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lleva más de 30 años de dedicación a la cobertura de la actualidad internacional, la mitad de ellos vividos en EE UU y América Latina. Actualmente, es corresponsal en Washington.

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Antonio Caño

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Mariano ¿who?

Por: | 30 de noviembre de 2011

En una charla reciente sobre la situación en España con colegas y personas que considero bien informadas, alguien interrumpió mi explicación sobre las consecuencias de la victoria de Mariano Rajoy con la pregunta de "Mariano ¿who?". Entre la difícil pronunciación en inglés de esa R y esa J tan españolas y la escasa cobertura que los medios de comunicación de Estados Unidos han prestado a las elecciones en España, el próximo jefe del Gobierno es prácticamente un desconocido en este país.

En la única historia que The New York Times publicó sobre él antes de las elecciones le llamaba Mariana Rajoy, que puede ser un pequeño baile de letras en inglés, pero cuya consecuencia es nada menos que el cambio de sexo del futuro presidente de la décima potencia industrial del mundo, un error imperdonable en un periódico de esa solvencia. Nada ha tenido que decir hasta ahora la Casa Blanca sobre su victoria, y la única e insignificante reacción del Departamento de Estado se produjo a petición expresa de El País. El único gobernador que ha enviado su felicitación al PP es el de Puerto Rico.

Este desinterés por España y su futuro máximo gobernante se explica en parte por esa tendencia norteamericana a ignorar cualquier lugar donde no hay intereses vitales en juego, pero es achacable también al desempeño de la política exterior española y del propio Rajoy. Como me comentaba recientemente un funcionario estadounidense, hubiese ayudado que, meses atrás, el candidato hubiera pasado por Washington para contar sus proyectos y dejar su tarjeta de presentación. Aquí existe una amplia gama de universidades y grupos de estudios que podrían haber facilitado la labor de darle dimensión internacional a la imagen de quien se sabía ganador desde hace tiempo.

La indiferencia de Estados Unidos ante unas elecciones que han producido un resultado histórico es, además, la última prueba de la pérdida de influencia exterior que España ha sufrido en los últimos años. Desde hace décadas, Washington desarrolla las relaciones con España sobre dos pilares: seguridad -bases, OTAN- y América Latina -el apoyo que España puede prestar en asuntos como Cuba, democracia o comercio-. Con el despegue económico latinoamericano y su cada día más retórica vinculación política e histórica con España, este último pilar va desapareciendo. Si no se hacen las cosas de otro modo, en Washington solo se acordarán de Rajoy cada vez que haya que renovar los tratados militares.

Feliz San Giving

Por: | 24 de noviembre de 2011

Me dice una colega nicaragüense que muchos latinos sustituyen en este día la felicitación clásica del !Happy Thanksgiving! por este !Feliz San Giving!, más acorde con nuestra tradiciones religiosas y con el sonido de nuestro idioma. Este año, la hispanolización de esta fiesta es más adecuada que nunca dado que Estados Unidos vive una nueva era de hostilidad a los inmigrantes provocada por la crisis económica y, sobre todo, por el oportunismo de algunos políticos.

Thanksgiving no es otra cosa más que la celebración del éxito de la inmigración en Estados Unidos. Los peregrinos que se juntaron en el siglo XVII a celebrar la buena cosecha que les permitía echar raíces en este territorio, estaban celebrando el nacimiento de una gran patria de emigrantes, una nación que se construiría y haría grande gracias a la aportación que, de forma sucesiva, fueron haciendo diferentes oleadas de emigrantes, hasta la fecha. Trabajadores, médicos, científicos y maestros de todos los rincones del mundo se conviertieron aquí en orgullosos americanos que le dieron a este país ese inconfundible sello de destino universal. Durante una visita a Silicon Valley en 2010, cuando Barack Obama preguntó a Steve Jobs qué consejo podía darle para levantar la economía norteamericana, el fundador de Apple le contestó: visados para los ingenieros que necesitamos ansiosamente.

Nadie se acordó de todo eso hace unos días, en el debate entre los candidatos presidenciales republicanos del martes pasado. Su descripción de México y de América Latina -según ellos, un territorio salvaje, dominado por Hezbollah y Al Qaeda, donde se adiestra al pueblo en el terrorismo y el odio- solo puede tener como resultado una guerra cultural contra los peregrinos de hoy.

