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Lola Huete Machado

Costumbres enfrentadas

Por: | 13 de diciembre de 2012

Autora invitada: Faith Schwieker-Miyanzadi (periodista, Médicos Sin Fronteras, Nairobi, Kenia)

Texto original en inglés

Donde los roles de género están claros, donde los hombres entran y se sientan en una parte de la sala todos juntos, tal como impone el orden socialmente establecido; donde las mujeres sin voz se sientan en la otra parte de esa misma sala y se limitan solamente a escuchar y a esperar. “Lo quieren así”, me dicen, y por tanto tengo que ponerme en el lugar de la sala destinado a las mujeres por respeto a la cultura, un hecho del que una tiene que ser muy consciente cuando vive y trabaja en una comunidad. Entre las mujeres hay comadronas, médicos y personal de Médicos Sin Fronteras, que han ayudado a forjar e impulsar un proyecto en la zona desde hace dos años.

Bienvenidos a Ijara, una zona propensa a sequías crónicas recurrentes y desnutrición crónica, con una elevada mortalidad materna y una alta incidencia de tuberculosis. Un distrito de unos 87.771 habitantes, donde MSF ha estado trabajando desde 2010 a 2012 promoviendo la salud sexual y reproductiva. Hoy estamos en el taller de traspaso organizado por MSF y otros actores.

MSF32126Cada día mueren unas 800 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. El centro de Kabezi (Burundi) ofrece servicios médicos a mujeres con embarazos o partos complicados. Fotografía de Francois Dumont / MSF.

En un distrito donde un hombre se vanagloria de que su mujer dé a luz en casa y el respeto y la valentía de la mujer dependen, entre otras cosas, del hecho de dar a luz en el hogar, una sólo puede imaginarse el esfuerzo y el tiempo que suponen unas convicciones tan fuertes. De hecho, hemos pasado dos años animando a las mujeres a visitar las unidades de control prenatal de los hospitales de de Sangailu y Hulugho.

Los niveles de analfabetismo (en términos de educación reglada y capacidad de leer y escribir) son bastante altos y esto afecta a la forma como la población elige acudir en busca de asistencia médica. Y digo ‘elige’ porque, por ejemplo, la decisión de una mujer de ir al hospital a dar a luz no necesariamente depende de ella sino de su esposo o compañero. Por consiguiente, si el marido no está convencido de la importancia de los partos institucionales, la mujer no tendrá permiso para ir al hospital y, por lo tanto, correrá riesgo de muerte en caso de complicaciones en el parto.

Además, hay creencias tradicionales enraizadas en la comunidad que acechan la seguridad de la maternidad: por ejemplo, durante mucho tiempo, las mujeres en Ijara han perdido a sus bebés debido a hemorragias durante y después del parto. La falta de conocimiento hace que la causa de su muerte se aduzca a un mal presagio o a otras supersticiones tradicionales.

Phanice  midwifePhanice, matrona en la sala materno-infantil de Ijara. Fotografía de Paul Ekeya / MSF

Ver ahora a una mujer hablar con toda tranquilidad de salud reproductiva y referirse a la hemorragia posparto utilizando sus siglas impresiona a cualquier médico, profesional sanitario o persona común y corriente. Ha sido un camino arduo y largo el que MSF tuvo que emprender para llegar hasta aquí.

Tras cambiarme de asiento a regañadientes y ubicarme en el lado reservado a las mujeres, me siento en cierto modo relajada, observando, esperando a ver como se desarrollan las cosas a medida que se va llenando la sala. La parte de los hombres se va completando con lentitud y ya hay más hombres que mujeres en la sala; los hombres siguen llegando así como algunas mujeres. De vez en cuando, giro la cabeza para mirar hacia atrás. Mientras las filas de los hombres se van llenando, me doy cuenta de la presencia de una mujer que ocupa dos asientos.

Así llegamos al momento en el que un hombre entra y toma asiento en el lado reservado a las mujeres. Pienso que debe ser forastero y espero para hablar con él durante la pausa sólo para confirmar mi deducción ¡pero resulta ser un miembro de la comunidad! Le pregunto si se había dado cuenta de que existía un patrón a la hora de sentarse en la sala pero mi comentario no le hace ninguna gracia. Me responde: “Sí, me he dado cuenta, pero creo que hubiera sido peor si una mujer se hubiese sentado en la parte de los hombres”. Eso basta para hacerme comprender el lugar que ocupan las mujeres en la comunidad.

Ijara WomenLa fila de las mujeres, al otro lado se situaban los asientos reservados para los hombres. Faith Schwieker-Miyandazi / MSF

Contrariamente a lo que temía, la participación de las mujeres durante la reunión es buena, especialmente considerando su reducido número. Se debe, quizás, a que se sienten libres de sentarse entre ellas, de compartir y airear sus opiniones sintiéndose seguras en su lado de la sala. Así lo comprendí.

Mirando hacia atrás, llego a comprender la situación. Quiero decir que no tiene por qué coincidir con mis esquemas o con una forma particular de hacer las cosas para que algo se perciba como correcto, normal o funcional.

Sin duda, llego a aceptar que esta comunidad tiene una forma de hacer las cosas, de sentarse en foros públicos, de airear sus opiniones en estos foros y de hacer sus cosas. La situación pudo haberme parecido inusual pero era aparentemente normal para otros. Así que, tanto si lo entiendo como si no, funciona y funciona para ellos. Sin embargo, todavía no he perdido la esperanza de que más hombres ocupen asientos en la parte de las mujeres o que las mujeres se sienten en la de los hombres la próxima vez. Con el tiempo, si esto ocurre, espero que ambos sexos puedan sentarse en cualquier lado y, aún así, sean capaces de expresar sus puntos de vista en la misma medida o tal vez no, ¡tal vez nunca!

Ahora sé que lo normal para una persona puede no serlo para otra, es así como las costumbres pueden entrar en conflicto. Sin embargo, si una norma que funciona para un pueblo y no crea problemas ni pone en peligro a una parte de la comunidad ni pisa los derechos de la población, ¿no se trata entonces de una norma ‘positiva’?

Con estos pensamientos me voy de Ijara sabiendo que el cambio es inevitable. Llevará algún tiempo, quizá poco o quizá mucho, pero sin lugar a dudas el cambio llegará y se sentirá. Sólo espero que cuando se produzca, independientemente de cómo tenga lugar, no altere los pasos ya dados por la comunidad en cuestiones de salud.

 

 

 

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Sobre los autores

Lola Huete Machado. Redactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.

Chema Caballero Chema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.

José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.

Ángeles JuradoÁngeles Jurado. Periodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.

Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.

Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...

Beatriz Leal Riesco Beatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

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