Moussa Konaté. Fotografía de Joan Tussell.
Corren
los años cincuenta del siglo pasado en Kita, una ciudad del oeste de Mali. En la
misión católica francesa, un niño maliense desgarbado pone sus manos
negras sobre la cubierta de un libro de Tintín y sella así su suerte. A partir
de Tintín, Moussa, que así se llama el niño, se enamora furiosamente
de la lectura. Con el tiempo, su pasión se extiende a la escritura y
luego amplía su mundo amatorio con la edición. Hoy, casi sesenta
años después, confiesa que no se arrepiente de esa querencia. Su sino, dice, es
morir escribiendo.
Moussa Konaté se repliega, todo ángulos agudos, en un sillón que le queda
pequeño en el patio de Casa África. Participa en el Salón Internacional
del Libro Africano (SILA) que se celebra estos días en Las Palmas de Gran
Canaria. Habla sosegadamente sobre el niño que fue, a caballo entre el
mundo de Tintín y el mundo que le rodeaba. Relata que su cabeza viajó
por las calles de París mientras sus pies descalzos pisaban el Mali rural
a punto de liberarse de Francia. Se acercaban los
tiempos de Modibo Keita, el afro-optimismo de las independencias y el
socialismo utópico de Sankara, Lumumba y otros líderes que hicieron soñar al
continente africano. Sin embargo, el Moussa niño no era consciente
del viraje de la historia en su país: se limitaba a flotar entre dos mundos,
obsesionado con las letras.
Moussa
Konaté fue tan feliz entre las páginas de Tintín que, al convertirse
en adulto, decidió abrir una editorial solo para que otros niños pudieran
disfrutar del placer que él experimentó en su infancia. Se llama Figuier,
higuera, y es, junto con el festival literario Étonnats Voyagers en
Bamako, el regalo más importante que supo y quiso hacer a sus
conciudadanos. "Deseaba que otros niños tuvieran acceso a libros, como yo
tuve la suerte de tener acceso a libros siendo pequeño -explica- Entré en la
edición por un sueño, no para enriquecerme". Tampoco proyecta
enriquecerse con su festival literario, cuya última edición se celebró en 2010
y que reúne a escritores de todo el mundo para itinerar por Gao, Tidal o
Tombuctú antes de converger en Bamako con la misión de debatir sobre
literatura, crear y donar libros a las bibliotecas escolares de la ciudad. Un
festival que ahora, dado lo que está sucediendo en el Norte con los fundamentalistas islámicos, no sabe cuándo regresará a Mali.
Moussa Konaté es una de las firmas de género negro africanas más conocida. Su
saga sobre el comisario Habid cuenta ya con cuatro títulos, el último de los
cuales se publicará en unos tres meses. En nuestro país, Almuzara
ha editado su obra El asesino de Banconi, traducida al español
por el también novelista de género negro Antonio Lozano.
Konaté
se tropezó con el género negro en los 60. "Fue una sorpresa para mí
-confiesa- Yo tengo formación clásica, con griego y latín. En
aquella época se pensaba en el género negro como un género menor, no como
literatura de calidad. Pero leí a un escritor belga, Georges Simenon, y cambió
mi percepción de ese tipo de literatura". Junto con Simenon, descubrió los
misterios del país dogón, donde los muertos se entierran en las alturas para
proteger a los vivos y es normal la convivencia con el misterio.
"Después de visitar el país dogón, me dí cuenta de que no conocía mi
propio país -recuerda- Se impuso a mí la realidad de un Mali muy diverso que
había que dar a conocer. La literatura policial es un instrumento para dar a
conocer las diferentes culturas que cohabitan en mi país". Su última
novela se centra en el universo tuareg, pero ya ha novelado crímenes en dogón,
bozo y malinké.
Mesa de la 'Literatura como herramienta de cambio' con Moussa Konaté,
Isselmou Ould Abdel Kader y Santiago Gil. Modera Alberto Gómez Font. En el SILA 2012, en Canarias. Foto: A.J.
Konaté es un hombre largo y pacífico, pero sostiene varios combates con la vehemencia determinada de un Sunyata.
Mantiene que no puede existir desarrollo en los países africanos sin las lenguas africanas, que no es posible alfabetizar a la población en el lenguaje de los colonizadores. También afirma que el conocimiento de las culturas que viven en Mali fue confiscado por los esos mismos colonizadores y que debe abordarse su comprensión desde la literatura. Sobre el conflicto que ahora divide a su país en dos, se queja amargamente de la falta de perspectiva de Occidente. "Se consideraba a Mali un país pacífico y democrático -recuerda- Pero sólo era un país con una fachada de democracia". Konaté acusa a la corrupción galopante y el apetito por los recursos naturales de Mali de la situación actual. "Si cae Mali, caerán los países de la región y después caerá Europa -afirma, antes de recordar que hay gente que sufre la sharia en ese norte de Mali que ahora parece suspendido en un limbo.
Moussa Konaté. Fotografía de A.J.
Arropado por una enorme chaqueta de punto, se levanta, despacioso, al concluir sus entrevistas y se despide bajito. Se dirige a otra conferencia, serio y concentrado, y no parece importarle que verse sobre la traducción del árabe al español, la relación entre mujer y literatura o los secretos de las novelas de Yasmina Khadra. Regresa a Francia después de esta brevísima visita a Canarias para seguir pensando en libros infantiles a precio asequible para los niños malienses, en festivales literarios a resucitar cuando amainen las tormentas y en excursiones del comisario Habid a otras culturas. También para seguir pensando en el calvario de su país, colapsado en pocos meses, dividido y a la deriva.
SILA estará el 20 de diciembre en Casa Árabe de Madrid, con debates y encuentros literarios. Ver nuestra página de Facebook.
Hay 4 Comentarios
Gracias, me ha encantado el artículo!
Publicado por: marina | 21/01/2013 22:43:05
Gracias, me ha encantado el artículo!
Publicado por: marina | 21/01/2013 22:43:03
La verdad que son cosas que no se pueden comprender, yo tambie´n había oído de esta historia antes....
Publicado por: tienda bolsos | 19/12/2012 3:49:08
SILA estuvo en Gran Canaria y me enteré por este blog...
Casa África y Casa Árabe, usan dinero público para figurar y editar libros carísimos, alquilar espacios y no avisan a una escritora africana residente en Canarias del Encuentro.
Publicado por: sameera | 18/12/2012 12:04:02