Alterconsumismo

Sobre el blog

“El consumo es democracia. A través de lo que compras decides qué tipo de sociedad quieres. En este espacio encontrarás ideas para hacer que tu consumo sea justo y sostenible. Únete al Alterconsumismo.”

Sobre los autores

Anna ArgemíAlterconsumismo es un blog coral dirigido por Anna Argemí, periodista especializada en comercio justo, consumo responsable y alternativo. Los últimos años estuvo a cargo de la comunicación externa del comercio justo en Intermón Oxfam.

  • Marta Guijarro (Coordinadora Estatal de Comercio Justo)
  • Laura Perona (Fairtrade Ibérica)
  • Albert Cañigueral (Consumo Colaborativo)
  • Carlos Ballesteros (Universidad de Comillas, especialista en consumo)
  • Marco Coscione (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo)
  • Anna Carrascón (Setem)
  • Álvaro Porro (revista de consumo responsable Opciones)
  • Esther Vivas (activista e investigadora en políticas agrícolas y agroalimentarias)
  • Sonia Felipe Larios (Triodos Bank)
  • Gema Gómez (Slow Fashion Spain)
  • Cristina Diago (Biocultura – The Ecologist)
  • Pilar Sampietro (periodista especializada en ecología RNE)
  • Laura Alcubilla (Economía del bien común)
  • Lidia Ucher
  • Dídac S-Costa (mercados sociales)
  • Rafael Sanchís (director de Comercio Justo de Intermón Oxfam).

11 ideas alterconsumistas para disfrutar y regalar en Navidad

Por: | 24 de diciembre de 2013

Por Alvaro Porro, redactor de la revista Opciones y Toni Lodeiro, autor del libro ConsumirMenosVivirMejor

Feliz_Navidad
No me gustaría caer en el discurso antinavideño de rigor. De hecho comenzaré defendiendo los excesos, es decir, que a veces excederse un poco no va mal. También puedo defender los regalos ya que quieras o no es una forma de cuidar, cuidarse, comunicar. Digamos que lo que me gusta es sobre todo cuestionar inercias inducidas por la publicidad o el hacer cosas porque es lo que toca o por compromiso o porque no se te ocurre otra cosa. Pues de eso va este texto: de romper inercias y dar ideas, ni más ni menos.
 

Las fiestas nos regalan sus placeres: pasar tiempo con gente querida, disfrutar de platos preparados con especial cariño, cantar y bailar. Festejar compensa, siempre que el estrés previo de los preparativos, los gastos, y los excesos etílicos y gastronómicos –saludables en cierta medida como decíamos- se mantengan dentro de unos límites razonables, y siempre que podamos disponer después de tiempo suficiente para un reparador descanso. Los problemas vienen cuando nos arruinamos y estresamos más de la cuenta comprando o cocinando porque “toca”, para “quedar bien”, o porque largos años de agresivas campañas publicitarias han ido, poco a poco, colonizando nuestras vidas y haciendo “normal” lo que les interesa a las empresas anunciantes. Y cuando a los contenedores van a parar grandes cantidades de comida, envases, regalos inútiles –éstos últimos a veces se quedan estorbando en casa, que quizás es peor todavía-. 

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Diez regalos, millones de historias

Por: | 23 de diciembre de 2013

Por Mercedes García de Vinuesa, presidenta de la Coordinadora Estatal de Comercio JustoCORR Bangladesh Foto de Laura Sipan (17)
No es fácil hacer un buen regalo. Hay muchas cuestiones a tener en cuenta: que le guste a la persona que lo va a recibir, que sienta que es un regalo pensado para él/ella, que sea original, de buena calidad, a veces también buscamos algo práctico, otras que no sea caro… a todo esto, y si estás leyendo este blog, seguramente se le une el hecho de querer regalar algo que sea coherente con tus preocupaciones.

