Salvador Camarena

Sobre el autor

es periodista y locutor de radio. Se ha propuesto hacer de este espacio una red de amigos en el continente.

Eskup

TWITTER

Salvador Camarena

Archivo

diciembre 2012

Lun. Mar. Mie. Jue. Vie. Sáb. Dom.
          1 2
3 4 5 6 7 8 9
10 11 12 13 14 15 16
17 18 19 20 21 22 23
24 25 26 27 28 29 30
31            

Cuando la izquierda gritó a los cuatro vientos "Viva el PRI"

Por: | 26 de enero de 2011

Angel_aguirre

Jesús Ortega nunca fue priista, al menos no formalmente. Es el presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la organización de izquierda más importante de México. Concluirá su periodo al frente del partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas en poco más de un mes, y últimamente se ha posicionado como uno de los mayores defensores de los "priistas buenos", sin importar que uno de esos "priistas buenos" a los que Ortega defiende haya pertenecido durante décadas a grupos caciquiles que, entre otras cosas, persiguieron a los perredistas.

Un poco de información de contexto. Guerrero, uno de los estados con mayor atraso social de México, tendrá elecciones el domingo 30 de enero. Lo dos principales candidatos a la gubernatura son: por el PRI, Manuel Añorve, ex alcalde de Acapulco; y por la izquierda, Ángel Heladio Aguirre Rivero, que hace unos meses abandonó al PRI, su partido durante 30 años, porque no le postularon. Un dato indispensable: Aguirre Rivero ya fue gobernador de Guerrero, de marzo de 1996 a marzo de 1999, cuando heredó el cargo de  Rubén Figueroa, parte de una dinastía señalada por su impune autoritarismo y quien fue defenestrado meses después de una matanza de 17 campesinos a manos de policías (la caída del gobernador no se dio en junio de 1995, fecha del multiasesinato, y quizá Figueroa habría concluido su periodo de no haber sido porque el periodista Ricardo Rocha dio a conocer un video de la balacera, la indignación provocada por las imágenes hizo posible que fuera expulsado del cargo).

Hoy, el pragmático Jesús Ortega defiende sin detenerse en matices a Aguirre Rivero. Podría pensarse que es congruente al hacerlo porque no es la primera vez que el perredismo recurre a priistas para postularlos a puestos de elección bajo las siglas del PRD, una organización fundada en mayo de 1989 por gente de izquierda y ex priistas que consideraban que el PRI había extraviado el rumbo sumido en corrupción y autoritarismo. Postular priistas le trajo a Ortega buenos resultados en 2010, cuando el PRD, con candidatos que en algunos casos renunciaron a su militancia priista apenas unos días antes del proceso electoral, ganó tres importantes gubernaturas. (Cabe apuntar que esos triunfos "perredistas" son compartidos con el derechista Partido Acción Nacional, que también arropó a esos candidatos surgidos de su acérrimo rival).

Pero el deseo de ganar a cualquier precio ha hecho que Jesús Ortega se extravíe completamente. En entrevista este miércoles con Carlos Puig, de W Radio, el líder del PRD llega al extremo de comparar a Aguirre Rivero con, ni más ni menos, Cuauhtémoc Cárdenas. Esto dijo Ortega: "A veces se crean historias que no corresponden a la realidad, se repiten mil veces pretendiendo convertirlas en verdad. (...) Cuántas mentiras no se hicieron alrededor del ingeniero Cárdenas cuando tomó la decisión de separarse del PRI".

