Obama en durante un viaje oficial en 2009. (Foto: REUTERS)
Al contrario que muchos de los que siguen al presidente de Estados Unidos, yo prefiero la versión estadista de Barack Obama a la más electoral que estamos viendo estos días y veremos de forma abundante hasta noviembre.
Admito que el Obama electoral, que nos recuerda al que conocimos en 2007 y 2008, es más atractivo, más inspirador, más sugerente, más atrevido y mucho más cool. El Obama que ha gobernado desde 2009 hasta hace poco era más aburrido, más dubitativo y más contenido. Por eso generó una cierta decepción entre sus más apasionados seguidores.
El Obama electoral ha recuperado el ardor de su oratoria y nos regala a diario frases ocurrentes contra los líderes financieros, los sheriffs racistas o sus más econados rivales republicanos.Ya nos ha sorprendido con su respaldo al matrimonio homosexual, y esta misma semana ha lanzado un vídeo-bomba sobre las actividades de Mitt Romney al frente de la empresa Bain Capital. No es que sus decisiones resulten necesariamente equivocadas o que sus críticas no sean, en ocasiones, justas. Pero, desde luego, representan un marcado contraste con su actuación como presidente.
Como presidente, Obama fue un ejemplo de prudencia y moderación. Prometió el primer día el cierre de Guantánamo, pero tuvo que adaptar después su política a la realidad de que eso no estaba enteramente en su mano. Desde la reforma sanitaria hasta la reforma de Wall Street, Obama hizo en todo momento un ejercicio de negociación, de búsqueda del punto de encuentro, de acomodación de sus propósitos a las exigencias de sus rivales. Y si no fue más lejos en la búsqueda del centro, es porque la oposición no le acompañó casi nunca en ese esfuerzo. Lo mismo ocurrió en sus relaciones con Rusia y China, o en la crisis con Irán.
La acomodación política no tiene buena prensa. Y, ciertamente, acomodar principios para salvar el pellejo no es la mejor lección que debe de dar un hombre de Estado. Pero, en estos tiempos de incertidumbre en el que las verdades absolutas escasean, sí parece conveniente respetar el pensamiento contrario y, en la medida de lo posible, atender algunas de sus demandas. Políticamente, EE UU es hoy, como muchos otros países del mundo, una nación partida en dos. La mitad defiende el matrimonio homosexual y la otra mitad se opone. Y así sucede con la gran parte de las grandes causas que ocupan a esta sociedad: los impuestos, los servicios públicos o la inmigración. Ignorar esa división con el argumento de que yo tengo unos pocos votos más que tu, es una equivocada interpretación de los mandatos electorales.
Un presidente tiene que liderar. Así lo reclama el sistema político norteamericano. Pero también tiene que conciliar y sumar. También así lo quiere el mismo sistema político, diseñado para garantizar el respeto a las minorías.
Tengo la impresión de que a Obama se le ha valorado poco en esta última faceta. Al ser elegido como un presidente transformador, se esperaba de él una audacia que, en realidad, no es su mejor cualidad. Su mejor cualidad es la reflexión y su instinto para satisfacer a las mayorías, no a los suyos. El verdadero Obama no es el que declaró su apoyo a las bodas gay, sino el que tardó tres años en "evolucionar" en esa materia y llamó a los principales pastores protestantes para darles una explicación a las pocas horas de que su declaración fuera hecha pública. Quizá veamos más de eso en un segundo mandato. Pero, de momento, y para que eso sea posible, tendremos al Obama más cool.
Hay 5 Comentarios
En enero de 2010, 29 estados tenían disposiciones constitucionales que restringen el matrimonio a un hombre y una mujer, mientras que otros 12 tenían leyes "restringiendo el matrimonio a un hombre y una mujer." Diecinueve estados prohíben cualquier reconocimiento legal de las uniones del mismo sexo que sería equivalente al matrimonio civil.
Esto no me suena a 50% a favor y 50% en contra. Por esta razón Obama rápidamente se acobardó y dijo "Este tema debe ser dejado a los Estados" que es donde ha estado siempre. Se sabe que Obama, quién de acuerdo a Newsweek Magazine es el primer presidente homosexual, siempre ha estado de acuerdo con la legalización del Matrimonio Homosexual por declaraciones previas, pero ahora le costaría las próximas elecciones.
En palabras de Bill Clinton, Obama Electoral es un cuento de hadas, y quies se crea las mentiras, merecidas se las tiene.
Publicado por: Antoni de Sallas | 21/05/2012 1:02:36
jorge c: ¿Y cómo va a ser del Journolist si Caño no habla inglés, es extranjero, y no lo conoce nadie?
Publicado por: Antoni de Sallas | 21/05/2012 0:50:11
Parece muy atinado el análisis que hace el bloguero sobre el Obama presidente y el Obama candidato y es que entre el dicho y el hecho media un gran trecho. Ahora bien, siendo consciente de los equilibrios que tiene que hacer un presidente cuando gobierna desde la Casa Blanca, habida cuenta de los grupos de presión que soporta y de las estrategias que tiene que adoptar para que sus proyectos pasen los filtros de Congreso y Senado es muy sobresaliente que haya manifestado la admisión, por su parte, del matrimonio entre personas del mismo sexo. Hay que tener valor para hacerlo. Verdaderamente, lo que no es fácil comprender es la animadversión que tiene casi la mitad de la población norteamericana en contra del vivir homosexual. Y no se comprende porque tampoco se entendería que la otra mitad de la población mostrara su fobia contra el matrimonio heterosexual. En definitiva, qué daño causan a la sociedad las uniones de hecho o matrimonios entre personas del mismo sexo? Las religiones, sectas y subsectas de todas clases y colores ve en tales forma de vivir una merma económica a sus ya rebosantes bolsillos porque, indudablemente, la celebración de tales actos/contratos no se llevarán a cabo ante sus notables y pintorescas autoridades eclesiásticas. Y ese dinero, al que tan unidos están como medio y fin para sobrevivir, merece, justifica y les obliga a levantar el hacha del temor a un dios inexistentes porque ni ellos mismos creen en su existencia que solo mencionan cuando se trata de obtener dinero y poder.
Publicado por: Burjasotte | 15/05/2012 16:11:56
Sr. Caño: ¿es usted integrante del grupo Journolist encabezado por el Sr. Ezra Klein? si no lo es, merece serlo.
Y por las dudas los Journolist era/es un grupo de periodistas yanquis que diciéndose ser independientes se dedicaron en su trabajo a presentar de la peor forma posible a MacCain y alabar sin descanso al sr.Obama
Publicado por: jorge c. | 15/05/2012 0:17:18
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Publicado por: Cherry falls | 14/05/2012 22:54:55