Lola Huete Machado

Noche en Bangui

Por: | 05 de agosto de 2015

Autor invitado: Gaetan Kabasha (*)

Estoy sentado delante de mi habitación en el centro de acogida misionero de Bangui, detrás de la catedral, contemplando la luna llena que se impone majestuosa un cielo lleno de estrellas. En frente, está el monte Bazabangui cubierto de bosques que perfilan su figura con una negra masa arbórea. El mítico letrero de “Bangui” que, antes lucía en ese monte se ha apagado, igual que los de media ciudad. Todo está tranquilo, como si fuera una noche de cualquier ciudad. Ningún ruido altera la calma y, lo que es más significativo, no se oyen disparos. Nada hace sospechar que estoy en un país altamente desestructurado por los enfrentamientos violentos y las reiteradas violaciones de derechos humanos.

Acabo de llegar a este país después de cuatro años de ausencia. Todo ha cambiado, y ha ido de mal en peor. En muy poco tiempo, Bangui dejo de ser “Bangui la coquette” (la hermosa) y se transformó en lo que la gente aquí llama irónicamente “Bangui la roquette” (la bomba). Los habitantes de Bangui llevan dos años acostumbrados a recluirse en casa a la caída de la noche por miedo a los disturbios que, muchas veces, se cobran vidas inocentes. Sin embargo, últimamente, como si los enfrentados se hubieran cansado y las fuerzas internacionales hubieran doblado sus esfuerzos de pacificación, las aguas parecen estar volviendo a su cauce.

Unnamed (2)

He pasado todo el día visitando diversos barrios para comprobar el ánimo de sus gentes. Todos me dicen lo mismo, están cansados de la guerra, desean la paz, pero no saben cómo conseguirla. Los taxis que siempre van lleno como cajetillas de tabaco circulan ya por la gran parte de la ciudad. Hasta los barrios más conflictivos empiezan a recobrar vida. A parte de algunos atracos nocturnos en los barrios periféricos el nivel de conflictividad parece haberse reducido. Ya no hay enfrentamientos abiertos entre los Seleka y los Antibalaka.

Los militares oficiales del gobierno central no están armados. Desde que fueron deshechos por los Seleka en marzo de 2013, dejaron de existir hasta que se constituya un nuevo más profesional. Sin embargo, en todos los sitios comunes, se observa la presencia de militares de uniforme, fuera de servicio, pero sin armas. Son muchos los que serán desmovilizados a la hora de hacer la selección para un nuevo ejército, cuya formación se llevará a cabo por un continente constituido para ese fin y en el que se integran militares españoles.  

En estos momentos, el gobierno tiene desplegadas brigadas mixtas compuestas por policías y militares y son ellos los que apoyan a las fuerzas internacionales para vigilar el orden en las calles durante la noche. Sin embargo, a ciertas horas de la noche, existen todavía barrios intransitables por miedo a cruzarse con los atracadores armados que andan saqueando las casas vacías e incluso habitadas. En el centro de la ciudad, no se aprecia indicios de inseguridad. Hasta ciertas horas de la noche, se puede oír todavía la música en los bares. A medida que avanza la noche y llega la madrugada, la circulación se va reduciendo progresivamente hasta que se instala la plena quietud, el silencio total, prólogo del amanecer.

La ciudad de Bangui nunca ha estado bien bastecida de electricidad. Ya antes de la guerra, había apagones regulares por insuficiencia de la energía eléctrica producida por la única central del país. Con la guerra, las cosas van peor. Muchos sitios pasan varios días o noches sin luz. Y no parece que el problema vaya a resolverse a corto plazo.

En distintos rincones de la ciudad, se pueden leer carteles que anuncian el censo electoral. Las autoridades provisionales piden a la población en edad electoral, inscribirse en las listas. Se supone que la operación se extiende a todo el país. En efecto, todos están esperanzados ante la llegada de las elecciones generales que deberán tener lugar en el próximo mes de octubre.

Aunque se camina lentamente, parece que la República de Centroáfica se dirige con paso firme hacia la paz.

(*) Gaetan Kabasha, africano de nacimiento y de cultura, vive actualmente en España. Está preparando una tesis doctoral en filosofía sobre temas de las violencias y conflictos. Se interesa mucho de la actualidad política y económica del África subsahariana. Tiene un blog sobre esos temas titulado Afroanalisis: www.afroanalisis.blogspot.com 

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Sobre los autores

Lola Huete Machado. Redactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.

Chema Caballero Chema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.

José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.

Ángeles JuradoÁngeles Jurado. Periodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.

Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.

Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...

Beatriz Leal Riesco Beatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

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