Afortunadamente, la realidad es bien distinta. La mayoría de los inmigrantes son gente tranquila y trabajadora con ganas de integrarse en este país. Los que no tengan que trabajar en uno de esos restaurantes donde abusan sin límite de su estatus ilegal, se comerán el pavo junto a sus familias como un americano más, que es lo que son. Y se acordarán de San Giving, ese santo protector que te ayuda a cruzar la frontera y a salir adelante en tierra de herejes. Amén

Todo el poder para Merkel

Por: | 18 de noviembre de 2011

Si el poder de un político se mide por el número de batallones que manda o el volumen de la economía que administra, Barack Obama sigue siendo hoy el número uno. Pero si lo que tenemos en cuenta es su impacto social y su influencia en los acontecimientos de nuestro tiempo, ese papel le corresponde a la canciller alemana, Angela Merkel.

5808776875_53a9137cf5_zComo dice David Brooks en su columna de The New York Times, la reelección de Obama está hoy en manos de Merkel más que del propio Obama y, desde luego, mucho más que en las de sus insignificantes rivales republicanos. Merkel tiene la llave para evitar una recesión económica en Europa, que significaría, muy probablemente, una nueva recesión en Estados Unidos, un nuevo aumento del paro y un obstáculo casi insalvable para que Obama siguiese en la Casa Blanca.

Por esa razón, la preocupación de Obama por los acontecimientos europeos ha ido en aumento evidente en las últimas semanas. Su relación personal con Merkel nunca ha sido particularmente entrañable. Ambos han actuado en diferentes direcciones en varias cumbres del G-8 y del G-20 en las que han coincidido: Obama ha pedido impulso público al crecimiento y Merkel, rigor financiero y equilibrio presupuestario.

Pero Obama necesita ahora que Merkel trabaje a su favor. Sin un proceso de estabilización en Europa que permita recuperar esos mercados para las exportaciones norteamericanas y serenar el clima económico global, Obama no será reelegido. Merkel no es culpable del derroche español, de la corrupción italiana o de los fraudes cometidos en Grecia, pero sí es responsable de solucionar la crisis que esos problemas han causado. Tampoco es culpable de la codicia de Wall Street o los errores de Obama, pero el futuro de Estados Unidos depende de ella. Todo el poder para Merkel.

Acampadas y libertad de expresión

Por: | 16 de noviembre de 2011

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ordenó el martes el desalojo de la plaza Zuccotti Park, donde acampaban desde hacía dos meses los seguidores del movimiento Ocupemos Wall Street (OWS), bajo el criterio de que "la Constitución ampara el derecho a la libertad de expresión y de manifestación, pero no el de acampar en un espacio público". El juez Michael Stallman, del Tribunal Supremo del estado de Nueva York ratificó posteriormente la legalidad de esa orden con el argumento de que no contradice en ningún aspecto la Primera Enmienda constitucional sobre la libertad de expresión.

Raymond Vasvari, que ha representado a OWS ante los tribunales, rebate ese punto de vista y considera que esta protesta no se puede considerar una acampada sino una "sentada permanente" similar a las que se hicieron en la lucha por los derechos civiles. "El desafío moral esencial es el mismo: estamos aquí, discrepamos correctamente", afirma.

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Uno de los carteles en Zucotti Park.
Foto: sqrlyearlynyc en Flickr.

Fuera del propio movimiento existen, sin embargo, pocas dudas de que acampar de forma permanente en un lugar destinado al uso público no es lo mismo que ejercer la libertad de expresión y que representa incluso una forma de obstaculizar el uso de ese mismo espacio por parte de otros ciudadanos. Un editorial del diario The New York Times publicado el miércoles critica en algunos aspectos la actuación del alcalde Bloomberg, pero asegura que "su decisión de retirar las tiendas y los sacos de dormir de Zuccotti Park y dejar el área limpia es legalmente justificable".

En realidad, el asunto está resuelto por el Tribunal Supremo de Estados Unidos desde 1984. Ese año, los jueces con la máxima autotidad para interpretar la Constitución norteamericana decidieron por siete votos contra dos que la instalación de tiendas de campaña en el espacio público no es compatible con la Primera Enmienda, que recoge el derecho a la libertad de expresión. Los magistrados se pronunciaron en esa ocasión en relación con una orden del National Park Service contra una acampada en la plaza Lafayette, frente a la Casa Blanca, para llamar la atención sobre el problema de los mendigos sin hogar.

