A vueltas con España

Sobre el blog

Este blog tiene por objeto el análisis económico y político, combinado con la aportación de claves informativas de la realidad española. Su autor es un convencido de esa máxima que dice que periodismo es todo aquello que los poderosos no quieren que se sepa y que lo demás es propaganda. En este oficio de contar las cosas, el modo de hacer periodismo puede cambiar pero su esencia siempre es la misma.

Sobre el autor

José Luis Gómez

, gallego de Brión (A Coruña), es columnista de El País y OTR/Europa Press, así como colaborador de TVG, Radio Galega y La Región. Es editor de Mundiario. Fue director de La Voz de Galicia, Capital y Xornal de Galicia, cuya versión digital fundó en 1999. También fue director editorial del Grupo Zeta. Es autor y coordinador de varios libros de economía, entre ellos 'Cómo salir de esta'.

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El Estado funciona mal y la banca, también

Por: | 12 de febrero de 2014

Montoro1

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.

La decisión política del Gobierno de Mariano Rajoy de aventurar que las cosas ya van mejor puede ser un error económico. Para el propio Ejecutivo y el partido que lo sustenta y también para el conjunto del país, que sería lo peor. España necesita más medidas de ajuste del gasto improductivo, a riesgo de no poder hacer frente a la deuda, que sigue disparándose, del  mismo modo que el déficit público.

¿Entonces no se está reduciendo el déficit? Por desgracia, no. A pesar de tantos esfuerzos y de tantos sufrimientos de millones de españoles, el déficit público ha aumentado. José Carlos Díez, profesor de economía de Icade y autor del libro ‘Hay vida después de la crisis’, ha echado sus cuentas, que son muy distintas de las del Gobierno.

Resulta que entre enero y noviembre de 2013, el déficit ha sido de 40.600 millones de euros, mientras que en el mismo periodo de 2012 el déficit había sido de 37.400 millones. Según los cálculos de este economista, el déficit ha aumentado un 10%. “Pero el Gobierno debe usar otras reglas aritméticas ya que dice que el déficit va bien”, ironiza Díez.

¿Qué es lo que está pasando? En realidad, lo mismo de siempre, como tantas veces se ha advertido desde esta sección de El País y también desde el libro ‘Cómo salir de esta’. España produce poco, genera mucho desempleo y obtiene pocos ingresos fiscales. Y por eso mismo, la recaudación ha caído un 0,5% en 2013, lo que supone una desviación presupuestaria de otros 7.000 millones de euros. Y las cosas no cambiarán este año, si el Gobierno no cambia antes de política.

¿Y qué se puede hacer? Desde el sector público hay que gastar menos en todo aquello que es prescindible y hay que invertir más en la economía productiva. El Gobierno de Rajoy se ha equivocado al recortar a granel, sin distinguir entre gasto productivo e improductivo, y a pesar de que la política del Banco Central Europeo ha contribuido a rebajar la prima de riesgo –léase en este caso los tipos de interés que paga el Estado por su deuda-, ese ahorro no compensa otras ineficiencias. De hecho, la deuda pública sigue aumentando y, si no se le pone coto, puede llegar el momento en que España no pueda pagarla.

Pero no solo se aprecia que las cosas van mal viendo cómo aumenta el déficit y se desborda la deuda pública. También puede comprobarse echándole un vistazo al recorte del crédito. La banca sigue sin prestar dinero y las empresas no levantan cabeza. Es fácil de explicar: los coches no funcionan sin gasolina.

Aquí a los únicos a los que les va bien es a los ejecutivos de la banca, que siguen forrándose, con sueldos multimillonarios, inversamente proporcionales a su eficacia.

Veamos algunos datos. La banca española recibió 60.000 millones de euros de ayudas directas, a los que hay que sumar cientos de miles de millones en avales y préstamos. El Gobierno hizo un banco malo a su medida y el Banco Central Europeo le sirve en bandeja tipos de interés al 0,25%. Y ni con esas vuelve el crédito al mercado, lo que nos puede dar idea de cómo están por dentro. Es más, la banca está prestando a empresas y particulares con tipos cada vez más altos.

Resumiendo: los bancos españoles no ganan dinero haciendo su trabajo con particulares y empresas, sino especulando con la deuda pública. Y encima reciben ayudas que pagan los contribuyentes, ya que su rescate fue con cargo al déficit público. Una vergüenza. @J_L_Gomez

 

Muy pendientes de la reforma fiscal

Por: | 22 de enero de 2014

Cristóbal Montoro

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.

Este es el año de la reforma fiscal en España. Objetivo: recuperar la recaudación, ya que el Estado a día de hoy se financia con muchas dificultades, de ahí su déficit público y el constante aumento de la deuda acumulada, que sube como la espuma. De esa reforma también dependerá el reparto de la futura financiación autonómica, por ahora aparcada.

