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Lola Huete Machado

¿Qué pasa en… Azawad?

Por: | 09 de abril de 2012

El pasado viernes, 6 de abril, el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) emitía un comunicado proclamando “el Estado independiente de Azawad” (norte de Malí). El escrito, fechado en la ciudad de Gao y firmado por Billal Ag Acherif, Secretario General del MNLA, también reconoce las fronteras en vigor y su inviolabilidad, se adhiere a la Carta de las Naciones Unidas y se compromete a crear la condiciones para una paz duradera y a establecer los fundamentos de las instituciones de un Estado basado sobre una Constitución democrática. Dos días antes, este mismo grupo había declarado el fin de las operaciones militares tras considerar que Azawad había sido liberado.

La Unión Africana (UA) ha rechazado esta declaración de independencia y su presidente, Jean Ping, ha pedido a la comunidad internacional que haga lo mismo.  La Unión Europea y Francia, antigua potencia colonial y con fuertes intereses económicos en la región, tampoco la han reconocido. La pregunta ahora es si habrá una intervención militar para obligar a los tuaregs a permanecer dentro de las fronteras impuestas por las metrópolis coloniales allá por el siglo XIX, si se negociará, o si la fuerza de los hechos consumados seguirá su curso y Azawad se convertirá en el 56º estado africano. Las materias primas y la seguridad del Magreb serán los elementos claves que determinarán el destino de esta nación.

Image1     Milicianos del MNLA celebrando la independencia. Foto MNLA. 

El 17 de enero, las fuerzas del MNLA lanzaron un ataque contra la ciudad de Ménaka, en el norte de Malí y, a partir de ahí, se inició la “liberación” de Azawad. Ha sido una operación rápida facilitada por el golpe de estado que un grupo de militares, liderados por el capitán Amadou Sanogo, dio en Malí el 21 de marzo. Estos soldados decían estar movidos por la debilidad que mostraba el gobierno del presidente Amadou Toumani Touré frente a la rebelión de los tuaregs.

Otro factor que también ha influido en esta situación es el flujo de armas procedentes de Libia que, tras la caída del régimen del Coronel Gadafi, ha inundado la región. Al mismo tiempo no hay que descartar el apoyo que grupos cercanos a Al Qaeda, como Ansar el Din o Al Qaeda en el Magreb islámico (AQMI), habrían otorgado al MNLA.

El conflicto de Azawad, como muchos de los que existen en África, tiene raíces coloniales. Malí fue un país diseñado por los franceses que dejaron a la minoría tuareg del norte bajo el control de un sur más bien hostil hacia ellos.

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            Tuaregs. Foto Getty Images.

Los tuaregs son una etnia con una población estimada en 1.5 millones de personas. Se encuentran repartidos entre Malí, Níger, Argelia, Libia, Burkina Faso y Mauritania. Su lengua es el targuí. Presumen de ser el único pueblo africano, junto con el etíope, que tienen su propia escritura, el tifinagh. Son, en su mayoría, nómadas y se mueven en su área de acción sin prestar mucha atención a las fronteras nacionales, lo cual se ve facilitado por residir, predominantemente, en el desierto. Viven de la cría de ganado (cabras y camellos) y del comercio.

Este pueblo siempre se ha considerado marginado tanto por los poderes coloniales, como  por los nuevos estados surgidos tras la independencia de las colonias. En muchos casos se les ha considerado extranjeros en sus propios países, negándoles, por ejemplo, su inscripción en los registros civiles o en los de votación cuando se celebran elecciones.

Se ven muy amenazados por la desertificación que se vive en el Sahel, lo cual ha llevado a que cada vez se intensifiquen más los conflictos con los pueblos agricultores (principalemente del sur) por los pastos con los que alimentar a sus ganados.

Estos días releía Crónica del país de los negros (*) y Viajes a las regiones interiores de África, de Mungo Park (**), para reafirmarme en la idea de que esta zona siempre ha sido conflictiva y propensa a la revuelta.

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           Tuareg. Foto Malcolmallison.

