Ramón Lobo

Músicas del mundo

Por: | 30 de enero de 2011

 

Egipto sigue en llamas. No existe una salida fácil como en Túnez -una llamada desde el extranjero, un 'no' de los militares que rechazan disparar sobre los civiles y un avión que despega. En Egipto hay enroque, no nos moverán del trono. Si la revuelta popular empujara mucho, demasiado, entonces quedaría  El Gatopardo de Lampedusa: cambiar todo para que nada cambie.

Es una batalla compleja, larga, sangrienta. Sea cual sea el final, con o sin Mubarak y sus iguales, algo profundo ha cambiado en el mundo de las gentes silenciosas, en el mundo del miedo, del no digas nada, del no te metas, del no pienses, del no sientas. El desepertar ha estallado en la orilla sur del Mar Nuestro, el Mediterráneo, pero los motivos se mutiplican en el norte, el este y el oeste. No se puede gobernar en nombre el pueblo sin el pueblo.

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La foto, los invisibles de Egipto

Por: | 29 de enero de 2011

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AMR ABDALLAH DALSH (REUTERS).

Los turistas que regresan de Egipto hablan de las pirámides, del Nilo y del tráfico rodado -coches, motocicletas y taxis. Se olvidan de lo importante: el tráfico humano, las personas. A menudo informamos de estos países a través de sus gobernantes corruptos, de nuestros prejuicios coloniales y de los miedos que proyectan para protegerse de su pueblo y de nuestra injerencia. Miedo al islamista, al radical, al barbudo, a Osama bin Laden multiplicado y transformado en propaganda útil para que nada cambie.

Túnez, primero, y Egipto, después, nos descubren a los invisibles, a cientos de miles de personas que nunca vimos: los que padecen cada día un Gobierno cleptoctático, ineficaz, dictatorial y que se cansaron de poner la otra mejilla. Son jóvenes en su mayoría los que arriesgan la vida en las calles del Cairo, Alejandría y Suez esperanzados en un futuro mejor. Cuando nada se tiene, nada se pierde.

En la fotografía, un niño transporta una bandeja de pan, su trabajo diario. Detrás, los antidisturbios, la muralla del orden, la defensa de lo que se tambalea; delante, los manifestantes, otros invisibles que no aparecen en la foto. Los niños se hacen visibles a través del pan o de un vendedor de zumos en Kabul. Nadie les mira a los ojos asustados, a la boca que no está segura de sonreír o gritar, nadie les llama por su nombre porque nadie les ve. Existe el pan que navega solo sin nadie debajo como un truco de magia. Es la bandeja la que transporta al niño.

Las manifestaciones, la hartura contagiosa a través de las Redes Sociales y de Al Yazeera con sus retransmisiones en directo amenaza con un nuevo maremoto político, como el de Europa del Este. Aun es pronto, sin duda, pero el gran cambio ha comenzado: los invisibles están recuperando el rostro y a través de los canales por satélite y las nuevas tecnologías están creando una narración propia, alejada del poder, alejada del miedo.

 

Aprendiendo a entender a China

Por: | 28 de enero de 2011

China es la gran potencia emergente del siglo XXI; también, la gran desconocida. Un mundo detrás de un velo. Martin Jacques, autor de un libro esencial sobre China y columnista del diario The Guardian, asegura en esta charla que crecimiento económico de China ha superado todas las expectativas, muchas de ellas realizadas antes de la crisis económica. Las predicciones poscrisis favorecen a Pekín, que en los próximos años cambiará la percepción que tenemos del mundo. La futura superpotencia mundial procederá de una cultura muy diferente a la nuestra. Jacques sostiene que es una ilusión pensar que el progreso solo se logra desde los parámetros occidentales. China no es Occidente y no lo será.

Muchas de nuestras aproximaciones a otras culturas -china, árabe- se realiza desde los prejuicios de la colonización. Vemos a los demás desde un prisma falso, simplista, una foto fija que si alguna vez fue más o menos real dejó de serlo con el movimiento. Ellos, los Otros, sí saben de nosotros. Es su ventaja.

Estas entradas más cortas se deben a que me encuentro desdoblado en otra obligación dentro del periódico que me roba casi todo el tiempo. Es una situación provisional, espero que egipcios y yemeníes me esperen. Gracias.