En sus argumentos, el Supremo reconoció que la prohibición de dormir en público "cumple los requerimientos (a que las autoridades regulen la libertad de expresión) de acuerdo a un espacio de tiempo razonable, un lugar, una forma de expresión tanto oral como escrita o una determinada conducta". Es decir, las autoridades pueden impedir acampar en un espacio público igual que pueden regular sobre el uso de altavoces o el tiempo durante el que se realiza la protesta. No es lo mismo instalar ciertas estructuras en un espacio público durante determinado número de horas para realizar un mitin que hacerlo por un tiempo ilimitado.

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Aloha

Por: | 11 de noviembre de 2011

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El Ala Oeste se ha trasladado este fin de semana a Hawai para la cumbre Asia-Pacífico. Obama quiere darle de esta manera al lugar en el que nació una relevancia internacional que nunca había tenido. Hawai ocupa un lugar importante en la historia de Estados Unidos porque en uno de los puertos de este archipélago, en Pearl Harbor, la flota norteamericana sufrió el 7 de diciembre de 1941 el devastador ataque de la aviación japonesa que, en última instancia, supuso la entrada norteamericana en la Segunda Guerra Mundial. Pero, fuera de eso y de la lejana historia romántica que cuentan los nativos, más como reclamo turístico que otra cosa, estas islas no son conocidas como el mayor exportador mundial de piñas sino como paraíso de los surfistas y lugar para la vacación y el divertimento. Hawai y su capital, Honolulu, son nombres que evocan palmeras, serenidad y placer.

Lo son, en parte. Se encuentran aquí las más hermosas playas naturales del mundo. Algunas tan famosas como la que sirvió de escenario para la apasionada escena de amor que Burt Lancaster y Deborah Kerr sustuvieron en De Aquí a la Eternidad. A pocos metros de ella, está Sandy Beach, una playa ventosa que es la preferida de Obama para practicar el body surf. La lista es rincones paradisiacos no se agota en la la isla de Oahu, donde está la capital. La de Maui es el destino de las grandes estrellas de Hollywood y de los personajes poderosos de Estados Unidos. En la de Hawai, que da nombre a todo el archipélago, está Kona Village, un lugar de sabor hippy que era el preferido de Steve Jobs para su descanso. Allí, como cuenta la biografía de Walter Isaacson, fue concebido el primer hijo de su único matrimonio. Y sí, también por aquí pasó Hemingway.

Pero Hawai es al mismo un centro de turismo masificado y lujo extravagante. Mis amigos Macala y Francisco, dos españoles que viven aquí desde hace años por razones de trabajo y que me están sirviendo de guías estos días, le llaman el Cancún de los japoneses, ese destino playero al alcance de las clases medias en el que se puede consumir barato y romper impunemente las reglas que rigen en casa. Barato, por supuesto, pagando en yenes, porque no lo es tanto en euros o dólares.

El turismo japonés ha convertido esto en La Meca de las compras. La tienda de Louis Vuitton en Waikiki es la que más vende del mundo. Y todas las grandes marcas mundiales de la moda están representadas en esta isla, que no llega al millón de habitantes. Como dice Francisco, los japoneses la arrasaron y los japoneses se han encargado de su reconstrucción.

Los japoneses está aquí en casa. Poseen la fuerza económica y el respaldo de una extensa comunidad. Más del 40% de la población del archipiélago es de origen asiático. Algo menos de eso son blancos, y el resto son descendientes de las poblaciones autóctonas. El poder de estos últimos radica en eso, en ser autóctonos, lo que les da dereccho a imponer su sello de legitimidad hawaina a cualquiera que pretenda instalarse aquí o abrir un negocio. Y ese sello cuesta un dinero, no crean. Los nativos son bastante exigentes en el respeto a sus constumbres -que es también su negocio- e inflexibles en el trato a los hamli, los de fuera.

Pero la verdad es que esto no se parece en nada al reinado de Kamehameha I. Su trono fue ocupado hace ya muchos años por Duke Kanahamoku y su reino es el surf. El surf es la verdadera religión de estas tierras. Las tablas de surf clavadas en la arena son sus mejores monumentos. Los cuerpos bronceados de los surfistas, sus argumentos más convincentes. Yo no se nada de surf, pero me cuentan que en ningún otro lugar del mundo se dan las olas pipeline que se requieren para la práctica ideal de ese deporte. Por lo visto, Kelly Slater, que parece ser un fenómeno en este deporte, es el ídolo indiscutible en estas playas.

Hawai es el territorio más aislado del mundo, el que más lejos está de cualquier continente. Eso crea una particular sicología y eleva enormemente el precio del suelo. Instalarse aquí debe de ser incómodo, porque los nativos no son tan hospitalarios como los de las películas, y costoso. Pero se comprende que, una vez conseguido, nadie quiera salir de aquí. Levantarse cada mañana con 20 grados de temperatura y frente a un horizonte de azules y corales entre los que puede emerger de repente una ballena en tránsito, puede ser una buena manera de vivir.

