A vueltas con España

Sobre el blog

Este blog tiene por objeto el análisis económico y político, combinado con la aportación de claves informativas de la realidad española. Su autor es un convencido de esa máxima que dice que periodismo es todo aquello que los poderosos no quieren que se sepa y que lo demás es propaganda. En este oficio de contar las cosas, el modo de hacer periodismo puede cambiar pero su esencia siempre es la misma.

Sobre el autor

José Luis Gómez

, gallego de Brión (A Coruña), es columnista de El País y OTR/Europa Press, así como colaborador de TVG, Radio Galega y La Región. Es editor de Mundiario. Fue director de La Voz de Galicia, Capital y Xornal de Galicia, cuya versión digital fundó en 1999. También fue director editorial del Grupo Zeta. Es autor y coordinador de varios libros de economía, entre ellos 'Cómo salir de esta'.

Eskup

Si sobra qué pactar, ¿por qué no hay pacto?

Por: | 21 de mayo de 2013

Mariano-Rajoy-presidente-del-Gobierno
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy / Mundiario.

El jefe del Gobierno sigue sin ver un gran pacto por el empleo, como le propusieron los principales sindicatos, en presencia de dirigentes empresariales. Y así lo reiteró el pasado sábado en una convención del PP en Salamanca. Como mucho, Mariano Rajoy ve posible el diálogo sobre las pensiones. Para otros asuntos se confiesa dispuesto a asumir el desgaste que sea preciso; es decir, para bien o para mal, el líder del PP hará valer su mayoría absoluta y no contará con la Oposición, a la que descalifica por su tendencia a incrementar el gasto público.

Rajoy elude, de paso, una reforma fiscal que redefina a fondo los ingresos del Estado, más allá de los retoques del ministro Montoro, e implanta como norma la moderación salarial, que en realidad es una devaluación de los sueldos. Claro que el presidente del Gobierno no siempre dice lo mismo: en el fondo sabe que tiene difícil salir adelante en solitario -de hecho, hace unos meses lo insinuó él mismo en el Congreso-, a pesar de su indiscutible mayoría absoluta.

Pero no solo el presidente Rajoy es reticente al pacto. Desde la izquierda del PSOE e incluso en su ala más radical se preguntan por qué determinados medios progresistas insisten tanto en el pacto entre PP y PSOE, en vez de abogar por un pacto de las izquierdas. Parten de la base de que si la respuesta al desgaste del PP y al estancamiento del PSOE es un consenso amplio, ambos partidos seguirán multiplicando su precariedad en las encuestas. Por eso no falta quien rechaza frontalmente eventuales acuerdos entre los llamados líderes del desprestigio, teniendo en cuenta que los ciudadanos desaprueban masivamente tanto al conservador Rajoy como al socialista Rubalcaba.

¿Hay alternativa a un pacto de Estado solo entre partidos? Sí, por ejemplo, con un gran acuerdo social y político, de manera que los costes de la crisis se repartan de forma razonable, como había sucedido en los ya históricos Pactos de la Moncloa, que hicieron posible asentar la democracia en medio de una crisis económica.

¿Y hay materias para el consenso? Sin duda. Además de las pensiones, la reforma limitada de la Constitución -recordemos: Senado, reconocimiento explícito del último tratado europeo, inscripción del nombre de las comunidades autónomas y derogación de la cláusula que discrimina a las mujeres en la sucesión de la Corona- puede ser el principio de un amplio consenso. En definitiva, se supone que un gran pacto económico-social debería incluir la reforma constitucional y solventar la cuestión territorial, dadas las tensiones con Cataluña y las que previsiblemente se van a desatar con el País Vasco, una vez que ETA solo sea historia.

El economista alemán Carsten Moser, expresidente de la Cámara de Comercio Alemana para España, advierte en el prólogo del libro Cómo salir de esta’ (Actualia Editorial) de que lo que era válido en 2010, sigue siendo válido en 2013: España no avanzará sin una mayor cultura de diálogo, negociación y pacto. “Pienso –explica Moser- que un consenso de cómo salir de la crisis entre Gobierno y Oposición o, mejor aún, una reedición de los Pactos de la Moncloa, haría bajar la prima de riesgo bastantes  puntos, como también lo haría un acuerdo entre Madrid y Barcelona para superar sus diferencias actuales”.

¿Pacto sí o pacto no? Parece que desde fuera de España lo tienen más claro que desde dentro. @J_L_Gomez

España tiene un problema de dimensión empresarial

Por: | 14 de mayo de 2013

Fernando González Laxe

Fernando González Laxe, coordinador de la serie de Economía del Proyecto Galicia.

De la mano de la escritora Yolanda Aldónel expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla se lamenta en Mundiario de la desaparición de la economía real, en beneficio de la especulativa y financiera, y denuncia que los empresarios –se refiere a los ricos y grandes- ahora son especuladores que por no pagar ni pagan impuestos, amparados por una legislación hecha a su medida por políticos a los que controlan. Denuncia incluso que empresas como Telefónica o Endesa manejan a los políticos con sobresueldos.