En los tiempos modernos, los tuaregs, hartos de su discriminación y del colonialismo, se han rebelado en diversas ocasiones. El primer intento de liberarse del dominio extranjero dio lugar al levantamiento de Ag Mohammed Wau Teguidda Kaocen, entre 1916 y 1917, en las montañas de Air, en el norte de lo que ahora es Níger. Kaocen formó una coalición tuareg para oponerse a los franceses, pero la traición de sultán de Agadez, que permaneció leal a los europeos, inclinó la lucha a favor de estos últimos.

Con la independencia de Malí, en 1960, los tuaregs no fueron integrados en el nuevo gobierno. Este impulsó una ley de reforma de la tierra que atentaba contra las tierras tradicionales del pueblo del desierto, por lo que este se rebeló en 1961. El ejército de Malí llevó a cabo una fuerte represión que supuso la masacre de pueblos y aldeas enteras. Como consecuencia, muchos tuaregs se vieron obligados a refugiarse en los países vecinos. La falta de suministros y la tierra devastada llevó a los rebeldes a firmar un alto el fuego vergonzoso en 1964 por el que no conseguían ninguna concesión.

Las sequías, y consecuentes hambrunas, de 1973-1974 y de 1984-1985 vieron desaparecer gran parte del ganado tuareg, lo que obligó a muchos jóvenes a emigrar a las ciudades, principalmente de Argelia y Libia. En este último país, Gadafi incorporó varios miles de ellos en su ejército.

Un nuevo levantamiento tuvo lugar entre 1990 y 1996 en Níger y Malí, apoyado por Gadafi. Concluyó con los acuerdos de paz de Uagadugú de 1995 en los que se reconocía cierta autonomía a los tuaregs y se daba solución a las quejas de los militares de esta etnia concernientes a que no se les permitía ascender en los ejércitos de Malí o Níger.

Debido al lento proceso de desmovilización e integración de los antiguos rebeldes en la vida civil o en las fuerzas armadas y a que algunos políticos tuaregs perdieron sus puestos en el gobierno de Bamako, una nueva rebelión surgió en febrero de 2007. Este nuevo conflicto produjo gran número de refugiados y se terminó gracias a que Argelia ayudó a negociar un alto el fuego con Malí, mientras que Libia hacía lo mismo con Níger, en 2009.

Image1     Malí y Azawad. Mapa Geopolicraticus.

Al menos por el momento, la rebelión de 2012 ha conseguido su  objetivo y ha declarado la independencia del territorio, gracias a una operación militar que ha durado prácticamente tres días. Azawad es el nombre con el que los tuaregs conocen la región norte de Malí, la cual comprende tres áreas, con capitales en Gao, Kidal y Tombuctú, respectivamente. Se trata de un territorio, prácticamente desierto, que tiene una extensión similar a la de Francia y Bélgica juntas. Posiblemente, Tombuctú será la capital del nuevo estado.

Según todas las noticias, el éxito de la operación hay que otorgárselo, mayoritariamente, al MNLA. Este se formó con exiliados tuaregs residentes, principalmente, en Argelia y Libia y lanzó su primera acción en 1990. Posteriormente, se unió a la Unión de Movimientos y Frentes de Azawad (UMFA) una coalición de diversos grupos tuaregs. Otros opinan que este movimiento no existía previamente y que es el resultado de la unión de distintos grupos tuaregs llevada a cabo a finales de 2011. Lo cierto es que tras el desmoronamiento del régimen de Gadafi, muchos tuaregs que eran parte de su ejército huyeron y se unieron a las filas de MNLA.

Hay informes que dicen que otros grupos, como hemos señalado más arriba, también han participado en esta ofensiva y que incluso, en el momento actual, hay divisiones entre ellos, por lo que se desconoce la capacidad del MNLA para controlar todo el territorio.

