Alterconsumismo

Sobre el blog

“El consumo es democracia. A través de lo que compras decides qué tipo de sociedad quieres. En este espacio encontrarás ideas para hacer que tu consumo sea justo y sostenible. Únete al Alterconsumismo.”

Sobre los autores

Anna ArgemíAlterconsumismo es un blog coral dirigido por Anna Argemí, periodista especializada en comercio justo, consumo responsable y alternativo. Los últimos años estuvo a cargo de la comunicación externa del comercio justo en Intermón Oxfam.

  • Marta Guijarro (Coordinadora Estatal de Comercio Justo)
  • Laura Perona (Fairtrade Ibérica)
  • Albert Cañigueral (Consumo Colaborativo)
  • Carlos Ballesteros (Universidad de Comillas, especialista en consumo)
  • Marco Coscione (Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo)
  • Anna Carrascón (Setem)
  • Álvaro Porro (revista de consumo responsable Opciones)
  • Esther Vivas (activista e investigadora en políticas agrícolas y agroalimentarias)
  • Sonia Felipe Larios (Triodos Bank)
  • Gema Gómez (Slow Fashion Spain)
  • Cristina Diago (Biocultura – The Ecologist)
  • Pilar Sampietro (periodista especializada en ecología RNE)
  • Laura Alcubilla (Economía del bien común)
  • Lidia Ucher
  • Dídac S-Costa (mercados sociales)
  • Rafael Sanchís (director de Comercio Justo de Intermón Oxfam).

Por Jesús Carrasco, de la Economía del Bien Común en Madrid

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Resulta tan sorprendente como esperanzador que haya municipios españoles ensayando modelos de participación ciudadana, contextos de transparencia, culturas de emprendimiento o eficiencia presupuestaria orientada a lo que los ciudadanos consideran importante.

De hecho, diez ayuntamientos españoles y más de 200 observadores nacionales e internacionales participaron en el I Encuentro de Municipios del Bien Común celebrado en Media Lab en Madrid el 23 y 24 de Noviembre pasado. Diez municipios españoles que comparten sus prácticas de aplicación de la Economía del Bien Común (EBC) en el ámbito local. Prácticas de justicia social en el ayuntamiento, pueblos cero basura o eficiencia energética. Experiencia municipal que impulsa un banco de huertos o ayudas progresivas a los ciudadanos en función  de los ingresos familiares, modelos de participación, de transparencia y de política ciudadana. Andadura en la elaboración de presupuestos participativos o desarrollo de una cultura de emprendimiento.

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Verde sobre mi cabeza

Por: | 08 de enero de 2014

Por Pilar Sampietro

Llevo años soñando con una ciudad en la que poder aprovisionarme de comida fresca. En el camino de vuelta a casa pasaría por el huerto de la esquina y valoraría si ya es el momento de llevarme a la cazuela esa calabaza que he visto crecer, con permiso de los vecinos, claro. O levantaría la vista para comprobar cómo se asoman las grandes matas de habas en el terrado de nuestro edificio, mecidas por el viento. Parecía una utopía más hasta que un día me topé con la propuesta urbana y rural de Grow in Pallet.

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Su objetivo es convertir los terrados de Barcelona en huertos y vergeles donde cultivar, compartir experiencias hortícolas, recoger agua de lluvia y comerse el resultado. La ciudad se convertiría en la primera en aplicar la filosofía Metro 0, algo así como cultivar las hortalizas donde las consumes. Se han organizado como cooperativa social, formando a personas en riesgo de exclusión para que construyan las mesas de cultivo con pallets y las adapten al lugar, cuiden del huerto, asesoren a los clientes y vecinos y hasta se ocupen de recoger los alimentos que están en su punto. Cuando llegues a casa tendrás la cesta en la puerta, preparada para entrar en tus fogones.

Ya tienen su huerto en la terraza un restaurante, una comunidad de vecinos, el balcón de un bloguero gastronómico, una residencia de ancianos, una cooperativa de consumo y una guardería. ¿Por qué no seguir? Alguien me dijo que hace un tiempo los responsables municipales estudiaron la posibilidad de los huertos en las terrazas. Falló el presupuesto y el miedo a la fragilidad de los edificios, pero ahora los materiales y las técnicas no pesan tanto.

Y si no, hagamos que los huertos y los jardines sean móviles y se paseen sobre nuestras cabezas mientras nos trasladamos en autobús.