Revilla tiende a hacer caricaturas de las situaciones extremas pero en el fondo hay algo de cierto en lo que dice, que en versión ampliada puede leerse en su libro ‘Nadie es más que nadie’. Frente a ese estado de cosas en las altas finanzas, a la clase política suele llenársele la boca hablando de las pequeñas y medianas empresas, las ‘pymes’, pero a la hora de la verdad sus problemas estructurales siguen estando ahí. A la mejora de la fiscalidad y la necesidad de que el crédito fluya, se añade también la conveniencia de que la Administración les pague lo que les debe.

Las ‘pymes’, como gancho político, corren incluso el riesgo de verse desplazadas por los emprendedores, una figura con grandes potencialidades en las economías avanzadas pero tampoco tantas como para que ahora España quiera reconvertir millones de parados en empresarios-emprendedores. Una, porque no es posible, y dos, porque puede frustrar una buena iniciativa.

En contra de lo que a menudo se cree, este país no tiene un problema de número de empresarios. Su verdadero problema es de dimensión de las empresas, la mayoría de las cuales ni siquiera tienen trabajadores.

Según el catedrático Fernando González Laxelas empresas sin asalariados representan en España el 55% del total, y las sociedades que tienen entre 1 y 9 trabajadores, el 39%. Las compañías con más de 250 empleados suponen el 0,2% del total de las empresas españolas, dato más que revelador de la precaria estructura empresarial del país.

Laxe acaba de presentar su contribución al Proyecto Galicia, dedicado precisamente a las empresas de esta comunidad, cuyos problemas son similares a los de España: seis de cada diez empresas de Galicia no tienen a nadie en nómina. La competitividad empresarial de Galicia centra, de hecho, el quinto y último volumen de la serie de Economía del Proyecto Galicia de Hércules Ediciones, que ya suma el número 64 de esta iniciativa editorial, singular en el mundo por sus características.

En toda Galicia, por ejemplo, no llega a 200 el número de empresas -194- con más de 250 trabajadores y sólo hay 438 firmas que tienen de 100 a 249 asalariados, de un total de 212.771 empresas. Por tanto, Galicia tiene una alta densidad empresarial, lo que no tiene es un empresariado fuerte, capaz de dar empleo. Galicia evoluciona hacia una economía de servicios con un débil sector industrial y una notable concentración de las actividades comerciales en el entorno de las grandes áreas metropolitanas. El tejido empresarial se concentra en las provincias de A Coruña y Pontevedra, con tendencia a concentrarse, a su vez, en A Coruña y Vigo. Abundan las empresas intensivas en la utilización de recursos naturales, si bien es escasa la integración productiva, de modo que los productos finales son utilizados como inputs por empresas radicadas fuera de Galicia. Falta tecnología y capacidad de creación de  empleo. @J_L_Gomez


En tiempos de crisis, las iniciativas locales tienen doble valor

Por: | 14 de mayo de 2013

Logotipo de Ceuta 2015 Fundación Crisol de Culturas.
Logotipo de Ceuta 2015, un nuevo espacio de convivencia y diálogo intercultural.

En tiempos de crisis económica, como los actuales en España, adquieren doble valor aquellas iniciativas que no sólo contribuyen a mejorar las condiciones socioeconómicas de la gente, sino que además trasmiten ilusión y confianza en el futuro. Ceuta 2015 Fundación Crisol de Culturas es una iniciativa que encaja con ese perfil, un nuevo espacio de convivencia y diálogo intercultural, como lo define la periodista Nasama Ali Ahmed en una de sus crónicas desde Ceuta.

De la mano de Juan Jesús Vivas, presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015 se asomó a la luz pública el 29 julio de 2010 y se estructuró con destacados patronos locales -delegado del Gobierno en Ceuta, presidente del Consejo Económico y Social, director del Instituto de Estudios Ceutíes y director del Centro Asociado de la UNED en Ceuta- y un comisariado dirigido por Jesús-Cayetano Fortes.

La Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015 tiene por objetivo conmemorar el VI centenario de la entrada de Ceuta en la era moderna, acontecimiento histórico que llegó de la mano del rey de Portugal Juan I, cuando desembarcó en la ciudad el 21 de agosto de 1415. Con este objetivo, esta fundación organiza congresos y toda clase de encuentros nacionales e internacionales para realzar las relaciones con Portugal y promover también la implicación de los jóvenes europeos con Ceuta. El próximo día 21, Ceuta 2015 Fundación Crisol de Culturas se presenta al público en dependencias del Senado para dar a conocer su programa de actividades y los objetivos que con ellas quiere alcanzar.