No hay que ir a los libros de historia para recordar que a mediados de los 80 Cárdenas, junto con Porfirio Muñoz Ledo, inició dentro del PRI lo que se llamó la Corriente Democrática, que buscaba modernizar al priismo. El partido se resistió al cambio, Cárdenas y Muñoz Ledo salieron de él y con el primero como candidato desafiaron al sistema en las fraudulentas elecciones de 1988. Unas horas antes de esa elección, colaboradores cercanos de Cárdenas fueron asesinados, serían apenas los primeros de una larga lista de muertos que le ha tocado "poner" al perredismo, incluyendo por supuesto los perredistas asesinados en Guerrero entre 1996 y 1999: al hacer una revisión de la biografía política de Aguirre Rivero, la reportera Gloria Leticia Díaz consigna que "los tres años de gobierno (interino) de Aguirre no fueron precisamente tranquilos para el PRD y los movimientos sociales. En los archivos de la Secretaría de Derechos Humanos del PRD nacional hay cinco cajas de expedientes de sus militantes asesinados, y 60 de ellos corresponden al periodo de Aguirre Rivero".

¿Qué pensará Cárdenas de que le comparen con un cachorro del clan de los Figueroa, de que le coloquen en el mismo estante que a Aguirre Rivero, quien en su momento dijo que aquellos que se iban del PRI lo hacían porque “ante la ausencia de cuadros, (los partidos de oposición) recogen la bazofia y la basura de nuestra organización política. A los oportunistas, el PRI no los necesita ni los quiere; por el contrario, agravian a la verdadera militancia y nada tienen que ver con la democracia”. (Palabras recuperadas también por Gloria Leticia Díaz)

No sabemos qué piensa Cárdenas, pero sabemos qué piensa Ortega. En su entrevista con la W exclamó: "Ángel Aguirre (ha dicho) que esta decisión de separarse del PRI es la mejor de su vida, porque ahora está actuando con libertad y enarbolando demandas del pueblo de Guerrero. Esa es una decisión que a mi juicio debería de celebrarse, y no de condenarse".

Celebremos pues que al candidato que podría ganar el domingo en Guerrero le tomó 30 años darse cuenta de que el PRI no era un lugar en el que podría actuar con libertad. Nada hace falta agregar ante tal confesión. Ambos, Ortega y Aguirre, quedan pintados de cuerpo entero.

 

Foto: Ángel Aguirre, candidato de la izquierda en Guerrero. Tomada de la página web del propio candidato.

Gracias gobierno por los Narcos Superstars

Por: | 19 de enero de 2011

El general Oscar Naranjo, director de la Policía Nacional de Colombia, hoy sabe que aquella foto suya en la portada de una revista de su país era una señal de que empezaban a ganar la guerra en contra de los cárteles colombianos. Que el retrato en la tapa de esa edición de Semana fuera de un policía, y no de un narcotraficante como había ocurrido decenas de veces, hablaba de que también esos espacios estaban siendo reconquistados por las instituciones, desplazando de ellos a los capos. Algo así como exactamente lo contrario de lo que está ocurriendo hoy en México, donde los horarios estelares de los informativos de la televisión y la radio --además claro está de los periódicos-- se llenan con los desplantes verbales de señores acusados de narcotráfico que son entrevistados por importantes comunicadores.

Esta semana, y casi un año después de un altercado en un bar que lo volvió un personaje, fue detenido José Jorge Balderas Garza, conocido por su sobrenombre: El JJ. Aquella madrugada del año pasado se acabaron dos carreras: la de un jugador de futbol paraguayo, Salvador Cabañas, emergente símbolo y efectivo goleador del equipo América, a quien le dieron un tiro en la cabeza que le dejó permanentemente disminuido. Y la de El JJ, prácticamente desconocido hasta entonces pero hoy famoso por la agresión al futbolista guaraní, y quien está acusado por la policía de haber sido desde hace años un importante introductor de cocaína en el Valle de México.   

Si fue El JJ el que le disparó o no a Cabañas esa madrugada en el cuarto de baño del Bar Bar es irrelevante. Lo trascendente es que gracias a ese pleito de cantina quedó al desnudo una convivencia entre estrellas del deporte, la farándula y narcotraficantes. Lo que es relevante es que hoy a los periodistas pareciera importarnos más "las causas" de la riña entre dos machos en unos mingitorios, que la evidencia de la presencia, y libre flujo, de los narcotraficantes en lugares nada escondidos (el Bar Bar está en la famosa avenida Insurgentes y la detención del El JJ ocurrió, según las autoridades, en una propiedad del exclusivo barrio Bosques de Las Lomas, una zona donde viven muchos de los ricos de México).

