Este es un blog internacional no siempre madrugador; una revista de prensa de medios tradicionales y no tan tradicionales que circulan por Internet, incluyendo las redes sociales. El objetivo es guiar al lector de lunes a viernes entre las informaciones relevantes del día sin descuidar el contexto.
Ese runrún de tradiciones pastunes (que tan bien narra la película de John Houston y la novela de Kipling) se comparte con el vecino Afganistán. Explica la distancia sideral entre las tropas occidentales (y sus Gobiernos, claro) que llevan más de 11 años combatiendo a un fantasma, instalados en castillo de valores y prejuicios, protegidos por muros de cemento y aviones drones, alejados de la realidad que dicen querer cambiar.
Cuando las tropas extranjeras abandonen Afganistán volverá una guerra civil que no ha dejado de estar presente desde la invasión soviética en 1979. Las escuelas construidas serán devoradas por los nuevos enfrentamientos, las niñas serán expulsadas de las escuelas y las mujeres seguirán atrapadas en un mundo de pobreza, sin derechos. Nada de lo aportado, ni los millones gastados (en armas y bombas), es sostenible. Todo ha sido un enorme error y un gran fracaso.
La niña paquistaní es una metáfora de ese desastre que no se detiene en una frontera. Malala creyó los cantos de sirena, en una educación para todas la niñas, en un mundo mejor. Se lanza el mensaje pero no existe capacidad política ni militar, ni voluntad de proteger a las personas que quieren impulsar el cambio. Los invisibles están desprotegidos. Esa es la derrota colectiva.
La expresión de Obama muestra quién ganó el debate / vía Twitter @BuzzFeedJack.
Lo advirtió Michel Crowley, de Time: "El primer debate sirve para medir el carácter, no necesariamente la substancia". Mitt Romney logró lo primero: se mostró presidenciable, preparado. No cometió errores; se creció al medirse al presidente quien se mostró como un aspirante. Era el mundo al revés.
El republicano aprovechó su presencia en el escenario de la Universidad de Denver para ofrecer una actuación convincente, la mejor de los últimos meses. Era casi su última oportunidad para regresar a la carrera y tener opciones de victoria el 6 de noviembre.
Foto distribuida por las tropas de la Unión Africana / AFP.
La milicia islámica radical Al Shabab (Juventud) ha abandonado su último enclave importante en Somalia, pero aún no ha perdido la guerra. Tropas leales al Gobierno de Mogadiscio y soldados de la Unión Africana han entrado en Kismayo, al sur. No hubo combates ni muertos. Los islamistas se marcharon sin presentar batalla. Repiten la táctica de diciembre de 2006 en Mogadiscio: no presentar batalla ante una fuerza superior. ¿Cuál es su alternativa? ¿Bombas y atentados suicidas? Tratarán reagruparse y contraatacar.
La operación de Kismayo contó con el apoyo del Ejército de Kenia, que opera desde hace meses dentro de Somalia de parte de EEUU. Kenia reemplaza a Etiopía como fuerza extranjera.
"España es el único país del mundo que debe enfrentarse a cinco crisis: bancaria, económica, de deuda soberana, política y constitucional, y todas simultáneamente", asegura Nicholas Spiro, fundador de Spiro Sovereign Strategy, una consultora con sede en Londres que evalúa los riesgos de las deudas soberanas.
EEUU e Israel se oponen a un Irán con armas atómicas; lo consideran letal para su seguridad y un peligro para la estabilidad de Oriente Próximo.
Las declaraciones de los líderes iraníes, Ali Jamenei y Mahmud Ahmadineyad, repletas de bravuconadas y frases antijudías, no ayudan a generar confianza; tampoco el curso de las negociaciones supervisadas por la Agencia Internacional para la Enegía Atómica (AIEA), dependiente de la ONU; se suceden las trampas y ocultamientos. Occidente no se fía de la palabra de Teherán.
Barack Obama no quiere oír hablar de un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán antes del 6 de noviembre, día de las elecciones presidenciales. Cualquier fallo en una operación compleja y arriesgada podría arruinarle la reelección. BBCadelantó los posibles planes.
Las explosiones, asesinatos de científicos y accidentes que han sucedido en los últimos meses en las instalaciones nucleares iraníes no parecen casuales.
