Desde otoño pasado que tuve el honor de participar en una de las actividades (*) del Observatorio del Programa de Cultura Contemporánea Próximo Futuro, en la Fundación Gulbenkian, en Lisboa, sigo muy de cerca sus actividades, organizadas de la mano de Antonio Pinto Ribeiro, Fatima Proenza y Lucia Marques, entre otros. Y siempre lamento no poder estar más cerca geográficamente para disfrutar y seguir un programa que incluye variedad de aspectos sobre África y los africanos, sobre las migraciones, la mezcla de culturas, lenguas y visiones mil de un mundo cada día más global y riquísimo... Siempre ofrecen debates, exposiciones, conciertos y ciclos de cine que merecen quedarse largo y tendido.
Estos días lo he sentido doblemente, porque en el auditorio al aire libre programaron dentro de su ciclo de cine la película Rewind, a cantanta for voice, tape and testimony, una obra (**) que tiene ya mucho recorrido pero que viene muy a cuento de la actualidad en Sudáfrica, el estado de salud de Mandela y lo que el líder sudafricano representa en la historia de su país, incluso la visita del presidente de EE UU, Barack Obama, y todo lo que se está escribiendo y diciendo en los últimos días.
"Hace mucho que las relaciones entre la música, el poder y la violencia constituyen para mí un tema de inquietud intelectual", escribía Pinto en su muro de Facebook este domingo. Y al ver estos breves minutos que les pongo arriba se entiende la razón. El trailer del filme es ya demoledor. "Ahora al ver esta película, Rewind de Liza Key, encuentro el mejor ejemplo... de cómo la música puede desvelar y deconstruir estas relaciones".
"Rodada durante el décimo aniversario (2006) de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (The Truth and Reconciliation Commission – TRC) que constituye un momento extraordinario de nuestras historia colectiva", dice la sinopsis, "la TRC fue una batalla por el perdón, en la que 21.000 víctimas contaron sus historias y 7.000 agresores confesaron sus crímenes...". El compositor sudafricano Philip Miller utilizó fragmentos de testimonios grabados, palabras, respiraciones, gemidos, susurros... hasta componer una banda sonora social, envolvente y angustiosa. Una obra excepcional y poco común, con entrevistas desgarradoras, imágenes de archivo y todo el ambiente de una época, que sirvió de revulsivo en todo el país. Aquí se pueden consultar una parte de la transcripción de la obra.
Este compositor ha colaborado en otros proyectos que muestran la angustia del exilio y la soledad del que migra, es perseguido o vive atrapado en el horror.
Y sí, oír apenas unos segundo en Rewind (título nacido de una frase de una de las entrevistadas, pidiéndole al tiempo y la historia una marcha atrás: "Ojalá la historia se pudiera rebobinar") provoca un gran desasosiego pues remite a desapariciones, asesinatos, torturas... a un tiempo oscuro que Sudáfrica ha intentado e intenta superar a través de métodos diversos y no siempre, naturalmente, lo efectivos que todos quisieran (como ocurre con todas las Comisiones de la Verdad, por otro lado). Consultar el archivo de la época del Nelson Mandela Centre of Memory o la página web de la TCR y, en ella, el registro abierto a comentarios de los ciudadanos donde expresan su culpa, escriben sobre su pesar por no haber sido más activos, por no haber dejado hacer a otros o haber participado más para impedir la barbarie y en pos de una sociedad más justa... Todo esto se percibe como un ejercicio imprescincible, necesario, una parte de la catarsis social obligada que permita poder partir en un momento dado tras la tormenta y desde un punto un poco más claro hacia un futuro común.
Tan importante y difícil esa tarea que sobra decir que países con más recorrido democrático en apariencia no se han atrevido ni siquiera a acercarse a ello, ni dar los pasos aproximados: en España mismo, con una de las mayores listas (cien mil) de desaparecidos del mundo y a día de hoy, el trabajo sobre la memoria histórica sigue siendo la gran asignatura pendiente de nuestra historia más reciente.
He aquí una entrevista en #123 donde Philip Miller habla de sus colaboraciones con el dibujante William Kentridge (bien comprometido también, ha pasdo por el MACBA, MOMA, la Tate) en el filme Felix in Exile, (1994), ilustraciones alegóricas que muestran sus vivencias, su experiencia de primera mano sobre el partheid y su disolución, plasmadas en distintas obras.
Próximo Futuro ha programado también en la sede de la Fundación Gulbenkian (en la galería de exposiciones temporales) la muestra Present Tense con una lista de fotógrafos del África más sureña como Délio Jasse, Dillon Marsh, Filipe Branquinho (foto debajo), Guy Tillim, Jo Ractliffe, Kiluanji Kia Henda, Mack Magagane, Malala Andrialavidrazana, Mauro Pinto, Paul Samuels, Pieter Hugo, Sabelo Mlangeni, Sammy Baloji e Tsvangirayi Mukwazhi. Un festín del que hablaremos antes de que cierre sus puertas el próximo 1 de septiembre.
Y naturalmente invitamos a Antonio Pinto Ribeiro a contarnos aquí todos los detalles necesarios para recorrerla. Porque también la fotografía es arte y parte. Espejo y reflejo de las relaciones de poder y violencia.
(*) Enlace a la grabación del simposium sobre el tratamiento de África en los medios.
(**) El vídeo está tomado del archivo del Southbank Center londinense, cuyo archivo de Youtoube recomiendo.
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