Hay una cosa más que agradecer a este caso. La cobertura mediática de la presentación pública del detenido --ocurrida la tarde del martes y que incluyó sendas entrevistas de las principales cadenas de televisión mexicana, con la lógica reproducción de las mismas en otros medios-- ha provocado un ilustrativo alborozo de los comunicadores y los públicos: las redes sociales y los medios se han saturado con la entretenida pero preocupante conversación sobre la ropa de marca que el acusado traía, la credibilidad de sus reproches al decirse traicionado por sus compinches, las risas que El JJ, como antes su patrón La Barbie, exhibe en horario estelar; la novia colombiana que fue reina de belleza --también detenida con El JJ--,el aspecto atlético del detenido, etc...

Es decir, más que el récord criminal --y el alivio por la caída de un narcotraficante--, lo que nos importa más de El JJ es su aspecto físico y el tema de la riña con Cabañas. Lo que nos embelesa es que es un triunfador. El gobierno, al permitir las entrevistas, se da un tiro en el pie: quién no sueña con una novia colombiana, quién no aspira a ropa de marca, quién no quiere poder decir que vende 18 kilos al mes de cocaína sin salir de su casa, quién no quiere divertirse en los bares de moda y codearse con futbolistas. Qué importa si para poder llegar a eso haya que matar o envenenar. Aplausos al gobierno mexicano, ha creado un nuevo ídolo. En vez de presentar a un individuo postrado por haber sido detenido, la Policía Federal nos ha permitido ver a un insolente, a un señor que aún con las manos encadenadas se ríe de todo. Risas. Palabrotas. Muestra eso, y no miedo, no arrepentimiento. 

Antes, al ser presentados ante la prensa, los narcos negaban dedicarse a vender droga. Decían que eran agricultores, o ganaderos. Hoy, lo presumen. Lo de la cocaína, él mismo lo ha reconocido en esas entrevistas, es tan sólo un negocio, su negocio, que --ahora nos cuenta-- creció a partir de la fama que los medios le ayudamos a construir luego del incidente en el baño del Bar Bar.

Porque, puestos a comprar cocaína, ¿a quién no le gustaría adquirirla con los que venden el producto de un personaje que ha logrado evadir a la justicia? Porque, puestos a elegir futuro, ¿a qué joven no le gustará llegar a la fama y estilo de vida de El JJ? Porque, ¿puestos a vender revistas, o tiempo aire, qué periodista se va a resistir ante los encantos mediáticos de este nuevo famoso?

Gracias Gobierno por los Narcos Superstars.

 

Las muertas y la candidatura de Peña Nieto

Por: | 14 de enero de 2011

41784_36394401504_1794_n

 

2011 ha iniciado con un signo ominoso para las mujeres: quienes se supone que las defienden desde los gobiernos estatales (como se llama acá a las autonomías o provincias) han votado en contra de investigar si el asesinato de 922 de ellas en el Estado de México amerita la emisión de una alerta de violencia feminicida. La razón de esa negativa es, como todo lo será este año, electoral.

Algunos creen inevitable el triunfo del priista Enrique Peña Nieto en las elecciones presidenciales mexicanas de julio de 2012. A los simpatizantes del PRI, a los compañeros de partido del todavía gobernador del Estado de México les urge que pase el tiempo, que ya sean los comicios, que la ventaja en las encuestas se convierta en votos y que se abra de nuevo la residencia oficial de Los Pinos al grupo que gobernó México durante siete décadas. Para otros, esa especie de "destino manifiesto" no luce halagüeño. Sus temores se basan en el récord que como gobernante tiene Peña Nieto en algunos rubros. Por ejemplo, en los feminicidios.

