España sin Cataluña y Cataluña sin España

Por: | 16 de enero de 2014

La vía catalana por la independencia en Barcelona, el 11 de septiembre de 2013.

La vía catalana por la independencia en Barcelona, el 11 de septiembre de 2013.

Pocas coincidencias hay a día de hoy entre quienes analizan y pronostican el futuro de Cataluña, desde el resto de España y desde la propia Cataluña. Si alguna hay pudiera ser que nada seguirá igual.

Una tendencia dominante fuera de Cataluña suele destacar los inconvenientes de su independencia, al menos a corto plazo, mientras que desde dentro se ven sobrados para afrontarla, incluso quedando fuera de la Unión Europea durante un tiempo. Curiosamente, desde fuera de Cataluña se habla más de cómo sería una Cataluña independiente que de cómo sería España sin Cataluña; tal vez porque es un tema tabú. 

Vayamos por partes, ya que el asunto es complejo y admite matices. La corriente españolista se centra mucho en destacar la gran importancia comercial que tiene para las empresas catalanas el resto de España, siendo con diferencia su principal cliente. Da así por hecho que si Cataluña fuese independiente lo perdería, lo cual equivale a pensar que los niños del resto de España van a dejar de consumir yogures de Danone o Cola-Cao y que sus padres renunciarán a comprar coches de la alemana Seat, lo cual no parece probable, haya o no independencia.

Pero el unionismo se aferra a que de los 15 principales mercados donde venden las empresas catalanas, 10 son comunidades autónomas españolas, y cita ejemplos llamativos: Cataluña vende más a Murcia que a Estados Unidos de la misma manera que vende más a Aragón que a Alemania. Se concluye, pues, que Cataluña disfruta de un superávit comercial con el resto de España de cerca de 22.000 millones de euros anuales, es decir, un 10,5% del PIB catalán, y que eso representa un incremento de la renta per cápita de cada catalán en 2.900 euros al año. Algunos estudios, como el de Convivencia Cívica, van más lejos y advierten de que la independencia supondría una disminución del PIB catalán de un 20%, así como graves consecuencias fiscales.

Paradójicamente, estos datos ya nos acercan a la otra mirada: la de una España sin Cataluña, que pasaría a ser un país muy por debajo de los 40 millones de habitantes, con mucha menos industria y una caída del PIB del 20% que aporta ahora Cataluña, lo que equivale a pensar en una drástica reducción de los ingresos del Estado y en un empobrecimiento que acercaría la España resultante más a Portugal que a Francia. Y mucho más aún si, en ese escenario de descomposición del Estado, imaginamos una previsible independencia del País Vasco, aunque su caso tendría menos consecuencias fiscales.

Tal vez porque estamos hablando de consecuencias económicas y sociales gravísimas –no solo políticas-, ni siquiera los mercados financieros prevén semejante hipótesis, como suele destacar por cierto el ministro español de Economía, Luis de Guindos. De ello podríamos concluir que algo deben de saber los mercados de deuda y de acciones para no descontar ya la independencia de Cataluña. Porque si la independencia de Cataluña llega a producirse, la Bolsa española, al menos de entrada, caerá en picado. Y está subiendo.

Si algo parece aconsejar el sentido común es que el Gobierno de Mariano Rajoy tome nota de todo a tiempo –empezando por considerar que está en juego la quinta parte de su economía- y explore el camino de reformas inmediatas que traigan estabilidad territorial duradera en la línea de un posible Estado federal o algo similar, bien pensado y que finalmente satisfaga a todos. @J_L_Gomez

 

