Este es un blog internacional no siempre madrugador; una revista de prensa de medios tradicionales y no tan tradicionales que circulan por Internet, incluyendo las redes sociales. El objetivo es guiar al lector de lunes a viernes entre las informaciones relevantes del día sin descuidar el contexto.
Sobre el autor
Nací en otro siglo, en Venezuela, mitad español, mitad inglés. Siempre me gustaron las noticias internacionales. Con El País he viajado a guerras en medio mundo. He aprendido mucho, sobre todo a escuchar.
El regreso a casa: con honores, sin vida, de noche, en silencio.
(Seis soldados transportan la caja que contiene los restos del sargento Conrad A. Mora. Sucedió el 26 de julio en la base de Dover (Delaware) de la Fuerza Aérea de EE UU. Mora, originario de San Diego, murió en Afganistán. / Steve Ruark (AP).
Hay que tener mucho talento para pensar dibujos como estos, una visión inteligente de la realidad. Raúl Barbolla lo hace en su blog, cuyo título es un ejemplo de optimismo racional dados los tiempos. Raúl ha cedido tres dibujos a Aguas Internacionales (los demás no están para copia).
El primero se refiere a la profesión de periodista, en concreto a la de fotógrafo. Sin fotos no hay guerras, ni muertos, ni justicia; sin fotos solo quedarían las estadísticas, el olvido.
Una fotografía es algo compartido, que se construye en una doble mirada. Necesita unos ojos para tomarla y otros que, al verla, la llenen de referencias y significados. Dice Jonathan Klein, cofundador de Getty Images, que las fotos no cambian el mundo, pero provocan reacciones en la gente que podría cambiarlo. Fotos que obligan a actuar, aunque sea durante un segundo. Como las de la prisión de Abu Ghraib, cerca de Bagdad, ahora reactivadas en la memoria colectiva con la publicación de los papeles de Afganistán por Wikileaks. Es la esencia de la libertad de expresión: dar a conocer al público lo que los gobiernos desean ocultar.
Algunos denunciaron que las revelaciones de aquella torturas perjudicaron a lucha contra la insurgencia en Irak porque removieron la presunta superioridad moral del invasor. El problema no está en las imágenes sino en los actos que fotografían. El error está en la tortura, nunca en denunciarla. Dice Santiago Lyon, jefe de fotografía de Associated Press: "Si una sola foto de las que he tomado en mi vida sirve para que alguien se pare y piense, toda mi carrera habrá merecido la pena".
Ser símbolo en un país aplastado por el apartheid tiene mérito, no está al alcance de cualquiera; seguir siendo un símbolo cuando llega la libertad y se cumplen muchos de los sueños colectivos solo está al alcance de los mejores. Desmond Tutu es uno de ellos. Fue presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación que husmeó en las cloacas del régimen de segregación racial, no con ánimo vengador sino como catarsis nacional. Funcionó y es un ejemplo a seguir.
Hubo escenas extraordinarias, como la de una mujer que escuchó al policía blanco relatar cómo habían matado a su hijo primero y quemado su cuerpo después en una barbacoa para hacerlo desaparecer. Cuando el policía terminó, la mujer se levantó y exclamó: "Gracias; solo quería saber lo que pasó". Tutu, emocionado, dijo a una audiencia conmocionada: "En este instante, Dios se encuentra entre nosotros".
Un juez internacional del tribunal que juzga crímenes de guerra y contra la humanidad en Sarajevo me dijo que la justicia total y completa no es posible cuando el crimen es masivo, pero sí una cierta cantidad que permita a la sociedad sentir que se ha hecho justicia. Esta fue la función subliminal de la Comisión de la Verdad, como la de Argentina.
Este vídeo muestra a un hombre muy especial, un imprescindible, que ahora se retira.
España ocupa el sexto lugar en la clasificación mundial de los países exportadores de armas. Por delante se encuentran cuatro de los cinco países que tienen escaño permanente (y derecho de veto) en el Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido. La gran potencia europea, Alemania, ocupa el tercer puesto. China, el séptimo, según un informe conjunto de Oxfam, Aministía Internacional, Fundació per la Pau y Greenpeace con la asistencia del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria.
La clasificación española es la misma que en 2008. Se mantiene entre los grandes del sector. En 2007 ocupaba el noveno. En la última década (cuatro años de José María Aznar y seis de José Luis Rodríguez Zapatero) las exportaciones españolas pasaron de 306,46 millones de euros (2001) a los 1.491,77 millones en 2009. En este periodo España estuvo cerca de quintuplicar su volumen de ventas al exterior. El aumento de 2009 respecto al año anterior es del 44% si se tienen en cuenta solo las armas y no otros productos militares o de doble uso (civil y militar). Lo más destacado es que con Zapatero se ha triplicado, pese venderse como Gobierno pacifista.
Estados Unidos y sus aliados no pueden ganar una guerra en Afganistán que carece de objetivos militares definidos, más allá de los difusos de "luchar contra el terrorismo". Las tropas estadounidenses y las de la OTAN (incluidas las españolas) llegaron a finales de 2001 y comienzos de 2002 a un escenario complejo con ideas simples, más centradas en vender el producto de la intervención a sus opiniones públicas. Las imágenes de las barberías de Kabul, con decenas de hombres cortándose las barbas, y las de unas pocas mujeres descubriéndose el burka, sirvieron para proclamar precipitadamente la victoria. El problema es que confundimos la publicidad con la realidad. Igual que en Irak.