En este sentido hay alternativas para optar por regalos que crean otro modelo de sociedad y de mundo. Una de ellas es el Comercio Justo. En esta alternativa además, el regalo irá acompañado de una historia, o más bien, de miles de historias: las de quienes los han elaborado. Por si os sirve de ayuda, hemos seleccionado diez sugerencias de regalos prácticos, de uso cotidiano y que no sean caros (los hemos escogido desde menos de 10 euros y hasta 20 como máximo): 

  1. Jabones naturales, que solo contienen aceites y otros productos naturales, nada de derivados del petróleo ni parabenes. Entre todas las historias que podemos encontrar, os contamos la de un grupo de mujeres palestinas e israelíes que trabajan juntas elaborando estos jabones. Con su trabajo se acercan a su objetivo de crear una sociedad en paz en la que todas las personas tengan los mismos derechos.

  2. Conjunto de taza y plato: encontraréis muchos modelos, de distintos estilos, formas y tamaños, como los que fabrican 5.000 artesanos de minorías étnicas de Vietnam y con los que consiguen no solo entrar en el mercado sino también recuperar sus técnicas tradicionales.

  3. Bufanda y guantes de alpaca: complementos de lana de alpaca muy calentitos y con colores naturales. Son hilados a mano por hombres y mujeres de la zona andina, que se agrupan para obtener beneficios para toda la comunidad, como el grupo peruano Minka, palabra quechua que denomina a una antigua tradición de trabajo colectivo con fines sociales.

  4. Cuadernos artesanales hechos con antiguas técnicas, que requieren procesos largos y cuidados de preparación del papel, tinte, estampación, encuadernación… Detrás de ellos está, por ejemplo, la historia de 500 mujeres de Bangladesh con distintas problemáticas (viudas, separadas, indígenas, refugiadas) que con su trabajo logran una vida digna.

  5. Mochilas infantiles o estuches de algodón ecológico. Tras sus colores y diseños alegres hay otra bonita historia que empezó con una pequeña empresa social de 12 mujeres de Sri Lanka, que hoy emplea a un millar de personas que trabajan en sus casas o en pequeños talleres, y mantienen su tradición de los telares artesanales.

  6. Collar y pendientes de piedra de tagua: este “marfil vegetal” es el fruto seco de la palma que crece en los bosques húmedos de Colombia o Ecuador. En este país, un grupo de 20 artesanos la utilizan para hacer bisutería y artículos de decoración. Ellos pertenecen a una asociación de 400 organizaciones populares campesinas y artesanas, que se han unido para facilitar la comercialización digna de sus productos.

  7. Pequeños juguetes tradicionales de madera: yo-yo, peonza, comba para saltar, puzzles… juguetes universales que no pasan de moda. En India, una de las organizaciones que los fabrican dentro del movimiento del Comercio Justo, lo hace desde mediados de los 80. Hoy agrupa a más de 7.000 artesanos y en estos años han conseguido superar la pobreza e instalar centros de salud y escolares.

  8. Dulces navideños (turrón, mazapán, panettonne, bombones): los dulces navideños de siempre pero preparados con algunos ingredientes de Comercio Justo, como el azúcar de caña de Paraguay. Con este producto, los campesinos y campesinas que durante muchos años vivieron dependientes del patrón y de las condiciones impuestas por los intermediarios, formaron una cooperativa y recientemente han logrado ser dueños de su propia fábrica de procesado del azúcar que, además, es orgánica.

  9. Bolsas originales hechas con materiales reciclados como briks de zumo, empaquetados de aluminio, embalajes… En Filipinas los elaboran cerca de 200 trabajadoras de 6 talleres de varias ciudades, que comenzaron su actividad en los 80 como alternativa a la explotación laboral que especialmente sufrían las mujeres. Hoy no solo tienen un trabajo digno sino que participan en las decisiones de su organización.

  10. Cesta de Comercio Justo: puedes elegir entre una gran variedad de productos de alimentación o bebidas –todos de producción ecológica- y hacer una cesta personalizada. Tras ellos encontramos miles de historias, como la de la unión de cooperativas KCU de Tanzania que agrupa a 90.000 personas donde cada familia cultiva su café orgánico y productos para su propio consumo, en terrenos pequeños (de media o una hectárea).