Hay 14 Comentarios

He seguido con mucha atención todos los comentarios de los diferentes partidos políticos y candidatos, las opiniones de los ciudadanos de Cataluña, etc.
He llegado a varias conclusiones. 1ª me sienta bastante mal que los ciudadanos de Cataluña nos consideren al resto de los Españoles poco más que unos inútiles y que ellos se crean el culo del mundo y se sientan superiores al resto de España. 2ª Pienso que da igual lo que el gobierno de España les pueda ofrecer, siempre estarán pidiendo más, nunca se acabara. 3ª Creo que si Cataluña sigue en España deberá tener las mismas condiciones que cualquier otra región del país, Cataluña o el país vasco o Navarra, todos los ciudadanos del país deben recibir lo mismo y tener los mismos derechos y obligaciones. Si esto no va a ser así y para que se queden les debemos, no se, agradecérselo infinitamente y darles condiciones especiales que los demás no vamos a tener, creo que es mejor para todos que se vayan y estoy convencido que a los demás nos ira mejor sin ellos.

Cataluña no es una cúpula infranqueable y las sinergias que pudiera perder por no ser parte de España son evidentes. la U Europea va a dejar el caso catalán como algo que tienen que solucionar España, y jamas dejaran una silla a Cataluña porque la tiene la Nación, asi que todos los dineros vendran por ahí y aquí se ventilaran entre autoridades legalmente reconocidas y por tanto todo esta en manos del TConstitucional.

Yo estoy asta los cojones de estos "catalanes" por llamarlos de buenas maneras desde tiempos del imperio estaban intentarnos fastidiar en 1640 pidiendo ayuda a los franceses en 1704 contra el borbon pidieron ayuda a inglaterra y estos como no pudieron meterse ay se fueron a por gibraltar y los catalufos les ayudaron en conjunto las empresas que les llevo franco pa confornarles que las traigan al resto de ESPAÑA y les dejen sin una perra en sus arcas aversi se mueren de asco los politicos independentistas y sus seguidores VIVA ESPAÑA no a cataluña

Que se independicen de una puta vez. Que les den por culo, me tienen hasta los cojones los caras Busquets estos.

Me gustaria en gran manera que el pueblo Español entendiese lo que los ciudadanos de catalunya estamos pidiendo, y cuando digo ciudadanos lo digo en mayusculas ya que es el pueblo de Catalunya el que ha encargado a sus políticos que emprendan el camino hacia la independéncia.
Las actitudes políticas irresponsables de ciertos políticos Españoles, muchas veces por motivos electoralistas, y consiguiendo sus beneficios, (lo cual significa que criticar a Catalunya es un argumento que cae bien a bastantes Españoles), también ha creado un caldo de cultivo separatista.
Vista la categoria política y el poder negociador del gobierno actual, el no porque lo digo yo y mi sagrada Constitución, nos ha llevado ,al pueblo Catalan repito y recalco, a no conformarnos con nada mas que no sea la independencia, y por el bien común, no quero imaginarme el anticatalanismo , y el anti españolismo que se podria llegar a generar si este proceso dura demasiado, ya no creemos ni en el concierto económico, ni en las sentencias de un tribunal constitucuional sectario ni en terceras o cuartas vias.En una Europa de las Naciones todos tenemos cabida y incluso España tendria en Catalunya un serio aliado ya que muchos intereses nos unen.
Tambien estoy convencido que muchos Españoles sentirian un gran alivio si Catalunya dejase de formar parte de la nación Española.Es una pena que los políticos actuales no esten a la altura de escuchar y atender lo que el pueblo les esta exigiendo, dialogo para llegar al mejor puerto para todos, y con una mar calmada, la celebración de la consulta para que el pueblo de Catalunya se exprese sobre su futuro.

Alemania y principalmente Francia saben que el juego de los políticos catalanes tendría un efecto boomerang... es decir, con las "independencias" de Córcega, Alsacia, Lorena, Bretaña, Gascuña, Normandía, Baviera, Hannover, Sajonia, etc., etc. ¿Quién admitiría su propia auto-destrucción? NADIE
Pues bien, si Mas quiere jugar con fuego, que se atenga a las consecuencias, no habrán vencedores ni vencidos... Europa quedará destruida y llena de escombros políticos.