¿Qué es lo que ha cambiado de fondo entre los buenos tiempos y la actualidad? Básicamente, el Impuesto de Sociedades, que es donde está el verdadero problema fiscal español, aunque pocas veces se dice.

Si la reforma fiscal se hace bien, es de suponer que –al fin- se le meta mano a la economía sumergida, que en España está en niveles impropios de un país desarrollado: un 22,8% del PIB en el periodo 1999- 2010. En consecuencia, el fraude fiscal es una de las cosas que más alteran la progresividad real del sistema tributario español, ya que provoca una redistribución peculiar desde quienes contribuyen honradamente hacia los que defraudan a Hacienda.

Pero no soñemos. Si se acabase con la economía sumergida y el dinero b, poca reforma fiscal habría que hacer en España, pero como a lo sumo solo se va a reducir unas décimas, hay que ir pensando en las reformas de los grandes impuestos: IRPF, IVA, Especiales y Sociedades. Es decir, que habrá personas y empresas que van a pagar más.

A sabiendas de que la economía española necesita una profunda reforma fiscal, lo que está en juego es el reparto de las nuevas cargas, para lo que sería de desear un gran pacto entre la izquierda y la derecha, de modo que se alcanzara una reforma equilibrada. Sin embargo, parece improbable que haya acuerdo. Con quien sí tendrá que pactar Rajoy la reforma encomendada a Montoro es con Bruselas, obsesionada con que no baje la recaudación. No vaya a ser que los españoles no devuelvan lo que se les prestó.

De momento, los últimos ajustes fiscales recayeron en los más débiles, que están en el paro y no siempre con cobertura, y en la clase media, asomada a una caída generalizada de ingresos, tanto por la subida del IVA y del impuesto de la renta como por las rebajas salariales que van llegando con la reforma laboral. Las rentas de capital ya tienen menos motivo de queja.

Una cosa importante a propósito del aumento del IVA: al subir este impuesto aumentan los precios de forma igual para todos, con lo que los beneficiarios de pensiones y rentas bajas ven reducida su capacidad adquisitiva. Italia, que decidió subir el IVA pero bajar el IRPF a las rentas más bajas, podría ser un ejemplo a seguir, según Antoni Espasa y Santiago Sánchez Guiu, de la Universidad Carlos III. De momento, en España lo único que se sabe es que el Gobierno incumplirá la promesa de retirar el alza del IRPF en 2014.

Por lo que respecta al impuesto de Sociedades, centro de las sucesivas caídas de la recaudación durante estos años de crisis, todo parece indicar que sería útil bajar el tipo al 25% y eliminar los beneficios fiscales. En los impuestos Especiales (gasolina, tabaco, alcoholes…) también se pueden hacer retoques pero no aportarán grandes manantiales de dinero. Por tanto, habrá que estar atentos a lo que pase con el IRPF y con el IVA y, ya en menor medida, con el impuesto de Sociedades. Son muchos los riesgos, especialmente para los más desfavorecidos, de ahí la importancia de que cuando menos haya transparencia. @J_L_Gomez

 

España sin Cataluña y Cataluña sin España

Por: | 16 de enero de 2014

La vía catalana por la independencia en Barcelona, el 11 de septiembre de 2013.

La vía catalana por la independencia en Barcelona, el 11 de septiembre de 2013.

Pocas coincidencias hay a día de hoy entre quienes analizan y pronostican el futuro de Cataluña, desde el resto de España y desde la propia Cataluña. Si alguna hay pudiera ser que nada seguirá igual.

Una tendencia dominante fuera de Cataluña suele destacar los inconvenientes de su independencia, al menos a corto plazo, mientras que desde dentro se ven sobrados para afrontarla, incluso quedando fuera de la Unión Europea durante un tiempo. Curiosamente, desde fuera de Cataluña se habla más de cómo sería una Cataluña independiente que de cómo sería España sin Cataluña; tal vez porque es un tema tabú. 

Vayamos por partes, ya que el asunto es complejo y admite matices. La corriente españolista se centra mucho en destacar la gran importancia comercial que tiene para las empresas catalanas el resto de España, siendo con diferencia su principal cliente. Da así por hecho que si Cataluña fuese independiente lo perdería, lo cual equivale a pensar que los niños del resto de España van a dejar de consumir yogures de Danone o Cola-Cao y que sus padres renunciarán a comprar coches de la alemana Seat, lo cual no parece probable, haya o no independencia.

Pero el unionismo se aferra a que de los 15 principales mercados donde venden las empresas catalanas, 10 son comunidades autónomas españolas, y cita ejemplos llamativos: Cataluña vende más a Murcia que a Estados Unidos de la misma manera que vende más a Aragón que a Alemania. Se concluye, pues, que Cataluña disfruta de un superávit comercial con el resto de España de cerca de 22.000 millones de euros anuales, es decir, un 10,5% del PIB catalán, y que eso representa un incremento de la renta per cápita de cada catalán en 2.900 euros al año. Algunos estudios, como el de Convivencia Cívica, van más lejos y advierten de que la independencia supondría una disminución del PIB catalán de un 20%, así como graves consecuencias fiscales.