Estas son algunas de las opciones, aunque en las tiendas de Comercio Justo podrás bucear y encontrar más regalos… e historias. No dejes de contarlas, puede ser el inicio de una interesante conversación, de esas con las que descubrimos que somos muchos los que queremos otro mundo.

Fotografía de apertura: organizacion artesana Corr, de Bangladesh (c) Ideas / Laura Sipan

¡Mi hijo se ha pedido el supermercado de Barriguitas!

Por: | 19 de diciembre de 2013

Por Carlos Ballesteros

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Queridos Reyes Magos: como este año he sido muy bueno”… Así empiezan todas las cartas a los reyes y papasnoeles que todos los años por estas fechas las personas más pequeñas, y las no tan jóvenes, escribimos a esos seres mágicos que pueden hacer posible lo imposible y traernos con nocturnidad pero sin alevosía lo que más deseamos. Siempre hemos sido muy buenos y por tanto siempre esperamos que cumplan con nuestras peticiones y llenen de regalos calcetines, zapatos, árboles o lo que cada familia estile preparar. Yo sé de una que cada año busca los zapatos más grandes que tiene en la creencia de que así se llenarán más.

Son fechas muy complicadas para los que tenemos niños y niñas en la edad de la inocencia pero creemos y tratamos de hacer un consumo algo responsable. Supone una lucha con familiares (abuelos y abuelas fundamentalmente) que pretenden atiborrar de regalos a sus nietos. Recuerdo una anécdota familiar: hace años uno de mis hijos, supongo que tendría unos dos o tres años, no lo recuerdo bien, estaba disfrutando del regalo recién desenvuelto, asombrado, alucinado, boquiabierto porque los reyes habían cumplido con sus peticiones. El resto de la familia (extensa) presente le jaleaba, vitoreaba, animaba….a que apartara, de una vez por todas, el regalo recién descubierto y siguiera desenvolviendo los restantes. Cada miembro estaba expectante por ver la cara que el chiquillo pondría cuando abriera el que él había elegido. Al pobre niño no le dejaban disfrutar del momento de ilusión y asombro pues lo que importaba es que retirara envoltorios, cual si se tratara de una estresante competición de “¡con el mío abre más la boca y aplaude más fuerte!”.

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Echa a tu pareja de casa por Navidad

Por: | 18 de diciembre de 2013

Por Ramón Suárez, fundador del espacio de coworking Betacowork (Bélgica)

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Tu pareja trabaja en casa y ya no puedes más
. Todo el día en pijama, sin cuidarse, con la sola compañía de la tele, la nevera e Internet cuando está trabajando. En soledad. Y encima cuando llegas no tiene tiempo para ti porque está trabajando, unas horas de trabajo que no acaban nunca y a las que siempre interrumpes en el peor momento (o al menos eso te parece por su reacción cada vez que apareces por el “despacho”). Ves que tu pareja está cada vez más desconectada del mundo, algo triste, falta de energía, y te preocupa.

¿Qué puedes hacer para mejorar vuestra vida en común? ¿Y para que esté en una situación profesional y personal mejor? Lo mejor es darle una patadita amistosa e indirecta con un buen regalo de Navidad: una temporada en un espacio de trabajo compartido, en un espacio de coworking.

El coworking es una nueva forma de consumo colaborativo, pero va más allá del mero compartir gastos, creando redes de profesionales en las que se fomentan la confianza y la colaboración. Es más que una mesa, una silla, una conexión a Internet, la electricidad y la calefacción; al fin y al cabo eso ya lo tienes en casa. El coworking es la solución que miles de profesionales están aprovechando en España y en todo el mundo para ser más felices en lo profesional y en lo personal. Es como si trabajases en una gran empresa donde en lugar de compañeros de otros departamentos tienes compañeros que trabajan en sus especialidades por cuenta propia.

