Por German Colmenares y Carla Gomez, de NatuKa
Los tiempos en los que a nuestras mascotas se las alimentaba con arroz partido más restos de casquería, combinado con restos de nuestros platos, parecen haber desaparecido en la noche de los tiempos, aunque no haga tanto tiempo de eso e incluso para algunos puede que aun sea el caso.
En un determinado momento surgió la oferta de los piensos cuantitativamente racionalizados, de acuerdo a complejas fórmulas de nutrientes, científicamente comprobadas, como para proporcionar salud y larga vida a sus degustadores. Como si los seres vivos fuéramos sacos de nutrientes, o pudiéramos asegurarnos nuestra salud y felicidad en base a fórmulas: proteínas, carbohidratos, grasas, oligoelementos, vitaminas y ahora mucho omega 3 y cosas por el estilo, propias de especialistas.
De esta manera se han atendido varios aspectos, a primera vista, positivos. Pero ¿positivos para quién?