluña en España. Su líder, Pere Navarro, parece ir por delante en este gran debate pendiente e incluso en el que puede dar pie, más pronto que tarde, a una sucesión ordenada en la jefatura del Estado.

La estrategia independentista de Cataluña que abandera Artur Mas también tiene sus problemas internos, en parte debido a la corrupción que anida en sus propias fuerzas políticas, empezando por CiU, y su reconducción apunta al pacto con Madrid.

Lo que haga el PSOE puede ser decisivo, en la medida en que es el partido español con más problemas pero también con mayor capacidad de entendimiento con CiU y ERC. Hay puntos que, aunque ahora parezca lo contrario, les unen, empezando por la reforma de la Constitución. Y algo se está moviendo en ese sentido.

Pero la política no debe ser tampoco el refugio para centrar en ella todos los males de la economía española, donde sigue viéndose un gran agujero: el que dejaron la construcción y el sector inmobiliario.  @J_L_Gomez

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