Las reflexiones del autor no están bien argumentadas. A parte de que la independencia no se dará por cuestiones geopolíticas (evitar simpatías en vecinos y la ruptura interna) que pondrían al pairo el Euro y la defensa norteamericana, los aspectos económicos son insolubles. Las trabas no arancelarias, la ruptura de flujos comerciales, la retirada de depósitos de los clientes de las entidades del principado en España (los créditos domésticos de éstas superan los depósitos domésticos, entendido por doméstico Cataluña) las mil formas de bloquear empresas, productos y relaciones, la pérdida de recaudación por IVA, la pérdida de representaciones comerciales para la península que ahora radicán en el principado, la pérdida de imagen del nuevo país una vez el Barca tuviese que jugar una liga propia, la deslocalización productiva aprovechando la ruptura, de todas las multinacionales que desean producir más barato en países limítrofes. La lista es interminable y por eso no se descuenta algo que no sucederá. Otra cosa será la forma de que esto no suceda. Yo apuesto por una advertencia seria del BCE en el sentido de imposibilidad de financiación, ni directa ni indirectamente ni a través de filiales de tal modo que fuera del Euro, pensionistas (2 millones) funcionarios y trabajadores en general, verían perder la mitad de su dinero en un país que nacería quebrado. Por eso la actitud de Rajoy es la correcta. El delirio debe chocar contra la realidad de las consecuencias.

En un escenario de independencia de Cataluña, el efecto de no comprar productos catalanes en el resto de España sería inmediato. El autor menciona ColaCao, Seat o Danone como si no hubiese alternativas en el mercado a cualquiera de los productos de estas marcas. La herida sería tan grande para los españoles no radicales que tardaría al menos una generación en cicatrizar. Y para los extremistas ni te cuento. Como cualquiera en su sano juicio descarta un enfrentamiento bélico, no es descabellado pensar que la población española expresaría su descontento e incomprensión mediante el boicot económico. Son el tipo de cosas absurdas e innecesarias a las que llevaría algo tan irracional como la independencia catalana. Y por supuesto, para la economía del resto de España sería una completa catástrofe.

Cuando se plantea un referéndum en el que se baraja como alternativa la descomposición de un país hay que ser muy consciente de las consecuencias. Francamente, creo que Mas no lo es y que su decisión responde más a un envalentonamiento del presidente del gobierno catalán ante la negativa de Rajoy a reconsiderar la administración de los recursos fiscales recabados en Cataluña. Como esto no demuestra otra cosa que la incapacidad de unos y otros para el diálogo y hacer política, se ha querido enmascarar con argumentos tan absurdos como "España no quiere a ...." El estado español roba a...." Lo más ridículo es la interpretación de la Diada en la que se ensalsa de forma festiva valores patrióticos como una disposición de la ciudadanía a enfrentarse al todo un país para lograr una secesión verdaderamente dramática y probablemente traumática a todos los niveles económicos, sociales, identitarios y políticos. Lo que se pretende es el respaldo popular a una previa chapuza política... Y encima llaman antidemocráticos a los que no están de acuerdo con esta forma de hacer las cosas. Claro, para hacer las cosas bien hace falta políticos inteligentes y humildes. Pero quienes han llevado esta negociación se han comportado con torpeza y demasiadda soberbia. Para colmo, cada uno argumenta que está respaldado por el pueblo. En estas condiciones farragosas no creo que deba realizarse un referéndum ni impregnar las chuzas políticas de resentimientos, vanidades o pasiones patrióticas! Tal para cual!

Después de los cohetes y el jolgorio viene por necesidad el momento de comprar los churros y el desayuno, el almuerzo y la cena.
Y luego sentados en el sofá con la calma y el reposo, el momento de sumar lo que somos o nos falta.
Recapacitando.
Que lo que se reclama son solo medidas justas.
Y equitativas.
Lo que estamos viendo a nuestro alrededor día tras día, con la mala gestión de particulares que venían de un pasado impune.
Y al margen del común de los mortales, sujetos al respeto de las normas.
Pues eso mismo, pero a nivel nacional.
Y nos quedamos como estamos, como hemos estado siempre, ya que hoy no es como hace mil años.
Lo que somos y tenemos y los seremos si salimos por la tangente, y luego no vale decir, me he equivocado.
Hay que ser conscientes.
Antes de ponerse a tirar cohetes.

