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Lola Huete Machado

Mozambique está limpia de minas antipersonas

Por: | 29 de septiembre de 2015

Mozambique ha desactivado la última mina antipersona que existía en su territorio. Después de  dos décadas se consigue así remover todos los explosivos.  Sin embargo, todavía quedan muchas de estas armas enterradas en suelo africano y parece que los gobiernos no están haciendo todos los esfuerzos necesarios para desactivarlas y atender a las víctimas. Por eso estas empiezan a organizarse para pedir responsabilidades a sus gobernantes.

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Desactivando minas antipersonas en Mozambique. Foto: This is Africa

El pasado 17 de septiembre, el gobierno mozambiqueño anunciaba que su territorio quedaba libre de minas antipersonas. Según Halo Trust, la ONG británica que ha liderado la limpieza del país, 171.000 minas han sido desarticuladas.

Los 15 años de guerra civil que vivió Mozambique (1977-1992) se llevaron por delante más de un millón de vidas. Además, alrededor de cinco millones de personas tuvieron que huir de sus hogares y Mozambique se convirtió en uno de los países con más minas antipersonas del mundo. Como consecuencia de esto, cientos de personas, muchas de ellos niños, fueron heridas o resultaron muertas por causa de sus explosiones. Las minas fueron plantadas, principalmente, cerca de estructuras claves como presas, puentes o torres de electricidad.

Halo comenzó su programa pionero de limpieza de minas en 1993. Ahora, gracias a su trabajo y al de otras ONG, los 26 millones de habitantes que tiene Mozambique podrán cultivar sus tierras y cuidar sus ganados de forma segura. También el acceso a las minas de gas y carbón, principalmente, el desarrollo de la industria turística o, incluso, la captación de inversiones extranjeras se verán beneficiadas de la nueva situación del país.

A pesar de esta buena noticia, conviene recordar que todavía son muchos los países africanos que tienen gran cantidad de minas antipersonales en sus territorios e incluso otros donde se están plantando en la actualidad.

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Viajando a la frontera de Angola con Jo Ractliffe

Por: | 28 de septiembre de 2015

2. Roadside stall on the way to Viana

Jo Ractliffe (Sudáfrica, nacida en 1961). Roadside stall on the way to Viana, 2007. De la serie Terreno Ocupado. Impersión Inkjet, 2015. Préstamo de la artista, cortesía Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburg © Jo Ractliffe. Cortesía de Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo. 

Nacida en Ciudad del Cabo en 1961, Jo Ractliffe se asomaba a la pubertad cuando estalló la guerra civil en la vecina Angola (1975-2002). El estado de excepción y la violencia armada no le eran desconocidas viviendo en la Sudáfrica del apartheid, uno de los países combatientes en la Guerra de la frontera (1966-1989). Este conflicto se convertiría, con su duración de décadas, en uno los más brutales y con mayores ramificaciones históricas del África postcolonial, en el que se midieron las fuerzas los dos bloques de la guerra fría: Sudáfrica con los rebeldes de la UNITA, apoyados por los EEUU y sus aliados, frente al bando formado por Angola, el Congreso Nacional Africano y la SWAPO de Namibia respaldados por Cuba y la URSS.

Todavía hoy desconocemos la cifra exacta de víctimas y el número de mercenarios a sueldo enviados por Occidente. Lo que sí sabemos es que sería determinante para el final del régimen del apartheid y para la configuración geopolítica y económica actual de la región. Para una chica sudafricana de entonces, los territorios bélicos de Angola y la actual Namibia existían como "un lugar abstracto y silenciado adonde destinaban a hermanos y novios a cumplir el servicio militar". En el interior de esta artista en ciernes iba forjándose el ansia de enfrentarse a estos espacios armada con su cámara Diana.

