Este es un blog internacional no siempre madrugador; una revista de prensa de medios tradicionales y no tan tradicionales que circulan por Internet, incluyendo las redes sociales. El objetivo es guiar al lector de lunes a viernes entre las informaciones relevantes del día sin descuidar el contexto.
Nací en otro siglo, en Venezuela, mitad español, mitad inglés. Siempre me gustaron las noticias internacionales. Con El País he viajado a guerras en medio mundo. He aprendido mucho, sobre todo a escuchar.
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El autor de este blog cesa su actividad en El País y en este dominio. Soy uno de los 129 despedidos por el diario. Seguiré navegando. ¿Dónde? Podré decir algo más la semana próxima vía Twitter (@ramonlobo). Ha sido un placer estar con ustedes. Les dejo una última canción. Es de Lula Pena: Os Argonautas.
Ramón Lobo
Tras el paso de Sandy. / Shannon Stapleton (REUTERS).
En unas horas, millones de estadounidenses decidirán nuestro futuro. No se elige entre dos modelos (¿recuerdan? Coca Cola o Pepsi Cola), solo entre dos maneras de interpretar un único sistema, una cuestión de matices, de eufemismos.
Portada del Christian Science Monitor.
Barack Obama ha defraudado a sus votantes; no ha impulsado el cambio prometido en 2004, ha dilapidado las esperanzas depositas en él. Es la razón por la que está en aprietos.
Cerca de 140 millones de mujeres han padecido mutilación genital (FGM en sus siglas en inglés). Dos millones de niñas sufren esta agresión cada año, seis mil cada día. La ablación y la infibulación se practican en 28 países del África Negra. En muchos de ellos es ilegal, pero esta costumbre cuatro veces milenaria se encuentra por encima de las leyes, es parte de la tradición, de las costumbres.
Ningún libro sagrado lo avala; es una práctica preislámica. Procede, al parecer, del Egipto de los faraones. En el nuevo, el posTahrir, hay miedo a un retorno.
Nadie se acuerda de que el huracán Sandy pasó antes por el Caribe y por la depauperada Haití, donde ha dejado una nueva crisis alimentaria. Todos los focos están puestos en las inundaciones de Nueva York y otros Estados del noreste. Los medios de comunicación estadounidenses abren sus ediciones web y en papel con un gran despliegue. The New York Times destaca los daños económicos y que millones de personas se encuentran sin electricidad.
Actualizado a las 18.04 /
Sandy ha entrado en la campaña electoral de Estados Unidos. Los huracanes no votan, pero pueden ser decisivos en unas elecciones. La evacuación de cientos de miles de personas, el cierre del transporte público en Nueva York, la suspensión de los colegios y de Wall Street, la cancelación de vuelos en la costa Este y la movilización de bomberos, policía, protección civil en varios Estados parece excesiva por un huracán que oscila entre fuerza 1 y 2, lejos del categoría 5 de Katrina.
¿Están exagerando las autoridades? ¿Y los medios de comunicación incluídas las redes sociales?
Ilustración publicada en The Washington Post. El diario ofrece gráficos sobre el tercer debate.
Las elecciones de EEUU son un acontecimiento planetario, un auténtico trending topic antes de que se popularizaran este tipo de palabras. Charles De Gaulle, presidente francés de la era pre Internet, dijo que en ellas deberíamos votar todos, pues todos estamos afectados.
Ganó Barack Obama sostienen las encuestas urgentes y la revista The Economist, pero Mitt Romney sigue allí, con posibilidades de dar la sorpresa el 6 de noviembre. Quedan solo dos semanas para unas elecciones en las que deberíamos votar todos, como dijo Charles De Gaulle.
Los debates, como casi toda la fanfarria política, son trascendentes para los que viven de ella, incluidos la mayoría de los medios de comunicación, pero no todos. Lo que en ellos se dice, los guiños, las escaramuzas, las pequeñas victorias florales quedan lejos del ciudadano aplastado por la crisis, para el que olvidó de quién fue la primera culpa y solo pelea por llegar a fin de mes.
Mahmud Hams (AFP).
Primero, una fotografía: niños palestinos curiosean en la morgue del hospital de Beit Hanun, en el norte de Gaza. Una incursión israelí mató, unas horas antes, a dos militantes cerca de la frontera. Israel mantiene una guerra invisible contra los palestinos, sea Gaza o Cisjordania.
Después, Líbano, un país descosido que se afana por disimular sus heridas, por no romperse del todo. Mi compañero Javier Valenzuela, corresponsal en Beirut en algunos años de la guerra civil (1975-2000), cree que se impondrá la calma antes de que estalle la Gran Catástrofe. Los incidentes más graves, en Trípoli. Los choques armados también regresaron a la capital. Regresan los fantasmas del pasado.
Wissam al Hassan, jefe de los servicios secretos de Líbano y responsable de la investigación del atentado que mató a Rafiq Hariri el 14 de febrero de 2005, ha muerto de la misma forma que el primer ministro: coche bomba en el centro de Beirut. La explosión ha causado varios muertos, decenas de heridos e importantes daños materiales. Tiene el sello de los asesinos, su huella dactilar.
La explosión devuelve al país al periodo negro entre 2005 y 2008 en el que perdieron la vida en atentados varias personalidades libanesas. Hassan estuvo en todas las investigaciones. Sus pesquisas señalaron en una dirección que genera enemigos: Siria y su aliado Hezbolá, el partido-guerrilla chií que es un Estado dentro del Estado.
Thomas
Peter /(REUTERS).
No todas las manos son iguales. Existen manos de poder, como las de Angela Merkel; son firmes, nunca dudan, están acostumbradas a marcar el rumbo. Hay manos de muerto, como las de la segunda foto: manos sirias atrapadas entre los escombros después de un bombardeo.
Bulent Kilic /AFP).
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