A vueltas con España

Sobre el blog

Este blog tiene por objeto el análisis económico y político, combinado con la aportación de claves informativas de la realidad española. Su autor es un convencido de esa máxima que dice que periodismo es todo aquello que los poderosos no quieren que se sepa y que lo demás es propaganda. En este oficio de contar las cosas, el modo de hacer periodismo puede cambiar pero su esencia siempre es la misma.

Sobre el autor

José Luis Gómez

, gallego de Brión (A Coruña), es columnista de El País y OTR/Europa Press, así como colaborador de TVG, Radio Galega y La Región. Es editor de Mundiario. Fue director de La Voz de Galicia, Capital y Xornal de Galicia, cuya versión digital fundó en 1999. También fue director editorial del Grupo Zeta. Es autor y coordinador de varios libros de economía, entre ellos 'Cómo salir de esta'.

Eskup

Convergencia de previsiones desde Europa y España

Por: | 29 de julio de 2013

Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo / Reuters.

Entre las previsiones económicas de las autoridades europeas y las perspectivas empresariales de los directivos de compañías españolas hay un claro paralelismo. Como suele decir en estos casos el economista alemán Carsten Moser, será que a este lado del Atlántico también vale lo que avisó el escritor mexicano Juan Rulfo en otro contexto: “O nos salvamos juntos o nos hundimos separados”.

En la eurozona hay signos de vida para una crisis crónica y en España se percibe que pasó lo peor sin que llegue lo bueno. La Comisión Europea considera que la economía europea toca fondo si bien no asegura la recuperación, y las empresas españolas también sienten algo de alivio, tras caer en ventas, beneficios y empleo, pero dudan de la intensidad de la recuperación. La zona euro ha retrocedido cinco años en PIB y siete años en empleo en su guerra contra la crisis y España lo ha pagado, con creces, en primera línea de combate. Por eso no es de extrañar que haya compañías en este país que, por mucho que digan Guindos o Montoro, todavía aplazan la recuperación económica a 2014 o 2015.

En esta época de crisis, el mercado único debería desempeñar un papel crucial a la hora de sacar a Europa del estancamiento económico; al menos si se quiere que el euro siga con vida y sea la gran moneda de los europeos en un mundo globalizado. Y, en ese sentido, la mutualización de la deuda, es decir, la emisión de eurobonos, sería el camino más sencillo y rápido para conseguir una mayor integración fiscal en Europa, pero la Alemania de Angela Merkel, de momento, poco o nada quiere saber de todo ese plan. Prefiere reiterar su llamada hoja de ruta para España, que solo comprende sacrificios.

Europa, como dijo en su día el presidente Obama, no respondió con la misma celeridad que Estados Unidos cuando afloró la crisis económica. A su vez, España, cuando estalló la burbuja inmobiliaria, no reaccionó con rapidez. Como consecuencia, ha tenido muchos problemas para obtener préstamos en una Europa que a menudo se queda en un grupo de países con libre circulación de moneda y capital humano, una liga de campeones y Eurovisión. Pero si Bruselas –léase Berlín- quiere, todo puede cambiar, ya que el grado de dependencia de lo que ocurre en Europa es decisivo para España. Por eso mismo, para España no es menos importante que para Alemania lo que suceda en sus elecciones generales a la vuelta del verano. Mientras, toca esperar y ver, con el cinturón apretado. @J_L_Gomez


De Guindos, más cauto que Montoro ante la salida de la crisis

Por: | 14 de julio de 2013

El ministro Luis de Guindos.
Luis de Guindos, ministro de Economía / Mundiario.

“La recesión ha quedado atrás”, dice el ministro de Economía del Gobierno español, Luis de Guindos, en una entrevista concedida a los periodistas del diario El País Miguel Jiménez e Íñigo de Barrón. De todos modos, Luis de Guindos parece ser esta vez más prudente que el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien hizo el primer anuncio en ese sentido, pero sin tantas cautelas. Ni tantos altavoces.

La verdad es que las últimas intervenciones de Cristóbal Montoro en el Congreso pasaron demasiado inadvertidas, porque el ministro de Hacienda avanzó cosas que, de ser ciertas, serán decisivas para España. Con todos sus defectos, Montoro suele ser más riguroso que el ministro de Economía, Luis de Guindos, por lo que conviene seguir sus pasos, a sabiendas de que expertos como Hans-Werner Sinn, presidente del Instituto Ifo de Investigación Económica alemán, enfría cualquier previsión positiva, al asegurar que a España le quedan diez años más de crisis, mientras profundiza en su proceso de devaluación interna.

