A vueltas con España

Sobre el blog

Este blog tiene por objeto el análisis económico y político, combinado con la aportación de claves informativas de la realidad española. Su autor es un convencido de esa máxima que dice que periodismo es todo aquello que los poderosos no quieren que se sepa y que lo demás es propaganda. En este oficio de contar las cosas, el modo de hacer periodismo puede cambiar pero su esencia siempre es la misma.

Sobre el autor

José Luis Gómez

, gallego de Brión (A Coruña), es columnista de El País y OTR/Europa Press, así como colaborador de TVG, Radio Galega y La Región. Es editor de Mundiario. Fue director de La Voz de Galicia, Capital y Xornal de Galicia, cuya versión digital fundó en 1999. También fue director editorial del Grupo Zeta. Es autor y coordinador de varios libros de economía, entre ellos 'Cómo salir de esta'.

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La corrupción le sale cara al contribuyente

Por: | 27 de febrero de 2014

Cristóbal Montoro

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

En la España de Rajoy -y en la de Zapatero, y en la de Aznar y en la de Felipe...- se sabía que había corrupción por arriba, de la que se beneficiaban no solo los grandes partidos políticos, sino también algunos de sus dirigentes, y ahora se sabe y se constata por la vía judicial lo que ya se intuía: también hay corrupción por abajo, de la que se benefician muchos alcaldes y concejales, así como sus partidos a nivel local, ya que con ese tipo de prácticas también financian sus campañas electorales locales y colocan a amigos y familiares en compañías proveedoras de las instituciones y de los propios partidos.

Pagan siempre los mismos: los contribuyentes. En el primer caso, con sus impuestos, de los que salen los dineros de tantos ‘modificados’ que han servido en bandeja la corrupción que conecta al poder con los grandes constructores. Y en el segundo, no solo con impuestos locales, sino también con tasas como las del agua o incluso los tickets del aparcamiento, la tristemente famosa ORA. De este modo, las concesionarias privadas de servicios públicos sirven de tapadera para entregar dinero o regalos a políticos locales corruptos y también para ‘ayudar’ a los líderes locales a financiar sus campañas y emplear a sus protegidos.

¿Son todos los políticos corruptos? No. Muchos de ellos no lo son, pero muchos otros sí. Y en tierra de nadie están los que no lo son sobre el papel, porque ese tipo de misiones se las encomiendan a sus asesores: hombres de paja que nombran al frente de sus gabinetes para imponerse a los funcionarios públicos y cerrar los chanchullos, saltándose los controles internos de la Administración. Ya decía el poeta y narrador estadounidense Bukowski que la diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes.

¿Hay remedio para este estado de cosas que ponen en peligro la democracia? Por supuesto. La Justicia, que al fin está empezando a actuar, puede ser un buen remedio, no solo porque penaliza a los infractores, sino porque disuade a potenciales delincuentes agazapados en el poder. Pero hay más remedios: legislar sobre la oscura financiación de los partidos, suprimir los asesores para potenciar la figura de los funcionarios de carrera y obligar al uso de tarjetas controladas para eliminar los billetes de 500 euros. Otros dicen que estas cosas también tienen que ver con la educación. Puede ser. @J_L_Gomez

 

El Estado funciona mal y la banca, también

Por: | 12 de febrero de 2014

Montoro1

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.

La decisión política del Gobierno de Mariano Rajoy de aventurar que las cosas ya van mejor puede ser un error económico. Para el propio Ejecutivo y el partido que lo sustenta y también para el conjunto del país, que sería lo peor. España necesita más medidas de ajuste del gasto improductivo, a riesgo de no poder hacer frente a la deuda, que sigue disparándose, del  mismo modo que el déficit público.

¿Entonces no se está reduciendo el déficit? Por desgracia, no. A pesar de tantos esfuerzos y de tantos sufrimientos de millones de españoles, el déficit público ha aumentado. José Carlos Díez, profesor de economía de Icade y autor del libro ‘Hay vida después de la crisis’, ha echado sus cuentas, que son muy distintas de las del Gobierno.

Resulta que entre enero y noviembre de 2013, el déficit ha sido de 40.600 millones de euros, mientras que en el mismo periodo de 2012 el déficit había sido de 37.400 millones. Según los cálculos de este economista, el déficit ha aumentado un 10%. “Pero el Gobierno debe usar otras reglas aritméticas ya que dice que el déficit va bien”, ironiza Díez.

¿Qué es lo que está pasando? En realidad, lo mismo de siempre, como tantas veces se ha advertido desde esta sección de El País y también desde el libro ‘Cómo salir de esta’. España produce poco, genera mucho desempleo y obtiene pocos ingresos fiscales. Y por eso mismo, la recaudación ha caído un 0,5% en 2013, lo que supone una desviación presupuestaria de otros 7.000 millones de euros. Y las cosas no cambiarán este año, si el Gobierno no cambia antes de política.

¿Y qué se puede hacer? Desde el sector público hay que gastar menos en todo aquello que es prescindible y hay que invertir más en la economía productiva. El Gobierno de Rajoy se ha equivocado al recortar a granel, sin distinguir entre gasto productivo e improductivo, y a pesar de que la política del Banco Central Europeo ha contribuido a rebajar la prima de riesgo –léase en este caso los tipos de interés que paga el Estado por su deuda-, ese ahorro no compensa otras ineficiencias. De hecho, la deuda pública sigue aumentando y, si no se le pone coto, puede llegar el momento en que España no pueda pagarla.

Pero no solo se aprecia que las cosas van mal viendo cómo aumenta el déficit y se desborda la deuda pública. También puede comprobarse echándole un vistazo al recorte del crédito. La banca sigue sin prestar dinero y las empresas no levantan cabeza. Es fácil de explicar: los coches no funcionan sin gasolina.

Aquí a los únicos a los que les va bien es a los ejecutivos de la banca, que siguen forrándose, con sueldos multimillonarios, inversamente proporcionales a su eficacia.

Veamos algunos datos. La banca española recibió 60.000 millones de euros de ayudas directas, a los que hay que sumar cientos de miles de millones en avales y préstamos. El Gobierno hizo un banco malo a su medida y el Banco Central Europeo le sirve en bandeja tipos de interés al 0,25%. Y ni con esas vuelve el crédito al mercado, lo que nos puede dar idea de cómo están por dentro. Es más, la banca está prestando a empresas y particulares con tipos cada vez más altos.

Resumiendo: los bancos españoles no ganan dinero haciendo su trabajo con particulares y empresas, sino especulando con la deuda pública. Y encima reciben ayudas que pagan los contribuyentes, ya que su rescate fue con cargo al déficit público. Una vergüenza. @J_L_Gomez

 

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