Ramón Lobo

Sobre el autor

Nací en otro siglo, en Venezuela, mitad español, mitad inglés. Siempre me gustaron las noticias internacionales. Con El País he viajado a guerras en medio mundo. He aprendido mucho, sobre todo a escuchar.

Eskup

El hombre que se bebió su vida

Por: | 14 de agosto de 2011

Fela Kuti fue el músico más completo, estrambótico e interesante de los últimos años en África. Nigeriano de pasaporte convirtió la fusión de estilos en su bandera. Sus letras criticas con los regímenes militares que le tocaron en mala suerte, son tarareadas por millones. Murió de todo al mismo tiempo: alcohol, sexo, drogas. Murió joven porque se bebió la vida de un trago.

 

El abrazo que calma el hambre

Por: | 13 de agosto de 2011

Somalia brazos
SAYYID AZIM (ASSOCIATED PRESS).

El pie de foto nos cuenta un telegrama: un niño con malnutrición en los brazos de su abuela en el hospital del distrito de Wajir, en Kenia, una de las zonas más afectadas por la sequía y la hambruna.

La fotografía nos ofrece un discurso. La mirada baja de la abuela, una mirada triste, de quien conoce la historia del hambre, su proceso y desenlace; de quien sabe que nada o muy poco se puede hacer por su nieto. La mirada huele a pesimismo, a derrota. Las manos expresan resignación, acompañan, se rozan unos dedos con otros. El chico no se aferra a la mujer, sin fuerza deja caer su brazo derecho sobre la espalda, es un brazo que conoce ese cuerpo, un cuerpo que pertenece a alguien que le quiere; es un brazo que muestra pertenencia.

El fotógrafo ha respetado la cara del niño, su dignidad. El verdadero rostro está dibujado en los huesos de la columna, en las costillas. Sayyyid Azim también ha respetado a la abuela. Muestra la mirada, no toda, solo la expresión que transmite. Las arrugas  son medallas de supervivencia que no pueden traducirse en años. En África, la vida transcurre rápida llena de penas que hieren y marcan. En África, la vida es capaz de dejar anciana a una mujer de cuarenta.

La foto proyecta soledad, dos islas abandonadas. Quizá sea lo único que queda de una familia: una abuela-madre que se esfuerza en sostener un hilo de vida y el niño marcado por la muerte. Es una foto de números, el número de dedos, el número de huesos.

Los 15 días de fama de Somalia

Por: | 12 de agosto de 2011

Somalia
Paciencia en Mogadiscio. / MUSTAFA ABDI (AFP).

Somalia tiene 15 días para frenar la hambruna. Es mucho más de los 15 minutos de Andy Warthol. El pintor pop hablaba de fama; aquí, se trata de supervivencia, de los casi 30.000 niños muertos en tres meses. La ayuda aterriza en el aeropuerto de Mogadiscio por primera vez en cinco años y empieza a llegar despaciosamente a los campos de desplazados, a los centros médicos y a los de distribución. Las prisas del hambre nunca coinciden con las lentitudes de la burocracia.

Dentro de dos semanas, los políticos occidentales regresarán de sus vacaciones -me refiero a los que no han tenido que suspenderlas- y la vida volverá a ser como antes: declaraciones, declaraciones, declaraciones, sin mucho espacio para la vida real.

La retirada de la milicia Al Shabaab de Mogadiscio ha permitido a las tropas de lo que llamamos Gobierno Federal de Transición de Somalia ocupar la capital y, convertida en cabeza de puente para la ayuda exterior. Las tropas del Gobierno no son un Ejército sino la suma de las milicias clánicas de los antiguos señores de la guerra derrotadas por Al Shabaab. En Somalia no hay Estado, solo hay hambre y pobreza. Y piratas, lo que más interesa a Occidente.

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Londres arde, el debate

Por: | 11 de agosto de 2011

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Abierto como de costumbre en Strealtham. / STEFAN WERMUTH (REUTERS).

Agosto es un mes traicionero: ante la aparente ausencia de noticias, las de escaso relieve se transforman en asuntos de postín y las noticias de verdad en fenómenos globales. También es desleal con las conquistas sociales: son días de vacaciones, de redacciones semivacías sorprendidas por lo inesperado. Lo ocurrido en Londres -como la invasión de Kuwait (1990) y el golpe en la URSS (1991)- es una de esas noticias que marcan el año.

Pese a los signos de que la olla estaba a punto de estallar casi nadie lo vio en el Reino Unido. En España hay un dicho dedicado a los analistas del día después, incluido este blog: "A toro pasado, todos toreros".

El Parlamento británico ha celebrado un debate sobre la violencia. El primer ministro David Cameron ha explicado la actuación del Gobierno y de la policía; aunque ha defendido la decisión de los mandos de Scotland Yard de recuperar el orden antes de proceder a las detenciones, reconoce errores de los que habrá que extraer aprendizajes; también ha defendido los recortes presupuestarios (un 20%) en la policía previstos antes de los disturbios y ha cargado su discurso de mano dura, de quien la hace, la paga. También prometió compensaciones para las víctimas.