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Veraluna: ropa ecofashion que remienda vidas en la India

Por: | 17 de diciembre de 2013

Por Leire Quintana, de Oxfam Intermón

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La pobreza, la desigualdad y la injusticia social de un sistema de castas son grandes obstáculos para el desarrollo de las personas en la India, especialmente de las mujeres. Veraluna Comercio Justo es una oportunidad para estas personas. A través del trabajo y de la pertenencia a alguno de los grupos de base que producen estas prendas de ropa, las mujeres y hombres van adquiriendo suficiencia económica y autonomía personal.

Veraluna es la marca de ropa de comercio justo de Oxfam Intermón. Se trata de una colección “ecofashion”: ropa de gran calidad que, sin olvidar las nuevas tendencias de la moda, cumple con los principios del comercio justo. Son prendas y complementos comprometidos ya que promueven unas buenas condiciones laborales para los trabajadores que los producen. La cuarta colección se tiñe para este otoño/invierno de colores como el púrpura, reflejo de la fuerza y espiritualidad de su población, el azul petróleo, que se inspira en las profundidades del océano, y los tonos claros que evocan la pureza y el equilibrio.

Muchas de las piezas que componen la colección han sido producidas según los estándares del comercio justo por los grupos productores Creative Handicrafts (Mumbai) y The Rajlakshmi (Calcuta). Creative Handicrafts es uno de esos grupos productores de los que te enamoras nada más conocerlo. Sus aproximadamente 400 trabajadoras proceden de uno de los slums más grandes de Mumbai, un entorno extremadamente pobre y muchas de ellas han sido marginadas o han sufrido algún tipo de violencia. Estas mujeres entran en el grupo a través de talleres en los que, además de aprender a coser, aprenden a valorarse a sí mismas. Cosiendo han recuperado su autoestima y han encontrado un trabajo digno con el que han conseguido una independencia económica y una vida mejor.

 

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10 consejos para una Navidad de Consumo Colaborativo

Por: | 16 de diciembre de 2013

Por Pedro Pérez, autor del blog Infocrowdsourcing.com

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Ya es Navidad en el Corte Inglés”, así que ha llegado la hora de consumir y consumir. Es lo que toca, porque para una vez al año que estamos en fiestas. ¡Pues no! Vamos a rebelarnos. Aquí tenéis 10 consejos para una Navidad de Consumo Colaborativo, porque “compartida la vida es más”.

1. ¿Y ahora qué regalo?

¿A que tienes en casa todo tipo de regalos que te han hecho y que hace años que no utilizas? Reutiliza, recicla, regala e intercambia son algunos de los principios del Consumo Colaborativo, porque “no soy lo que tengo, soy lo que soy”.

Sabemos que los niños son entes destructivos (en el buen sentido claro). La ropa se les queda pequeña a los dos meses, los juguetes los usan 3 días y se aburren de ellos, y siempre tienen nuevas necesidades. Regálales ropa de segunda mano de Percentil o intercambiada en Grownies. También puedes intercambiar los juguetes que ya son monótonos para tus hijos en Creciclando o alquilar otros por un tiempo determinado en Pikatoy.

Si te regalaron la primera sombra de Gray el año pasado y el libro está cogiendo polvo en la estantería (“el algodón no engaña”), puedes intercambiarlo en Libros Compartidos por la segunda sombra y pasar unas navidades de vicio.

Cualquier otra cosa y todas las anteriores puedes intercambiarlas en etruekko, la red social de consumo colaborativo en la que podrás intercambiar una televisión por un jarrón japonés o un sofá por una lámpara vintage.

Además, si eres desinteresado y quieres “redecorar tu vida”, dale a alguien una “alegría de vivir”. No Lo Tiro permite darle a alguien los objetos que puedan necesitar y que tú ya no uses.

2. La abuela se merece un gran regalo

La abuela no tiene precio y por eso se merece que toda la familia le hagamos un gran regalo. Un viaje al Caribe a gastos pagados, o una semana en Marina D’Or, ciudad de vacaciones. LetsKickin o Leetchi nos permiten organizar la realización de un regalo en grupo.