El grupo Ansar Dine, que en árabe significa “defensores de la fe”, fue formado por el comandante tuareg Iyad Ag Ghaly, líder de la rebelión de 1990-199 y personaje clave en las negociaciones de paz que pusieron fin a la revuelta de 2007. En febrero, este grupo lanzó un vídeo en el que decía que su objetivo era imponer la ley islámica, la sharia. Los informes dicen  que Ag Gahly está en control de Tombuctú y que está obligando a las mujeres a usar el velo y les ha prohibido llevar pantalones, entre otras cosas.

En esta ciudad apareció, el miércoles 4, junto a Mokhtar Belmokhatar, líder de Al Qaeda en el Magreb islámico (AQMI), grupo que estaría en poder, junto con el Movimiento por la Unidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO) -que también dice haber tomado parte en los combates- de 13 rehenes, entre ellos dos españoles. Este es uno de los negocios, unido al del contrabando de drogas y personas, con los que se financian estas organizaciones. Parece posible que Belmokhatar sea el principal responsable de la compara de gran parte del arsenal libio y su posterior distribución por el Magreb.

Image1     Combatientes tuaregs del MNLA. Foto EFE

Es la presencia de estos grupos ligados a Al Qaeda lo que posiblemente presente un obstáculo a la hora de que la comunidad internacional reconozca la independencia de Azawad. Los países occidentales no consentirán que una zona tan estratégica pueda estar en manos de extremistas que ellos mismos no dirigen.

Tampoco permitirán que sean estos grupos, y sus aliados, los que controlen las materias primas de la zona. La Cuenca de Taoudeni (que Azawad comparte con Mauritania y Argelia) es rica en petróleo. A pesar de lo aislado y peligroso del lugar, distintas compañías han estado haciendo prospecciones, entre ellas Baraka Petroleum (australiana), Sonatrach (argelina), Eni (italinana), Total (francesa), Woodsida (australiana) y la Compañía Nacional de Petróleo de China.

En octubre de 2008, Total empezó a perforar en la parte mauritana y para mediados de este año, la compañía argelina Sonatrach tenía pensado hacer lo mismo en el norte de Malí (Azawad).

Hay que tener en cuenta que permitir la independencia de Azawad estaría lanzando un mensaje a los tuaregs que se encuentran en los países vecinos, los cuales también podrían reivindicar tal cosa. Nada indica que, a pesar de lo declarado en el comunicado de independencia, se respeten las fronteras establecidas. Al mismo tiempo, los grupos cercanos a Al Qaeda se podrían sentir animados por los primeros éxitos y lanzar  nuevos ataques en otros países de la zona.  De hecho, noticias de última hora hablan de grupos de tuaregs fuertemente armados en Burkina Faso, cerca de la frontera con Costa de Marfil. 

Este podría ser el caso de Níger donde en el pasado prendieron varias de las revueltas del norte de Malí, especialmente en torno al Macizo de Air. Es en esta región donde Francia consigue alrededor del 30% del uranio que utiliza en sus centrales nucleares. En 2009, la compañía francesa Areva invirtió más de 1.500 millones de dólares en la zona para la construcción de la segunda mina más grande del mundo de este mineral.

Evidentemente, Francia, antiguo poder colonial y principal actor extranjero en toda esa región, tiene muchos intereses en juego y su posición será de gran peso a la hora de determinar el futuro de Azawad.

Image1     Combatientes del MNLA. Foto MNLA.

Se está barajando una intervención militar. La Comunidad de Estados del África Occidental (CEDEAO), que ha jugado un gran papel en la condena del golpe de estado en Malí y en buscar una salida al mismo, tras proclamar nula y sin efecto la declaración de independencia, parece optar por esta solución y dice estar dispuesta a enviar tropas. Por su parte, Argelia, cuyo cónsul en Gao y otros seis miembros de la delegación fueron secuestrados (acción reinvindicada por MUYAO) y, posteriormente, liberados el domingo 8, estaría desplegando tropas en la frontera con Malí. Este país también ha rechazado la independencia de Azawad pero, por el momento, descarta la intervención extranjera.

Esta es la misma resolución acordada en la reunión celebrada en Nuakchot, el domingo 8, entre Algeria, Mauritania y Níger, vecinos del nuevo estado.