Ya adulta, Ractliffe viaja a Angola, Namibia y la frontera de Sudáfrica para recuperar su historia compleja valiéndose de su medio predilecto: la fotografía. Las tres series -Terreno Ocupado; As Terras do Film do Mundo y The Borderlands- que se pueden ver hasta marzo en la sala 914 del Museo Metropolitano de Nueva York -MET- bajo el título The Aftermath of Conflict. Jo Ractilffe's Photographs of Angola and South Africa, son el resultado de un trabajo comenzado en el 2007 que se dilataría más allá de un lustro. Las fotografías seleccionadas componen una de las reflexiones visuales de mayor impacto sobre una región convulsionada y marcada a hierro por los delirios de la historia. La exposición se ha organizado por el MET en consunción con Kongo: Power and Majesty, cuyas obras coinciden en parte con las localizaciones de las fotografías de Ractliffe. 146 obras maestras de finales del siglo XV hasta el siglo pasado, realizadas por artistas de la zona geográfica que en buena medida corresponde hoy con Angola, desafían nuestra concepción eurocéntrica de la modernidad.

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Compromiso y música (132): Buscando la verdad

Por: | 26 de septiembre de 2015

Nigeria (con un toque sierraleonés), Malí, República Democrática del Congo, Camerún y Senegal son los países que visitamos hoy a través de los últimos éxitos musicales que nos han llegado desde África. Como ya va siendo costumbre, tenemos un poco de todo, desde promoción turística hasta búsqueda de identidad, desde música del exilio a reivindicaciones feministas, para que cada uno se quede con lo que más le guste.

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Baloji y Kongo Astronauts en su viaje por la RDC. Foto Youtube

El actor británico Idris Elba (Mandela. Del mito al hombre, the Wire…), de padre sierraleonés y madre ghanesa, empezó su carrera como DJ bajo el nombre artístico de Driss. Más tarde cambiaría la música por la tele, el teatro y el cine. Sin embargo, nunca olvida sus orígenes y de vez en cuando le gusta colaborar con artistas africanos. Esta es una de las razones por las que aparece en el último tema del nigeriano D’Banj titulado Confidential. En él, en su corta intervención, presume de su origen sierraleonés y de hablar la lengua franca de ese país, el krio. La canción también cuenta con la colaboración del rapero nigeriano Shadow Boxxer. El vídeo que acompaña al tema está rodado en blanco y negro y muestra una especie de disputa ente D’Banj y Shadow Boxxer por quedarse con todas las chicas que aparecen en él que, por cierto, son bastantes.

 

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Debates radiofónicos sobre derechos y policía en Kibera

Por: | 25 de septiembre de 2015

De Kajuju Maore, Camille Roch

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Philip Muhatia (a la derecha) anima la charla sobre la reforma policial en el Programa de Radio sobre Derechos, rebautizado posteriormente Cambio con la Policía, Nairobi (Kenia) © Amnistía Internacional Kenia

Cada primer jueves de mes, en Pamoja FM, el periodista Philip Muhatia se prepara para su programa Change with the Police (Cambio con la policía). A las 7:00 de la mañana está listo para el debate en vivo de una hora en el que se responderá a las preguntas de los residentes del barrio de Kibera (Kenia), el mayor barrio marginal urbano del este y el centro de África (situado al sur de Nairobi).

Philip Muhatia, conocido también como el león que come seres humanos, es la voz que está detrás de Cambio con la policía. Una vez al mes habla de derechos humanos y reformas policiales. El espacio se emite desde abril de 2015 con el fin de mejorar la participación de la ciudadanía a través de la educación en derechos humanos. Aproximadamente 2.000 personas siguen la conversación en vivo en la que una serie de expertos debate sobre los cambios y responde a las preguntas o comentarios de los oyentes.

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Espacio, reflexión y territorio: nueva fotografía africana

Por: | 23 de septiembre de 2015

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Mame-Diarra Niang, Satellite 1, de “Metropolis,” 2015. Cortesía de The Walther Collection y Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.