Paradójicamente, estos datos ya nos acercan a la otra mirada: la de una España sin Cataluña, que pasaría a ser un país muy por debajo de los 40 millones de habitantes, con mucha menos industria y una caída del PIB del 20% que aporta ahora Cataluña, lo que equivale a pensar en una drástica reducción de los ingresos del Estado y en un empobrecimiento que acercaría la España resultante más a Portugal que a Francia. Y mucho más aún si, en ese escenario de descomposición del Estado, imaginamos una previsible independencia del País Vasco, aunque su caso tendría menos consecuencias fiscales.

Tal vez porque estamos hablando de consecuencias económicas y sociales gravísimas –no solo políticas-, ni siquiera los mercados financieros prevén semejante hipótesis, como suele destacar por cierto el ministro español de Economía, Luis de Guindos. De ello podríamos concluir que algo deben de saber los mercados de deuda y de acciones para no descontar ya la independencia de Cataluña. Porque si la independencia de Cataluña llega a producirse, la Bolsa española, al menos de entrada, caerá en picado. Y está subiendo.

Si algo parece aconsejar el sentido común es que el Gobierno de Mariano Rajoy tome nota de todo a tiempo –empezando por considerar que está en juego la quinta parte de su economía- y explore el camino de reformas inmediatas que traigan estabilidad territorial duradera en la línea de un posible Estado federal o algo similar, bien pensado y que finalmente satisfaga a todos. @J_L_Gomez

 

Hay más confianza y ciertas expectativas

Por: | 06 de enero de 2014

Montoro1

Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda.

El balance de la política económica española se resume en la caída de los ingresos familiares -el salario mínimo interprofesional de España es la mitad del vigente en Francia-, el aumento del paro, aunque ahora atenuado, y una inflación contenida, salvo en los precios energéticos, de modo que ya sabemos lo que hay que corregir. Y no hablamos de un año, sino de varios, porque a España le costará varios ejercicios compensar los efectos de la crisis. En palabras del presidente del BCE, Mario Draghi“aún no se ha superado la crisis, pero hay señales alentadoras”.

Producir más y mejor sería la solución tanto para el desempleo como para los bajos ingresos públicos, ya que una mayor actividad económica redundaría en beneficio de todos. Pero a falta de esa recuperación se hace imprescindible una reforma fiscal, ya anunciada por el Gobierno. A pesar de los recortes y de la caída de la prima de riesgo, el país sigue teniendo déficit fiscal primario, es decir, entra en déficit ya antes de pagar los intereses de la deuda, lo que implica que el Gobierno de Mariano Rajoy, del PP, también gasta más de lo que ingresa.

Los recortes se han hecho de manera deficiente. A granel. Sin reparar en la diferencia que existe entre el gasto productivo y el improductivo. En parte eso explica que la estructura de la Administración siga igual; es decir, se mantienen todos sus niveles, cuando la crisis era una oportunidad para suprimir, por ejemplo, las diputaciones y el Senado, y concentrar los ayuntamientos.

No se trata de que España tenga un Estado muy grande, una gran economía pública como la francesa en términos de PIB, que no la tiene, sino de que sea eficiente. Dicho de otro modo, si el conjunto de las administraciones públicas fuese eficiente, el Estado podría ser más grande y mejor para todos. Pero Mariano Rajoy ha optado por la poda de todas las ramas, derechas y torcidas, sin cortar –que no podar- las que se ve claramente que estorban. Como dice Carmen Alcaidela economía puede seguir su tendencia al alza, pero los problemas de fondo no dan margen al optimismo.

A nivel más general, tan importante como la austeridad fiscal, que puede ser necesaria, es aplicar incentivos al crecimiento. La reforma fiscal es, en ese sentido, un gran reto, ojalá que compartido con la Oposición, de modo que se acabe con que los más débiles contribuyan a que salgan de la crisis los más poderosos, algo que viene sucediendo con el trasvase de rentas del trabajo en beneficio de las rentas de capital.

¿Bastará con los deberes que hay que hacer en casa? Tal vez no. Según explicó el economista Vicente Martín en Mundiario, la capacidad de realizar  esfuerzos hacia una mayor integración del Viejo Mundo se convertirá en un elemento clave para responder a esa pregunta. No solo en España, sino en toda Europa, el ritmo de generación de riqueza será inferior al de Estados Unidos, donde una menor carga de la deuda doméstica y el aumento de la riqueza sustentarán el consumo.

