Por Daniel Jiménez, de Noticias Positivas
Se calcula que las personas que viven en entornos urbanos reciben una media de 3.000 impactos publicitarios al día. Lo cual significa más de un millón a lo largo de un año. Este continuo bombardeo de mensajes nos dice mucho más que “compra tal producto o servicio”. La publicidad no es un mero fenómeno comercial. También es un discurso ético y estético que configura los valores de nuestra sociedad.
Valores que en la gran mayoría de los casos priman principalmente el éxito social. El mecanismo es muy sencillo: los anuncios casi siempre identifican la posesión de determinados objetos, en algunas ocasiones completamente innecesarios, con ciertos estilos de vida que son los propios de “los triunfadores”. Por ejemplo, si compras este coche, tendrás también a una bella chica (nunca a un bello chico) en el asiento de al lado. Si te vistes de esta manera, serás el más popular y elegante de la fiesta. Si molas lo suficiente como para tener nuestro smarthphone con forma de manzana, pasarás a una nueva dimensión donde todo es posible, cual parque de atracciones.
Y todas estas cosas te las dicen los anuncios continuamente. Como tres mil veces al día. Y de esta manera va calando en nosotros algo mucho más profundo y significativo que las bondades de un determinado producto. También acabamos pensando que la felicidad y el éxito social dependen de la posesión de cosas, frecuentemente innecesarias. Una de las primeras lecciones que aprendemos. Incluso cuando no tenemos apenas conocimiento de causa. Hagan la prueba: dejen sin móvil a su hijo de ocho o nueve años, quizá incluso menos, para que sea el único de la clase que no lo tenga. Calculen el tiempo que tardará en rebelarse al verse como un paria social. Y eso que apenas entenderá dicho concepto. Pero el caso es que se siente así, y en ese sentimiento mucho ha tenido que ver la publicidad.
¿Significa esto que la publicidad es mala de por sí? O por decirlo de otra manera, ¿es posible una publicidad distinta que refuerce otro tipo de valores? La respuesta no es nada sencilla. Lo que sí está claro es que existen personas y proyectos que apuestan por una publicidad distinta. Por ejemplo, en el medio digital Noticias Positivas admitimos anuncios, pero solo de entidades que respetan los derechos humanos y que se dedican a actividades que no son dañinas para el planeta ni para la dignidad de las personas.
No es el único caso. Ahí está La Marea, que dispone incluso de un código ético de inserción publicitaria. Por eso nunca se verán en las páginas de su revista mensual, ni tampoco en su web, un anuncio de prostitución o de un banco que ejecuta desahucios. Otro buen ejemplo es el quincenal Diagonal, cuyo departamento de “publicidad ética” no se rige únicamente por criterios económicos. También es una apuesta del colectivo editor por la promoción de organizaciones, proyectos, iniciativas y servicios que surjan de las organizaciones sociales y su entorno con la finalidad de promover opciones y alternativas más éticas y sostenibles. Tampoco se anuncian aquí grandes bancos, multinacionales o proyectos que no encajen con los contenidos que trabajan.
¿Se imaginan que el discurso de la publicidad se centrara no en decirnos cómo conseguir el éxito, sino en cómo ser mejores personas a través de un consumo consciente y selectivo, como el que promueven dichos medios de comunicación? Sin duda que cambiarían también los valores de nuestra sociedad. Los caminos posibles para llegar a este objetivo van a ser explorados en la jornada “Anuncia Responsabilidad”, organizada por Social&Social. Dicho evento tendrá lugar el próximo jueves 28 de noviembre en el centro de innovación Vaguada, en Madrid. Allí estarán los medios de comunicación anteriormente citados, así como varias empresas y entidades que promueven productos y servicios responsables, como Ecooo, Olokuti, Diseño Social EN+ y Oxfam Intermón.
También está invitada a venir cualquier persona u organización interesada en este ámbito de la publicidad responsable, donde queda mucho por hacer. Todo el mundo será bienvenido. También las personas que no quieran ser las más elegantes de la fiesta.
Autor del cartel: Ikary Perera, miembro de Social&Social
Hay 3 Comentarios
Sí es posible. Somos (y a mi juicio no lo sentimos suficientemente) responsables. De tantas cosas, de tanta gente... Creo que saldremos de la crisis (también la económica) cuando comencemos a asumir nuestras propias responsabilidades y actuemos en consecuencia.
Referido a la publicidad, nadie dice que tengamos que renunciar a su esencia. Como dice Felizyrelajado, la publicidad tendrá que "aumentar las ventas de un producto o servicio" DE FORMA RESPONSABLE.
Publicado por: Javier del Monte | 23/11/2013 13:14:31
Respondiendo a la pregunta, no puede.
La esencia misma de la publicidad es aumentar las ventas de un producto o servicio.
Solo cabe legislar para evitar abusos.
Publicado por: FelizyRelajado.com | 22/11/2013 13:57:02
Se puede... si pero, es mi respuesta. el problema es que a excepción de productos como los de apple, y no siempre, se suele tener que exagerar el producto bastante y por consiguiente se engaña
Un saludo
http://www.alicantegusta.com
Publicado por: Sol Alicante | 22/11/2013 11:33:14