3. Ceno en Murcia en casa de la tía

¿Cuántos desplazamientos se contabilizan en Navidad? ¿Cientos? ¿Miles? Haz un Blablacar o un Amovens para ir cenar a casa de tu tía en Murcia o para “volver a casa por Navidad”. Puedes compartir tu coche (tú pones el precio, el lugar de salida y el sitio de llegada) o puedes unirte a un coche que ya está compartido (muy recomendable si no “te gusta conducir”). Cualquiera de las dos opciones es válida. Reducimos desplazamientos, consumimos menos gasolina y disfrutamos de buena compañía que es de agradecer si tu viaje es largo. Así es el Consumo Colaborativo, todos salen ganando.

4. Allí no llegan ni las moscas

Seguro que a alguno de tus amigos se le ocurre ir a una fiesta alternativa que le han contado que va a estar de lujo. Si no te han invitado da igual, “en tu fiesta me colé. El problema es que a la fiesta no llega el trasporte público y el coche lo hemos dejado en casa. Respiro Madrid o Avancar te consiguen un coche rápido por horas.

5. Qué pedo que voy

Si te da por imitar a tu cuñao o saltar por encima de los contenedores cuando sales de la cena, tenlo claro, “si bebes no conduzcas”. Por eso mejor coger un taxi al salir de la cena que toda precaución es poca si hablamos de alcohol. “Si llevo mi coche me sale más barato”. Pues comparte taxi con JoinUpTaxi que los taxistas también tienen derecho a trabajar “en estas fechas tan señaladas”.

6. Unos días de vacaciones para cerrar el año

Si decides irte de vacaciones para despedir el año pueden ocurrirte dos cosas: que te pierdas a la Igartiburu en las campanadas de la 1 y que el alojamiento que encuentres esté 10 veces más caro que cualquier otro fin de semana. Lo primero no tiene solución, incluso te lo recomiendo. Para evitar el atraco de lo segundo puedes alojarte en casas particulares, y para ello Airbnb o Bed y Casa pueden ayudarte.

7. ¿Y si viajo con la familia?

Incluso, si viajas en grupo, puedes realizar un intercambio de casa, es decir, una semana en mi casa de la playa en junio, a cambio de “unas navidades con encanto” en la nieve en fin de año. En Knok, MyTwinPlace o Intercambio De Casas puedes realizar el intercambio.

8. ¿Y ahora quién me lo arregla?

Si colocas las luces de Navidad en casa y quieres que sean mejores que las que ha puesto el alcalde de tu pueblo la puedes liar. Conectas las luces y plafff, explota la instalación de la luz. ¿Y ahora dónde encuentro yo a un electricista tal y como está el tráfico? En Etece puedes encontrar a alguien que te ayude con cualquier microtarea.

9. Seamos solidarios, que estamos en Navidad

Busquemos un proyecto de Crowdfunding para ser solidario porque con Consumo Colaborativo la suma de varios pocos se convierte en mucho. Un proyecto solidario en Flipover, una colaboración desinteresada en Mi grano de Arena, una ayuda a la comunidad en Ideame o una aportación para que una familia no pierda su casa en Doafund. Cualquier pequeña aportación es valiosa.

10. La comida no se tira

Eso nos han enseñado nuestros padres (pioneros del Consumo Colaborativo). Entonces, ¿por qué en Navidad parece que todo está permitido? Con Comparto Plato puedes ofrecer porciones de comida para que tus vecinos disfruten de ese cordero que tan bien te ha salido. En Social Eaters puedes ir a comer a casa de alguien los días posteriores a las grandes cenas. Porque en cualquier sitio “lo bueno sabe bien”.

Practicar el Consumo Colaborativo equivale a llevar un consumo responsable, y en estas fechas es aún más importante si cabe. No nos dejemos llevar por la locura, el desenfreno y la opulencia encubierta. Demos ejemplo, queridos hermanos. Amén.