Líderes cualificados que toman decisiones equivocadas

Por: | 27 de enero de 2011

Ariana Huffington, creadora de la web The Huffington Post, ofrece en esta conferencia una receta para tener buenas ideas y ser más eficaz en el trabajo: dormir más. Denuncia un mundo empresarial, político y periodístico en el que se ha asentado una idea perversa: dormir poco es símbolo de dedicación y competencia. Solo los mejores tienen sueño, ojeras, legañas y demás decoraciones del destajo de cuello blanco. Los despiertos son los vagos que no se cansan. Sostiene Ariana que existen numerosos líderes cualificados tomando pésimas decisiones por falta de orden en sus vidas. La política internacional está llena de ejemplos y pesadillas: Afganistán, Irak, Haití, Somalia... La esencia del liderazgo es, a su entender, ver el iceberg ante de que choque con el Titanic. Defiende a la mujer como ejemplo: si Lehamn Brothers hubiese sido Lehman Sisters no habría estallado la crisis, ironiza. La charla es divertida, irónica, útil y quizá demasiado breve.

 

África necesita una nueva generación de líderes

Por: | 26 de enero de 2011

Ory Okolloh es una mujer coraje keniana. Creó el Observatorio Mzalendo, que significa Patriota. Su misión es vigilar las acciones del Parlamento de su país. Las mujeres son las que sostienen la sociedad en África. Son el único pilar: madres, cabezas de familias, buscadoras de agua... Sobre ellas gira la esperanza del cambio. Hay muchas mujeres africanas que no saben de etiquetas occidentales pero que luchan cada día contra el machismo y la barbarie, contra la pobreza, que es la mayor de las violencias.

Ory pide un discurso periodístico que huya de la imagen negativa que se proyecta de África. Siempre hay personas detrás de las hambrunas, de las guerras, de los niños soldados, de las enfermedades. Son las personas las que mueven la historia. Gran parte del periodismo actual ha sacado a las personas del centro de su narración. Sin personas no hay emoción. Sin emoción no hay interés. Son historias muertas.

La paz es tener justicia y acceso a una vida digna

Por: | 25 de enero de 2011

Jody Williams fue el rostro de una vasta campaña mundial para prohibir las minas antipersona. Recibió el premio Nobel de la Paz en nombre de decenas de miles que se implicaron en todo el mundo por lograr lo que parecía un imposible: limitar el negocio de la muerte en alguna parcela. Las campañas funcionan. Solo necesitan gente valiente que las empuje. Que nos despierte y sume. Las minas antipersona matan en la paz, amputan a civiles que regresan a cultivar sus tierras. Recomiendo los libros fotográficos de Gervasio Sánchez. Vidas Minadas. Sánchez es de los que no callan en un mundo en el que sobra silencio. Es una suerte.

 

Músicas del mundo

Por: | 23 de enero de 2011

De todas las canciones de cumpleaños que conozco, incluidas las interpretadas por The Beatles y Steve Wonder, la que más me gusta es una mexicana: Las mañanitas, y en esta versión del gran Pedro Infante. O en la de El nuevo Mariachi Jalisco con su cantante mujer, todo un símbolo y una declaración. Se canta en casi toda América Latina; casi siempre por el cumpleaños, a veces por el santo (el día del nombre para los no creyentes) o cuando las niñas dejan de ser niñas.

México es un corrido de contrastes; en México se mezclan en cada bocanada de aire, en cada palabra dicha, escrita y callada, en cada canción, en cada muerto. México se me aparece como un país inconmensurable cargado de fuerza, fronteras y desiertos; un país, como decían los Aztecas de sí mismos, en busca de su rostro, de su esencia. Su esencia es la mezcla, la complejidad, el buscarse. Nació mágico desde su mismo nombre: el ombligo de la luna, y así sigue, defendiéndose contra la violencia cotidiana, la pobreza, el narco y la injusticia que narra Roberto Bolaño en su 2666.

La foto, en busca de la buena suerte

Por: | 22 de enero de 2011

Amuletos

DAVID LONGSTREATH (ASSOCIATED PRESS).