En abril del año 2011, el Walther Collection Project Space abría sus puertas en el West Chelsea Arts Building, uno de los centros expositivos de referencia de Manhattan. Su fundador, el coleccionista germano-americano Artur Walther, obsequiaba al público norteamericano con un espacio anexo al de la sede matriz de la colección, ubicada en la ciudad bávara Neu-Ulm e inaugurada con antelación de meses. En aquella fecha ilustre, el profesor y comisario Okwui Enwezor, director de la última Bienal de Venecia, montó la ambiciosa exposición Events of the Self: Portraiture and Social Identity, donde se pudieron ver obras de tres generaciones de artistas y fotógrafos africanos junto a fotografías de sus contrapartes alemanes. Para la apertura neoyorquina se pidió a la fotógrafa sudafricana Jo Ractliffe una serie de paisajes de la Angola contemporánea devastada por la guerra. Ambas muestras llamaron la atención de especialistas y prensa, recibiendo una calurosa acogida. Además, la intención expresa de la Walther Collection de investigar con nuevas y renovadas herramientas teórico-críticas sobre la fotografía y el vídeo contemporáneos de procedencias, estilos y períodos diversos auguraba a la institución un futuro prometedor aunque complicado por la gravedad de la empresa. En su primer lustro de funcionamiento, exposiciones, catálogos y eventos diversos han confirmado con creces su misión original.

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Edson Chagas, Found Not Taken, Luanda, 2013. Cortesía de The Walther Collection y Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.

Una media admirable de dos y hasta tres exposiciones anuales, el énfasis en África y su diáspora y la calidad de una agenda heterogénea de charlas y presentaciones, han convertido a la sala neoyorquina en referente del arte fotográfico africano a nivel global, sobrepasando el objetivo inicial de traer parte de la colección a América del Norte. Las limitaciones espaciales impuestas por una sala única con una pequeña habitación-librería (dispuesta en ocasiones a modo de habitáculo de proyección), se salvan por la calidad de los artistas seleccionados y por un refinado trabajo curatorial, en sintonía con las últimas investigaciones académicas y análisis de vanguardia. Partiendo de obras de la colección y de nuevas adquisiciones, y con la pretensión de expandir la comprensión de los espectadores de la propia historia y naturaleza del medio fotográfico, la labor curatorial ha logrado crear enriquecedores diálogos entorno a temas y conceptos artísticos, sociales y culturales en boga, alcanzando como resultado la visibilidad de una vasta nómina de artistas africanos y diaspóricos desconocidos, inclusive, entre el colectivo de los amantes del arte más formados.

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Tecnología en las colinas

Por: | 21 de septiembre de 2015

Autor invitado: Gaetan Kabasha (*)

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Un señor quiere enviar dinero a su hijo que cursa estudios en el otro rincón del país, llama a su vecino que hace poco acabó la universidad y le dice:

  - Quiero enviar dinero a mi hijo.

  - ¿Cuánto? –pregunta el vecino.

  - Cinco mil francos ruandeses.

  - Es muy fácil, dame el dinero, su nombre y su ubicación.

Con este sencillo diálogo, el joven universitario teclea su teléfono móvil durante unos segundos, recibe los cinco mil francos y dice al señor:

  - Tu hijo ya tiene su dinero

No es un mito ni una exageración. Presencié esta escena en una de las colinas de Ruanda hace apenas un mes. Me quedé sorprendido y abrumado por este avance de la tecnología, puesto de manifiesto en un país subdesarrollado, algo que, ni siquiera, nunca había visto todavía en Europa.

Al preguntar, me dijeron que el sistema se llama “mobile banking”, es decir un banco que se mueve. En realidad, es un banco virtual situado en el teléfono del joven universitario, pero es un banco de verdad y no un juego. No es tan complicado como se puede imaginar. Cuando te explican el mecanismo, entiendes muy rápidamente que no se trata de ningún milagro. Es sencillamente una de las buenas cosas que puede traer la tecnología. El titular del móvil, cobra por el número de gestiones y el dinero que mueve en cada operación. Este sistema le estimula a buscar clientes para aumentar sus ingresos, es decir que el banco móvil es también un puesto de trabajo. Para ser miembro de esta red de banco móvil, hace falta inscribirse en la compañía que promueve este sistema y depositar una cantidad de dinero como garantía. La eficacia está desde luego garantizada.