Con más de 15 millones de habitantes, el Estado de México es la entidad más poblada del país. De enero de 2005 a agosto de 2010, es decir prácticamente en el mismo periodo en que ha gobernado ese estado Peña Nieto, 922 mujeres han sido asesinadas ahí. No se conoce la identidad de los autores del 57 por ciento de esos homicidios, según ha denunciado el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. En cambio, sí se sabe que en el 35 por ciento de esos feminicidios (322 mujeres) el asesino fue un "conocido", básicamente su pareja. Dicho de otra manera: mientras que en España --con una población tres veces mayor que la del Estado de México-- hay en promedio 63 asesinadas por violencia machista al año, en el territorio de Peña Nieto hay alrededor de 58 anualmente.

Alarmada por este número de asesinatos, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos demandó, en el marco de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia en contra de las Mujeres investigara si procedía declarar una Alerta de Violencia de Género. La solicitud fue desechada este martes 11 de enero por mayoría de votos. Se opusieron sobre todo institutos "para la mujer" de estados gobernados por priistas.

Las autoridades del Estado de México han defendido esa negativa a investigar del que se supone es el máximo órgano legal de defensa de las mujeres diciendo que es indebido ver números "absolutos" de asesinatos (en esas estadísticas, es decir con 922 homicidios en cinco años, el Edomex ocuparía el segundo lugar nacional, sólo después del dramático caso de Chihuahua, donde en 2010 hubo 446 asesinatos de mujeres, 306 de ellos en Ciudad Juárez). Los defensores del gobernador Peña Nieto piden que se vean los números de prevalencia, o sea, cuántos casos hay por cada 100 mil mujeres, con ese rasero tienen un, suponemos que creen honroso, séptimo lugar nacional: en el Edomex en 2009 hubo 2.76 homicidios dolosos de mujeres por cada 100 mil de ellas.

Lo que los defensores del gobernador Peña Nieto no dicen es que el Estado de México ya disputa liderazgo nacional en muchos rubros, y que el mandatario de esa entidad debería ser ejemplo de buen gobierno, máxime si busca ser Presidente de la República. Lo que no se dice es que antes que mostrarse como un gobernante de avanzada, que frente a una realidad tan compleja como la de los feminicidios, y un señalamiento tan puntual como el que han hecho diversas agrupaciones de mujeres, Peña Nieto prefiere escudarse en que todo hoy se reduce a que sus adversarios quieren usar estas muertes para socavarle sus posibilidades electorales, y por tanto hay que impedir la investigación.

Ana Yeli Pérez es abogada de la comisión que solicitó la investigación para saber si procedía una alerta. Ya prepara una solicitud de amparo, que es un derecho Constitucional, ante el revés que han sufrido. Ella explica que la defensa mediática de los voceros de Peña Nieto constituye un "argumento vacío". Decir que tienen muchos casos porque tienen mucha población --dice con voz indignada-- es lo mismo a decir que como soy un estado grande no importa una masacre. Y menos aún parece importar, digo yo, si esa masacre se denuncia en días preelectorales, como los que corren.

 

Imagen tomada de la página 

 

Ebrard ¿visionario o intolerante?

Por: | 05 de enero de 2011

Brito

Violentar medidas cautelares emitidas por una comisión de derechos humanos, ocultar (al declararlos  como clasificados) documentos de una obra multimillonaria concesionada de manera directa a grupos privados, usar la madrugada de un día feriado como es el 1 de enero para desbaratar un plantón ciudadano, mandar felicitar a un asesor por "ponerle una putiza" (vulgar aunque coloquial término que en México se entiende como golpiza, figurada o literal) a un joven y documentado crítico, y resistirse durante meses a varios formatos de diálogo para atender una inconformidad ciudadana serían conductas nada sorprendentes en un mandatario de derecha... pero notablemente reveladoras en un gobernante surgido de un partido de izquierda, como se supone es el de la Revolución Democrática.