Artículo original publicado en Infocrowdsourcing.com

Fotografía de apertura: autor HowrdLake

Turrones que saben a cuento de Navidad

Por: | 12 de diciembre de 2013

Por Juanjo Martínez, de Oxfam Intermón

Silvestre Santacruz, productor de caña de azúcar y socio de la cooperativa Manduvirá (c) Pablo Tosco
Manduvirá
es una cooperativa paraguaya que produce azúcar de caña de comercio justo y ecológico. Silvio, miembro de Manduvirá, siempre tuvo caña en su chacra (granja), como su padre, como su abuelo. Y como ellos, siempre sintió la frustración de la injusticia. El único ingenio (fábrica) de la comarca, el de don Felipe, actuaba con la soberbia de quien se sabe imprescindible. El nacimiento de la cooperativa tuvo algo de sueño contenido. Todos sabían de las muchas posibilidades de que aquello acabara peor de como partía. Y el primer año que los campesinos se dirigieron a don Felipe todos unidos, su reacción fue encolerizada:

¡Váyanse, están ustedes siendo manipulados por unos zurdosos que quieren prosperar a su costa!

Aguantaron tres semanas, con momentos de flojera y con tensiones entre los miembros. Silvio también pensó en ceder. Eran muchas las deudas y fácil la solución.

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Navidad con menos despilfarro alimentario

Por: | 11 de diciembre de 2013

Por Kunal Chabaldas, autor del blog LinkingPositive

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Las Navidades están ya a la vuelta de la esquina y, como cada año, las ciudades y pueblos por todo el país han preparado sus luces, decoraciones y escaparates minuciosamente para la ocasión. No hay duda de que, a pesar de la crisis, es una época con mayor dosis de alegría y optimismo. El hecho de ver mercadillos, calles decoradas e iluminadas, de reunirse con la familia y de salir más a menudo con los amigos también hace que consumamos más en estas fechas. Por ello, es muy importante que desde aquí fomentemos opciones de consumo más responsable para estas fiestas navideñas.

Personalmente, siempre me ha preocupado la comida – nunca tiro comida a la basura a no ser que se encuentre realmente en mal estado y no se pueda aprovechar para absolutamente nada más. En los últimos años, quizás en buena parte debido a las dificultades económicas de muchos ciudadanos, hemos visto una mayor presencia de noticias y datos acerca del despilfarro alimentario en medios de comunicación tradicionales. Varios documentales de televisión son realmente impactantes, ya que constantemente se ven imágenes donde alimentos en buen estado se tiran en todas las fases de la cadena de producción. Por ejemplo, vemos cómo agricultores e intermediarios desechan vegetales frescos y en perfectas condiciones sólo por carecer de la “estética” requerida y vemos a grandes superficies tirando muchos de sus productos aún en buen estado. También los consumidores a menudo tiramos a la basura alimentos que aún están en condiciones óptimas.

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Estas Navidades, fashionista y slow

Por: | 10 de diciembre de 2013

Por Gema Gómez

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Llega la Navidad, con sus luces y colores alegres y centelleantes que nos dicen que es tiempo de dejarse llevar, que no pasa nada por abusar un poquito, porque ¿quién va a saber que te comiste unos cuantos polvorones de más? o ¿que fundiste la visa en esa tarde loca de paseo por el centro? Si lo entendemos ¡Está todo tan bonito con esos carteles tan atrayentes que invitan a comprar y comprar! ¡Es difícil resistirse! Sabemos que ser feliz en esta sociedad parece que pasa por conseguir cualquier cosa que veamos en un escaparate ¿verdad? ¿pero realmente es así?

Personalmente me gusta la Navidad, quizás también porque desde hace años la vivo de una manera diferente. La vivo como un momento alegre pero intimista; un momento de crear y compartir experiencias especiales con las personas que son importantes para mí, de un concierto de gospel a un día cocinando en familia algo especial que no hacemos el resto del año; o colocar algunos adornos y lucecitas en la casa que nos animen a cantar villancicos o tener una ocasión especial de ponerse más guapas y guapos que el resto del año :) En este artículo de hoy vamos a centrarnos en esta última parte, en la de ponernos guapas.