Conozco a gente muy racionalista y atea que cree en los amuletos, en la buena, mala suerte y en el gato negro. Viajo cargado de estampitas, pins, un billete de un dólar firmado por un amigo y una cadena con medallitas de la infancia. Las personas de fe suelen depositar en un objeto relacionado con sus creencias una porción, no siempre apropiada, de su seguridad emocional. La imagen de un santo o una santa, un rosario bendecido por no sé quién, un trozo de lo que aseguran fue un hueso, una tela del vestido, o un trozo de una cruz pueden alcanzar alguna de las propiedades curativas que el creyente les otorga, al menos en enfermedades no graves. Sucede también con el vudú: el poder de la sugestión mueve montañas.

Los amuletos reciben sus supuestas propiedades mágicas de las personas con las que están relacionados. Es como si a través de una imagen de un santón sufí, o budista como en este caso (la foto está tomada en Tailandia), pudiéramos compartir parte de su sabiduría para ser mejores y alcanzar nuestros deseos más importantes. La gente que cree en los asuntos celestiales suele pedir cosas terrenales bastante alejadas de una mejora espiritual: un piso, trabajo, lotería, un aprobado en tal o cuál examen, salud. El objeto es un intermediario entre lo anhelado y la voluntad de conseguirlo.

Los objetos de la fotografía son, a simple vista, baratijas viejas, inservibles, olvidadas. La magia no está en el objeto sino en la mano que los convierte en la lámpara de Aladino.

El peligro de una sola historia

Por: | 21 de enero de 2011

El que vence en la guerra gana el derecho a contrar la historia de la batalla, a decidir quienes son los héroes y quienes los villanos. Los mejores relatos, los que explican con mayor precisión y detalle lo sucedido, y ofrecen las mejores enseñanzas para el futuro, están a menudo en la voz silenciada de los perdedores. En el mundo actual, la voz dominante es la de los países que han ganado la batalla de la pobreza para un número suficiente de sus ciudadanos; el suficiente para poder llamarse pasíses ricos. Sus pobres, los descabalgados por el sistema, son invisbles: no pagan impuestos, no votan, no influyen; son los nadie de Eduardo Galeano.

Los países derrotados, los grandes nadies del Tercer Mundo, carecen de voz. Es el caso de África. También de Afganistán. Cuando EEUU decidió atacar a los talibanes solo escuchó su propia voz, la voz dominante, el único discurso en el ambiente. Es el que decía cómo y qué debían pensar los otros. Ningún estratega o analista habló con ellos, nadie escuchó sus necesidades, sus deseos, sus sueños, nadie añadió su discurso al nuestro. La voz dominante dirigió una guerra con material de alta tecnología contra un país de mudos. Nueve años después, la no-voz habla y habla cada más fuerte. Son tiempos de sorpresa. Ahora comprendemos los errores, lo que no hicimos y debimos hacer. Lo vemos cuando la guerra de Afganistán está perdida. El problema no es este o aquel conflicto, el gran problema es la educación, la actitud, el respeto.

Esta charla de la escritora de orígen nigeriana Chimamanda Adichie es una clase de política, humanidad y sentido común. El relato complejo nos enriquece, nos acerca, nos informa, reduce los estereotipos y por lo tanto la desinformación y el miedo, dos de los nutrientes de toda guerra.

 

Tucson ya no importa, es hora de hacer negocios

Por: | 20 de enero de 2011

 

Ayer comenzó en el Sands Convention Center de Las Vegas la gran feria de las armas. Los organizadores del Shot Show se llaman a sí mismos industria; sin adjetivos, para no estropear la primera impresión, que las palabras las carga el diablo. Miles de estadounidenses entusiastas de su derecho constitucional (Segunda Enmienda) a portar armas se han dado cita en la ciudad de los casinos para admirar en directo los últimos modelos en el arte de matar. No solo hay material para la defensa contra los ladrones, hay todo un arsenal militar para sostener varias guerras: rifles de asalto, pistolas, balas de varios calibres, silenciadores, miras telescópicas...

La feria llega en un mal momento desde el punto de vista publicitario. La opinión pública está sensibilizada con la matanza de Tucson, ocurrida el 8 de enero, cuando un presunto enajenado llamado Jared L. Loughner asesinó a seis personas e hirió de gravedad a la congresista demócrata Gabrielle Giffords y a otras 12 personas. Entre los fallecidos se encuentran John Roll, un juez federal retirado, y Christina Taylor Green, uno de los niños-esperanza nacidos el 11-S de 2001.

 

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