El 2011 es clave para Marcelo Ebrard. Este año se resolverá si logra quedarse con la candidatura presidencial del PRD, o si de nueva cuenta Andrés Manuel López Obrador competirá bajo esas siglas por la Presidencia de la República, el año entrante. A menos de que en el cálculo de Ebrard por posicionarse lo más posible ante la opinión pública esté el hecho de se supone que la gente "se ha cansado de que las cosas no se hagan", la construcción de una carretera de peaje llamada Supervía Poniente es hoy un escollo que se le está complicando peligrosamente al gobernante que el año pasado fue declarado, y su equipo festejó ese hecho, como el "mejor alcalde del mundo". 

La ciudad de México es un enorme nudo vial, en algunas ocasiones los vehículos se desplazan a una velocidad de apenas 6 kilómetros por hora. En el Distrito Federal viven 8 millones 873 mil personas, pero junto con los municipios aledaños del Estado de México e Hidalgo, la población total de la zona metropolitana asciende a más 20 millones 137 mil, la tercer más poblada del mundo. Según estudios, en las últimas décadas la población ha ido abandonando las delegaciones céntricas al tiempo que puebla las periferias, con el consiguiente crecimiento de longitud en los viajes origen-destino y del número de automóviles particulares para realizarlos.

Marcelo Ebrard gobierna el Distrito Federal desde diciembre de 2006. Ha promovido la creación de más transporte público (luego de una década de no crecer la red del Metro, está en construcción la línea 12 de ese colectivo) y ha puesto en marcha ciclovías y una mini red de bicicletas a préstamo que han sido bien recibidas. Pero en sentido contrario, también ha iniciado obras para los automóviles, como la Supervía Poniente, un sistema de segundos pisos que conectará la financiera zona de Santa Fe con el habitacional sur de la Ciudad de México, y que como novedad será la primera autopista de peaje dentro la capital. La construcción de esta vialidad ha enfrentado a Ebrard con ciudadanos de distinto origen y representatividad (colonos, ecologistas y activistas) que le reclaman negarse al diálogo y ocultar información.

El gobierno de la ciudad otorgó el contrato de construcción y operación de esta autopista a una empresa española (OHL Concesiones México) que se asoció con otras dos compañías, Grupo Copri y Constructora Atco. La concesión es por al menos 30 años y supone un margen de ganancia de alrededor de 44 mil millones de pesos (2 mil 700 millones de euros), y entre los términos del contrato está que el gobierno del Distrito Federal garantiza a las compañías constructoras y operadoras de esa autopista de diez kilómetros de largo y cuatro nodos, que mantendrán durante toda la operación un margen de utilidad de al menos 10 por ciento.

Como la autopista pasará por barrancas y zonas arboladas los opositores temen que esta nueva vía active especulación inmobiliaria que dañe una región vital para el abastecimiento de agua de la ciudad. Temen asimismo que las constructoras hagan uso de una de las claúsulas del contrato y generen en el futuro otras edificaciones, de nuevo con el consiguiente potencial daño al ambiente. El gobierno asegura, sin poder garantizarlo, que tal cosa no ocurrirá.

Pero lo anterior, siendo benévolos o incluso ingenuos, podría decirse que son especulaciones de los opositores. Lo cierto es que el gobierno de la Ciudad de México a cargo de Ebrard ha decidido mantener en secreto los documentos de la operación del negocio de unos particulares, lucro del cual, argumentan los gobernantes, la ciudad se beneficiará pues no sólo habrá una alternativa vial que incluirá transporte público confinado, sino porque el 1 por ciento de los ingresos será regresado por las operadoras para hacer otras inversiones ambientales.

Lo cierto es que el gobierno ha desairado el diálogo --rehuyó uno convocado en tiempo y forma por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal--, y ni siquiera ha aceptado reunirse con un grupo de notables de la izquierda, informal órgano de negociación sugerido por los opositores pero integrado por personajes de añejas credenciales en la defensa de las causas ciudadanas, y lo cierto es que tras reventar con cientos de granaderos un plantón que detuvo durante meses parte de la obra, Ebrard está mostrando una cara que no queda claro qué clase de réditos le puede traer con la opinión pública progresista, por llamarla de algún modo, esa identificada con sus potenciales votantes.

