Mame-Diarra Niang, Satellite 1, de “Metropolis,” 2015. Cortesía de The Walther Collection y Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.
En abril del año 2011, el Walther Collection Project Space abría sus puertas en el West Chelsea Arts Building, uno de los centros expositivos de referencia de Manhattan. Su fundador, el coleccionista germano-americano Artur Walther, obsequiaba al público norteamericano con un espacio anexo al de la sede matriz de la colección, ubicada en la ciudad bávara Neu-Ulm e inaugurada con antelación de meses. En aquella fecha ilustre, el profesor y comisario Okwui Enwezor, director de la última Bienal de Venecia, montó la ambiciosa exposición Events of the Self: Portraiture and Social Identity, donde se pudieron ver obras de tres generaciones de artistas y fotógrafos africanos junto a fotografías de sus contrapartes alemanes. Para la apertura neoyorquina se pidió a la fotógrafa sudafricana Jo Ractliffe una serie de paisajes de la Angola contemporánea devastada por la guerra. Ambas muestras llamaron la atención de especialistas y prensa, recibiendo una calurosa acogida. Además, la intención expresa de la Walther Collection de investigar con nuevas y renovadas herramientas teórico-críticas sobre la fotografía y el vídeo contemporáneos de procedencias, estilos y períodos diversos auguraba a la institución un futuro prometedor aunque complicado por la gravedad de la empresa. En su primer lustro de funcionamiento, exposiciones, catálogos y eventos diversos han confirmado con creces su misión original.
Edson Chagas, Found Not Taken, Luanda, 2013. Cortesía de The Walther Collection y Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.
Una media admirable de dos y hasta tres exposiciones anuales, el énfasis en África y su diáspora y la calidad de una agenda heterogénea de charlas y presentaciones, han convertido a la sala neoyorquina en referente del arte fotográfico africano a nivel global, sobrepasando el objetivo inicial de traer parte de la colección a América del Norte. Las limitaciones espaciales impuestas por una sala única con una pequeña habitación-librería (dispuesta en ocasiones a modo de habitáculo de proyección), se salvan por la calidad de los artistas seleccionados y por un refinado trabajo curatorial, en sintonía con las últimas investigaciones académicas y análisis de vanguardia. Partiendo de obras de la colección y de nuevas adquisiciones, y con la pretensión de expandir la comprensión de los espectadores de la propia historia y naturaleza del medio fotográfico, la labor curatorial ha logrado crear enriquecedores diálogos entorno a temas y conceptos artísticos, sociales y culturales en boga, alcanzando como resultado la visibilidad de una vasta nómina de artistas africanos y diaspóricos desconocidos, inclusive, entre el colectivo de los amantes del arte más formados.
Actualmente, el espacio de Nueva York funciona a modo de laboratorio de experimentación y antesala para las exposiciones mayores de Alemania. Esta tendencia se materializaría en fechas tempranas, exactamente durante los meses previos a la tercera gran muestra anual Distance and Desire: Encounters with the African Archive (Ulm, 8 de junio de 2013), organizada bajo la batuta de la profesora de Historia del Arte Tamar Garb. Desde septiembre del año anterior y hasta bien entrado el mes de mayo, se sucedieron en el Project Space de Nueva York exposiciones temporales, encuentros y conferencias con los mejores especialistas. Su propósito era el de examinar el diálogo que entablan las obras de determinados artistas africanos contemporáneos con fotografías etnográficas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y, por ende, analizar su relación con el archivo visual y colonial del continente. Este work in progress se dividió en tres exposiciones (Santu Mofokeng y A. M. Duggan-Cronin; Contemporary Reconfigurations; Poetics and Politics) acompañadas por un simposio en la Universidad de Nueva York (NYU). Lo fructífero de estas actuaciones paralelas se haría palpable en Ulm meses después.
François-Xavier Gbré, Renault 12, Imprimerie Nationale, Porto-Novo, Benín, 2012. Cortesía de The Walther Collection y Galerie Cécile Fakhoury, Abiyán.
The Lay of the Land: New Fotography from Africa ((La configuración del terreno: Nueva fotografía de África, Nueva York hasta el 16 de enero de 2016) sigue esta misma línea: se trata de, la primera entrega de una serie expositiva plurianual sobre vídeo y fotografía contemporáneos de África y de su diáspora, cuya culminación será una macro exposición en Ulm (primavera de 2017) acompañada de un catálogo razonado. La Walther Collection nos tiene acostumbrados a esperar con ansias sus publicaciones extremadamente cuidadas. No en vano, en aras de acceder a públicos con intereses varios, las cuatro áreas primordiales de trabajo de la institución son: investigación curatorial, expansión de la colección, organización de exposiciones, y publicación de libros y catálogos.