Debates made in USA

Por: | 07 de noviembre de 2011

Un debate electoral entre los candidatos demócratas en 2008 en la cadena NBC

Los debates electorales son una aportación americana a la cultura política como la hamburguesa es a la gastronomía y el pantalón vaquero a la moda. Tienen en común que son prácticos, baratos y de gran rentabilidad. Hoy casi ya no se conciben unas elecciones verdaderamente democráticas sin un debate de sus principales candidatos en la televisión: le permite a los votantes comparar, es una oportunidad para sacar a los políticos de su guión y, de paso, contribuye a aumentar la audencia de los canales porque suelen ser espectáculos de interés, aunque no necesariamente divertidos. Algunos detractores se quejan de que sirven para elegir al personaje más telegénico, no al mejor político. Pero no se ha inventado un mecanismo más eficaz para que millones de ciudadanos puedan conocer a aquellos entre los que tienen que decidirse

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¿Somos hispanos los españoles?

Por: | 03 de noviembre de 2011

Una de las mayores dudas que asaltan a los españoles que fijan su residencia en Estados Unidos es la de cómo definirse cultural y racialmente. Es un gran conflicto, porque la barrera de las razas es muy difusa en este país y la pertenencia de una persona a determinada comunidad racial es algo que puede tener una gran trascendencia, tanto en cuanto a la sicología individual como a sus efectos administrativos. En Estados Unidos existen tanto quotas raciales como discriminación soterrada, por lo que el hecho de ser hispano o europeo puede ayudar o perjudicar según sean las circunstancias. Claro que también se puede ser hispano y europeo, que es como yo me siento, pero eso no está contemplado dentro de la división étnica que el censo norteamericano ha establecido.

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La bandera de España entre las de los países hispanos.

Veamos las diferentes opciones. De acuerdo a las categorías establecidas por el último censo, los españoles están incluidos en el grupo de hispanos o latinos, en el mismo apartado que la mayoría de los procedentes de países de América Latina, con excepción de mexicanos, puertorriqueños y cubanos, que son censados por separado porque constituyen las comunidades más numerosas. Existe también la opción de marcar la casilla correspondiente a la raza blanca, que es a la que claramente pertenecen la casi totalidad de los españoles y, por cierto, muchos millones de latinoamericanos.

Para algunos españoles resulta confuso y hasta ofensivo que no se les considere en el censo norteamericano tan blancos como a un francés o un italiano.Y tienen razón. Pero el asunto es más complicado que eso y tiene otras ramificaciones. El problema nace de la confusión lingüistica y es reflejo de una horrible falta de matices culturales. Evidentemente, los hispanos no somos una raza sino una comunidad multirracial, pero eso es algo que todavía no ha sido reconocido oficialmente en este país. Existe en inglés una palabra para español, spaniard, que define únicamente a los ciudadanos de España. Muy frecuentemente, sin embargo, ese término se sustituye de forma coloquial por el de spanish, que también significa español, pero incluye a todos los que hablan español y tiene que ver con la cultura de origen español. Tan spanish son, por ejemplo, los tacos como la paella, y tan spanish es el tango como el flamenco.

Personalmente, me siento perfectamente cómodo como spanish, pero esa confusión es un inconveniente para ciertas marcas comerciales o proyectos empresariales que prefieren acentuar su origen europeo. No hay que engañarse, lo europeo se identifica aquí con calidad, mientras que lo spanish, bueno, no tanto. Al mismo tiempo, para otras empresas cuyo objetivo es el público de habla hispana les resulta muy beneficiosa su identificación como spanish.

Desde el punto de vista político, creo que esa confusión es una bendición para España, puesto que le permite formar parte automáticamente de una comunidad dinámica que es la que más peso va a tener en Estados Unidos dentro de muy pocos años, mientras que de lo contrario no sería más que la heredera de un viejo imperio cuya influencia es solo relativa. En el Ala Oeste ha habido, hay y habrá spanish de origen tanto latinoamericano como español de los que hablaremos en otra oportunidad.

Así pues, esta cuestión, como otras relacionadas con el lenguaje, es algo que se presta a todas las susceptibilidades. No hay una respuesta rotunda a la pregunta que se plantea en el título de este post. Por lo tanto, es usted libre de declararse como más le guste.

El País

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