En Ruanda, el país de las mil colinas donde le paisaje se impone con una belleza extraordinaria, la tecnología está siendo un motor de desarrollo. Para empezar casi todo el mundo dispone de un teléfono móvil hasta en los rincones más remotos del país. La situación geográfica y la pequeñez del territorio nacional hacen de Ruanda un sitio privilegiado para extender la cobertura a todos. Pero lo más interesante es que el teléfono no solamente sirve para las llamadas sino que está siendo un instrumento para otras muchas facilidades. Muchas aplicaciones están siendo ensayadas haciendo de Ruanda un país en la dinámica de la modernidad tecnológica.

Ya nadie se desplaza a los grandes centros para pagar sus impuestos u otras facturas ni es necesario ir a las agencias para hacer una tarjeta de embarque para los viajeros. Igual que en los países avanzados, el checking-in se hace por internet dentro del móvil. Todas las compañías tienen la opción internet en sus ofertas.

Una de las aplicaciones más llamativas es la compra de la corriente eléctrica por móvil. Uno sin irse de su casa, compra la cantidad de energía que necesita tecleando un código previamente recibido y activando así su cuenta en la compañía eléctrica. En un instante, llega la electricidad correspondiente al dinero pagado. La ventaja de esta aplicación está en que cada uno paga lo que realmente consume y nada más. Evidentemente, esto supone que haya una red eléctrica instalada en casa. Y eso es también otro de los avances que se observan en este pequeño país.

En los últimos años, se ha intensificado la distribución de la electricidad en muchos sitios. He podido ver cómo los habitantes se unen para contribuir con dinero y mano de obra con el fin de poder hacer llegar la electricidad a sus hogares. Una vez que la contribución fijada por la empresa pública de energía está lista, el Estado se encarga de completar y conducir las líneas de corriente. El objetivo oficial sería llegar a poder abastecer a 75% de la población. Sorprende ver cómo en pocos años, la electricidad ha dejado de ser un objeto de lujo para llegar a la mayoría de los centros en el interior del país e incluso subiendo las montañas para llegar a los hogares dispersos por aquí y por allá.

Bien es verdad que hay muchos cortes debidos a que la producción es todavía insuficiente. En todo caso, hay una evidencia: Ruanda ha entrado en la dinámica de la corriente mundial de la tecnología y esta, ineludiblemente, necesita electricidad.

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Cocina eléctrica con piedras volcánicas.

A raíz de estos hechos, muchos jóvenes empiezan a poner en marcha su creatividad. Me sorprendió uno que acababa de inventar una cocina que utiliza las piedras volcánicas y un consumo mínimo de electricidad. La corriente calienta las piedras y estas, retienen el calor y calientan la cacerola. Con este “cacharro”, muy sencillo y barato, se consigue ahorrar la madera que se está convirtiendo en un bien escaso en un país tan sobrepoblado como Ruanda. Es una muestra de cómo cuando se libera espacio, los hombres son capaces de utilizar su inteligencia y hallar bienestar ellos mismos. El problema del fabricante, licenciado en física, según me contó, es la protección de su invento que de repente aparece en el mercado después de ser pirateado. Y eso ya no es un tema de desarrollo tecnológico, sino político y social, concretamente, legal.

En la misma dinámica, se observan a los policías sobre la carretera con aparatitos que miden la velocidad de los coches. No son aparatos inventados en Ruanda pero es una verdadera revolución en la región de los Grandes Lagos. Con esos aparatos, ya no se puede multar a alguien sin clara seguridad de haber infligido las reglas  de circulación. Igual que los radares móviles que uno encuentra en los países avanzados, y a los que estamos tan acostumbrados en nuestras carreteras, esos aparatos manuales te indican con exactitud la velocidad a la que va el coche.

Se puede discrepar sobre el sistema de desarrollo que se está planteando en algunos países africanos pero hay una cosa innegable: la tecnología avanza a pasos agigantados y no se podrá concebir el futuro sin ella. Ningún país puede sustraerse de los elementos que están a la base de la globalización.

Fotos del autor.

