Arranca una semana decisiva para Europa. Las semanas decisivas son como los partidos históricos, tienen lugar con demasiada frecuencia. En este caso hay razones objetivas para defender lo extraordinario, al menos, lo inhabitual: el domingo se celebran elecciones en Francia (segunda vuelta de las presidenciales), Serbia (presidenciales, legislativas y locales), Grecia (legislativas), regionales en el Land alemán de Schleswig-Holstein y administrativas en Italia. También vota Armenia, en el extrarradio.
Francia no elige solo entre dos nombres, Nicolas Sarkozy o François Hollande, escoge entre dos modelos intelectuales, entre dos idearios para enfrentarse a la crisis económica: ajuste o crecimiento. Las elecciones regionales alemanas serán el primer test para la intransigencia de Angela Merkel; una semana después tendrá otro de importancia en Renania-Westfalia.
Alemania y Francia alumbraron Merkozy, un monstruo con dos cabezas; esta semana podría mutarse en Merkollande, o Gabrillande (por Sigmar Gabriel) cuando se celebren las legislativas alemanas, en septiembre de 2013. Stephen Fidler escribe en The Wall Street Journal sobre el cambio de 'humor político'.
Churchil dijo. "En política, un día es un año y un año una eternidad". Quedan varias eternidades en Francia. Las encuestas son rotundas en favor del candidato socialista, pero... Será una semana de cortejo del voto de la ultraderecha, del centro y de la izquierda al socialismo. La crisis juega en contra de Sarkozy, un político habituado a las contorsiones ideológicas. En un esfuerzo de última hora por evitar la derrota exaltó el sentimiento nacional y criticó la Europa que él ha gobernado con mano de hierro junto a Merkel.