Mapabbc
Mapa interactivo de la BBC.

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Londres arde, las causas

Por: | 10 de agosto de 2011

Chicolondred
Ser niño en Ealing, oeste de Londres. / TOBY MELVILLE (REUTERS).

El despliegue policial calmó Londres, una ciudad fantasmal en numerosos barrios: tiendas de ropa, cafés y pubs cerrados. Cuando los pubs cierran en Inglaterra algo muy grave está sucediendo. Una noche de calma en la capital, con disturbios esporádicos en Manchester, West Brominch y Birmingham, no es una victoria; puede que sea solo un alto el fuego, una espera de nuevas oportunidades o que los vándalos han acumulado los bienes que necesitaban. Es posible que esa marabunta se haya saciado de odio y rabia y que la situación tienda poco a poco a la calma. El jefe en funciones de Scotland Yard, Tim Godwin, habló ayer de una masa hambrienta de violencia. Se trata de situaciones que se repiten periódicamente, que tienen ciclos, como la economía con sus curvas al alza y a la baja.

Cuando los conflictos se sosiegan, cuando desaparecen de la vista de todos y de los titulares, son más peligrosos. Lo son porque se olvidan. Existen causas soterradas, subyacentes, que explican en parte los cuatro días de locura y saqueo que han vivido algunos barrios empobrecidos de Londres.

Mi compañero Walter Oppenheimer recuerda en su análisis los disturbios de los años 80, que tenían una explicación política frente a la injusticia, el abandono. Estos de agosto de 2011 no son políticos, son puro hooliganismo e imitación. En medio de tanta destrucción hay esperanza; otros ciudadanos son posibles, como los que se organizaron para barrer sus barrios de escombros y cristales: #riotcleanup.

Paul Lewis y James Harkin, periodistas del 'Guardian', firman un reportaje en el epicentro de los disturbios; tiene color, olor y sabor; es una muestra sociológica del problema de fondo: miles de jóvenes se sienten fuera del sistema, agredidos por él; no es una cuestión de color, religión, sino de personas que se han bajado o les han bajado del tren.

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Londres en llamas

Por: | 09 de agosto de 2011

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Una calle de Hackney, norte de Londres. / KERIM OKTEN (EFE).

Aute canta a una Atenas en llamas, alterada por la crisis económica, los recortes y la corrupción. Lo que sucede en Londres, y en otras ciudades -Birmingham, sobre todo- tiene que ver con la misma crisis, con la falta de oportunidades y de futuro de miles de jóvenes, pero su expresión nada tiene que ver con la legitimidad griega y otras expresiones de rabia que tratan de ser pacíficas.

Londres mob
EFE.

Lo que muestran las imágenes es vandalismo, hooliganismo, hombres encapuchados y enmascarados; no hay eslóganes, ideas, propuestas, solo una furia destructora cuyas víctimas son los pequeños comercios, personas tan o más castigadas por la crisis.

La pobreza y las tensiones raciales son la gasolina que aviva el incendio, como sucedió en las banlieues de París. Existe un Cuarto Mundo paralelo, dentro del Primer Mundo, que la mayoría no ve. En la Gran Vía, las Ramblas o Oxford Street conviven los turistas, las tribus urbanas, el teatro; dos calles más allá, las drogas, las prostitutas, los chulos, la ciudad con otra ley. Conviven el Bronx y Wall Street en apenas unos metros cuadrados. Sin mezclarse. Como si sus habitantes tuvieran memorizados unos recorridos, unos rieles que jamás se cruzan.

Pero un día, una chispa, casi siempre una muerte a manos de la policía, confunde los mapas y la ciudad descarrila, arde, se conmociona. La última vez ocurrió en los años ochenta, cuando Margaret Thatcher, la Dama de Hierro, mantuvo y ganó un pulso a los mineros, a los sindicatos, y abrió las puertas al nuevo capitalismo, al de hoy, al de la ley del más fuerte. Londres estalló por donde suele estallar la capital británica, por Brixton, un barrio depauperado del sur.

(Sigo con actualizaciones en Eskup).

 

Primavera en Israel

Por: | 08 de agosto de 2011

 

La política israelí peca de solemnidad, siempre en el filo, zarandeada por los grandes asuntos: la guerra, la supervivencia, la religión, la tierra... No hay espacio para lo cotidiano, los grises; tampoco para la disidencia, más allá de algunas minoritarias notas de color. En realidad, casi toda la política que se practica en Occidente, en los países democráticos, abusa de esa parafernalia que ciega y ensordece a los gobernantes, más preocupados en conservar el poder que en ejercerlo: lenguaje cifrado, coches oficiales blindados contra la realidad, un mundo aparte sobre el mundo verdadero.  

