Por Carlos Ballesteros
Hace un par de semanas publiqué en este blog una entrada sobre la FAOcurrencia de acabar con el hambre en el mundo comiendo insectos. Tuvo bastante repercusión, generó algo de polémica y se movió por las redes sociales. Parece que la FAO está dispuesta a que este blog y yo mismo nos hagamos famosos pues apenas quince o veinte días después se ha publicado la noticia que la FAO sugiere comer medusas como otra forma de directa e indirectamente acabar con el hambre. Directa porque las hay en abundancia e indirectamente porque sobre todo algunas son muy depredadoras y se comen larvas, huevas e incluso pequeños peces y crustáceos, lo que es una amenaza para la cadena trófica y repercute en la seguridad alimentaria.
Pongámonos serios: la broma sobre "me gusta comer picante pero no tanto" la dejo para luego. Pongámonos serios y reflexionemos un poco sobre esta nueva ocurrencia de un organismo que, de seguir así, va a perder su prestigio y su capacidad de influencia. Es cierto que si se lee el informe completo, la FAO propone esta medida entre otras muchas, y es cierto que hace un buen análisis y una acertada denuncia sobre la sobrepesca y las causas de la proliferación de estos organismos, en gran medida derivadas de la destructora acción humana.
Pero creo que tanto para los redactores de este informe como para los responsables de este organismo debe ser triste que todos sus esfuerzos por cumplir un importante mandato de la ONU -mejorar la nutrición, aumentar la productividad agrícola, elevar el nivel de vida de la población rural y contribuir al crecimiento de la economía mundial- se vean resumidos en un titular impactante y polémico. Debe de ser frustrante que lo que queda de tu trabajo es que propones comer insectos o medusas para paliar uno de los principales problemas de la humanidad.