Las dudas sobre el verdadero talante de Marcelo Ebrard parecen apuntalarse gracias a un incidente ocurrido en twitter, que sería uno más de los sucesos que se prestan a cotilleo en esa red social si no fuera porque reveló mucho más que un error de un subalterno. El último día del 2010, Alfonso Brito, vocero oficial del jefe de gobierno, transmitió esta felicitación de Ebrard a uno de sus asesores, se respeta la redacción original: "Paquito estamos con el jefe en sinaloa. Me pide te comente que "felicidades por la putiza a Lajous"La hemos seguido. Jajaja."

Horas después Brito trató de componer la situación (publicó y todavía se puede leer en su timeline: "Una disculpa por una palabra absurda que fue utilizada de forma personalísima y que resulto no solo impropia, sino fuera de lugar"). Han pasado los días y parece que en el edificio del Ayuntamiento no comprenden que el que está en entredicho con ese mensaje es Marcelo Ebrard, no su jefe de comunicación social. Y pasan por alto que no se puede desligar el "despiste" (otra vez siendo benévolos) de Brito de lo que ocurriría horas después, cuando el jefe de gobierno lanzó a la policía a desmontar de madrugada un plantón ciudadano en contra de la Supervía, a pesar de que la Comisión de Derechos Humanos había solicitado que no hubiera un albazo en contra de los opositores.

A menos de que Ebrard, insisto, sepa que hay rendimiento electoral al mostrarse como alguien que sí hace las cosas sin importar los cómos (a diferencia de lo que se supone que es una marca de la presidencia panista, "la parálisis"), todo indica que está perdiendo parte del apoyo de los intelectuales afines a la izquierda: este miércoles Miguel Ángel Granados Chapa --reconocido como el columnista más leído del país-- hizo una singular comparación de Ebrard, al decir que ni Vicente Fox (ex presidente panista famoso por cerril) fue tan terco cuando quiso imponer una malograda obra aeroportuaria.

Hay una parte de la población y de los opinadores que no ven mal la construcción de la Supervía Poniente. Pero que a quienes se oponen se les mande la policía, se evada el diálogo como vía de solución o se felicite a asesores por poner una "putiza" a un crítico informado y hasta mesurado (este es el artículo que suscitó la respuesta de Ebrard), suena a todo menos a un comportamiento de alguien que se dice de izquierda (cabe mencionar que los orígenes de militancia de Ebrard fueron en el PRI).

¿Quién es en realidad Marcelo Ebrard? Gracias a la Supervía Poniente pronto tendremos una pista más.

2010: Mar de muertos

Por: | 03 de enero de 2011

Marisela_Escobedo_foto_asesino_hija

Con 24 horas de diferencia, dos importantes diarios mexicanos han publicado su "ejecutómetro": un recuento de las "ejecuciones", de los homicidios que se piensa están relacionados con el crimen organizado; asesinatos ya sea producto de enfentamientos de criminales en contra de miembros de otro cártel, o de delincuentes en contra de fuerzas policiacomilitares, gobernantes y, por supuesto, ciudadanos (por ejemplo, quienes se resisten a actos de extorsión). 

El periódico Reforma, el sábado, y el diario Milenio, el domingo, han hecho el corte de caja del año 2010 y lo primero que hay que decir es gracias. Con su esfuerzo por establecer --y sostener-- una métrica de una de las consecuencias de la acción de los criminales dan un parámetro que mes con mes, y en ocasiones al día, ayuda a que los ciudadanos traten de entender algo de esta guerra. Y evidencian una vez más al gobierno de Felipe Calderón, incapaz en cuatro años de establecer una metodología que ayude a concluir que "se está ganando (o no) a los delincuentes". El recuento de los diarios, en cambio, ayuda incluso a desterrar generalizaciones como aquella que sostiene que todo, todo el territorio mexicano está en llamas (gracias a Reforma, por ejemplo hoy sabemos que en Yucatán no se registró NI UNA ejecución con la marca del crimen organizado en todo el año pasado).

