Fachada del Banco de España en la plaza Cibeles de Madrid. / Carlos Rosillo en El País.
La mano invisible acuñada por Adam Smith, popularizada gracias a su obra magna, La riqueza de las naciones (1776), no siempre lo es tanto, aunque lo parezca. Al menos la mano invisible del dinero que mueve los hilos de las altas finanzas en España, un país donde una buena parte de su territorio -¿incluida Galicia?- está en riesgo de exclusión financiera por la vía de los hechos, que no de las metáforas. Veamos.
Desde 2008 en España se lleva a cabo un acelerado proceso de concentración financiera con el pretexto de que las cajas de ahorros perdieron el rumbo. No se aplicó el mismo criterio a muchas instituciones del Estado, porque de haberlo hecho también habrían desaparecido. En casos así, ¿deben desaparecer solo los gestores de los fracasos o incluso las propias entidades? Es un dilema para el que no hubo lugar en las cajas de ahorros, cuyas bondades durante décadas fueron pulverizadas en medio del torbellino de la crisis financiera, para mayor gloria de la banca y de determinados territorios del país. Las cajas desaparecieron casi de un plumazo y los banqueros se frotaron las manos.
Una de las primeras consecuencias de este proceso es que el negocio financiero se ha centralizado en Madrid y Barcelona. Quedan algunas otras ciudades con entidades financieras de segundo nivel, pero solo dos cortan el bacalao. Tanto, que las comunidades de Madrid y Cataluña concentran a día de hoy el 45% de todo el crédito que se concede en España, cuando su peso en el PIB es muy inferior a ese porcentaje.
El que parte y reparte, se queda con la mejor parte
Madrid y Barcelona no sólo deciden que parte de la tarta financiera se quedan para sus empresas, instituciones y particulares –casi la mitad-, sino que tienen en su mano el control del 80% del sistema financiero del conjunto del país, al tiempo que concentran el 85% de las sedes de bancos en España. Para eso ha servido –también- la reforma financiera que dejó en 23 el número de bancos y cajas, partiendo de 102.
El cambio es de tal magnitud que sus consecuencias para el desarrollo armónico de España podrían ser impactantes incluso a corto plazo. La concentración de la mitad de todo el crédito en dos territorios, entre los que no está el más poblado (Andalucía), es de por sí un factor de riesgo para el equilibrio del país. Pero la realidad es que Madrid y Barcelona pasaron en cinco años del 40 al 80% del control del crédito y del 20 al 85% de la concentración de sedes de entidades financieras, al tiempo que el volumen de negocio financiero que se gestiona desde Madrid y Barcelona aumentó un 60%. Eso sí, para pagar el coste de la reforma contaron con todos los contribuyentes españoles.
Entre tanto, nueve comunidades autónomas ya no gestionan negocio financiero y en Galicia se gestiona un 30% menos de volumen, debido a las absorciones de Banco Gallego, bajo control del Banco Sabadell, y Banco Pastor, ahora convertido en una mera marca del Banco Popular.
¿Pueden empeorar todos estos ratios para la mayoría de España en beneficio de Madrid y Barcelona? Sí. Si Mariano Rajoy deja caer Novagalicia en manos de Caixabank, Santander o BBVA, aumentará todavía más la desigualdad financiera, hasta el punto de que en el caso de Galicia habría que hablar de marginación. Dicho con palabras llanas: si la sociedad gallega, que también paga el ‘festín’ financiero, no reacciona ante este atropello tal vez debería preguntarse si realmente existe como tal. @J_L_Gomez
Hay 4 Comentarios
Gracias a Silvia, Carmela y Joselito por sus comentarios. En cuanto al análisis de Joselito, cuyas críticas también agradezco, un pequeño matiz: lo único que trato de decir es que si Novagalicia Banco se diluye en otro banco, desaparecerá, mientras que si cae en manos de unos fondos se mantendrá como banco, de modo que Galicia seguirá teniendo un banco en su comunidad, con la fortaleza que da ser líder del mercado. El futuro es lo único que no está escrito y la vida -también la financiera- da muchas vueltas. Un dato: El Banco Pastor, ya desaparecido precisamente por ser absorbido, era más grande que el Santander hasta que le vendió su oficina de Gijón...
Publicado por: José Luis Gómez | 04/11/2013 13:15:46
Perdone, pero como puede decir que la sociedad gallega paga el festín financiero, cuando todos los españoles hemos tenido que poner 9000 millones de euros para rescatar el experimento bancario de Galicia, llamado cajas gallegas y luego Nocagalicia Banco. Y ahora, según usted, lo patriota gallego es dejar que ese dinero sirva para que haba negocio un fondo buitre extranjero. Desconozco sus intereses en esta operación, pero desde luego Novagalicia no estará mejor en manos de unos fondos buitre, por mucho que lo escriba y lo disfrace de galleguismo barato.
Publicado por: Joselito | 29/10/2013 10:24:29
Es lo que dicen algunas voces al hilo de lo último en nuestras noticias nacionales.
Que al final todo se queda en un vodevil, de cuatro voceras que no va a ninguna parte porque no puede realmente, es que no puede ir.
No tiene ruedas.
Las ruedas que sostienen a todo un estado de derecho, a una nación, que como las patas de una oruga empujan y sostienen a todo el mundo.
Funcionando.
Es la sangre nacional, el dinero contante y sonante.
Organizado a través de las entidades, del comercio, del trabajo, del tejido empresarial, del empleo, de la cesta de la compra.
Y de eso hay que decir y hablar largo y tendido.
Antes que ponerse a elucubrar sobre futuros imperfectos, metiendo en canciones a las gentes que no llegan a fin de mes, con anhelos y desplantes.
Perdiendo el tiempo.
Cuando al dinero nadie le ha pedido opinión, que la tiene y muy importante.
Descuidando el andar diario, distraídos.
Mirando desde la acera, pasar los gigantes y cabezudos.
Publicado por: Carmela | 29/10/2013 10:02:07
Pues yo estoy hasta el gorro de las manipulaciones por los dos lados, pero especialmente en Cataluña parecen una secta. Miren como los propios catalanes se quejan, pero esto no tiene eco: http://xurl.es/dabzr
Publicado por: Silvia | 28/10/2013 16:12:48