El contexto es de recuperación débil y baja inflación, por lo que no hay que descartar bajadas de los tipos oficiales o cuando menos el mantenimiento de los niveles actuales, en línea de convergencia con los de Estados Unidos. Otra cosa es que eso se traduzca de inmediato en la financiación a las pequeñas y medianas empresas, todavía agobiadas por dos problemas: la falta de liquidez y los tipos fuera de mercado. La tendencia, con  todo, será a mejor. Del mismo modo que el Estado ya se financia ahora a tipos más bajos, las empresas irán mejorando su financiación.  Hay más confianza y la expectativa es de recuperación. Incluso la deuda externa cae a su nivel nivel más bajo de la crisis@J_L_Gomez

 

Si la economía es lo que va mejor...

Por: | 31 de diciembre de 2013

 

Consejo_Ministros españa

De la gravedad de la situación de España puede dar idea que su presidente se aferre a la economía, estando como está, para lanzar un mensaje triunfalista. Pero está todo tan mal –la corrupción, las tensiones territoriales, la pérdida de derechos conquistados en la democracia…- que hasta es posible que Mariano Rajoy tenga algo de razón; máxime si se contenta con que las cosas no vayan a peor en materia de empleo y/o de crecimiento.

En números redondos, España produce lo mismo que cinco años antes pero ha destruido tres millones de empleos y tiene que sostener a dos millones más de personas. A diferencia de España, otros países ya recuperaron lo perdido en la recesión. ¿Qué le impide a España seguir el ritmo de recuperación de países como Alemania o EE UU? Entre otras cosas, la caída de los ingresos públicos, la falta de competitividad y su elevada deuda, sobre todo la privada, que se multiplicó por tres en la década del 2000.

Lógicamente, detrás de esos indicadores macroeconómicos hay miles de historias trágicas de personas atrapadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera. Ha aumentado la desigualdad y nada hace prever una recuperación inmediata, si por salir de la crisis se entiende reducir el paro y acotar la pobreza al mínimo posible.

¿Entonces Rajoy se equivoca o vuelve a mentir? Más bien, exagera. El presidente parte de que el año 2012 fue el de los ajustes, el 2013 el de las reformas y el 2014 será el de la recuperación gracias, precisamente, a esos ajustes y esas reformas que hizo su gobierno. No es un cronista objetivo, sino una parte del problema.

¿Quiere eso decir que va todo mal? Tampoco. La recesión, al menos de momento, ha quedado atrás, el rescate bancario se puede dar por terminado -¡ojalá!- y las exportaciones están en aumento, en parte como consecuencia de la devaluación salarial. Pero siendo todo ello positivo, es insuficiente, por lo que Rajoy tira por elevación, en busca de grandes titulares en sus medios afines.

El presidente del Gobierno no solo trata de ponerse en valor y de lanzar un mensaje optimista. Lo que hace es preparar más bien un discurso electoral, consciente de que se le vienen encima las elecciones europeas y municipales. Precisa no perder demasiados votos.

¿Lo conseguirá con una gestión tan pobre? Las encuestas, de momento, colocan al PP por delante, señal de que no es un objetivo imposible. Parece evidente que el PSOE de Rubalcaba no arranca y eso es fundamental para Rajoy, atrapado en la herencia recibida, en sus errores y en los líos en los que se ha metido él mismo. A veces, como en el caso del aborto, sin necesidad.

Rajoy puede defenderse con el escudo de la inversión extranjera que empieza a acompañarle, viendo que España se ha puesto barata, o jugar incluso con la famosa prima de riesgo –cada vez en niveles más razonables para lo que es la economía española-, pero hace falta más. Sin crecimiento no se creará empleo, ni aumentarán los ingresos públicos. Y el ahorro en el pago de intereses se difumina con el aumento desbocado de la deuda. No perdamos de vista que España, que no gana para intereses, emitirá en 2014 más deuda pública que Alemania, lo que nos puede dar idea de las cifras en las que se mueve, impropias de su dimensión. Cómo salir de esta requiere, por tanto, nuevas políticas económicas y sociales, capaces de poner al país a trabajar más y mejor. @J_L_Gomez

 

Hacienda se convierte en un problema grave

Por: | 12 de diciembre de 2013

Cristóbal Montoro

Cristóbal Montoro, en la sesión de control del 11 de diciembre. / F. Alvarado (Efe, en El País)

Menos cumplir su misión, que es recaudar, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, hace de todo, sin que haga nada bien. Hacienda también es un problema para el país. Estos días, Montoro ha vuelto a difamar y coaccionar a los medios críticos con su gestión. En síntesis, les atribuye informaciones falsas porque tienen grandes deudas con Hacienda. Como guinda, indica que directivos de esos medios van a su despacho a hablar de ello. No da nombres, pero el daño está hecho.