Estos periódicos han sostenido su labor de conteo de homicidios atribuidos al crimen organizado a pesar de que en un hecho contrario a la costumbre, la primera vez que el gobierno de Calderón dio un reporte más sistematizado de las muertes violentas en lo que va del sexenio, (Descargar Informacion-sobre-el-fenomeno-delictivo-en-Mexico), la cifra aportada por el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) sorprendió porque no era menor de la que reportaban los diarios, sino mayor. Afortunadamente y a pesar de que no coincidían las cifras, los diarios en cuestión no dejaron de hacer su propio conteo. No sólo porque es obvio el valor de la independencia de la información que aporten esas organizaciones, sino porque a diferencia de las entidades gubernamentales que informan sin calendario ni organización (tan solo en el segundo semestre de 2010 fueron tres diferentes funcionarios los que dieron cifras del balance de muertos), estos medios de comunicación cumplen con puntualidad mensual su cita y muestran sus números, que como reconocía Milenio apenas el 17 de diciembre, son menores a las que reportan los gobernantes.

En 2010 hubo 11 mil 583 ejecutatos, dice Reforma; fueron 12 mil 658, dice Milenio. El gobierno no ha dicho cuántos fueron, pero sí informó en el desayuno de la prensa con el fiscal de la nación --con motivo del fin de año-- que hasta el primer día de diciembre iban 12 mil 456 (no hay fecha para que entreguen nuevos datos, cuestionado al respecto, el vocero para la estrategia anticrimen dijo en octubre que trabajan en un esquema de homologación de Ejecutómetro --no usó esa palabra-- que incluirá a organismos no gubernamentales y expertos, pero no dijo cuándo).

Así que mientras el gobierno logra poner a sus dependencias en orden para clasificar a los asesinados (El País evidenció en diciembre, a partir de un cable de wikileaks, la pugna que existe entre las dependencias que participan en la guerra anticrimen), y convencer a los estados de la federación que colaboren en esta tarea, gracias a Milenio sabemos que en el sexenio de Calderón van 29 mil 481 muertos (25 mil 744, dice REFORMA), hasta noviembre pasado, 30 mil 196, dice el gobierno. Milenio dice que en 2010 hubo 52 por ciento más homicidios que en 2009. REFORMA dice que hubo ejecuciones en 607 municipios, mientras que el año pasado "sólo" había habido en 530 municipios (en México hay 2440 municipios, más las 16 delegaciones que componen el Distrito Federal).

Reforma aporta el dato de que hubo un total de 389 decapitados (destacadamente en Acapulco, Ciudad Juárez y Cuernavaca). Milenio, que una de cada tres ejecuciones se dio en Chihuahua. En fin.

Todos estos datos sirven para que investigadores hagan cálculos y consideren que en una proyección lineal al entregar el poder Calderón habría visto que en su presidencia se registraron alrededor de 74 mil ejecutados.

Los periódicos ya hicieron su parte (si a alguien no le ha quedado clara la dificultad de clasificar estos asesinatos veamos el caso de Ciudad Juárez, el municipio más violento del país: hubo 2 mil 944, dice Milenio, 2 mil 377, afirma Reforma). Le toca al gobierno dar líneas de certidumbre: ¿qué significan esas cifras? ¿Qué más saben sobre estos asesinatos? ¿Cuántos culpables de esas muertes están siendo procesados? ¿Hay o no una tendencia en los últimos meses? ¿Por qué en Tamaulipas se disparó, según Reforma, en 1380 por ciento el número de muertes? ¿Por qué parece a nadie importarle que Sinaloa fue la segunda entidad con más violencia de este tipo (mil 730, dice Milenio; 2028, registra Reforma). ¿Qué responde el gobierno a analistas que desmontan el argumento oficial de que el número de muertos es señal de avance?