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Así lo soñó Marc Grañen y por eso creó PhytoKinetic, una cubierta vegetal que ajardina el techo del transporte público urbano. Su primera experiencia fue en un camión frigorífico que todavía crece y muta con las estaciones del año, alimentándose sólo del agua de la lluvia. Sus jardines en movimiento llevan ya unos cuantos veranos transportando a los turistas a la playa y facilitando que los pájaros se posen en ellos y ayuden a llevar las  semillas de un lado a otro. Cómo crecerían en intensidad y vegetación nuestras ciudades si facilitásemos una polinización así, por el mero hecho de crear un huerto o jardín en la cubierta del autobús que nos lleva al trabajo, ¿lo imagináis? Grow in Pallet y PhytoKinetic son el presente y la esperanza para ciudades más habitables.  

Oxidación o cómo cambiar las reglas del juego económico

Por: | 07 de enero de 2014

Por Miguel Yasuyuki Hirota, experto en monedas sociales

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Ya estamos muy acostumbrados a vivir en este sistema económico actual en el que recibimos interés por nuestro ahorro en la banca y que pagamos tasas de interés además del principal cuando tomamos créditos. Solemos también condenar a aquellos que no consiguen pagar el interés cuando piden un préstamo, aunque consigan devolver el principal. Pero pregunto: ¿Es este sistema monetario sostenible?

Margrit Kennedy, arquitecta alemana, escribió un maravilloso libro Dinero sin inflación ni tasas de interés en que explica varios problemas inherentes de nuestro sistema monetario, que se basa en cobrar tasas de interés a los prestatarios.

  1. Las tasas de interés compuesto obligan a un crecimiento exponencial (1, 2, 4, 8, 16, 32, 64…) como el cáncer. 
  2. Pagamos las tasas de interés en cada producto y/o servicio que compramos (según Kennedy, las tasas de interés ocupan el  12% del costo de recolección de residuos, el 38% del costo del agua potable, el 47% del costo de canalización sanitaria y el 77% de costo del alojamiento social).
  3. Se redistribuye nuestra riqueza a favor del 10% de los ricos en detrimento del resto de la población. ¿Cómo es posible que el Estado, que debería servir a todos sus ciudadanos indiscriminadamente, enriquece a sus acreedores con los pagos de bonos nacionales mientras que empobrece el resto de la población al cobrar cada vez más impuestos?

Merece la pena destacar que las tres religiones abrahámicas prohíben las tasas de interés (“usura” en latín y “riba” en árabe: véase Éxodo, 22:25, Levítico, 25:36 y 25:37 y Dutoronomio, 23:19 del Viejo Testamento y 2:275, 2:276, 2:278, 3:130, 4:161 y 30:39 del Corán).

¿Pero cómo podemos tener otro sistema monetario sin tasas de interés? Quisiera presentaros un economista autodidacta que sugirió una reforma monetaria interesantísima: Silvio Gesell (1862 – 1930), un empresario alemán que hizo fortuna en Buenos Aires. Él se dio cuenta de la importancia de estudiar el sistema monetario y en 1916 publicó su obra maestra El Orden Económico Natural en que presentó su propuesta de moneda oxidable. El Chiemgauer, del que hablé en este blog en octubre, es un caso de moneda oxidable que permite préstamos sin tasas de interés (Véase aquí un artículo en alemán para más información) gracias a la oxidación, pero hay otra experiencia también interesante de moneda oxidable.

Wörgl es un pueblo austríaco cuyo alcalde introdujo una moneda municipal entre 1932 y 1933: el ayuntamiento emitió “certificados laborales”, respaldados con chelín austríaco, que obligaba a que sus portadores pegasen el 1% de sello cada mes.  Como nadie quiso guardarlo en su casa, se circuló este medio de intercambio con tanta velocidad que se recuperó la economía de forma sorprendente: ¡Sólo tres días después de la primera emisión de 1.000 chelines, el ayuntamiento ingresó 5.100 chelines de impuestos morosos! Con esta moneda se recuperó la economía local tanto que se realizaron varias obras públicas pendientes y también muchas personas, después de satisfacer sus necesidades, ¡quisieron adelantar el pago de sus impuestos! A ver si a los políticos españoles les interesa implementar una moneda que ayude a que la gente pague impuestos voluntariamente. Por desgracia, esta iniciativa fue prohibida por el Banco Central de Austria un año después, pero aún hoy en día podemos ver recuerdos de la época en el Museo Municipal.

Hoy en día Christian Gelleri, fundador del Chiemgauer, propone la implementación de su modelo para las economías del Sur de Europa. Os valdrá la pena estudiar esta posibilidad si realmente queréis salir de la crisis.

Fotografía de apertura: Imagen de un certificado laboral de un chelín, con espacios para colocar sellos cada mes.

P.D. (08/01/2014): Margrit Kennedy, quien me aportó muchas inspiraciones, falleció el 28/12/2013 de cáncer. Que en paz descanse.

El País

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