"Si alguien le pisa un callo a Cristóbal, este le apunta con el dedo acusador que señala a los evasores fiscales. Las víctimas fueron primero los cineastas. Luego los de Izquierda Unida. Ahora, anónimos medios de comunicación. Seguro que Cristóbal toca de oído, porque si supiera lo que dice por apellidarse Montoro, ser ministro de Hacienda y leer indebidamente expedientes, estaría prevaricando", advierte el columnista del diario El País Xavier Vidal-Folch.

A este paso, en España ni siquiera la Agencia Tributaria se salva de la corrupción. La pieza clave del Estado para combatir el fraude fiscal, que durante años tuvo un comportamiento digno, se mete ahora en el campo embarrado de la corrupción generalizada. Desolador e indignante.

Un país con un grave problema fiscal

Hablemos claro. España es un país que está hasta arriba de dinero negro, lo que merma la recaudación del Estado, sin que éste haga mucho evitarlo. Como ya hemos visto en verano, la economía sumergida alcanzaría el 21% del Producto Interior Bruto, según el miembro del Consello de Contas de Galicia Xesús Palmou, e incluso podría ser superior si le hacemos caso al Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, que lo eleva al 23%. En el mejor de los supuestos, supone un montante que supera los 210.000 millones de euros; es decir miles y miles de millones que se mueven, por tanto, al margen de la fiscalidad y que le cuestan a cada español que paga impuestos unos 1.900 euros al año. Dicho de otro modo, muchos de los recortes que se han hecho en educación o sanidad no habrían sido necesarios si el Estado se ocupase de recaudar todo lo que debe ingresar.

Pues bien, hoy toca hablar más claro todavía: ni siquiera Hacienda está ya al margen de la corrupción en España, si por ello también entendemos la limpieza ‘étnica’ que convierte a las víctimas de la Agencia Tributaria en verdugos. Tremendo.

De entrada, todo parece indicar que hay altos cargos que han presionado al cuerpo profesional de inspección para anular o aparcar una sanción a la multinacional cementera Cemex. Lo que le faltaba al país: la larga mano de los políticos corruptos metiendo mano en la Agencia Tributaria para que una empresa que simulaba pérdidas ficticias no pagase todos los impuestos que debía. La sanción recurrida era de hasta 450 millones de euros. Por lo demás, de Hacienda y de Nóos –léase la princesa Cristina y Urdangarin-, mejor ni hablar.

¿Resultado? El anterior director de Inspección de la Agencia Tributaria, Luis Jones –número tres de la Agencia-, está en la calle, una vez que fueron a por la inspectora del llamado ‘caso Cemex’. A Montoro, que es el máximo responsable político de todo este lío, no se le ocurre mejor cosa que rajar contra la prensa y acusar a los directores de Hacienda dimitidos de ser socialistas. ¡Menuda provocación, ministro!

Situación alarmante por el nivel de corrupción

La situación de la corrupción en la España de Rajoy es alarmante, como subrayan todas las encuestas, hasta el punto de situar el problema como el segundo más grave, tras el desempleo, pero esto de llevarse por delante el prestigio y la independencia de la Agencia Tributaria supone una ampliación de la quiebra del sistema. Quienes actúan así, no sólo están defendiendo intereses espurios, sino que parecen querer fomentar la insumisión fiscal.

Sólo cabe pensar que el Congreso aclare y depure la situación, y ojalá que esta vez no esté mezclado en semejante escándalo el principal partido de la Oposición. Y no tanto por defender su dañada honorabilidad, sino porque si el partido de Rubalcaba se calla no nos enteraremos de nada. Como en tantas otras cosas en las que el PSOE cacarea, pero no utiliza todos los resortes de la Oposición.

En Venezuela, que fue una democracia de cierta calidad en los años setenta, la corrupción se apoderó de los dos grandes partidos –COPEI y Acción Democrática-, cuya demolición dio paso a la llegada del populista Hugo Chávez. Tal vez España, por pertenecer a la Unión Europea, no llegue a semejante extremo, pero ya no anda lejos de que el caldo de cultivo sea el mismo. Algunos que tanto homenaje rinden a Nelson Mandela, después hacen justo lo contrario de quien acabó con el régimen racista del 'apartheid'. @J_L_Gomez

 

 

La banca sigue en el punto de mira

Por: | 04 de diciembre de 2013

Joaquín Almunia

El vicepresidente y comisario de Competencia, Joaquín Almunia. / Efe

La gran banca ha sido objeto de una multa récord de la UE por manipular el euríbor, hasta el punto de que la Comisión Europea, el órgano ejecutivo comunitario, anunció sanciones por 1.700 millones de euros a seis grandes bancos, al tiempo que el comisario Joaquín Almunia se lamentaba de que "en este escándalo es impactante la colaboración entre bancos que deberían competir entre ellos". Podría añadir que también es impactante leer la carta del anterior presidente del BCE al presidente del Gobierno español en 2011, en clara defensa de los mercados financieros, los mismos donde operan grandes bancos que engañan a sus indefensos clientes.

