Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.
El balance de la política económica española se resume en la caída de los ingresos familiares -el salario mínimo interprofesional de España es la mitad del vigente en Francia-, el aumento del paro, aunque ahora atenuado, y una inflación contenida, salvo en los precios energéticos, de modo que ya sabemos lo que hay que corregir. Y no hablamos de un año, sino de varios, porque a España le costará varios ejercicios compensar los efectos de la crisis. En palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, “aún no se ha superado la crisis, pero hay señales alentadoras”.
Producir más y mejor sería la solución tanto para el desempleo como para los bajos ingresos públicos, ya que una mayor actividad económica redundaría en beneficio de todos. Pero a falta de esa recuperación se hace imprescindible una reforma fiscal, ya anunciada por el Gobierno. A pesar de los recortes y de la caída de la prima de riesgo, el país sigue teniendo déficit fiscal primario, es decir, entra en déficit ya antes de pagar los intereses de la deuda, lo que implica que el Gobierno de Mariano Rajoy, del PP, también gasta más de lo que ingresa.
Los recortes se han hecho de manera deficiente. A granel. Sin reparar en la diferencia que existe entre el gasto productivo y el improductivo. En parte eso explica que la estructura de la Administración siga igual; es decir, se mantienen todos sus niveles, cuando la crisis era una oportunidad para suprimir, por ejemplo, las diputaciones y el Senado, y concentrar los ayuntamientos.
No se trata de que España tenga un Estado muy grande, una gran economía pública como la francesa en términos de PIB, que no la tiene, sino de que sea eficiente. Dicho de otro modo, si el conjunto de las administraciones públicas fuese eficiente, el Estado podría ser más grande y mejor para todos. Pero Mariano Rajoy ha optado por la poda de todas las ramas, derechas y torcidas, sin cortar –que no podar- las que se ve claramente que estorban. Como dice Carmen Alcaide, la economía puede seguir su tendencia al alza, pero los problemas de fondo no dan margen al optimismo.
A nivel más general, tan importante como la austeridad fiscal, que puede ser necesaria, es aplicar incentivos al crecimiento. La reforma fiscal es, en ese sentido, un gran reto, ojalá que compartido con la Oposición, de modo que se acabe con que los más débiles contribuyan a que salgan de la crisis los más poderosos, algo que viene sucediendo con el trasvase de rentas del trabajo en beneficio de las rentas de capital.
¿Bastará con los deberes que hay que hacer en casa? Tal vez no. Según explicó el economista Vicente Martín en Mundiario, la capacidad de realizar esfuerzos hacia una mayor integración del Viejo Mundo se convertirá en un elemento clave para responder a esa pregunta. No solo en España, sino en toda Europa, el ritmo de generación de riqueza será inferior al de Estados Unidos, donde una menor carga de la deuda doméstica y el aumento de la riqueza sustentarán el consumo.
El contexto es de recuperación débil y baja inflación, por lo que no hay que descartar bajadas de los tipos oficiales o cuando menos el mantenimiento de los niveles actuales, en línea de convergencia con los de Estados Unidos. Otra cosa es que eso se traduzca de inmediato en la financiación a las pequeñas y medianas empresas, todavía agobiadas por dos problemas: la falta de liquidez y los tipos fuera de mercado. La tendencia, con todo, será a mejor. Del mismo modo que el Estado ya se financia ahora a tipos más bajos, las empresas irán mejorando su financiación. Hay más confianza y la expectativa es de recuperación. Incluso la deuda externa cae a su nivel nivel más bajo de la crisis. @J_L_Gomez
Hay 1 Comentarios
EUROPA CORTA LA COMPLICIDAD UGT-JUNTA
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…”¡Hasta aquí hemos llegado!”, “¡basta ya de cubrirle las espaldas a UGT-Andalucía a cambio de apoyo electoral autonómico!”, “¡se acabó eso de hacer de poli bueno y de poli malo!” Todo esto debe de haber pensado el comisario europeo de Política Regional, Johannes Hahn, sobre la relación dolosa UGT-Junta de Andalucía, tras anunciar este miércoles el inicio de investigaciones sobre el supuesto desvío de dinero europeo por parte del sindicato andaluz. El señor Hahn no se anda con chiquitas a la hora de conceder fondos públicos a las instituciones europeas. O se está con la legalidad o no se está y punto.
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…De ahí que también le haya cortado el grifo a UGT-Andalucía, que no verá un céntimo más hasta que no aclare a dónde han ido a parar las anteriores ayudas europeas. Lógicamente.
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…Sin embargo, este ejercicio estupendo de democracia, transparencia y servicio público al ciudadano, contrasta sobremanera con la actitud mantenida aún por la Junta de Andalucía, cuya presidenta, Susana Díaz, continúa apoyándose en las lentísimas investigaciones de una comisión interna dentro de UGT, antes de, según ella, tomar medidas legales. Comisión interna de dudosa… en fin.
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…Por su parte, la advenediza –aunque no ingenua– secretaria general de UGT-Andalucía, Carmen Castilla, también sigue, como su antecesor, Francisco Fernández, alimentando la opacidad dentro del sindicato y negando la mayor: que UGT haya cometido algún acto delictivo, pese a su declarada desconfianza hacia sus propios compañeros. Y no sólo se niega a establecer una auditoría que clarifique si hubo o no delito en la transferencia de dinero Junta-sindicato, sino que además se opone todavía a reintegrar los 1’8 millones de euros defraudados. Eso sí, con la colaboración de Susana Díaz, que sigue deshojando la margarita.
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…Y si Bruselas ha suspendido ayudas a UGT-A será porque habrá encontrado algo raro. Como dicta el sentido común. Pero ellas, Susana Díaz y Carmen Castilla, que nanay tomándonos el pelo a todos los ciudadanos y haciendo que seamos la vergüenza de Europa, que seguro ya nos verán como a un país bananero. Confiemos que sea ahora el señor comisario europeo quien nos libere de una vez y para siempre de este círculo vicioso UGT-Junta de Andalucía. De este bandidismo institucional andaluz.
Publicado por: trigolimpio | 16/01/2014 0:44:23