Los talibán derrotaron a los señores de la guerra en 1996, tras años de sucesivas guerras civiles que siguieron a una guerra mayor contra el invasor soviético. Occidente, tras expulsarles del poder después de los atentados del 11-S, cometió un primer y grave error: aliarse con los anteriormente derrotados señores de la guerra convirtiéndose en un bando más. En Afganistán no se libra una guerra por la libertad ni por los derechos de la mujer. En Afganistán se libra una guerra civil continua. Somos parte de ella.
Una de las claves de los más de 90.000 documentos publicados por Wikileaks es el papel de Pakistán, el creador histórico, mentor y director político y militar de los talibán. Nadie cree que la cada vez más sofisticada estrategia de los insurgentes esté dirigida por el mulá Omar. EE UU considera a Pakistán, públicamente, un país aliado y amigo y le entrega ayudas de más de 1.000 millones de dólares al año. La paradoja es que una parte de ese dinero alimenta a los servicios secretos de Pakistán, el ISI, el principal enemigo de EE UU en la zona. Pakistán es el centro del problema. Lo saben en el Pentágono, en la CIA y en la Casa Blanca, como demuestran algunos de lo documentos filtrados, un caso que recuerda a los célebres Papeles del Pentágono durante la guerra de Vietnam.
Afganistán en imágenes. Este primer vídeo explica la complejidad del teatro Afpak (Afganistán-Pakistán) y el papel de Islamabad ahora desvelado por estos documentos:
Matar civiles en una zona de guerra suele calificarse de daño colateral. Casi nunca se investigan los hechos ni se imponen castigos. El 5 de abril, Wiikileaks, una organización sin ánimo de lucro contra la impunidad y el silencio, dio a conocer el vídeo en el que se ve (y escucha) a los tripulantes de un helicóptero Apache disparar contra una docena de civiles desarmados en el barrio Nuevo Bagdad. Era el 12 de julio de 2007 y el jefe de las tropas estadounidenses en Irak era el general David Petraeus. Entre los muertos había dos empleados de la agencia Reuters: Saeed Chmagh y Namir Noor-Eldeen. Lo ocurrido no fue investigado. Tras la publicación del vídeo solo hubo una detención, la de Bradley Manning, el presunto mensajero, acusado de violar secretos de Estado.
¿Caso cerrado? Tal vez, pero ahora hay nuevos datos, y un cierto marco moral que explica los desastres de Irak y Afganistán. Ehan McCord, que pertenecía al pelotón de la Compañía Bravo, de la 2-16 División de Infantería, se encontraba en la zona aquel 12 de julio de 2007. Habían combatido contra insurgentes en Nuevo Bagdad. Tras los disparos del helicóptero recibieron la orden de acercarse e informar de lo ocurrido. Lo que vio lo acaba de contar. En este vídeo explica cómo rescató a los dos menores de la camioneta, una niña de cuatro años y un niño de siete, que estaban vivos. También cuenta que su jefe le regañó por ese acto de debilidad: "¡Qué coño haces McCord con ese jodido niño! y le conminó a asegurar la zona. En la foto superior se ve al soldado con la niña. El ex soldado asegura que no fue un caso extraordinario, solo parte de la vida cotidiana en Irak.
El poder que se oculta. Sin manos ni mirada. Solo la persona incompleta.
(El primer minsitro italiano, Silvio Berlusconi, a su llegada al Palacio de la Prefactura de Milán, donde se reunió el viernes con el presidente de Rusia, Dimitri Medédev. / Stefano Rellandini (REUTERS).
Banderas sin gente. Afganistán, la guerra que no se puede ganar.
(En el exterior de la base avanzada de combate Nolen de la 3ª compañía del 1-320 Regimiento de Artillería de la 101 DIvisión Aerotransportada, en el valle de Arghandab, al norte de Kandahar). / Bob Strong (REUTERS)
Los Balcanes, como la península Ibérica, han sido tierra de paso y conquista, de mezcla. Lo que parece, y es, una riqueza cultural, la posibilidad del intercambio de vivencias, ideas y costumbres, se convierte en una trampa cuando se desata el odio, que es la manipulación del miedo. La socióloga serbia Milena Dragicevic sostiene que sociedades como la serbia (y la española) están en peor situación que las anglosajonas. "Hemos pasado de la tradición oral donde dominan los mitos a la era audiovisual. No tuvimos como el resto de Europa siglos de Gutenberg en los que primó el pensamiento científico y los hechos comprobados".
En los Balcanes es mejor no precipitarse en elegir bandera. / AFP
Entre todos los mitos serbios destaca el de la batalla de Kosovo Polje contra los turcos, en 1389. Los serbios hablan de Kosovo desde una voz ronca, triste y colectiva, desde la emoción del mito, porque la mayoría jamás ha pisado el territorio. Es solo una idea, un sentimiento. Tanto regar lo intangible les olvidó la gente, los kosovares.