En España y, en general, en Europa, se le da mil vueltas a la recuperación del crecimiento mediante la ingeniería financiera. Por eso mismo, aunque no se llegó al eurobono -Alemania no quiere compartir sus elevados costes-, se sigue enredando con imprimir más dinero, devaluar y crear inflación artificial. A veces incluso se le quiere hacer creer a la gente que en Estados Unidos van mejor porque hacen eso mismo desde la Reserva Federal. Y no es verdad. Por mucho que la Reserva Federal también haga sus juegos de manos, que es cierto que los hace, cada vez que ve subir el paro, la clave de fondo, como siempre, está en la sana competencia y en la economía productiva, y no en la financiera, que es una consecuencia o una necesidad, según se quiera ver. Y menos aún, por supuesto, si encima vemos que la economía financiera sigue estando corrupta, meciéndose en el engaño y la manipulación. Claro que tiene razón Joaquín Almunia cuando subraya que en los escándalos del líbor y del euríbor, no sólo escandaliza la manipulación de los índices de referencia, sino también la colaboración entre bancos que deberían competir entre ellos.

Estados Unidos crece porque tiene empresas líderes globales, menos endeudadas que las europeas –y no digamos que las españolas- y que son punteras en tecnología, no sólo en distribución o logística. Es decir, Estados Unidos tienen muchas Inditex que no venden minifaldas sino móviles y ordenadores que consume todo el planeta. Y, por si fuese poco, sus multinacionales han sabido encontrar mucho petróleo y mucho gas. En esa línea, en Europa se salva Alemania y poco más. Y Alemania es muy grande, está muy poblada, lidera la Unión Europea, fabrica Mercedes y BMWs que también se venden en todo el mundo, pero Alemania no es Estados Unidos. Para que lo fuese tendrá que convertir la Unión Europea en los Estados Unidos de Europa, y para eso parece que falta un poco todavía. 

Una banca incapaz de dar crédito

Entre tanto, la economía financiera española sigue gripada. Nadie lo quiere decir abiertamente pero la banca continúa teniendo problemas: el principal, que no cumple su papel de canalizar el crédito de manera adecuada, en beneficio del conjunto de la sociedad y no sólo de sus intereses. Y eso que fue la sociedad española la que con un gran esfuerzo ha contribuido a recapitalizarla, con miles y miles de euros para que no hiciese crack. No es una casualidad que Citi, por ejemplo, advierta estos días de que la banca española está cara en Bolsa.

¿Actúa así la banca por capricho o por fastidiar a empresas y familias? Tampoco es eso. La banca española sigue teniendo problemas de capitalización y los recursos que capta a bajo precio prefiere dedicarlos a comprar deuda pública bien remunerada, para no correr más riesgos. Por eso es tan urgente invertir la situación, de modo que los bancos aumenten el crédito a empresas y familias y lo reduzcan a la administración pública. En palabras del economista Daniel Lacalle en Mundiario, lo que hace falta es que la banca deje de ser un arma de absorción de deuda soberana y preste a la economía productiva.

De la delicada situación de la banca hay, por desgracia, más síntomas, empezando por sus resultados sin atípicos. Basta ver los números de los nueve primeros meses del año en Caixabank, la primera entidad financiera doméstica de España. Y como hay problemas, el ministro Luis de Guindos le da calmantes, sabedor de que el cáncer no se cura con aspirinas.

Más regalos para la banca

El último regalo del Estado a la banca son los llamados DTA, algo así como unos beneficios fiscales –léase ahorro de impuestos- a recuperar en el futuro, siempre y cuando haya pérdidas o provisiones del pasado. La broma es de 30.000 millones de euros, lo que prueba que cuando hablamos de la banca no nos andamos con chiquitas.

¿Y el próximo regalo? La pelea por el crédito fiscal de Novagalicia prueba las carencias de la gran banca española, que con el respaldo del árbitro -léase en este caso Banco de España- quiere deshacerse, como sea, de las aspiraciones de los fondos de inversión e incluso de Banesco, actual propietario del Banco Etcheverría, en su intento de poder comprar NCG Banco. Con el apoyo de sus 'amigos' de Cibeles, Caixabank, BBVA y Santander están moviendo Roma con Santiago. Y estando Luis de Guindos de por medio, ya sabemos lo que suele pasar... @J_L_Gomez

Rajoy ignora sus datos de paro y sus previsiones

Por: | 27 de noviembre de 2013

Rajoy

Mariano Rajoy, con las banderas de España y de Europa.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoyno sólo 'inventa' previsiones de paro, como ya avanzó Mundiario, sino que ignora los datos reales de desempleo. Rajoy dijo que en 2013 no se destruyó empleo, cuando resulta que en los últimos 12 meses, como informa el diario El Paísse han perdido 500.000 puestos de trabajo y en este año 134.000, según las estadísticas oficiales.