(*) Gaetan Kabasha, africano de nacimiento y de cultura, vive actualmente en España y prepara su tesis doctoral en filosofía sobre violencias y conflictos. Se interesa mucho por la actualidad política y económica del África subsahariana. Autor de un blog titulado Afroanalisis, donde analiza los asuntos africanos.

 

El jazz sigue naciendo en este continente: las 'jam eurobereber' de Rabat

Por: | 19 de septiembre de 2015

Los finlandeses locos, divertidos y talentosos del Mopo Trío ya no serán los mismos después de pisar suelo africano y escuchar cómo suena su música en una jam session con instrumentistas del Sahara o del Sahel. Los nórdicos contaron que era su primera vez en Marruecos y, de hecho, su primera vez en este continente, y dieron paso a los invitados locales para culminar su actuación con fusión amazigh-escandinava. Y entonces su experiencia jazzera con destellos punk se transformó en algo providencial, místico casi, gracias a la incorporación de los músicos del Inouraz Quartet, su guembri y su outar, (los instrumentos del folklore magrebí). Esto ocurrió durante la noche de apertura de la 20º edición del Festival Jazz au Chellah, que se celebra en Rabat, la capital marroquí, hasta el domingo 20.
 

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Los muros de una fortaleza emblemática -la necrópolis merínide Chellah- ponen el marco al encuentro del jazz y el gnawa: en este caso, Gabacho Maroconnection.

Oimos la cadencia del desierto, con la percusión a paso de camello, o el swing del macizo del Atlas,  intuimos  los paisajes. Son cuerdas percutidas, voces, cuero, latas, maderas, que cuentan cosas de allá de donde vienen. Y nada es lo mismo a partir de que "escuchamos" esos paisajes. Ya lo sintieron los Led Zeppelin, Sting o Peter Gabriel, entre muchos otros músicos europeos contemporáneos que no pudieron resistirse a incluir timbres y ritmos de África del Norte en sus maneras de expresar sus vidas en las geografías gélidas.

El jazz evoca la mixtura cultural, desde que nació, en Estados Unidos. Nombra el dolor, el destierro de las gentes de África. En Europa, el jazz se volvió más blanco pero pronto hubo también dolor de otras partes.
 

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Sierra Leona no levanta cabeza

Por: | 18 de septiembre de 2015

El ébola reaparece en Sierra Leona y cuando se pensaba que las cosas no podían ir a peor fuertes inundaciones en la capital arrasan barrios enteros y causan víctimas mortales. Pero de la desgracia siempre sale algo positivo.

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Víctimas de las inundaciones en el Estadio Nacional. Foto UNICEF Sierra Leona / Kassaye

Desde jueves 17 de septiembre el gobierno de Sierra Leona ofrece una recompensa de 5 millones de leones (1.160 euros) por cualquier información que llevase a la detención de Kadiatu Sinneh Kamara, una mujer infectada de ébola. El Centro Nacional de Respuesta al Ébola (NERC, por sus siglas en inglés) la considera un caso muy serio y peligroso. Desde finales de agosto la mujer se encuentra huida y escondida.

La señora Kamara es sobrina de una mujer de 68 años que el pasado 28 de agosto moría de esta enfermedad en la aldea de Sella Kafta, en el chiefdom de Tonko Limba, en el norte de Sierra Leona. Esta muerte tuvo lugar justo cuatro días después de la salida del hospital de la que se consideraba la última paciente con ébola del país, lo que dio lugar a una esperanzadora cuenta atrás de 42 días tras los cuales se proclamaría al país libre de la enfermedad si ningún nuevo caso aparecía. No fue así, y más de 900 personas tuvieron que ser puestas en cuarentena en la aldea.

