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Lola Huete Machado

Poesía o cuchillas

Por: | 14 de febrero de 2014

Por Luis Luna (*)

Decía Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo. Ahora que ha muerto, tal vez convenga recordar esa frase a todos los líderes mundiales que acudieron a sus exequias. Y recordarles también que Mandela fue encarcelado por aquellos que pretendían mantener el régimen de segregación imperante en Sudáfrica, soslayado, en su momento, por algunas de esas potencias mundiales.

La educación, tan maltratada en nuestro país, evitaría, por ejemplo, que se produjeran redadas donde se identifica a seres humanos por sus rasgos o color de piel y evitaría ese gran monumento a la ignominia que se alza en nuestras fronteras con Marruecos. Ese gran adefesio que ahora se quiere coronar con cuchillas, llamadas, en otro retruécano de lenguaje, 'concertinas'.

¿Qué concierto de horror y sangre se quiere ofrecer? Se ignoran, de nuevo, cada una de las preciosas gotas de sangre que derraman nuestros hermanos africanos por venir a países que ya les han utilizado y rechazado en un ciclo sin fin.

Léopold Sédar Senghor (Senegal 1906-2001) escribió sobre este rechazo en su libro Hostias negras (1936-1945). En él versifica aquello que era una verdad dolorosa: el olvido, por parte de los europeos, de los africanos que lucharon y murieron en la II Guerra Mundial. Para resarcirse de ese olvido, el gran padre de la patria senegalesa desarrolló, junto con Aimé Césaire y el más desconocido Léon-Gontran Damas el concepto de negritud, muy revisado hoy, pero que en aquel momento significaba la defensa de lo africano como valor y virtud. Curiosamente, los tres fueron grandes poetas. Y precisamente es su poesía la que nos puede servir como verdadera defensa frente al odio y el miedo de quienes esgrimen raza o etnia para significar delincuencia o terrorismo.

Veamos lo que dice Shengor al respecto en su poema Oración a las máscaras:

"¡Máscaras! ¡Oh máscaras! / Máscara negra, máscara roja, / máscaras blanquinegras./Máscaras de todo horizonte / de donde sopla el Espíritu, / os saludo en silencio.// Y no a ti el último Antepasado / de cabeza de León.// Guardáis este lugar prohibido/a toda sonrisa de mujer, / a toda sonrisa que se marchita. Destiláis ese aire de eternidad / en el que respiro el aliento de mis Padres.// Máscaras de rostros sin máscara, / despojados de todo hoyuelo y de toda arruga, / que habéis compuesto este retrato, / este rostro mío inclinado sobre el altar de blanco papel.//  A vuestra imagen, ¡escuchadme! / Ya se muere el África de los imperios, / es la agonía de una princesa deplorable.// Y también Europa / a la que nos une el cordón umbilical. / Fijad vuestros ojos inmutables / en vuestros hijos dominados que dan su vida / como el pobre su última ropa./ Que respondamos con nuestra presencia/ al renacer del mundo,/ como es necesaria la levadura a la harina blanca./¿Pues quién enseñaría el ritmo de las máquinas/ y de los cañones al mundo desaparecido?/ ¿Quién daría el grito de alegría para despertar/ a muertos y a huérfanos al amanecer?/ Decid, ¿quién devolvería el recuerdo de la vida/ al hombre de esperanzas rotas?// Nos llaman los hombres del algodón,/ del café, del aceite,/ nos llaman los hombres de la muerte./ Somos los hombres de la danza,/cuyos pies recobran fuerza/ al golpear el duro suelo".

Este mundo nuevo, donde las máscaras han desaparecido, contrasta fuertemente con el antiguo, del que habla Léon-Gontran Damas en su poema Saldo:

"Tengo la sensación de verme ridículo/ con sus zapatos/ con su esmoquin/con su pechera/ con su cuello postizo/ con su monóculo/ con su bombín.// Tengo la sensación de verme ridículo/ con mis dedos de los pies que no están hechos / para sudar de la mañana a la noche que desnuda/ con la fajadura que debilita mis miembros / y le quita a mi cuerpo su belleza de taparrabo // Tengo la sensación de verme ridículo/ con mi cuello de chimenea de fábrica/ con estos dolores de cabeza que cesan/ cada vez que saludo a alguien.// Tengo la sensación de verme ridículo/ en sus salones/ con sus maneras/ con sus zalemas/ en su múltiple necesidad de monerías. // Tengo la sensación de verme ridículo/ con todo lo que cuentan/ hasta que por la tarde te sirven/ un poco de agua caliente/ y pasteles constipados.// Tengo la sensación de verme ridículo/ con las teorías que ellos condimentan/ al gusto de sus necesidades/ de sus pasiones/de sus instintos que despiertan por la noche/ en forma de alabancero.// Tengo la sensación de verme ridículo/ entre ellos cómplice/entre ellos partidario/ entre ellos degollador/ con las manos terriblemente rojas/ de la sangre de su ci-vi-li-za-ción".

En ambos subyace el maltrato hacia el pueblo africano, así como la esperanza de un futuro mejor, que debemos construir entre todos, con la ayuda de esa educación que pedía Mandela y cuyo legado e inconformismo no deben quedar en el olvido.

Así lo dijo también Aimé Césaire en su poema Lejos de los días pasados:

"Pueblo mío/ cuando/ lejos de los días pasados/ renazca una cabeza bien puesta sobre/ tus hombros/ reanuda/ la palabra/ despide a los traidores/ y a los amos/ recobrarás el pan y la tierra bendita/ tierra restituida// cuando dejes de ser un juguete sombrío/ en el carnaval de los otros/ o en los campos ajenos/ el espantapájaros desechado/ mañana/ cuando mañana pueblo mío/ la derrota del mercenario/ termine en fiesta// la vergüenza de occidente se quedará/ en el corazón de la caña/ pueblo despierta del mal sueño/ pueblo de abismo remotos /pueblo de pesadillas dominantes/ pueblo noctámbulo amante del trueno furioso/ mañana estarás muy alto muy dulce muy/ crecido/ y a la marejada tormentosa de las tierras/ sucederá el arado saludable con otra tempestad".

Que así sea.

(*) Luis Luna (Madrid, 1975) es poeta. Ha publicado los poemarios 'Cuaderno del guardabosque', 'Al-Rihla' ('El viaje'), 'Territorio en penumbra' y 'Umbilical', ente otras obras. Imparte clases en la Escuela de Escritores

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Sobre los autores

Lola Huete Machado. Redactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.

Chema Caballero Chema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.

José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.

Ángeles JuradoÁngeles Jurado. Periodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.

Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.

Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...

Beatriz Leal Riesco Beatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

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