Llueve sobre mojado. el presidente Rajoy también dijo que terminará la legislatura con menos desempleo del que encontró a su llegada a la Moncloa. Pero los documentos oficiales de su propio Gobierno -enviados a Bruselas y publicados en España- no secundan sus palabras.

Datos de partida del desempleo

Mariano Rajoy heredó 5,2 millones de parados (22,9%) y en un año, con él al frente del Gobierno, el desempleo subió a 5,9 millones (26,0%), que es más o menos por donde anda ahora. Para cumplir su palabra tendrá que crear al menos 631.000 puestos de trabajo netos en dos años. Si bien el presidente expresó esa previsión en la radio pública, no mandó consignarla en el Programa de Estabilidad 2013-2016, que no sólo dice eso, sino todo lo contrario.

Como avanzó el diario La Región, de la lectura de la actualización de dicho programa no se desprende precisamente lo que proclama el presidente del Gobierno. De hecho, el Ministerio de Economía sostiene que si bien en 2014 podría crearse empleo neto, será 2015 “el primer año que registre un crecimiento interanual de esta variable”, objetivo que fundamenta, por cierto, en la moderación salarial, sin que en ninguna de sus tablas aparezca el paro al nivel del 22,4% del año 2011. Para encontrar un porcentaje así, el documento apunta al año 2017.

Más errores o manipulaciones de datos

Ahora, el presidente del Gobierno sorprende al afirmar, en contra de las estadísticas oficiales y de los datos de su propio Gobierno, que este año no ha habido destrucción de empleo en España y ha atribuido ese supuesto éxito a la reforma laboral. Las cifras, sin embargo, no le acompañan, como subraya la mencionada información del diario El País, que firma su redactor-jefe de Economía.

En los últimos 12 meses se han perdido en España 497.100 empleos, según las cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el Instituto Nacional de Estadística y en lo que va de 2013, según la misma fuente, se han perdido 133.900 empleos, "pese a que en este caso se estaría comparando un trimestre estacionalmente fuerte para el empleo, como es el tercero, con uno más débil, como es el cuarto", recuerda el periodista Miguel Jiménez.

Efectos reales de la reforma laboral

Según las cifras de la EPA, el número de ocupados en el tercer trimestre del año fue de 16.823.200 personas, la cifra más baja para un tercer trimestre desde el año 2002. "Desde que se aprobó la reforma laboral que abarataba y facilitaba el despido en el primer trimestre de 2012, se han perdido en España casi un millón de empleos si se incluyen los perdidos en ese trimestre (en parte del cual la reforma aún no estaba en vigor) y más de 600.000 si se excluyen", explica El País.

Los datos de la Seguridad Social van en la misma dirección. La afiliación media se situó en el mes de noviembre en 16.360.372 personas, lo que supone un descenso de 376.355 afiliados en un año y de 82.309 personas en lo que va de ejercicio.

Una aclaración importante

El País reconoce que el desempleo ha descendido, según la EPA, en unas 60.000 personas en el tercer trimestre de este año en comparación con el cuarto de 2012, aunque también advierte de que ha crecido en el último año completo. Pero este diario aclara que esa bajada del paro "no se ha debido a la creación de empleo, sino a la disminución de la población activa por la salida de emigrantes y por el abandono del mercado laboral de otras personas".
 

¿Tiene el PSOE una alternativa económica realista frente al PP?

Por: | 14 de noviembre de 2013

Conferencia Política del PSOE.

Conferencia Política del PSOE. / Mundiario

La pregunta no puede ser más pertinente cuando un país sufre un problema de crecimiento y de ingresos fiscales: ¿tiene el partido de la Oposición otro modelo económico? La aportación del PSOE de Felipe González a la modernización económica y social de España ya forma parte de su historia contemporánea. Pero ahora se trata de hablar de presente y de futuro y, por tanto, de qué ideas nuevas tienen los socialistas. También, por supuesto, de quién será el Felipe del siglo XXI y de quiénes le rodearán, como en su día hicieron personas tan brillantes como Maravall, Solana Lluch.

De entrada, un nuevo modelo económico exige hoy que España sea capaz de producir más, para después repartir los beneficios de una manera justa. Por tanto, la clave no está tanto en reformar la gestión de la austeridad como en aumentar la riqueza del país, de modo que España consiga en los próximos años recuperar el crecimiento de su economía –por fortuna ya a salvo de la recesión-, en la medida en que es la única forma conocida de crear empleo y de elevar los ingresos del Estado para hacer política con mayúsculas.

