Lo hizo hace cuatro años y lo ha repetido en esta ocasión. El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, ha pasado, en el arranque de la campaña electoral por un foro madrileño para dirigir tres avisos al gobernante que salga elegido el 20-N. Han sido avisos muy claros y muy pegados al terreno.
El primero ha consistido en denunciar su escándalo por la reacción mediática tan negativa que ha habido en la capital de España ante el cese definitivo de la violencia de ETA. Entre quienes no se han creído el cese definitivo de ETA y quienes siguen poniendo condiciones Urkullu ha concluido: “Parece como si contra ETA viviéramos mejor”. Su aviso fue para advertir a quien gane, que no haga caso a esas pautas y gestione con responsabilidad el final de ETA.
El segundo aviso ha sido para advertir que el PNV no aceptará una reducción del poder territorial de Euskadi, tras percibir que, debido a los excesos de gasto en algunas comunidades autónomas, se está generando un clima de recentralización competencial.
Y el tercer aviso ha sido para advertir, también a quien gane las elecciones, que a partir de 2013 tras los comicios vascos, el PNV va a proponer un nuevo pacto institucional, una reforma del estatuto vasco cuya pretensión es que sea refrendado en Euskadi y posteriormente aceptado por las Cortes españolas. Como ese pacto se va a generar en Euskadi da lo mismo que quien gane las elecciones el 20-N tenga mayoría absoluta, ha advertido Urkullu.
Nadie podrá negar la claridad con que el presidente del PNV ha expuesto sus planes para la próxima legislatura.
Hay 0 Comentarios