La opción militar no terminaría con el problema tuareg. Nunca la violencia pone fin a la violencia. Volvería a crear más resentimiento y frustración, como ha sucedido con las revueltas anteriores. Se necesitan soluciones políticas, no militares. Esto requiere que todos los poderes interesados en el conflicto empiecen un diálogo contructivo, sin posicionamientos cerrados ni presunciones. Al mismo tiempo, el MNLA tendría que ser fiel a lo proclamado en su declaración de independencia, optando por métodos democráticos, adhiriéndose a los principios de la Carta de Naciones Unidas y distanciándose de todos los elementos terroristas y criminales que puedan existir en su entorno.

Por el momento, sobemos que la región está inmersa en una fuerte crisis desatada por la sequía y la hambruna del Sahel. Además, el conflicto ha generado miles de refugiados, y todo tipo de violaciones de derechos humanos, como siempre sucede en estas ocasiones, por muy noble y legítima que pueda ser la causa.

(*) Crónica del país de los negros, Tarij as-Sudan. España, Editorial Almuzara, 2011.
(**) Viajes a las regiones interiores de África, Mungo Park. A Coruña, Ediciones del Viento, 2008.

Hay 14 Comentarios

Interesante artículo. ¿Qué impacto cree que puede tener en el conflicto del Sahara o Gibraltar que se le pueda otorgar la independencia a Azawad?

"Hay informes que dicen...", "según los informes...". Pero no citáis quién o qué institución ha escrito o publicado esos informes. Me parece que hay mala fe en este artículo, al querer mezclar cosas y confundir a la opinión pública, que a la mínima que lee o escucha "islamista" y "sharia" ya se pone en guardia o directamente en contra. Es una rebelión de parte de un pueblo (los tuareg) que fue injustamente dividido y marginado. El hecho de que haya recursos naturales valiosísimos y de que otras zonas puedan también alzarse contra el injusto statu quo aterra a las esferas de poder y sus servidores de la pluma. Doble rasero para según qué rebeliones.

Sospecho que Argelia es uno de los elementos clave. No han empezado ahora a mandar fuerzas a la frontera, sino que hace tiempo que las tienen desplegadas en el sur; de hecho, desde la Navidad pasada ya no daban visados para ir ni de turista; la razón oficial es que no pueden garantizar la seguridad de los extranjeros. Por otra parte, sospecho que uno de los actores clave es China. Francia cada vez pinta menos porque China le va comiendo terreno en muchos países africanos. Me temo que no nos damos cuenta de como China está haciéndose con el control de buena parte de África.
Por cierto, yo también les he oído siempre a los tuareg decir que su lengua se llama tamasheq.

Él AZAWAD TUAREG no tiene nada que ver ni étnica ni culturalmente con MALI.

Corren tiempos de desintegraciones nacionales, ya que los repartos artificiales de fronteras sin tener en cuenta las diferencias de cultura, etnia y religión, son VIEJOS ERRORES GRAVES a RESOLVER MODERNAMENTE.

GLOBALIZAR al azar, firmando papeles sin hacer un estudio serio de las zonas a repartir, es un DESASTRE.

(A recordar: armenios, kurdos, serbios, croatas, albano-kosovares, etc.)

"targui" no es la lengua, es simplemente el singular de tuareg.(es una palabra árabe). La lengua es el tamasheq, y los individuos los Kel Tamasheg (los que hablan tamasheq) o simplemente los Tamasheq.

Aunque siempre se citan las fronteras dejadas o puestas por las potencias coloniales como origen de muchos conflictos una reflexión indica que esa deducción instintiva no es cierta. Las fronteras puestas fueron simples repartos administrativos en tierras (a menudo) donde jamás existió un concepto de frontera, donde las delimitaciones por etnia, familia o cacique y por tanto los conflictos resultantes eran mucho más microscopicos. Esas tierras y sus conflictos quedaron físicamente como siempre fueron. Esos conflictos se hubieran desarrollado igual con o sin historia colonial como han existido desde siempre. La historia de Africa con las continuas guerras de exterminio entre las etnias es de lo más sangriento. Lo que vemos y vimos en Sudan, Etiopia, Somalia, Biafra, El Congo, Nigeria...así ha sido antes,algo menos con las potencias coloniales, y así vuelve a ser otra vez.

Tida muchas gracias por tu interesante reflexión y ójala tengas razón y esos tambores de guerra nunca más vuelvan a sonar.

El mal está ya servido. No podemos estancarnos en mirar o lamentarnos en como los colonizadores han balcanizado nuestras tierras, nuestros pueblos, nuestras culturas…
Ya han pasado muchos años desde entonces. No digo que sea fácil de arreglar pero es posible.
Ya es hora que nos despertemos y que dejemos de llorar sobre nuestros muertos o sobre lo que pensamos que perdimos por culpa de la colonización. Ha sido un gran mal para el continente, sí, lo es pero tenemos muchos buenos recursos para reparar los daños.
Yo, no lo entiendo. De verdad no sé qué es lo que pasa en la cabeza de mis hermanos africanos. Lloro de impotencia cuando, desde fuera del continente, veo soluciones evidentes a los problemas actuales y no se optan sino que se elige lo peor para la sociedad.
¿Desde cuando la fuerza es solución? ¿Desde cuando la violencia lo arregla todo? ¿Desde cuando?
Estoy de acuerdo, África no es un país, y es hora que se le mira de esta forma o que se trate de tal forma.
Mi preocupación crece cada día al oír las noticias sobre mi querido continente.
Ojala no tengas razón Txema, ojala no volvamos a oír tambores de guerra.
Saludos.


Alex, totalmente de acuerdo contigo, es justo por eso que tú dices por lo que se optará por la solución violenta, para mantener a Asawad dentro de las fronteras coloniales.

Tenemos el precedente de Sur Sudán, pero apostaría a que Azawad no se convertirá en nuevo Estado en Africa. Existen demasiados factores en contra: escaso poder militar del MNLA, peligro de contagio a países vecinos, especialmente Niger, existencia de recursos naturales en la zona, la independencia favorecería a AQMI... Creo que a día de hoy tienen cero posibilidades...

Buena reflexión. El tema de las fronteras africanas es uno de esos asuntos que nadie quiere tocar, pero estoy seguro que cada vez oiremos más sobre él.

No conozco bien la situación en este rincón del mundo, pero ¿no sería natural que los países de África acabaran desintegrándose y luego reintegrándose en naciones más realistas y acordes con los pueblos, las etnias y los grupos sociolingüísticos? La mayoría de los países del mundo, sobre todo en las regiones más prósperas, son "realidades nacionales" formados por uno o más grupos étnico-lingüísticos más o menos homogéneos unidos por una historia común. En cambio los países como Mali son garabatos en un mapa hechos por unos colonizadores hace 100 años, juntando pueblos que nada tienen que ver entre sí, con idiomas, religiones y tradiciones tan diferentes entre ellos como los nuestros son de los chinos o de los maoríes. ¿Y se supone que se van a entender entre ellos con el peso añadido de tener un desarrollo social y económico casi nulo? Nunca entenderé el afán por mantener unas fronteras que no significan nada (lo mismo ocurre en Oriente Medio), sobre todo cuando cualquier circunstancia pasajera sirve para cambiarlas (una guerra cercana, un líder derrocado en un país vecino, un movimiento como Al-Qaeda). Hasta que esto no se arregle, África lo tendrá difícil, no?

Txema, muchas gracias. Comparto tu opinión, aunque la guerra no sea la solución, es la opción que se va a seguir.

Es un buen análisis Chema y estoy de acuerdo que la opción militar no solucionara los problemas, pero mucho me temo que el coctel esta ya servido y en cuanto se estabilice el nuevo gobierno de Mali, los tambores de guerra volverán a sonar en la región.
salud

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Sobre los autores

Lola Huete Machado. Redactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.

Chema Caballero Chema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.

José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.

Ángeles JuradoÁngeles Jurado. Periodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.

Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.

Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...

Beatriz Leal Riesco Beatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

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