"Desde la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015 queremos garantizar la participación de la ciudadanía en el conjunto de las actividades que se planifiquen, evitando todo sesgo gremial, academicista o puramente elitista", señalan desde la entidad. Por eso definen sus actividades como "amalgama de lo académico e intelectual, lo político-institucional y lo ciudadano", para, de este modo, "reforzar y extender los valores, actitudes y modos de comportamiento acordes con el ideal de convivencia en paz". No está mal, y menos en tiempos de crisis en Ceuta y en el resto de España. J_L_Gomez

  Crisol

El comisario de la Fundación Ceuta Crisol de Culturas 2015, Jesús-Cayetano Fortes, recibido por el presidente del Senado, Pío García Escudero.

Rajoy arriesga mucho al rechazar el pacto de Estado

Por: | 09 de mayo de 2013

Pablo Leis
Pablo Leis, en su sección 'Desde mi azotea de Brooklyn', en Facebook.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, rechazó el pacto de Estado para afrontar la crisis que le propuso la Oposición, salvo que partidos como el PSOE, CiU o PNV apoyen sus reformas, ya sea de manera total -impensable- o parcial. Como subraya un editorial del diario El País, un pacto a cambio de un apoyo acrítico es sencillamente un pacto imposible. Pero a Rajoy parece darle todo igual. “No va a haber cambio de rumbo”, sentenció el líder conservador.

Algo va mal. Y algo (distinto) habrá que hacer. Al menos si se quiere que el país reduzca su tasa de paro del 27% y no haya 6,2 millones de personas sin trabajo. ¿Alguna solución? Por desgracia, España requiere más de una solución. Sus remedios dependen tanto de lo que se decida en Bruselas –léase en este caso Alemania- como de lo haga el Gobierno de Rajoy. Y los males son tan graves que exigen soluciones compartidas, empezando por un gran pacto político y social que incluya una reforma fiscal e incentivos a la inversión, porque para salir de esta hace falta producir más y mejor. Pero si Rajoy se empeña en hacerlo todo solo, asumiendo un alto riesgo, cualquiera sabe lo que puede pasar en España.

Previsiones desastrosas

Más de uno había visto en las últimas previsiones del Gobierno un escenario tan adverso que pensó que Mariano Rajoy las había exagerado un poco, de modo que la realidad fuese mejorando la previsión y el Ejecutivo no tuviera algo de lo que presumir. Pero va a ser que no.

O en Bruselas falta intérpretes de los mensajes en clave de Rajoy o en España tenemos un problema todavía más grave de lo que pensábamos. Resulta que la Comisión Europea –eso que llamamos Bruselas- no sólo no mejora, sino que empeora las nefastas previsiones económicas del Gobierno para 2013, hasta el punto de que pasa del -1,3% de crecimiento previsto por Rajoy al -1,5%, al tiempo que prevé un déficit público superior este año (6,5%) y el que viene 2014 (7%). Y, por si algo faltaba, para resolver semejante panorama no habrá un pacto de Estado, según se desprende de las palabras del jefe del Gobierno en el Congreso.

Cuesta entender lo que está pasando

 Estamos llegando a un punto en el que cuesta entender lo que está pasando, salvo que aceptemos que el cinismo se ha apoderado de la política hasta extremos inimaginables. Visto desde otra punta del punto, podría parecer humor negro el sarcasmo de Bruselas cuando urge a España a actuar contra “los insoportables niveles de desempleo”, como si el paro en España no fuese el resultado de las políticas impuestas desde Bruselas. ¿De qué se extrañan ahora? ¿Por qué eso que llamamos Bruselas, en vez de exhortar a Rajoy a hacer “todo lo que sea necesario” para aliviar las cifras del paro no empieza por dar ejemplo? ¿O acaso piensan en Bruselas que con darle dos años más de plazo a España para cumplir con el déficit ya se crean puestos de trabajo? El empleo, aquí y en todas partes del mundo, se crea cuando la economía crece y/o es competitiva. Jamás cuando hay recesión y falta competitividad.

En España no hay actividad suficiente porque no hay demanda ni hay inversión. Y no hay ninguna de esas dos cosas porque no hay ni dinero ni crédito. El dinero se nos va en pagar intereses y en amortizar deuda, porque el país debe mucho. Y mientras no se resuelva el problema de fondo, todo lo demás –empezando por el desempleo- será solo una consecuencia. La clave está en si Bruselas y el Gobierno harán algo para que haya un cambio de tendencia en la economía española.

Los recortes no han servido para nada importante

No nos engañemos más: los recortes no han servido para nada importante. A pesar del brutal ajuste que se ha hecho, España no cumple el objetivo de déficit, hasta el punto de que si sumamos las ayudas a los bancos supera el 10% del PIB. Traducido a euros: más de cien mil millones. Rajoy no ha controlado el déficit ni ha contenido la deuda pública, que sube como la espuma. Nada menos que 15 puntos de PIB en un año. Los grandes problemas de España –paro, deuda y déficit- son los mismos de la etapa final de Zapatero.

Con recortar ya no basta. Ya lo dijo Olli Rhen, el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de Asuntos Económicos: hay que hacer “todo lo que sea necesario”. ¿Sin pacto político y social? @J_L_Gomez


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