Dentro de este contexto de enfrentamiento y preguerra, el Departamento de Estado de EEUU ha decidido sacar de la lista de grupo de terroristas a los MEK, siglas de Mujahedin-e Khalq (Luchadores del pueblo), un grupo opositor armado que luchó contra el régimen del Sha, dictador patrocinado por EEEU, y que tras sumarse a la Revolución de Jomeini, rompió con ella.
Tanto el Sha como los ayatolás han golpeado con dureza a los MEK que encontraron cobijo en el Irak de Sadam Husein. Fue su base principal para numerosos ataques dentro de Irán.
Lejos quedan los tiempos en los que Irán y EEUU estaban de acuerdo en que los MEK era un peligro.
Los MEK llevaban 15 años en la lista negra. Fue una de las excusas esgrimidas por la Administración Bush para justificar el derrocamiento de Husein en 2003: su país cobijaba grupos terroristas internacionales.
El mismo Gobierno republicano protegió los campamentos de los muyaidín en Irak post Sadam y les alentó y permitió seguir operando.
BBC explica los orígenes de un grupo rodeado de misterio. Mi compañera Georgina Higueras asegura que no tienen muchos apoyos dentro, pero que se trata del grupo de oposición mejor organizado, casi una secta con obediencia ciega a sus líderes.
Salir de la lista es positivo para los MEK. Podrán recibir dinero y armas con menos trabas legales. Han sido ascendidos a rating AAA+, el de los luchadores por la libertad.
1) Existe un sistema judicial aparte para los musulmanes estadounidenses; 2) El Gobierno de EEUU no se opone al terrorismo, lo fomenta; 3) La palabra terrorismo se mantiene como la más manipulada en política; 4) Para lograr la legalización hay que tener influencia en los dos partidos que dominan Washington; y 5) Existe una agresión entre EEUU e Irán que generalmente no procede de Irán.
También hay movimientos en los aledaños del poder dentro de Irán: detención de los dos hijos de Rafsanyani, ex presidente y teórico rival 'liberal' de Jamenei para el puesto de Guía Supremo de la Revolución.
La oposición interna teme las consecuencias de la legalización de los MEK. No los considera parte de su lucha. Pero la oposición interna está diezmada y dividida, sin posibilidades a corto plazo.
La mayoría de la población iraní no ha vivido la época del Sha ni la Revolución. Hay ansias de libertad, hartura del integrismo religioso como sistema político. También hay miedo tras la brutal represión desatada tras las elecciones de 2009 y la silenciosa, que aún continúa. Fue la marea verde que universalizó un nombre, una tragedia, un símbolo: Neda.
Las mejores fotos no necesitan un pie que las explique: 'Un rebelde sirio duerme tras regresar del frente de Aleppo'. Cuando una imagen tiene fuerza e información sobran las palabras. Escribir lo que el lector ve es redundante.
En esta destacan ocho armas de fuego colgadas de un perchero improvisado. Las cinco cortas parecen Kaláshnikov; las dos que se hallan detrás de un aparato de televisión podrían ser 'made in USA'. Las armas siempre tienen el nombre de fábrica o de su inventor, nunca el de los muertos que provocan.
En la pantalla, un canal de noticias. El rebelde sirio está descalzo, como buen musulmán. Los zapatos impuros no pisan las casas ni las mezquitas. El ventilador gira en otra dirección, brisea. En la escalera hay una pintada, tal vez una proclama. Mantiene cerca del cuerpo un paquete de tabaco con su mechero y un móvil que se recarga; son sus urgencias. Una de las dos botellas junto al colchón está vacía. ¿Canada Dry y Seven Up?
Podemos describir, buscar detalles que explican presencias y ausencias, aficiones, pero no entrar en sus sueños y pesadillas; saber por qué lucha, cuál era su vida antes de la guerra, si está casado. La foto transmite calma: el joven duerme recogido, tranquilo, con la boca cerrada. Parece una siesta. Proyecta soledad: un hombre para demasiadas armas; un hombre que se está secando.
En una guerra nadie puede captar la esencia del horror. Quizá Conrad en El corazón de las tinieblas. Cada foto es un instante suspendido, frenado, irreal. Pero si se mira desde dentro el instante se mueve, avanza y retrocede como un vídeo. En una guerra, fotografías como esta son una ventana a la realidad; huelen a sudor, utopía y miedo.
Nací en otro siglo, en Venezuela, mitad español, mitad inglés. Siempre me gustaron las noticias internacionales. Con El País he viajado a guerras en medio mundo. He aprendido mucho, sobre todo a escuchar.