Ya sabemos lo evidente: habrá duelo Obama-Romney, Darwin-Creacionismo, matrimonio gay frente a los de toda la vida. Quedan cinco meses y unos días para que llegue "el primer martes de después del primer lunes de noviembre", como manda la ley terrenal. EEUU está polarizado. La extrema derecha de EEUU marca un discurso al que Romney se tendrá que subir, aunque él sea un moderado.
No hay favorito, algo que perjudica más al inquilino de la Casa Blanca, que perdió hace tiempo el aura de bendito, de imbatible, de nobel de la paz. Las encuestas anuncian una lucha cerrada. Mitt Romney tiene posibilidades reales de vencer.
Pueden ser decisivos los candidatos a vicepresidente. Aunque los interesados lo niegan, suena con fuerza el ticket Obama-Hillary.