La primera muestra individual en los EE.UU. de la sudafricana Jo Ractliffe -As Terras do Fim do Mundo- que estrenó el Project Space estaba compuesta de un portafolio creado para la Walther Collection de 60 platinotipias de paisajes en blanco y negro de la Angola contemporánea, los cuales reflexionaban sobre las secuelas de décadas de guerra en el país. Casualidades del mercado de arte internacional o sintonía de los comisarios globales, lo cierto es que se puede visitar hasta el mes de marzo en la galería 914 del vecino Museo Metropolitano (MET) en una exposición más extensa: The Aftermath of Conflict. Jo Ractilffe's Photographs of Angola and South Africa. El encargo de obras originales, sugiriendo pautas o itinerarios de experimentación, es sin duda un modo inteligente de ensanchar los fondos propios mientras se apoya a los creadores. En las exposiciones sucesivas en el Project Space se combinaron obras nuevas y con otras pertenecientes a la colección, incluyendo a artistas como Seydou Keïta, Rotimi Fani-Kayode, Santu Mofokeng, Zanele Muholi, Pieter Hugo, Sabelo Mlangeni y Samuel Fosso, entre otros. Organizados en exposiciones individuales, colectivas o por parejas, se dispusieron en torno a temas como la memoria; las diferencias sexuales, culturales e identitarias; el papel del exilio; las huellas de la violencia y el colonialismo en el paisaje; las transformaciones sociales en la era postcolonial; el rol de la comunidad; las funciones múltiples confiados al retrato de estudio; el peso testimonial de la narrativa autobiográfica; la carga ideológica de la taxonomía y la clasificación; y un largo y sugerente etcétera. La capacidad de las obras para crear lugares de reflexión es una de las características distintivas de la Walther Collection.
Edson Chagas, Found Not Taken, Luanda, 2009. Cortesía de The Walther Collection y Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.
The Lay of the Land: New Photography from Africa ha congregado a los jóvenes Edson Chagas, François-Xavier Gbré y Mame-Diarra Niang para "examinar los acercamientos fotográficos al ambiente artificial y al paisaje urbano postcolonial africano". Se relaciona así con otras intervenciones en marcha en museos y galerías concentradas en la ciudad y el urbanismo postcolonial. Las trayectorias personales y la producción de estos tres africanos transnacionales los convierten en artistas prototípicos de un tiempo, el nuestro, definido por el movimiento, el intercambio y el diálogo entre personas y espacios.
Del angolano Edson Chagas (Luanda, 1977), formado entre Inglaterra y Portugal, se pueden ver obras nuevas de su serie Found Not Taken, premiada con el León de Oro del Pabellón angolano en la 55ª Bienal de Venecia de 2013. Siempre atento a la textura del color y a los volúmenes, en sus fotografías Chagas contrapone objetos descartados tomados en sus paseos por Luanda, Londres y Newport (Gales) al ambiente urbano desolado y aparentemente anónimo. Estos artefactos olvidados e inservibles se transforman en iconos abstractos, recuperando su poder comunicativo, gracias a la cuidada composición escenográfica. La evocación de máscaras rituales, cargadas de un valor simbólico-social propio de otro tiempo, se cuela en las imágenes fotografiadas añadiendo una nueva capa de lectura y forzándonos a cavilar sobre el imaginario africano tradicional y su negociación interpersonal y social a día de hoy. Asimismo, la crítica al consumismo y a los efectos del capitalismo global se mezcla en Found Not Taken con cierta ingenuidad lúdica en los rostros digitales resultantes, surgidos de la puesta en escena del objeto encontrado en contextos ajenos.