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Un nuevo tiempo para Burkina

Por: | 16 de septiembre de 2015

VER NOTA DE ACTUALIZACIÓN del autor ante el Golpe de Estado de ayer mismo (debajo)

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Manifestantes en Uagadugú en octubre del año pasado. / AFP

Hace apenas un año, Burkina Faso se deslizaba lenta pero inexorablemente por la pendiente de la inestabilidad y el conflicto interno. El régimen encabezado desde hacía 27 años por el eterno Blaise Compaoré daba evidentes muestras de un agotamiento que se manifestaba en cíclicas revueltas estudiantiles y un creciente malestar en el seno del Ejército. El esclerotizado partido gobernante ocupaba todos los resortes del poder y los delfines del líder hacían y deshacían a su antojo. En este contexto, el empeño de Compaoré de reformar la Constitución para volver a presentarse a las elecciones acabó por llenar el vaso de la paciencia de decenas de miles de burkineses que, a finales de octubre del año pasado, protagonizaron un alzamiento popular que le descabalgó del sillón presidencial y abrió un periodo de transición que desemboca ahora en las elecciones que se celebran el próximo 11 de octubre, las más abiertas y libres de su historia. Dos candidatos, el liberal Zéphirin Diabré y el ex presidente del Parlamento Roch Marc Christian Kaboré, parten como favoritos aunque el tenaz opositor Bénéwendé Stanislas Sankara podría estar llamado a jugar un papel decisivo. La campaña comienza el día 20.

 

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Con E de "escrivismo" y de Edwige-Renée Dro

Por: | 15 de septiembre de 2015

Una fila de asientos de avión, grandes, acolchados y pomposos, se alinea, en color negro y crema, pegada a la pared verde de Ovillage. En uno de ellos se acomoda Edwige-Renée Dro (Man, Costa de Marfil, 1984), periodista, escritora, traductora, bloguera y pluma seleccionada por el proyecto Africa39 como uno de los 39 mejores escritores menores de 40 años en África subsahariana. Un honor que comparte con "estrellas" como  Dinaw Mengestu, Chimamanda Adichie, Ondjaki o Taiye Selasi. Edwige dirige un club de lectura en Abiyán, centrado en literatura africana y denominado Abidjan Lit (Abiyán lee) y forma parte de incontables proyectos de creación y difusión literaria panafricanos. Lo suyo es el writivism, una mezcla de escritura y activismo, el "escrivismo" si lo traducimos muy libremente.    

"Ovillage es un espacio abierto para trabajar y me viene muy bien porque soy freelance, no tengo oficina", comienza, los ojos amistosos y francos relumbrando tras los cristales de las gafas y fluyendo entre el francés y el inglés con facilidad. "Un espacio de inteligencia colectiva, una pasión social. Aquí vengo a trabajar en mi primera novela. Escribo en inglés y traduzco al francés. Participo en proyectos que quieren acabar con la brecha entre la literatura francófona y la anglófona que se hacen en el continente africano, como Jalada, con autores de República Democrática del Congo, Nigeria, Kenia o Uganda. La idea es traducir lo que se escribe en inglés al francés y viceversa".  

Edwige-Renée apuesta por crear en, desde y para el continente africano. Por que los escritores africanos puedan disfrutar de residencias, becas y premios en África, por que publiquen en editoriales y mercados africanos, por que los propios autores africanos se hagan cargo de su obra sin esperar un premio Fémina o una llamada de L'Harmattan. Precisa que hay una actitud más proactiva y más iniciativas de apropiación literaria en el mundo africano anglófono y de nuevo surge el nombre de Jalada, junto a los de revistas literarias como Saraba o Kwani? o iniciativas editoriales muy específicas como  Sapphire BooksNollybooksStorymoja DrumbeatsAdoras o Ankara Press. De nuevo, mayoritariamente anglófonas.

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Sobre los autores

Lola Huete Machado. Redactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.

Chema Caballero Chema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.

José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.

Ángeles JuradoÁngeles Jurado. Periodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.

Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.

Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...

Beatriz Leal Riesco Beatriz Leal Riesco. Investigadora, docente, crítica y comisaria independiente. Nómada convencida de sus virtudes terapéuticas, desde 2011 es programadora del African Film Festival de NYC. Sissako, Mbembe, Baldwin y Simone la cautivaron, lanzándose a descubrir el arte africano y afroamericano. Su pasión aumenta con los años.

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