Ningun español va a dejar que unos habitantes temporales de una vida, dejen al resto de españoles de algo tan suyo como pueda ser Barcelona. El terreno no pertenece a quien se lo quiere quedar, sino a quien lo considera parte suya. Todos los españoles consideran Cataluña como parte de España una grande e indivisible.

En Cataluña "la pela es la pela" así que si se le ofrece un buen acuerdo económico pueden dar por seguro que lo aceptarán y la mayoría de la población dejarán de apoyar a los pocos independentistas que hay http://xurl.es/9ik46

No lo vea Vd. tan claro. Recuerde que las acciones que Vd. "receta" para la España amputada ya las ha hecho, o las está haciendo, Catalunya. Y que la distancia a Francia y las redes de transporte europeas es muy corta desde allí. Además, Catalunya genera ahora el 31% de las importaciones de toda España y también el 30% de los ingresos por turismo. No sería fácil sustituir estas cifras. Y entrar fuerte en el mercado de cruceros ni es tan fácil e inmediato ni proporciona tantos beneficios. Y puede que los cruceristas de Valencia querrían visitar ... el museo Dalí y las cosas de Gaudí ... en Barcelona. No parece Vd. muy bien informado: el puerto francés que más y mejor compite canalizando productos competencia de los españoles es el de Port-Vendres, de donde van a Saint Charles las mercaderías marroquíes. Mucho cuento de la lechera inventa Vd, me temo.

Todos los cálculos económicos parten de premisas que se suponen que se mantendrían tras la secesión pero eso no sería así. Tras una supuesta independencia, los intereses de Caraluña se enfrentarían a los de España con la diferencia de que estos últimos tendrían el respaldo de la CE. El gobierno español potenciaría el puerto de Valencia y se configuraría como puerta de acceso de cruceristas con conexiones directas algunos de los puntos turísticos más importantes de Europa... Costa levantina y ciudades de España e incluso de Cataluña. Además se convertiría en puerto de salida de toda la producción española y de las empresas que se afinquen el territorio incentivadas por las ventajas laborales... Más le valdría a los nacionalistas continuar influyendo en las decisiones del estado español como hasta ahora. Algo parecido ha pasado en el norte al gaberse sacrificado el puerto de Santander en favor del puerto de Bilbao. Esto es solo un ejemplo de un cambio de escenario que introduciría en los cálculos económicos más incógnitas que ecuaciones con resultados muy difíciles de precisar... Ah, en caso de que los independentistas busquen el respaldo de Francia, habría que recordarles que ellos tienen por delante el gran puerto de Marsella. En este caso 1+1 no suman 2.

Los comentarios de esta entrada están cerrados.

A vueltas con España

Sobre el blog

Este blog tiene por objeto el análisis económico y político, combinado con la aportación de claves informativas de la realidad española. Su autor es un convencido de esa máxima que dice que periodismo es todo aquello que los poderosos no quieren que se sepa y que lo demás es propaganda. En este oficio de contar las cosas, el modo de hacer periodismo puede cambiar pero su esencia siempre es la misma.

Sobre el autor

José Luis Gómez

, gallego de Brión (A Coruña), es columnista de El País y OTR/Europa Press, así como colaborador de TVG, Radio Galega y La Región. Es editor de Mundiario. Fue director de La Voz de Galicia, Capital y Xornal de Galicia, cuya versión digital fundó en 1999. También fue director editorial del Grupo Zeta. Es autor y coordinador de varios libros de economía, entre ellos 'Cómo salir de esta'.

Eskup

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal