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Lola Huete Machado

La cara y la cruz del 'milagro' africano

Por: | 28 de mayo de 2012

Autora invitada: Mercedes Ruíz-Giménez (*)

Cuando caminas por ciertas calles de LuandaAccra o Maputo, no es difícil toparse con comodidades propias de los países más adelantados. El espejismo, sin embargo, dura poco. A pocos minutos de esas zonas, inmensas barriadas de chabolas muestran la realidad de la mayoría de la población. La riqueza existe, pero sólo para unos pocos.

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Escena en Accra (Ghana) donde riqueza y pobreza conviven en cada esquina. Foto de L.H.M.

La cifra media de crecimiento económico anual en África asciende a un 6,5%; un dato que, en un contexto de recesión mundial, sitúa al continente en un puesto privilegiado. Tales cifras, sin embargo, no dejan ver el bosque en un continente donde más del 40% de menores de cinco años sufre desnutrición. Los últimos informes que analizan el desarrollo del continente dejan atrás el pesimismo de las últimas décadas pero ponen el dedo en la llaga al denunciar que, a pesar del crecimiento, el gran reto del continente es que esa riqueza se reparta.

Los gobiernos deben convertir las ganancias en oportunidades para toda la población; se trata, como tanto se repite últimamente en nuestras calles, de socializar los beneficios y no las pérdidas. Es el momento de la justicia distributiva. Este sistema ha demostrado que no puede sostenerse y que debemos optar por modelos alternativos que garanticen los derechos humanos de las personas y el respeto a la naturaleza en cualquier lugar del planeta. El crecimiento ilimitado no es viable.

Por otra parte, en un mundo absolutamente interconectado como el actual, deberíamos preguntarnos cuáles son las causas que hacen que la hambruna aceche a casi 20 millones de personas en África –casi la mitad de la población española, por cierto. Por supuesto, la sequía en la zona y diversos y complejos conflictos contribuyen a la gravedad de la situación; pero no debemos olvidar otros factores que, sin duda, son determinantes. Empresas europeas y asiáticas están esquilmando los bancos de pesca africanos; la explotación de recursos naturales como el oro, los diamantes, el petróleo o el coltán generan enormes impactos en el medio ambiente y, en muchos casos, graves  conflictos en la zona. Capitales extranjeros han comprado casi 50 millones de hectáreas de tierras –el equivalente a la mitad de las tierras agrícolas de los 27 países de la UE- para producir alimentos que se envían a otras zonas del planeta o incluso para producir agrocombustibles para los coches europeos.

 

Montaje fotográfico sobre Luanda (Angola) de Emanuele Giusto, que vivió en la ciudad un tiempo.

Las responsabilidades globales son ineludibles. No podemos mirar hacia otro lado. La enorme reducción de fondos para la cooperación que ha realizado el gobierno español tiene graves consecuencias sobre millones de personas, como también lo tienen las políticas comerciales que imponen reglas profundamente injustas para África. Durante décadas, las políticas económicas y comerciales promovidas por los organismos internacionales han tenido consecuencias negativas sobre la calidad de vida de las personas africanas. Además de “echarles una mano” deberíamos quitársela de encima. Las políticas públicas de cooperación  -que no son una dádiva en tiempos de bonanza económica, si no un imperativo ético y político que deber ser cumplido- han de ir acompañadas de otro tipo de políticas que las complementen.

Hace ya mucho tiempo que se demostró que el crecimiento económico per se no deriva necesariamente en el desarrollo de las personas. Sin políticas que distribuyan la riqueza y garanticen servicios públicos, ni siquiera un índice de crecimiento del 6,5% acabará con la pobreza de la mayoría de la población; más bien todo lo contrario: aumentará las desigualdades entre mujeres y hombres, entre unos grupos sociales y otros.

Afortunadamente, África vive un momento de esperanza de la mano de sus ciudadanos y ciudadanas. La Primavera Árabe en el norte del continente, movimientos sociales como los vividos en Nigeria, Malawi o Senegal demuestran que los pueblos africanos cuentan con alternativas y propuestas sociales muy exitosas a favor del desarrollo de las personas. Propuestas que forman parte de la historia y la idiosincrasia africana y que actualmente se unen, en una red mundial interconectada, a las que en miles de rincones del mundo demandan políticas distributivas que garanticen la justicia social. Ese sí, es un gran milagro.

 (*) Mercedes Ruíz-Giménez es presidenta de la Coordinadora Española de ONG para el Desarrollo.

Hay 13 Comentarios

Puro espejismo. A Africa le tocará pronto una nueva oleada de infamias que darán al traste con lo poco conseguido hasta ahora. Próximamente en sus pantallas.

El continente Africano debe comenzar su andadura politica con retraso echando a todos los dictadores cueste lo que cueste por que si no lo hacemos ahora estamos hipotecando nuestras propias vidas y por supuesto la de nuestros hijos.
Sencillamente no se trata de algo imposible pero hay que saber que somos nosotros mismos quienes hemos regalado nuestros paises a esos monstruos huyendo a Europa y America etc. etc. No se puede depender de las ayudas porque nadie sale adelante por las ayudas,estamos a gusto de reccibir las prestaciones sociales en los paises en que habitamos olvidando que nuestros paises realmente no son pobres sino que preferimos residir donde otra gente ha luchado para estar tal como estan.

La realidad "Africana" es compleja sí, pero que creo que es clarividente el problema que une a este continente. Solo tenemos que pensar históricamente, ¿por qué tuvimos una revolución tecnológica tan fácilmente durante el siglo pasado? porque nos salía gratis. Creo que la pregunta es simplemente quién lo ha creado y quién por necesidad lo lleva a cabo. Yo no quiero imaginar lo que pasará cuando estos países reclamen una deuda histórica.

Estuve en Mozambique 1 mes y medio, sinceramente, petróleo, carbón y pronto diamantes, explotados por empresas americanas, italianas, australianas..., un índice de sida del 40% sin estimar por ahora, tuberculosis y malaria son el pan y la muerte de cada día. Los políticos corruptos y untados hasta límites insospechados, su desarrollo lento para el potencial que tienen. Habría que pensar en educar a esa gente y no darles migajas de su propio pan.

Hace algún tiempo viví en directo una de las consecuencias de la locura en la que se ha convertido este planeta: senegaleses deportados desde Madrid, que creían ir en avión a Barcelona, llegaban a Saint Louis, en el norte de Senegal, y comenzaban su ciclo vital de nuevo para volver a Europa, aquí os dejo lo que vi: http://losmundosdehachero.blogspot.com.es/2011/12/viaje-senegal-con-los-cayucos-de-dakar.html. Yo no soy tan optimista como la autora de este artículo, creo que todo es susceptible de empeorar y la crisis de ahora, lejos de abrir muchas más oportunidades en toda África (que las habrá) repercutirá en poca gente y propiciará el regreso de muchos inmigrantes, legales o no, que se encuentran por aquí.

Coincido con X, el articulo de doña Mercedes me parece de una simplicidad enorme. No todo es culpa de la "maldad de la civilización occidental". Trabajo en Africa hace muchos años, monte mi empresa, cree puestos de trabajo, os aseguro que nunca conté con subvenciones ni ayudas de cooperación. El área de Area de Africa donde trabajo esta así por méritos propios, nadie trabaja, ni por mucho ni por poco, que pague papa estado y los sentimientos de culpabilidad de occidente. Cada uno se tiene que sacar sus castañas del fuego, que se lo digan a los chinos, por cierto los mayores inversores y explotadores de recursos de Africa.

Chineses investem massivamente em África. Difícil competir com eles. Africanos devem tirar partido dessa disputa como a ultima fronteira inexplorada do planeta.

Completamente de acuerdo con X. Sirve también para el reportaje de Lola Huete sobre Ghana. No veo en que contribuye este blog a no simplificar la realidad africana hasta hacerla una y pobre, catastrófica y dependiente. ¿Qué podemos saber de ellos? Que hay unos pocos ricos avariciosos y muchísimos pobres. Para tal generalización no hacía falta tanta declaración de intenciones. Podría aplicarse al resto del mundo y decir desde Madrid a Maputo. Leer una mínima contextualización cultural e histórica en los textos si parece que sería un milagro.

Por eso KRETINA KICHNER, se fue a bailar a ANGOLA, sin importar que no existan sus derechos humanos y tengan un mismo presidente desde hace 33 años. Ella fue a vender, media, espejitos, asado, chorizos y boludeces

Gracias Mercedes por esta vision de Africa. A pesar de la complejidad y de las dificultades que tiene hablar de un TODO sin hacer caso a las partes, creo que dar una vision de Africa como la que das, optimista sin quitar crudeza, es muy necesaria. Es la hora de dejar que Africa nos cuente y nos interpele. Si es cierto ( y no lo dudo) que la Humanidad nació en eses continente, ahora mas que nunca, en estas epocas de tanta inquietid, de tanta incertidumbre, de tanto individualismo, egosimo, pesimismo...quizas Africa, como cariñosa y acogedora Madre, nos de las respuestas. Y todo ello sin quitar crudeza y realismo, sin caer en ilusiones vanas. Gracias por tu articulo.

Buf. La realidad de África es, afortunadamente, bastante más compleja que este compendio de lugares comunes y frases hechas. Lo que refleja el texto es precisamente lo que el título del blog critica: que todo el continente se puede explicar como un simple todo. ¡Nada más lejos de la realidad!

El artículo tiene mucho que ver con el que Lola escribió en el SEmanal de El País hace dos semanas. Desde la cooperación (yo pertenezco a la ONG Habitafrica) nos dedicamos precisamente por buscar que esa riqueza "chorree" y se creen oportunidades para toda la población. Pero me pregunto: ¿Es necesario que haya ricos para que haya pobres? ¿Es posible que se logre una mínima dignidad para todos en África? Los días optimistas, pienso que sí, y los pesimistas......que hay cierta gente interesada en que nada cambie.

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Sobre los autores

Lola Huete Machado. Redactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.

Chema Caballero Chema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.

José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.

Ángeles JuradoÁngeles Jurado. Periodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.

Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.

Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...

Beatriz Leal Riesco Beatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

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