Terminados sus estudios de fotografía y diseño en Francia e Italia, el galo François-Xavier Gbré (Lille, Francia, 1978) trasladó su residencia y taller a la capital de Costa de Marfil: Abiyán. Para esta exposición ha compuesto 63 fotografías de pequeño tamaño sobre arquitecturas, sin seres humanos, donde relaciona localizaciones de Togo, Francia, Israel, Benín, Malí y Senegal. En la sala de Nueva York vemos un papel impreso con el palacio del ex-gobernador de Lomé (Togo) y tres fotografías de mayor tamaño donde el paisaje natural se ve invadido por moles industriales en Senegal, Malí y Benín. Estas imágenes sirven al espectador de pistas de comprensión para el conjunto de las obras de Gbré. En éstas, la ausencia de personas enfatiza los rastros en el paisaje de los proyectos nacionales fallidos, herederos de la concepción progresista-industrial-capitalista de una modernidad mal entendida. El artista se asoma a espacios públicos y a estancias privadas, testigos silenciosos de un presente cargado de historia. Nacido una década después de las independencias y testigo de una realidad postcolonial globalizada donde los sueños de libertad se han trasmutado en deseos de riqueza rápida, Gbré fotografía las huellas urbanas dejadas por un sistema inhumano y depredador. Este sistema, promovido y mantenido por multinacionales en connivencia con plutócratas locales tiene como único desenlace posible la expulsión a hombres y mujeres de su relato; una realidad que las imágenes de Gbré representan con frialdad.
La joven Mame-Diarra Niang (Lion, 1982) residente en París, se crió entre Costa de Marfil, Francia y Senegal. Artista y fotógrafa autodidacta, tras participar en varias exposiciones colectivas, en los últimos años ha dado el salto a muestras individuales. Central en su trabajo es la exploración del concepto de plasticidad del territorio, tal y como demuestran las tres series aquí incluidas: Sahel Gris, At the Wall y Metropolis, con Dakar y Johannesburgo como protagonistas. La experiencia de fotografiar de Niang re-configura el espacio a través de la deambulación y la exploración de sitios desconocidos. La artista se adapta a su objeto de estudio sin temor. Sea a través de la ventana de un taxi (At the Wall, en Dakar), concentrando su trabajo en una hora (todo Sahel Gris se realizó en 60 minutos mientras la autora paseaba por un desarrollo urbanístico nuevo la capital senegalesa) o tomando el eje periferia-centro como punto de partida de su obra más reciente (Metropolis, en Johannesburgo), Niang nos traslada con habilidad a lugares desconocidos de la ciudad africana del siglo XXI. Su estilo, de un cromatismo plano y poblado de formas geométricas, crea un ritmo preñado de movimiento e ilusiones de tintes mítico-poéticos, donde cada espectador es libre de imaginar y narrar su propia experiencia del encuentro, dejando que sus sueños se reflejen en las paredes, terrazas y fachadas de los edificios avistados.
Mame-Diarra Niang, Le mur #6, de “At the Wall,” 2014. Cortesía de The Walther Collection y Stevenson, Ciudad del Cabo y Johannesburgo.
Aunque aún se desconocen nombres, el equipo de la Walther Collection ha anunciado que la segunda sección de este proyecto expositivo en marcha hasta el 2017 se ocupará de retratos y fotografía social documental, y que la tercera y última entrega investigará el cuerpo y la performance a través del videoarte y la fotografía conceptual. Gracias a la incansable labor de preparación del Project Space de Nueva York, cuando la exposición completa llegue a Alemania dentro de dos años, dispondremos de las herramientas discursivas y analíticas idóneas para sacarle el máximo partido.
Hay 1 Comentarios
Me recuerda a los artículos de Muñoz Molina que son para iniciados profundos como en este caso con Montaigne. Describir algo o hacerlo de una forma diferente pero que lo abarque todo siempre es más difícil que dicatar una reseña u opinar. Solo el que ha tenido un perro puede entender todos los procesos que vive un perro,desde que lo haces tuyo,lo ves crecer,tienes que castrarlo,darle de comer,limpiar sus excrementos y orina, sacarlo a pasear o comprarle sus instrumentos. Y entender lo que se siente cuando muere. Mucha gente lo ha vivido y no sabe expresarlo,por falta de visión,de conciencia sobre lo que ve,de vocabulario,de pasión o sentimiento para hacernos sentir lo qué es ese dolor o la imaginación para resucitarnos esos sentimientos en un perro con el que hemos vivido 15 años. Con una buena novela podemos convivir varias semanas y tenemos que estar concentradas como con un amor,como los amores de antes.Y no entiendo como uno puede despedirse con dolor de ella y recurre a esteriotipos abstractos para referirse a ella. Una describe una anécdota y se queda sin voz a la mitad...y la gente sensible lo entiende y lo respeta.
Publicado por: alfonso anton | 27/09/2015 15:26:00