Ali Farka Touré ha sido uno de los grandes músicos de todos los tiempos de su país, Malí, y de África occidental. También es considerado uno de mejores guitarristas a nivel mundial, aunque hasta los años 80 del siglo pasado, cuando ya se aproximaba a los 50, no empezó a ser bien conocido fuera de su continente.
Nunca supo la fecha exacta de su nacimiento pero la fijó en torno a 1939, en una aldea llamada Kanau, a nos cincuenta kilómetros de Tombuctú. Su apodo, Farka, significa asno, animal admirado por su tenacidad. Característica que demostró desde su infancia, ya que fue el único hijo que sobrevivió de los diez que dio a luz su madre. A él siempre le gustó bromear con este mote diciendo: “yo soy el asno que nadie puede montar”.
Foto FanartTV.
Su padre era militar en el ejército francés y murió en combate durante la II Guerra Mundial. Tras esta pérdida, la familia se trasladó hacia el sur, a un pueblo situado a unos 100 kilómetros de Bamako, llamando Niafunké. Aunque procedente de familia noble, Ali no tuvo otra salida que cultivar los campos de la familia. Su paso por la escuela fue muy breve. Desde pequeño manifestó un gran interés por la música iniciándose en diversos instrumentos tradicionales malienses, en cuya práctica pasaba la mayoría de su tiempo libre. Durante este periodo de su vida, se aficionó a la radio donde escuchaba canciones que luego interpreta en su propia aldea.
Años más tarde, tuvo la oportunidad de ver actuar a Fodéba Keïta, artista de Guinea Conakry que con la compañía de teatro que había fundado recorría toda África occidental. Este destacaba, entre otras muchas cosas, por su forma de tocar el guitarra, hecho que impresionó grandemente al joven Ali. Tuvo que ser un momento mágico para él porque desde aquel momento optó, definitivamente, por este instrumento.
Para ir abriendo boca escuchamos el tema Ai du, perteneciente al álbum Taliking Timbuktu, lanzado en 1994.
El joven Ali realizó varios trabajos para sobrevivir: taxista, conductor de una barca-ambulancia o mecánico de coches, pero las noches las dedicaba a practicar la guitarra, la percusión e incluso el acordeón. También aprendió a cantar en más de diez idiomas.
Tuvo la suerte de conocer a Amadou Hampâté Ba y junto a él recorrió el país grabando canciones tradicionales.
En 1960, Malí adquirió su independencia y el nuevo gobierno de Madibo Keïta lanzó una política cultural, muy parecida a la de otras naciones recientemente independizadas, que, entre otras cosas, promovía la música tradicional maliense. Gracias a esta corriente, Touré pudo fundar su primer grupo musical, La troupe 117, justo porque este era el número de miembros de la banda. Con ella actuó por todo el país. En 1968, saldría por primera vez de Malí para representar a su país en un festival que tuvo lugar en Sofía, la capital de Bulgaria. Allí pudo comprar su primera guitarra.
En 1970, se instaló en Monpti, para luego trasladarse a Bamako donde formó parte de la orquesta de la Radio de Malí, donde también empezó a trabajar como ingeniero de sonido. Gracias a este trabajo tuvo la oportunidad de escuchar a artistas occidentales, en especial a Otis Redding y a James Brown, entre muchos otros.
En 1976 se dio a conocer su primer disco, Farka, que tuvo un éxito enorme en Malí, lo que le permitió hacer una gira por diversos países de África occidental. Es en este momento cuando empieza a interesarse por el blues.
En 1987 publicó el álbum Ali Farka Touré que es el que le da a conocer en los países occidentales y le permite entrar en contacto con músicos de allí. Empieza a hacer giras por Estados Unidos, Europa, Japón… También se reeditan sus trabajos anteriores. Abrumado por tanto éxito busca la paz y vuelva a instalarse en la aldea en la que creció, Niafunké. En 1990, salieron dos nuevos trabajos, The river y African Blues, que terminó de catapultarlo a la fama.
Escuchamos el tema que le da título al primero.
En 1994 grabó Talking Timbuktu, álbum en el que colaboró Ry Cooder y por el que obtendría un premio Grammy. De él escuchamos el tema Diaraby.
En 1996 apareció el disco Radio Mali, cantando en varios idiomas. En 1999 salió Niafunké, donde regresaba a las raíces de la música tradicional africana. Grabado en su propia casa, en este trabajo el cantante habla del Apartheid, de la educación, del trabajo o de la justicia. De este álbum vamos a escuchar el tema Mali Dje.
Daba la impresión de que este iba a ser su último álbum ya que el artista parecía más interesado en refugiarse en su pueblo y dedicarse al cultivo del arroz en su granja y a la instalación de bombas de agua para traerla desde el río Níger y favorecer el riego de los campos.
En 2001, le convencieron para aparecer en el documental Ali Farka Touré: Ça coule de source, dirigido por Yves Billon y Henry Lecomte. El cual podemos ver a continuación.
En 2001, vuelve a aparecer en otro documental: Ali Farka Touré, le miel n’est jamais bon dans une seule bouche, dirigido por Marc Hauraux. De este podemos ver el trailer.
En 2004 fue nombrado alcalde de Niafunké cargo que ostentó hasta su muerte. Con su propio dinero asfaltó las calles del pueblo, construyó varios canales para traer el agua al puebo y puso en marcha un generador para proporcionar electricidad. También creó un festival de jazz y un centro para la formación de artistas jóvenes y su introducción a la música tradicional.
A pesar de que todo apuntaba a que no iba a grabar nunca más, cosa que el incentivaba diciendo que aunque en sus documentos apareciera que él era un artista, en realidad solo era un agricultor, en 2005, grabó, junto al intérprete de kora Toumani Diabaté, el álbum In the Heart of the Moon, por el que obtuvo su segundo Grammy. Escuchamos el tema Kala Djula perteneciente a este trabajo.
Un año más tarde moriría de cáncer de huesos en Bamako, dejando tras él 11 hijos e hijas; alguno de los varones ha seguido sus pasos, como es el caso de Vieux Farka Touré. Pocos días después su casa discográfica anunciaba que acababa de grabar un nuevo álbum en solitario, Savane.
En 2010, se publicó Ali y Toumani, con el material proveniente de algunas sesiones que habían tenido los dos artistas.
Para despedirnos tenemos el álbum de Savane al completo.
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