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Alegría del consumo en Navidad

Por: | 09 de diciembre de 2013

Por Sonia Felipe Larios

Navidad sostenible
Hace unos días encontré este titular entre las páginas salmón de un periódico económico. La noticia hablaba de cómo el aumento del consumo en estas fechas resultaba beneficioso de cara a la generación de empleo, tan necesario en este país.

No es preciso estudiar Económicas para saber que el aumento del consumo supone una mayor actividad económica que, a su vez, genera más empleo, lo que se traduce en menor gasto social en desempleo, más recaudación vía impuestos, actividad empresarial y, finalmente, un mayor poder adquisitivo para… consumir. Pero una lectura diferente y profunda de este titular puede derivar en una cuestión menos optimista: ¿Qué clase de economía hemos creado que nos hace depender de la fiebre consumista navideña para que las cosas vayan mejor?

No podemos negar, sin embargo, la ilusión que produce regalar y que nos regalen. Existen diversas formas de regalar que no conllevan rascarnos en exceso nuestros de por sí ya lastrados bolsillos, y que incluso pueden generar más ilusión entre los receptores del regalo. Aquí van algunas ideas:

  1. Regala eco, justo y solidario Puestos a regalar, ¿por qué no poner un poco de conciencia en los regalos que hacemos? Productos fabricados con materiales ecológicos que no dañan el medio ambiente, o productos solidarios o fabricados bajo los criterios de comercio justo. Existe una amplia variedad, desde ropa o calzado a artesanía, accesorios diversos o alimentos y bebidas. En la tienda online Olokuti, por ejemplo, tienes una amplia selección de regalos. También puedes visitar las tiendas de comercio justo que tienen diversas organizaciones sociales, o bien pasearte por los mercadillos solidarios navideños que hay en muchas ciudades.
     
  2. Hazlo tú mismo ¿Sabes tejer una bufanda? ¿Tienes alguna cualidad artística? ¿Te gusta escribir? Saca tu vena más creativa y regala algo hecho por ti mismo. Las personas que te quieren apreciarán el tiempo y esfuerzo que has dedicado a preparar este regalo personal y no lo olvidarán fácilmente.

  3. Regala cultura A pesar del cariño que pongamos a la hora de elegir un regalo, con el tiempo algunos acaban relegados al rincón del olvido y cogiendo polvo. Opta por regalar cultura: un libro, una película, un abono de cine o teatro, un pase de museo. Son experiencias únicas que perviven en la memoria y que nunca pierden valor.

  4. Regala una experiencia, hecha por ti En los últimos años se han puesto de moda los paquetes de experiencias y aventuras, una fórmula sencilla a la vez que original para regalar. Pero, ¿te has planteado organizar la experiencia tú mismo? Preparar una salida, una escapada, una cena o una actividad multiaventura por tu cuenta, y hacer una caja-regalo con los detalles. Puede o no ser más barato, pero definitivamente sí más personalizado.

  5. Regala tu tiempo Por supuesto, en estas fechas en las que muchas personas disponen de días libres, un presente sin igual es regalar tiempo a los demás. Desde disfrutar del tiempo libre con los amigos y la familia, a decidirse por alguna acción de voluntariado como echar una mano en comedores sociales. Y, si eres de los que tienen la suerte de poder hacer un viaje, ¿por qué no uno solidario?

  6. Dona Piensa cuánto tienes, cuánto te piensas gastar y en qué puedes ahorrar. Igual ese poco o mucho dinero que te sobra puedes decidir donarlo a una organización social con la que compartes tus valores. Existen muchas formas de donar que no tienen por qué ser con dinero. Por ejemplo, y dadas las fechas, puedes optar por donar los juguetes que tengas por casa y que nadie utiliza a una organización social, para que nadie se quede sin Reyes.

    Aquí van otras ideas que te sugerimos ya la semana pasada en el blog. Y tú ¿tienes alguna otra para hacer tus navidades más alterconsumistas?

    Fotografía de apertura: (c) Foto idea para cambiar el mundo, enviada por Ntx Sor: árboles de Navidad hechos con cartón reciclado y tapones usados

El País

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