En reiteradas ocasiones el gobierno federal se ha quejado, en público y en privado, de que los medios dan demasiado espacio a las notas sobre la violencia. Ahora que hay esfuerzos de organizaciones periodísticas por ir más allá del "muerto del día", ¿podrá la administración Calderón convencernos de que ellos sí saben lo que significa este mar de muertos? ¿Y cada cuándo pueden comprometerse a hacerlo, a explicar estas cifras?

 

Foto: AFP Marisela Escobedo, ejecutada afuera del palacio de Gobierno de Chihuahua, el pasado 16 de diciembre, cuando clamaba justicia por la liberación del asesino confeso de su hija.

México 2011... el año que pesará demasiado

Por: | 01 de enero de 2011

Quien marcha al frente

El año que comienza terminará el primero de julio de 2012. Desde ya, el actuar de los personajes de la vida pública mexicana estará condicionado por la lógica de que cualquier cosa que hagan (o dejen de hacer) tendrá consecuencias en su posicionamiento frente a la elección presidencial del año entrante, a llevarse a cabo el primer domingo del séptimo mes. No es que el presente sea un año de trámite, por el contrario, están programadas varias cosas, y por verse el desenvolvimiento de otras, que acentuarán la relevancia de cada día del 2011 y su impacto más allá.

Están en el calendario la renovación de los liderazgos de los tres principales partidos, la elección en el Estado de México, el cambio de cabeza en la Suprema Corte de Justicia, la eventual incorporación de nuevos miembros en el órgano electoral federal, la definición de las "internas" partidistas para elegir candidato presidencial. Y al mismo tiempo, atestiguaremos la prolongación de la atonalidad de la economía e, incertidumbre mayor, el decantamiento hacia una mayor o menor violencia del narcotráfico.

El siempre simbólico quinto año presidencial encuentra a un Felipe Calderón disminuido. Una presidencia coja, dicen en Estados Unidos. Sin mayoría en la Cámara de Diputados, su partido carece de energía en la de Senadores, a pesar de detentar la primera minoría. Sus candidatos a asientos en la Corte han sido bateados. Sus propuestas de nuevas leyes, detenidas por poderes de facto. Vive horas de credibilidad decreciente en su guerra contra los criminales (a pesar de ciertos golpes a cabecillas de varios cárteles) y es sujeto cada vez más obvio del chantaje de crecidos priistas: Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI en el Senado, se muestra cada vez más abierto en su desafío al presidente.

El PAN cambió de líder en diciembre pasado, y para la primavera PRI y PRD tendrán nuevos jefes. ¿Será capaz Gustavo Madero de sustituir a Calderón como hombre fuerte del partido en el poder? ¿Podrá el principal partido de la izquierda por fin realizar una renovación de liderazgo que no le merme, como es su tradición? ¿Los nuevos líderes en el PAN y en el PRD serán capaces de mostrarse como personajes con vigor ante los priistas, que vienen con el ánimo de revancha total?

Si los perredistas no logran pronto evitar sus escaramuzas intestinas --tienden a ocuparse demasiado en adivinar si será Marcelo Ebrard o Andrés Manuel López Obrador quien los haga competitivos en el 2012-- terminarán siendo el partido testimonial de este año y medio.

Serán 18 meses intensos, animados, folclóricos, definitivos. La cuestión es si la competencia electoral que regirá el tablero de toda la vida pública no provocará que sean demasiado altos los costos de lo que no se hará para tener decisiones conjuntas y efectivas que comiencen a reactivar la economía y a bajar la violencia. Economía estancada y delincuencia sin control son una amenaza real que crecerá también cada día de aquí a julio de 2012, y si se le deja toda la responsabilidad de resolverlas a Calderón  habremos caído en el peor escenario: pensar que México aguanta todo, incluso nuestra mezquindad.

Foto tomada de REFORMA, publicada el jueves 23 de diciembre

El País

EDICIONES EL PAIS, S.L. - Miguel Yuste 40 – 28037 – Madrid [España] | Aviso Legal