Si el PSOE habla de estas cosas, sabe lo que hay que hacer –la gran clave- y logra que la gente le ponga atención, su futuro estará asegurado. Pero si se entretiene en otras historias, por muy vistosas que parezcan, apenas podrá aspirar a otra cosa que no sea aprovechar los errores del Partido Popular.

En el PP deben de estar contentos viendo que el PSOE está dando un giro a la izquierda y simulando una renovación radical. No así en la emergente Izquierda Unida, claro. ¿Pero es ésa la realidad? No. El PSOE sabe que para volver a ser el partido de gobierno debe seducir a las clases medias, sin molestar demasiado a los menos favorecidos, del mismo modo que sabe que debe tener un discurso válido para Andalucía y Cataluña, sus dos pulmones electorales de toda la vida. Lo demás vale para enredar.

En realidad, carece de sentido el marketing político del radicalismo que predica la gente menos ilustrada del PSOE. Porque el radicalismo no cabe en un partido con aspiraciones de gobernar en la actual Unión Europea. Ni siquiera cabe en la propia concepción socialdemócrata de la política, que por definición es reformista y no radical.

La Conferencia Política del PSOE fue un intento de Rubalcaba de atraer la atención en torno a su agotado proyecto. Por eso el debate de ideas se mezcló con el del liderazgo, lo cual tiene toda la lógica por mucho que algunos pretendan negarlo. Un partido no se puede entender de otro modo. ¿O acaso alguien puede creerse que Rubalcaba le va a cocinar las ideas al que venga detrás? Sólo si Rubalcaba sigue siendo el líder del PSOE puede tener algún sentido esta conferencia de marketing político, donde se mezclaron interesantes aportaciones de intelectuales y de políticos como Ramón Jáuregui y el propioRubalcaba con ideas peregrinas propias de ciertas personas que rodean a su líder para tener un empleo.

La prueba más evidente de esta argumentación es que el texto de fondo de la Conferencia Política, titulado ‘Ganarse el futuro’, no tiene nada de radical, sino que es más bien una obra transversal repleta de ideas y, sobre todo, de propuestas. Pero se ve que ese tipo de sugerencias que pueden servirle para ganarse la vida al PSOE y a España no son del todo útiles para quienes solo aspiran a ganarse la vida en el aparato del partido. @J_L_Gomez

 

Las provisiones definen el resultado de la banca

Por: | 04 de noviembre de 2013

Rajoy
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

En los bancos españoles, la realidad de sus balances indica que o pierden o ganan muy poco dinero con su negocio comercial. Las cifras que publican dan la impresión de otra cosa. Parece que ya vuelven a ganar dinero. ¿Por qué sucede algo tan contradictorio? Por el maquillaje, eso que algunos llaman ingeniería financiera. Digamos que el cómputo de las provisiones incide sobre los beneficios de la banca española, hasta determinar su vector resultante.

La clave está en que la banca española está repleta de morosidad, con tasas de hasta el 13%, cuyo cómputo se puede hacer de muchas maneras, mientras sigue especulando con ahorros futuros de impuestos para salvarse e incluso ya aplica beneficios fiscales, producto de absorciones de antiguas cajas. ¿Lo saben los hombres de Guindos? ¿Lo sabe Montoro? No sólo lo saben, sino que lo consienten. Igual que Linde

La prueba más evidente de que las cosas no van como se dice que van es que no hay crédito en las sucursales. Es algo que saben las familias y las pymes por su propia experiencia pero que apenas se publica. Para la banca es más fácil ganar dinero comprando y vendiendo deuda pública, y peleándose por el crédito fiscal que reportaría, por ejemplo, la compra de Novagalicia Banco, en fase de privatización.

¿Quiere eso decir que todo sigue tan mal como cuando estalló la burbuja del ladrillo y las cajas y los bancos se convirtieron en inmobiliarias? No. Desde entonces se ha producido una gran concentración financiera y una recapitalización importante con dinero de Europa que devolverán los contribuyentes. De hecho, la banca tiene ahora los empleados y las oficinas que tenía en 1993, el año de la última gran crisis española, está cada vez más concentrada en Madrid y sus operaciones de crédito se dirigen mayoritariamente a empresas de Madrid y Cataluña, lo que empieza a ser una amenaza tan real como tal vez poco conocida en el resto de España. En resumen, hay menos oficinas, menos empleados, menos negocio, más centralismo financiero, más morosidad y –sin maquillaje- muchas pérdidas, entre otras razones porque el país debe mucho, produce poco y gasta mucho más de lo que ingresa. Nada es una casualidad.

El Gobierno de Mariano Rajoy se ilusiona a veces con un cambio de ciclo basado en datos buscados con lupa, pero se le ve menos apasionado con la relectura de Joseph Alois Schumpeter, el economista que postuló que los ciclos de la economía comienzan y terminan con innovaciones tecnológicas. @J_L_Gomez


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