¿Y qué dijo Montoro que sea tan importante? Algo aparentemente muy técnico pero esencial para la salida de la crisis: hay superávit en la balanza por cuenta corriente, de ahí que augure que el segundo trimestre del año será el último de caída de la economía y que la salida de la crisis está cerca. Sus puntos de apoyo son, también, la baja inflación y la mejora en el acceso a los mercados financieros a un coste cada vez más asumible.

En sus declaraciones a El País, De Guindos está seguro de que el crecimiento económico de España, un país con un 27% de paro, más del 50% entre los jóvenes, empieza a despegar, si bien ve riesgos de que haya una salida en falso de la recesión. También comenta que "sin ayuda financiera, España hubiera acabada rescatada".

Según los entrevistadores, el ministro ha errado en ocasiones, pero ahora está convencido de que el crecimiento económico empieza a despegar. El titular de Economía y Competitividad cree vital cuidar esa “flor de invernadero”, una metáfora que recuerda a los luego marchitados brotes verdes que tanto persiguieron a su antecesora, Elena Salgado.

Puede que la economía crezca pero lo que parece seguro es que los sueldos seguirán cayendo. "Lo que resulta fundamental -advierte De Guindos-, es modificar el proceso de negociación colectiva. Se ha producido muchísima mayor moderación salarial y flexibilidad, lo que ha mejorado la competitividad".

 

Sin 'plan Roosevelt' en Europa

Por: | 02 de julio de 2013

Roosevelt

Franklin D. Roosevelt / teamthirdgradetechbunch.pbworks.com 

Europa sigue en crisis, tiene 27 millones de parados y no sabe muy bien qué hacer. O si lo sabe pero no tiene recursos para hacerlo. Ni hay un presidente al estilo de Franklin D. Roosevelt, el demócrata que sacó a los estadounidenses de la depresión del 29, ni hay euros frescos; como mucho, hay más ingeniería financiera para seguir mareando la perdiz.

Tres son los vectores sobre los que trabajan desde Bruselas: la unión bancaria, la fluidez del crédito a las empresas y la reducción del desempleo, empezando por el paro juvenil. Y si bien las noticias no son del todo malas, porque hay pequeños avances en los tres frentes, tampoco cabe esperar de los acuerdos de la última cumbre un ‘plan Roosevelt’. Nada cambiará, de verdad, en Europa hasta que pasen las elecciones generales en Alemania, el país que adopta o bloquea decisiones importantes en la Unión Europea.

¿Resultado a día de hoy? Las empresas de la periferia europea, como las españolas, continuarán pagando más por el dinero, si es que se lo prestan, y sus trabajadores tenderán a cobrar menos o a seguir en el paro. Tal vez mejore un poco la cosa con algunos jóvenes, dados los nuevos incentivos a la contratación, pero no en la cuantía deseable. Ya lo dijo alto y claro la canciller Angela Merkel: “No podemos ofrecer un puesto de trabajo a todos los jóvenes españoles”.

Si se quiere ver el vaso medio lleno, también se puede, siempre que las expectativas no pasen de encontrar un pequeño poso: la lucha contra el desempleo juvenil en Europa parte de una cuantía testimonial, pero algo es menos que nada, de ahí que el presidente Rajoy intente vender un mensaje alentador, por muy consciente que sea de que con estas medidas ni se concreta el horizonte de la unión bancaria, clave para el endeble sistema financiero español; ni se asegura que el crédito llegue a las pymes en buenas condiciones, ni se remedia el paro juvenil, que si es grave en Europa, en España resulta socialmente intolerable. 

El discurso oficial contra la crisis sigue instalado en el binomio más ajuste y más impuestos, como receta para recuperar competitividad, pero no profundiza en la raíz del problema: el crecimiento económico. Tal vez porque ni siquiera hay modelo. Los dos últimos gobiernos españoles se quedaron de repente sin la construcción y, de buenas a primeras, no supieron qué hacer para suplir ese tremendo vacío. Esa circunstancia es la que explica que la crisis económica mundial tuviese una mayor  incidencia en España que en los otros países grandes de la Unión Europea, lo cual se tradujo en una fuerte contracción de la economía y en un aumento histórico del desempleo.

En España, las causas de este cambio de tendencia no pueden atribuirse exclusivamente al impacto internacional de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos, sino también a las propias debilidades del patrón de crecimiento, ligado en exceso a la construcción. De facto, la vivienda se había convertido en un motor importante de la economía, entre otras cosas gracias a la liberalización del suelo, lo cual ayudó a crear un gran número de empleos tanto directos como indirectos. Todo eso desapareció y, tras varios años de ajustes y subidas de impuestos –léase también empobrecimiento-, seguimos más o menos en las mismas. Un poco menos endeudados en el sector privado y un poco más en el sector público. Es lo que hay. @J_L_Gomez


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