Ivan Colovic publicó un libro sobre la utilización de los símbolos en la Serbia de Milosevic; es extraordinario, ayuda a analizar el comportamiento de los nacionalismos. En Israel, los gobiernos, sean de derecha o de aquello que llamaban laborismo, izquierda, esgrimen la memoria del Holocausto. No son siempre necesarias las palabras, basta el aire, el recuerdo colectivo e individual. Esa memoria del Holocausto es un elemento de cohesión, de unidad, de pertenencia y una alerta: lo que pasó podría volver a suceder. También es un escudo: sirve de presión al mundo exterior cuya pasividad criminal permitió aquella matanza de seis millones de judíos.

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Consejo de Yogi Berra

Por: | 07 de agosto de 2011

Las redes sociales son difusoras de buenas y malas ideas, como los medios tradicionales. También son un escaparate donde 'colgar' textos, fotografías, vídeos y pequeños documentales como este de Rick Mereki, Tim White y Andrew Lees. Recuerda al de Where the hell is Matt. Es fresco y está bien editado.

Miles de jóvenes se asoman al Periodismo, lo estudian, lo ejercen sin confianza sentados ante un ordenador. Se preguntan qué hacer. Caminar es una buena idea. Lo decía el gran Yogi Berra, alma máter de los Yankees de Nueva York y competidor involuntario de Groucho Marx: si llegas a una encrucijada, sigue adelante. El futuro es el pasado, lo de siempre: contar buenas historias, transmitir, informar, compartir. Solo tenemos un problema: cómo financiar las buenas ideas en la Red.

MOVE from Rick Mereki on Vimeo.

El dedo que busca

Por: | 06 de agosto de 2011

Dedoluna 

Una mujer muestra a su hijos el inicio de Ramadán. / MOHAMMAD HANNON (ASSOCIATEED PRESS).

El dedo índice puede ser de mando. De él nacen las órdenes, las amenazas, los silencios al cruzarse los labios cerrados; también es un dedo que busca, señala. Los dedos son como la palabras, tienen contextos que modifican sus significados. El dedo de esta mujer parece mostrar a tres hijos la luna creciente sobre Ammán poco antes de la llegada oficial del Ramadán, el mes sagrado, de ayuno. No es ella la encargada de descifrar los signos celestes, de la luna; son los imanes y estudiosos quienes dictaminan la existencia, incluso la hora y el día exacto del ayuno. En asuntos de interpretación nunca hay unanimidad.

La religión es una jerarquización de creencias que se transmite de padres a hijos hasta que llega una interrupción, la oveja negra que no sigue la norma, y se pierde un eslabón en la cadena. La religión parece colectiva, pero el verdadero rezo es individual. En el medio de un coro de plegarias, el orante busca y a veces encuentra la conexión personal con el centro de sus creencias. La mayoría de los dirigentes de las religiones prefieren el control, el rebaño como expresión suprema, y tienden a castigar las desviaciones, aunque sean tan espirituales como el sufismo.

La religión es un sello de identidad, de pertenencia. Siempre es difícil vivir fuera de la tribu y en algunos países, imposible.

El dedo de la mujer podría no señalar a la luna, ni mostrar enseñazas de religión, podría ser un dedo laico, cotidiano, de los que descubren un avión, una cometa. Los talibanes las prohibieron porque ningún objeto podía competir con Dios en el cielo. El primer niño hace visera con la mano, parece seguir las indicaciones de la madre sin pensar ni discutir; el segundo mira más arriba, sigue su propia curiosidad, y el tercero parece paralizado por las palabras. Es el incrédulo. Feliz Ramadán

 

Tras una semana de alboroto y susto, causado por los mercados y sus aliados, llega el fin de semana: la ausencia de disparos y gritos, del molesto silbido de los índices cayendo en picado. Es el momento para reflexionar, contar los beneficios, si los hay, o lamentarse de las pérdidas y ordenar las líneas de defensa. También es un buen momento para buscar responsables. Obama, ya cincuentón, culpa a Europa y a Japón; Zapatero, con la libertad del casijubilado, señala a EEUU.

La guerra no ha terminado, solo ha sido solo un embate, otro más tras meses de cerco. El fuerte está agujereado y mal defendido. En el asta, una bandera azul con la mitad de las estrellas. Protegidos por la noche, en la madrugada del lunes, cuando abran las bolsas asiáticas, volverán a atacar. 

UNA MALA NOTICIA Marc Faber está empeñado en que lo peor está por llegar y que China entrará en recesión técnica antes de un año. (Los pesimistas pueden saltarse el vídeo).

SOBRE LAS CAUSAS Hay varias lecturas interesantes, la entrevista de Judy Woodruff al financiero George Soros en 2008, cuyo trabajo admite varios sinónimos, recomendada en el 'The New York Review of Books' y el oscarizado documental 'InsideJob': explica el origen del 'desajuste' y cuya visión debería provocar algo más que perplejidad. Un ejemplo a seguir.

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